Había caminado durante días hasta llegar hacia las ruinas de aquel Reino: su instinto no le fallaba, estaba perdido y muy lejos de dónde se suponía estaba el Reino de Virgo.
Reconocía la escudería por lo que se sorprendió, no había duda aquel lugar eran los restos del que una vez fue el flamante Reino de Acuario.
¿Qué había pasado?
Antes de su muerte, Acuario era un Reino de los más poderosos.
Pero ahora se encontraba destruido por completo; era tierra de nadie, los bandidos imponían el terror; la pocos pobladores que aún quedaban, vivían en la miseria, luchaban por sobrevivir. Muchos habían huido hacia otros Reinos, principalmente los impuros y los Donceles quienes eran tomados como esclavos o asesinados de la peor forma.
Debía pasar por aquel Reino, tenía hambre estaba cansado necesitaba ser fuerte por Kardia por lo que cruzó aquellas puertas para luego esos ojos ocultos en las casas con ventanas y puertas tapadas de tablones se posaran en él.
La poca gente de bien oraban por la vida del forastero para de repente aparecer aquellos que imponían el terror en aquel lugar abandonado por Dios.
—Pero mira domas, los que nos trae la fortuna dinos hermoso en que podemos ayudarte.
Esos tres hombres lo habían rodeado por lo que solo se puso de cuclillas.
—Repite lo que dijiste… Ahora que estamos al mismo nivel.
—Encima creído, disfrutaré mancillarte y que supliques piedad — iba a atacar cuándo su cabeza cayó de su cuerpo, no solo la de él sino la de los otros dos.
—Todo aquel que se entrometa en mí camino debe morir. —por lo que sujetando aquellas cabezas, las arrojo como si fuese basura, pero los criminales salían como las cucarachas que eran para morir como ellas: sin cabeza uno tras otro.
Ellos no entendían que clase de persona era ese tipo, nadie podía ser tan fuerte.
Hasta luego verlo con sus propios ojos, el más temido de todos los Reinos, el digno primogénito de Gemau; aquel que sus puños era tan fuerte que decían destrozaba las galaxias y su velocidad era tanta que parecía transportarse entre dimensiones, el que casi nunca participaba en batalla por ser un doncel que prefería el hogar, pero más de una vez acompaño a sus primos mostrando que no solo era un simple doncel; su sola presencia producía el terror en sus rivales...
¿Pero se suponía estaba muerto?O ¿Acaso era tan fuerte que venció a la muerte?
...Su estilo de pelea era terrorífico pero elegante: nadie sabía bien como funcionaba, los rivales quedaban helados al ver su rostro en batalla; muchos caían en una especie de control y revelaban secretos, otros asesinaban a sus compañeros para luego quitarse la vida...
Pero siendo sincero ¿Quién podría contra aquellos ojos inyectados de sangre?¿Quién podria contra esa sonrisa sádica sacado del más mounstroso de los cuentos?.
Debajo de ese rostro tranquilo y perfecto, en su apariencia sumisa y rescatada se encontraba el diablo personificado.
...Atacaba tan rápido que ni tiempo a defensa dejaba a sus enemigos, aquel que se enfrentará a él, moriría sin dudarlo y no era menos de esperarse del Príncipe brujo y su Satán Imperial.
El legendario, Aspros de Gemau.
(...)
Shiva se preparaba para su guardia, el Rey había salido hacer sus funciones por lo que debía hacer guardia para cuidar de Antares y asi no suceda lo de hace días.
—Shiva porque obedeces a ese tirano, tu que posees la bondad en tu alma y que no hay ser divino que se comparé.
¿Cómo puedes jurar lealtad a un ser tirano?
—No le entenderías, eres muy joven para entender.
—Yo no soy lo que parezco Shiva, yo soy un ente mitológico. —exclamo el niño mientras peinaban al dormido Antares.
—Lo se, se lo que eres por eso repito eres muy joven para entender. En cada una de mis vidas he visto el sufrimiento de los humanos sus bondades y sus miserias.
Asmita no es malo ni un ser tirano, de este juego cruel, es el que más ha perdido. —acariciando aquel marco de plata donde antes había un espejo, pero se habían mandado a destruir ha pedido del Rey. —El Rey un día regresara de su exilio y impondrá justicia a aquel impostor.
...
Argol y Orfeo habían llegado por fin a Virgo, ambos eran cortesanos de confianza del Reino de Scorpión.
Infiltrarse en el Reino fue fácil lo difícil era meterse en el castillo por lo que allí entraría Orfeo y su música.
Pero había algo que le llamaba la atención, los espejos no habían visto ni un solo espejo en todo el Reino.
Cuando entraron y revisaron sus pertenencias lo único que les incautaron fue aquel espejo con marco madera.
Sabían que eso no era una buena señal, debían ser cuidadosos estaban por enfrentarse a un enemigo astuto, inteligente y poderoso.
...
Aspros en una hora había convertido un baño de sangre aquel pueblo había hecho una purga, ahora los que se ocultaban era los criminales mientras la gente veía en aquel ser una haz de esperanza por lo que armada la gente salió a defenderse de los tirano de aquellos que habían violado, matado a sus seres queridos; madres, padres, hijos, hermanos, abuelos y nietos todos salieron a buscar justicia por sus muertos.
Estaban hartos de vivir con miedo, lucharian, resurgirian, morirían peleando.
Levantarían su Reino, sobre la sangre de aquellos quienes fueron verdugos y no tuvieron piedad de ellos.
Aspros termino su purga para luego agarrar aquella bolsas de manzanas y continuar su camino, pero alguien lo detuvo aquel niño de cabellos rojos y piel trigueña.
—Dejame acompañarte quiero ser fuerte como tú, has traído esperanza a este Reino olvidado y yo quiero ser como tú.
Iba a negarse, pero aquel niño era un impuro sin familia sin nadie que lo protegiera por lo que haría lo que no pudo con su hermano, protegerlo y hacerlo fuerte ya que para la batalla que se venía necesitaría ayuda.
—Dime tu nombre niño.
—Mi nombre es Babel.
Continuara...