Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Placeres del Melocotón mordido por Doki Amare Peccavi_

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Cap. 2: No hay refugio para el dolor.

 

Y la mente divaga, la elocuencia del pasado,

un tramo más largo que otro, mi futuro en pedazos,

un recuerdo que me mata…, que me deja… sin respiración.

La consecuencia del acto, la consecuencia de lo que hiciste en mí.

 

==== WEI / YI ====

 

Una madre y un padre, un hijo modelo, una hermosa morada, y un  secreto: Wei, hijo de una familia acaudalada, cargaba con una maldición y en algún punto de su vida, ésta se hizo presente: ¿dos almas en un cuerpo? el joven estaba consciente de sus arranques de ira y de sus incontables noches de nostalgia, pero simplemente no los podía controlar, para cuando sus padres lo notaron, Wei pasaba ya todo el día frente al espejo, cierto era que tenía un toque exquisito, Wei desde pequeño era hermoso, sus ojos embelesaban apenas mirarlo y su extraño cabello castaño, tan poco común entre la familia le hacía resaltar enseguida, pero ante eso, nadie esperaba que él mismo resultase hechizado con su imagen, hablaba incontables horas frente al espejo, y se respondía él mismo: reía, lloraba, difícilmente comía. Sólo vivía para el espejo, una noche cuando él por fin dormía sus padres quitaron todos los espejos de la casa, al despertar Wei no recordaba nada, el afán por adorarse y hablar a través del espejo, se había desvanecido.

 

Años después, cuando nadie recordaba el incidente con el único descendiente de los Tzu, Wei despertó alterado, algo en su interior le guío hasta el jardín y por error miró su reflejo en el oscuro lago, se miró acompañado de una luna roja en contraste con la perla que “en su cielo” aparecía. 

 

— No nos volverán a separar Wei — Los labios del reflejo se curvaban en una sonrisa, el castaño sintió una horrorosa sensación que heló sus movimientos y después comprendió lo que ocurría.

 

Fue cierto, jamás volvieron a separarles, porque ya no era necesario un cristal entre ambos, Wei podía escuchar la voz de “su otro yo”, “su maldición”, dentro de él, más profundo que su carne, casi tan profunda como su alma, aquella voz habló para él por demasiadas noches; contando anécdotas, recitando poemas, cuentos, Wei comprendió que su maldición era de espíritu sabio, amable… sutil. Wei poco a poco se fue enamorando y “su otro yo” sólo le quería como así mismo.

 

— Yi, poco a poco empiezan a alejarse de mi — Murmuró con la mirada perdida, sentado en el gran tejado de la vivienda de sus padres, miraba de reojo como ambos sostenían en brazos a la pequeña hija sana que estaba libre de maldiciones, eran tan inmensamente felices que poco a poco empezaban a evitarle. Le arrojaban fuera de su mundo perfecto porque era una mancha para la descendencia Tzu, un primogénito invisible.

 

“Debes dejar de juzgarles, no sabes si tú en su lugar actuarías de la misma forma, es difícil ponerse en el lugar del otro, sobre todo cuando se trata de tus padres”

 

— Es difícil, Yi. — Soltó un bufido y Wei dirigió la vista del otro lado

 

¿Quién es él?— Pregunto Yi

 

— Es el emperador, hay quién dice que es un asesino y sádico…, por eso se esconden de él. Yo creo que sólo es alguien abandonado entre joyas, poder y dinero, no hay sirviente en el palacio que desee permanecer a su lado, más de lo necesario

 

— Cuanta tristeza la suya

 

— Él no conoce la tristeza, Yi.

 

— ¿No lo ves? Sus ojos azules sin brillo, su sonrisa muerta, pobre del hermoso emperador.

 

— ¿Hermoso? No me parece para nada hermoso él, como hombre tiene una mancha de sangre, como emperador ha desondrado el designo

 

— Todo ser en este universo es hermoso por el simple hecho de estar vivo…

 

— Pero…

 

— ¿Podríamos ir a conocerle?

 

— Hoy no. — Negó Wei con un dolorcito en el pecho que jamás antes había sentido. Yi mirando con sus propios ojos al emperador, imposible tal vez sería, pensó, que Yi pudiese mirarle en algún momento estando ambos en el mismo cuerpo.

 

Seis visitas del emperador pasaron y cuando Wei no tuvo más pretextos, no pudo hacer más que permitir a Yi contemplar al emperador Ling, habló y respondió a los versos del emperador, dejó que Yi fuese quién disfrutase ese encuentro mágico que le llevó a probar sus labios. Cuando notó lo que Yi le había provocado hacer echó a correr, podía suponer que el emperador haría lo mismo pero no se permitió averiguarlo. Wei llegó a casa, recargó su espalda en uno de los muros entrantes. Recordó el sonrojo de Ling pero para Wei era diferente, un beso sin significado no podía llegar a sonrojarle.

 

— ¿Qué sentiste?

 

— ¿De qué hablas? — cuestionó Wei a Yi…

 

— Nuestro beso ¿Cómo se sienten sus labios?

 

— No he sentido nada, ¿Es que tú has sentido algo diferente? — Cuestionó preocupado.

 

 — No, es tu cuerpo y el cuerpo ofrece placer, sensaciones, tacto que sólo puede ser digno de sentir el dueño del cuerpo, yo soy una maldición en ti… no tengo ningún derecho a sentir, tú has sentido el contacto de sus labios pero no hay reacción en ti, yo quisiera tanto saber qué has sentido Wei.

 

 

====LING ZHOU====

 

"Disgustará al cielo, él será el último de tu dinastía"

 

Diecinueve días antes de que su primer hijo naciera, el emperador soñó a Lao—Tse decir aquellas palabras.

 

El hermoso hijo del emperador había nacido, después de eso, la emperatriz madre había muerto, una vida iluminada de un descendiente, el primogénito valía la pena de esa mujer, de esa mujer y muchas otras… pero el emperador no pudo con ello. Descargó su furia sobre el recién nacido, él había respetado a esa mujer por que en verdad le amaba… por ella había despreciado a sus demás esposas, amaba sólo a una mujer, a la mujer que perdió la vida por el recién nacido.

 

El pequeño creció en la disciplina, su padre emperador era severo, el entrenamiento dado superaban las capacidades del niño, el emperador ordenó a los sirvientes a ser rígidos con él,   

 

Cuando el pequeño niño cumplió cinco años, el representante de los dioses mandó a llamar al hombre más viejo y sabio del imperio; el viejo se convirtió en más que un maestro para el pequeño niño, dio amor, sabiduría y supo llenar aquel vacío profundo que las carencias hasta entonces habían hecho en el corazón del pequeño. Todos lo sabían, que Sou Che había educado al niño, el emperador no pudo acallar aquella adoración que el anciano generó en sus propios súbditos, en su hijo. Correría peligro si dejaba que aquella imagen del anciano le superase en popularidad.

 

Una noche mandó a llamar a su hijo heredero. Ling Zhou bajó las enormes escaleras hasta el estanque, miró a su padre y a su maestro de rodillas, con la cabeza fija en el suelo.

 

— Mátale — Ordenó su padre, sin testigos. Ling Zhou negó con la cabeza, miró en las manos del emperador una espada y las lágrimas nublaron su mirada inmediatamente.

 

— Yo...

 

— Es un traidor — Habló el emperador, simulando dar una justificación cuando no era necesario. El anciano sabía por qué era todo aquello, a gatas se acercó al niño y adelantándose a todo, besó los pies de Ling Zhou —

 

— Deme el honor de morir en sus manos… y no en las de otro hombre. — El emperador ofreció la espada. Ling Zhou la tomó con seguridad. Tenía tanto miedo en ese momento… tanto como jamás hubo tenido y lo hizo.

 

La noticia se corrió al día siguiente, todos temieron al futuro emperador, aquel niño no podía ser la futura representación de la voz de los dioses ¿No perdería su divinidad después de aquello? Su padre satisfecho dejó a su hijo solo, tres días después del acecinado de Sou Che, el emperador se suicidó en la habitación de su hijo mientras este dormía. Creyeron que el emperador lo había hecho por desilusión, y Ling lo creyó también, después de eso el niño se quedó solo, la gente le temía y nadie le amaba, había pensado en seguir el camino de su padre pero… ¿Y su imperio?

 

Una de las piezas claves fue Sou Che y la semilla de amor al imperio que plantó en el corazón del ahora pequeño emperador.

 

Lo decidió Ling Zhou de esa forma, dejaría un descendiente de su dinastía, le educaría y ayudaría en todo lo que el antiguo emperador no había ayudado a él. Sabía que los motivos del emperador estaban ocultos en la muerte de quién le había dado la vida, no intentó desenterrar la historia del tiempo pasado. Se dedicó a vivir, bajo las consignas del reino, para los ministros, el emperador actual era un simple símbolo decorativo, no tomaba decisiones importantes y ayudaba a mantener al imperio en el pánico.

 

Ajeno a todo, Ling Zhou, con diecinueve años se preparaba todos los días para representar la figura que se suponía que tenía y como antes lo había hecho, una visita mensual a los súbditos “fieles” que su padre había dejado para él.

 

— Wei Yi — Murmuró y dejó escapar entre sus labios un ligero quejido. El recordar aquel beso le hizo sonrojar en exceso y desviar la mirada hacia el camino pedregoso inclinado hacia su palacio.

 

 

 

   ¤°.¸¸. ·´¯`» Doki Amare Peccaiv.«´¯`·.¸¸. °¤ 

 

 

(º·.¸(¨*·.¸         ¸.·*¨)¸.·º)
«.·°·.*.' La historia‘.*.·°·. »
(¸.·º(¸.·¨*         *¨·.¸)º·.¸)

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).