CAP 2
La segunda vez se puso alerta en seguida. Cierra los ojos para concentrarse en lo que siente y toma una respiración profunda. Había un aroma suave y sumamente agradable, aunque no podía identificar sus matices, su magia se revolvía en su interior y sentía un ligero hormigueo en los dedos junto con ansiedad y… ¿Expectación?
Abrió los ojos rápidamente y empezó a evaluar a las personas que tenía alrededor, le iba a resultar difícil ya que estaban cenando y la mayor parte del castillo estaba en el comedor.
Bufó sabiendo que no iba a averiguar mucho de esta manera, nadie del alumnado parecía interesado en su mesa, miro uno a uno a los profesores, encontrando a Remus hablando en confidencia con Snape y mirándolo de reojo, ¿Acaso estaban hablando de él? No importa Sirius concéntrate, la profesora Trelawney miraba a la nada, lo cual no era de extrañar, Pomona Sprout hablaba con Hagrid animadamente. Siguió recorriendo la mesa hasta que su mirada chocó con la de Dumbledore de lleno, éste lo observaba con una suave sonrisa, esa expresión digna de quién sabe más de lo que está dispuesto a revelar ¿El director tendría algo que ver? Si era el caso, no estaba seguro de querer saberlo.
Y así nuevamente la sensación volvió a desaparecer sin que tuviese ninguna pista.
¿Sería un hechizo? ¿Alguna criatura? Sabía que era temporada de Jigglypuffs, pero no creía que esos fuesen los síntomas de su presencia. ¿Entonces que? ¿Una poción?
Oh eso podría ser, pero no explicaba la desaparición tan rápida del efecto. Tendría que hablar con Remus y ver si el había notado algo, al fin y al cabo sus sentidos lupinos podrían servir de algo.
Faltaba poco para la luna llena, recordó, haciendo la cuenta mentalmente. Si no se equivoca está sería al cabo de una semana. También debían hablar de eso. Hacia años que no ayudaba a su amigo durante sus transformaciones y no sabía si Remus se seguía sintiendo cómodo con ello. Una vez más añoro a James, recordando como disfrutaban correr en sus formas de animago. No sabía por qué su amigo había elegido a un jodido ciervo, y aún quedaban en su memoria las bromas que le había gastado al respecto aunque de alguna manera le pegaba serlo, al fin y al cabo esa era la forma de su patronus, al igual que la de Harry. Tendría que preguntarle a su ahijado que forma elegiría si decidiera volverse animago.
Se preguntó cómo le estaría yendo en la mansión Malfoy.
Luego de que atacarán el castillo y a los amigos de Harry, estos se habían ido a una casa segura escondida en un pueblo pequeño en la montaña, pero habían sido rastreados rápidamente y luego de otro incidente que ocasionó un par de heridas la orden los había enviado a la mansión Malfoy, que el mismo Draco había ofrecido como lugar de refugio.
Le había costado creer que el pequeño Malfoy estuviese de su mismo lado, sin embargo luego de hablar con Remus este le había explicado todo y expresado su confianza en Draco.
Harry se había mostrado casi tan sorprendido como él, pero no había puesto peros en la resolución y ya habían pasado varias semanas sin incidentes.
Le extrañaba, le hubiese gustado compartir su tiempo en el castillo con él y había varias cosas que quería enseñarle hace bastante. Esperaba que tuviesen tiempo para eso pronto.
Al otro día luego de almorzar se reunió con Remus y fueron juntos a su clase, las clases de su amigo eran de sus favoritas. Le gustaba especialmente verlo desenvolverse con la confianza que a menudo le faltó en su juventud, además de que defensa contra las artes oscuras era una asignatura bastante llevadera en la que había mucha más práctica que teoría en sí. Se preguntaba si él mismo podría ser profesor algún día, le agradaba en demasía estar en Hogwarts y ver a los pequeños magos tropezar y mejorar. Se preguntó que opinaría Remus de esto, que pensaria Snape de esto. Emitió un bufido divertido que llamó la atención de Remus a quien le hizo un gesto con la cabeza restándole importancia.
Apuesto que Snape se pondría de los pelos ante la mínima mención de esta posibilidad, ya estaba suficientemente estresado de tenerlo cerca y eso que había pasado poco tiempo en el castillo, no quería imaginarse como se pondría si esa cercanía fuera permanente.
No le molestaría para nada provocar esa reacción. Se sorprendió a sí mismo frente a este pensamiento e inmediatamente se despejó e intento prestar atención a la clase de Remus, lo cual no debería costarle tanto como lo estaba haciendo.
Esa tarde Dumbledore, alertado por información de un espía, les pide a buena parte de los profesores que revisen las afueras del castillo en todas direcciones. Tarea que Sirius decide realizar en su forma perruna, en esta forma sus sentidos eran más agudos y podría percibir más fácilmente si algo andaba mal.
Se escabulle por el bosque prohibido, cuidándose de no ser visto por el resto y comienza a buscar sin saber muy bien que esperar de esta búsqueda.
Adentrándose en el bosque examina todo a su alrededor, escondiéndose o cambiando el rumbo cada vez que sentía a alguien acercarse o alguna criatura pasar, evitando cruzarse en el camino de un grupo de centauros, vuelve al cabo de unas horas sin haber hallado nada fuera de lo común. Cuando se está acercando al castillo siente ese aroma de nuevo, ahora más nítido gracias a sus sentidos afinados. Tal vez ahora pueda encontrar la fuente, piensa mientras comienza a trotar hasta el lugar donde es más fuerte está sensación.
Termina rastreando el aroma hasta los pies de un gran árbol, las raíces de éste están cubiertas por una gran cantidad de flores azules. Acianos en flor le susurró su memoria, esas flores eran unas de las favoritas de su madre, tenían varias en su jardín y eran difíciles de mantener, Reglus se esforzaba en cuidarlas para complacerla.
Reviso con ahínco para saber si eran la causa de todo eso, pero el aroma no provenía de las flores sino que las impregnaba. Esta vez pudo percibir más e identificar algunos de los matices aún mezclados con el aroma del mismo bosque. Olía a lluvia, café y algo dulce que no terminaba de identificar. Produciéndole un sentimiento de ansiedad que casi rozaba la excitación. Luego de un rato empapándose del aroma y las sensaciones que causaba comenzó a sentir como iba desapareciendo.
Gruñó de frustración, volviendo lentamente al castillo. Había estado tan cerca, lo percibía, el aroma había sido más fuerte y había durado más tiempo, si no se hubiese tardado tanto, tal vez…