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~El Demonio y el Hada~ por Paxito

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Notas del capitulo:

Hasta ahí llegó lo tolkeriano :p sigue una nueva era con estos personajes 

Capítulo 2
La Larga Noche



I amar prestar aen (El Mundo ha cambiado)
 [...]
Mucho se perdió entonces y pocos viven ahora para recordarlo. 
~Galadriel, intro LotR~


Fue cruenta la guerra del ayer. “La larga noche” fue como se le conoció a esa “Era”. La Era donde todos ellos, demonios y los seres del caos habitaron el mundo gobernado por Hades.  Las batallas que se libraron por el domino de “Terra” bañaron los campos de sangre y desolación. La guerra creó una horrorosa sinfonía nueva de notas invertidas. 

La noche ganó.

Sus enemigos estaban sometidos, ocultos en sus casas de piedra, temerosos de salir al mundo, prisioneros de su miedo. Hades no permitió extinguirlos, si no, ¿que diversión tendrían ellos?. Sin humanos, los demonios se destruirían entre sí. 

Hubo un tiempo en que ellos secuestraron la esperanza. Controlaban las enfermedades y sobre todo, manipulaban el mukai. Hypnos. aliado de  Hades, despojaron a los hombres con la capacidad de soñar. Y su gemelo, Thanatos, no dio muertes amables. 

Incluso sus mentes eran un lugar donde ellos no podían huir. 

Todos los humanos pensaban lo mismo en esa época: La vida era la amenaza misma, la maldición más grande y el peor de los castigos. Vivir era temer siempre. Vivir es sufrir.

Hades les enseñó a amar a la muerte. A desearla, a quererla abrazar, como consuelo. Esto fue antes de que existiera el inframundo. 

Todo el mundo era peligroso: El mar era amenazante, pues ahí gobernaba otro Señor tan iracundo como Hades. Los demonios dominaban los cielos, las cavernas, los desiertos, los valles, los pantanos  y Papillón gobernaba los Bosques profundos.  

Así es, esa Hada hiperactiva y con déficit de atención se convirtió en Reina de los Bosques. Hades cumplió. Pues al tener a Balrog de su parte, este fue determinante para su victoria final.  Balrog utilizó su látigo de fuego de tres colas durante la Gran lucha, cuya profunda cicatriz aún existe en la memoria del mundo. 

No solo fue Balrog quien se unió a este nuevo ejercito.
Llegó el dragón Wyvern, con la promesa de riquezas por todas las generaciones venideras, no importando si ganaran o no.  La fuerza de la “furia oscura” engrosó el poderío de Hades.  

Se unió el guardián de las puertas del exilio* El Griffon. Se unió el devorador Garuda, hijo de Kashiapa y Vinata, abandonando su función para con Visnú para unirse a Hades. ¡No hubo en el mundo un ejército más terrorífico que el del hijo de Cronos!. 

Fue así como Papillon dejó de ser una prixie del viento, una insulsa pooka que dependía de los mortales para existir. Se convirtió en demonio, en una estrella demoniaca. Era los ojos de Hades en el mundo material. 

¡Oh si!. No pasaba nada sin que Papillon lo supiera; sus hijos estaban repartidos en todas partes del mundo, tan chismosos como lo era “madre”.

“Los hijos de Papillon” eran todos los niños que este secuestraba. Papillon no puede estar solo, no sabe cómo estarlo,  así que solía llevarse a pequeños niños para convertirlos en sus hijos. ¡Que gran época!. Sus hijos se convertían en pequeñas haditas — changelings se les conoció**— , pequeños semi-demonios que asemejan mariposas, despojados de su voluntad , siempre sometidos a la de Papillón. 

 Papillón solía aparecer ante los niños cuando se alejaban de su casa. Los engatusaba e impresionaba con labia y con su belleza. Con aquella su voz dulce y melosa les prometía salvarse del mundo cruel, donde no sufrirían del frío, miedo y hambre; en cambio él les daría alas para recorrer el mundo y vivir en la alegría de los juegos.

 Y no les mentía. En parte.

 También tenía sus propios hijos, producto de noches solitarias con otros demonios. Pero pocos de estos hijos sobrevivían. Los huevos de la mariposa infernal era un manjar que todos los demonios anhelan devorar. Era su maldición por conseguir lo que él llamaba “perfección”. 
 
Tal cambio en Papillón estaba reflejado en su cuerpo. Poseía la figura espigada y elegante de los Elfos de antaño. Era de una belleza peligrosa, su rostro es fino y dulce, casi celestial, solo uno notaba su origen por sus ojos color púrpura, brillantes, insectiles y hermosos como una piedra preciosa. Y sobre todo, el mayor cambió eran sus enormes alas coloridas y venenosas. 

Mucho tiempo fue así, aunque ahora casi nadie se acuerda de esa época. O más bien, nadie quiere acordarse de la época cuando la humanidad perdió.

*****

Pero el mundo cambia. Y no importa que tan pequeña sea la flama, si la esperanza no se extingue del todo, esta resurgirá y se extenderá, contagiosa, como una peste. 

Esto va sucediendo y va gestándose de forma silenciosa, sin que los demonios se percaten de ello. Seguros, reinan perezosos. Los demonios son enemigos del cambio. Los demonios se visitan entre sí, crean familias y tribus nuevas, no es raro, eso hasta que sean llamados a la siguiente gran guerra.    

Por ello Papillón visita a Balrog de vez en cuando. El demonio de fuego también ha cambiado. Su cuerpo de fuego y oscuridad asume la forma de un hombre que, a ojos de Papillon, parece un elfo de luna. De cabello color plata y ojos purpuras, conserva sin embargo sus enormes cuernos y sus alas de oscuridad. 

Y sigue tan antipático como siempre. Pero a Papillón le agrada, le gusta. Los demonios no aman, se obsesionan. Se trauman, desean.

—  Te he traído tu platillo favorito~~~

Piedras volcánicas y sorpresivamente, unas coles. Balrog agarra el tributo de Papillón con un gruñido. Donde este vivía era en el llamado “Vació” , lugar oportuno para un demonio que odia el ruido. Hasta que, claro, un tintineo anunciara la llegada de aquella Hada escandalosa que ahora medía lo mismo que él y que, para su molestia, empieza a atraerle. 

Sin guerras su ira se convierte en otro tipo de energía, la cual empieza a emerger cada que ve al hermoso y frágil ser, desnudo y expuesto frente a él.

—  No estoy humor de ti, Papillon, vete. 

Papillon sonríe asintiendo, pero en lugar de irse, se hincaba frente al demonio de fuego , moviéndose tan sensualmente por entre sus piernas y mirándolo seductoramente desde abajo.

— ¿Seguro?...seré muy silencioso….
—  Lo dudo…

La sonrisa de Papillon muestra unos peligrosos dientes filosos, asomándose también  una lengua larga y negra que juega sobre la oscura piel de Balrog, que lo quema con sus ácidos a la vez que le provocan un gran placer. 

—  Juguemos a los esposos...—  se le ocurre.
—  ¡Silencio!
—  A los amigos con derechos…~vamos Balrog...juguemos al maestro y al pupilo. Juguemos….~

Balrog empuja al hada lejos de el, despreciandolo, como siempre lo ha hecho desde que se conocen. 

—  ¡Juega con Wyvern, polilla!

Papillón chasquea la lengua, y levita hacia donde está Balrog para abrazarlo por detrás, por su cuello, juega con su oreja y acaricia sus cuernos demoníacos.

—  Wyvern solo juega con la Arpía. Y con Minotauro y con Basilico. Yo estoy muy solito. Nadie juega conmigo más que una vez. 
—  No es mi problema, no quiero jugar contigo ni con nadie. Vete y dejame dormir.

Papillón suspira pesadamente y se aleja del musculoso cuerpo de Balrog. 

—  Sé que has jugado “a los esposos” con Griffo. Sé que compartes madriguera con este. ¿Acaso Balrog es monógamo?. ¡Que aburrido!. Conmigo vas a divertirte más~ te lo aseguro. No hay tiempo...se nos acaba la fortuna...

El látigo atrapa el cuello delgado de Papillon, apretandolo con fuerza, quemándolo con la ira de Balrog que odia el ruido, las impertinencias y que le insistieran demasiado. Son cosas que lo molestan.

¿Por qué Papillón sonríe?. Maldito bicho raro de gustos obscenos. Balrog lo suelta con asco mientras que Papillón sigue retorciéndose de placer, mostrándole la erección que provoca en él su “amor” y su “pasión”. 

— Me deseas, lo sé.~ Ven y tómame~

Papillón, como autoconservación o protección psicológica, siempre, Siempre, distorsiona los hechos y la verdad a su conveniencia. El ataque de Balrog es por que lo desea, seguro. su desprecio es por que lo ama. Punto.  

Balrog llega a la solución de que lo mejor para él era ignorarlo. Balrog odia los cambios, siente como arde en deseos por aquel cuerpo glorioso, suave al tacto y con olor a las flores de una primavera olvidada. Moría por beber de aquellos labios lascivos, enredar su lengua de fuego con la suya. Ver sus pequeñas nalguitas, redonditas, apretadas... ¡Ah! Lo deseaba tanto. Romperlo. Hacerlo suyo.

Pero la mariposa pondrá su mundo de cabeza, todo sería ruido y brillos. Lo tendría todo el tiempo a su lado, asfixiándolo con su melosidad. Él se obsesionará también, perdería su lucidez y su preciado silencio. No, prefería estar con Griffon.

 Con Griffon no habían palabras innecesarias. Existía una estabilidad y una calma que disfrutaba en compañía de aquel demonio sádico, al que respetaba por el combate que había tenido y el cual había perdido, completamente. Por eso se había quedado con él.  Era fuerte, su igual. 

Papillón nunca sería su igual.

— Me aburres, mariposa. Me asqueas. —  sentenció Balrog, yéndose sin permitirle reaccionar quién interrumpió su risa y sus gemidos de golpe. 

Era lo peor que podías decirle, el peor insulto que se le pudiera dar.  Papillón se mordió los labios hasta hacerlos sangrar, hizo un puchero mientras todas las rocas alrededor se rompían hasta hacerse polvo por la presión de su poder. 

—  Ni quería nada! —  grito infantilmente el demonio que siempre tenía esa actitud inmadura. —  ¡Feo!¡tonto!......

No sabía otras groserías. Debería aprender más.


Balrog no le habló por siglos y siglos dando la espalda a su “amistad”. El Hada “sufrió” con todo el drama que su especie pudiera tener. Rechazar a la estrella del encantamiento era un golpe bajo para su ego inflado.

Pero no hubo más tiempo, como Papillón había predicho. El tiempo de gloria acabó. LLegó la Época de la primavera. la “Era de las luces”.
 
La época en que los humanos, recuperaron su mundo. Una guerra de resistencia, donde los humanos, vestidos por las estrellas como armaduras los masacraron sin piedad. Donde esos humanos hallaron la forma de encerrarlos y mandarlos lejos de terra, expulsandolos al inframundo. 

Notas finales: Bueno, aqui ya no es tan Tolkiano y tan de aventura el fic. Creo que la fecha límite me hizo entrar en pánico y salió : “esto” jejeje. Y en teoria iban a ser solo dos capitulos, pero he dedidido escribir otro más para juntar a mis bichitos y hagan las paces..y sean los espectros que conocemos, ya como Myu y Lune.

Si, hay terminos y titulos como “larga noche”, que solo indican una cosa:  acabo de ver juego de tronos, ¡no me juzguen XDD.

En los libros de fantasia oscura: los changeling, niños cambiados, son los que las hadas cambian , se roban bebes y dejan bebes hadas nomás pa fregar al prójimo XDDD. me basé en ello para eso de “los hijos de papillon”

Lo de “los huevos” de papillon, me base en el rol que llevo en amino xD, mi mpreg todo raro. y de ahi saldran lindas larvas como la segunda transformación de myu en el anime. jeje..perdón por ser tan raro :p Los huevos, pequeña mención a ello, se lo dedico a Kaus bebé 

Se que tiene varias incongruencias y meteduras de para jeje, pero “así salió” y mi mente se negó a cambiar de ángulo XD. 

Ay, espero hacer una serie de fics de todo el proceso de reclutamiento de los espectros, no lo hago aqui por tiempo y estres [?) 

gracias por las porras, y les mando hamors.

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