El comienzo de un nuevo día en la prisión de mínima seguridad para mujeres y donceles de Konoha, el bullicio comenzaba en el Bloque C despertando a las pocas residentes que habían logrado pasar la noche, Naruto no estaba entre ellos. La chica nueva había comenzado a llorar alrededor de las dos de la madrugada, fastidiado envió a Pain ha darle una advertencia muy parecida a la amenaza para que silenciara su llanto. Aun así, había sido demasiado tarde, no importaba que hubieran pasado treinta años, no bastaban para acostumbrarse a la oscuridad realidad que le atormentaba en medio de la oscura noche, encerrado tras las rejas, lejos de su familia.
-Oye Naruto-Pain le llamó desde la otra cama metálica-¿Quiéres ir a las duchas o prefieres ir primero al desayuno?
Pain era su compañero de celda desde hace 2 años, como su guarda y mano derecha debía procurar estar cerca en todo momento, pero el ex-drogadicto tenía necesidades, como todos los jóvenes.
-Me quedaré un rato más acostado, diles que nadie me moleste hasta que sea la hora del desayuno-La verdad es que le apetecía dormir todo el día, era uno de esos días en que se sentía miserable, pero los guardias irían a sacarla para obligarla ir a comer-Adelante, puedes ir a ver a tu pelirrojo, pero te quiero ver a tiempo en el comedor.
El chico no tardó mucho en prepararse para ir a los baños, intercambiando algunas palabras con otras reclusas antes de abandonar el bloque. No se quedó tanto tiempo en la cama, tomó un impulso para levantarse y el ruido de sus huesos crujiendo hicieron presencia al igual que la tensión en su nuca, movió la cabeza de un lado a otro para aliviar el dolor, tener 61 años no le estaba facilitando la estadía.
Ansió el calor de una bebida caliente, pero al llegar al comedor los guardias lo detuvieron alegando que aun no era tu turno para desayunar. Mintió diciendo que lo habían llamado para ayudar a las cocineras, podían preguntarle a la jefa de la cocina, y fue lo que hicieron, Ebisu para ser más preciso lo escoltó hasta la entrada de la cocina y llamó a Karin, la pelirroja le confirmó que necesitaba una mano más experimentada. Pero el guardia aun se negaba, todo por querer joderlo, Ebisu tenía poco tiempo trabajando ahí, un par de años y aun creía que podía enfrentarse a él. Le sugirió entonces que fueran a ver a la vicealcaldesa Tsunade, o ir directamente con el alcaide Ibiki.
-Me pregunto, ¿cuál será su decisión si vamos los dos a verlo?-Ebisu borró su sonrisa y dejo que fuera con Karin a la cocina, la pelirroja no se contuvo para reír enfrente del guardia.
Las chicas y donceles de la cocina le saludaron mientras trabajaban en sus respectivas áreas, Karin envió a un doncel a ayudar en la barra para que Ebisu no volviera molestar. Agradecido por el café, decidió ponerse a pelar papás mientras Karin las picaba.
-No puedo creer que aun sepas como se hace, ya tenías tiempo que no te pasabas por aquí-Karin era una mujer mayir de unos 60 años recién cumplidos, ambos habían sufrido de un caso típico de "Hombres sin huevos" y eso los había llevado a encontrarse en la prisión, donde habían terminado como los amigos más cercanos.
Solían pasar el tiempo hablando acerca de sus familias que tenían afuera y las que habían creado en prisión. A veces, cuando conseguían meter un buen licor, hablaban de sus penas y lo que harían cuanto salieran, a los hijos que abrazarían y los nietos que besarían por primera vez. Pero a los 60 años esos sueños todavía eran lejanos, Karin había recibido 30 años y aun le faltaban 16, siempre y cuando no metiera la pata.
-Ayer hable con mis hijos-Karin apretó más el mango del cuchillo, suponía que no había recibido buenas noticias-Ivan quiere divorciarse de su mujer, le dije que dejara de comportarse como un niño y que pensará más en sus hijos, solo los poco hombre abandonan a sus familias.
-Supongo que por eso soy un hombre que puede dar a luz-Karin se disculpó cuando entendió el significado de sus palabras, pero Naruto ya no le estaba prestando atención, pensaba en sus hijos, en Menma y Charasuke.
-Mi nieto nacerá pronto-dijo con una sonrisa llena de tristeza, era otro evento que se perdería. <<Espero que al menos Sasuke no se lo pierda>>.-Nacerá en Abril, Charasuke prometió traerlo para el 10 de Mayo.
-Debes estar emocionado, ya solo faltan 4 meses.
-Tres meses y medio-corrigió.
Abandono la cocina cuando llegó el turno de su bloque, sus chicos y chicas ya estaban en el comedor y la mayoría lo esperaba en una de las mesas. Se sentó en medio de Pain y Neji, en ese mismo lado, Nagato cerraba la fila a lado de Yahiko. Frente a ellos Ino y Chouji guardaban los dos lugares para Lee y Tenten. La chica rubia comenzó a relatar los rumores que corrían, nada nuevo en realidad, una nueva clienta para Ebisu, el grupo de las brujas seguían molestando donceles y los del Gueto planeaban darle una lección a su líder. La única novedad en la prisión de Konoha, en realidad, no era nada nuevo.
-Oh cierto, Yagura saldrá pronto, creó que planeaba venir a verte antes de salir-aquella información capturó la atención de todos en la mesa, excepto de él-Me dijeron que ayer estuvo llorando mientras hablaba por teléfono, algo sobre un lugar para vivir, ya sabes, el típico caso del huérfano.
Naruto lo calificaría más como un caso de estupidez típica, pero Ino tenía razón, más tarde, en la zona de recreación, mientra jugaba patrañas con Tenten y Lee, Yagura apareció con los ojos llorosos pidiendo un momento para hablar. Dejo a Chouji terminando su juego, y acompaño a Yagura fuera del edificio, seguido de Pain y Nagato, el pelirrojo de cuerpo tan delgado que la piel se le pegaba a los huesos dándole el aspecto de una calavera, había sido trasladado hacia poco menos de 4 meses y su comportamiento tímido y sumiso había bastado para cautivar a Yahiko, desde entonces eran como uña y mugre, y eso le preocupaba, sabía que Nagato aun no estaba totalmente limpio.
El discurso del niño fue igual que todos los demás, padres conflictos, esta vez uno ausente y el otro drogadicto, hermanos menores que no había visto en años, malas decisiones en la adolescencia, y ahora, a solo una semana de volver al mundo real, caía en la cuenta de que no tenía un lugar a donde volver, ni un amigo que le esperará. Cuando presintió que el llanto estaba por salir, lo detuvo-Y ¿qué esperas que yo haga?-Lo mismo que hizo con todos los demás antes que él por supuesto, conseguirle un trabajo, un techo donde dormir y una mesa con comida. -Eres un niño-le dijo-Tendrás cinco años aquí pero eres joven y tu delito no fue grave, robaste algunas tiendas y vendiste droga, pero eso no te califica para algún puesto que yo pueda conseguirte y dudo que quieras el único que puedo conseguirte.
Honestamente, Naruto sentía un poco de tristeza al ver otro joven salir de un hoyo, para meterse en un más grande y oscuro, al principio no les había tomado mucha importancia, pero los años que paso conviviendo con ellos le hicieron ver otro lado de la moneda que le oprimía el corazón cada vez que enviaba carne al matadero, pero ese era su trabajo y eran pocos los que hacían caso a sus palabras de advertencia-Bien, sales el jueves de la siguiente semana, haré unas llamadas y tendre algo para ti entonces.
Yagura se fue dando gracias, con más energía y esperanza que cuando fue a verlo, pero Naurto hacía tiempo que ya no sentía esa chispa, se había apagado hace tiempo. Agotado le pidió a Pain que le acompañara a su celda ,y una vez ahí, le encargo que vigilara mientras él usaba el teléfono. De la parte trasera de su mueble para la ropa, el único mueble que tenía, despegó el celular que mantenía oculto, no era de esos celulares inteligentes y modernos, no, era un modelo viejo igual que él, con una tapadera que le decía la hora cuando estaba cerrado. No podía navegar en internet, pero no importaba, porque solo lo usaba para hacer llamadas, ese teléfono solo guardaba cinco contactos: Comadreja, Sacerdotisa, Hachibi, Cara cortada y Teme, nombres clave en caso de que el celular cayera en manos ajenas. No había mensajes, fotos, videos, juegos, ni siquiera un historial de llamadas en ese celular, solo los cinco contactos y ninguno de ellos podía llamar a ese celular.
Marco el número de Sacerdotisa, mientras sonaban los tonos de llamada observó las cicatrices que habían dejado las perforaciones en el perfil izquierdo de Pain, contrario a muchos donceles, él tenía un rostro muy rudo. Inconscientemente llevo la mano a sus propias cicatrices, un amargo recuerdo de sus primero años en ese lugar.
-Vaya, vaya Kitzune ya hacía años que no me dejabas escuchar tu voz-El tono alegre y entusiasta de la mujer solo era así cuando esta bebía un buen whisky junto con un puro cubano, Naruto mataría por tener un par de esos para él en aquel momento.
-No exageres Shion, solo han pasado unas semanas.
-Bueno para mí han sido años.
Escuchar la voz de una vieja amiga le levantó el animo-Escucha tengo un doncel que sale el jueves de la siguiente semana, esta desesperado, ¿te interesa?
-Sabes que aceptó todo lo que me mandes, de ellos depende si se quedan y de su cuerpo y experiencia depende donde los ubico.
Shion siguió hablando unos minutos, le contó sobre obre unos problemas que tuvieron con la policía que quería cobrarles más por sus servicios, sobre la intervención de Itachi para que una reportera entrometida no publicara una nota que comprometería los negocios de la familia. Naruto evocó el rostro de Itachi y supo lo mucho que extrañaba hablar con él, pero desde que tomo el cargo como gobernador del Estado todo contacto entre ellos tuvo que cesar, para evitar comprometerlo ahora que este tenía un puesto importante que los beneficiaba tanto.
-Por cierto, Sasuke estuvo aquí hace tres días-aquellas palabras le erizaron los cabellos-Estaba muy deprimido, claro que él no me lo dijo, tuve que emborracharlo para que soltara prenda-El que Sasuke fuera al burdel le molestaba y decepcionaba, un poco, pero se recordó que ya no podía esperar nada de él-Estaba muy triste porque no lo llamas, ni contestas sus cartas-Hubo una breve pausa donde la mujer tomo una calada de su puro-Tuve que detenerlo antes de que te llamará para gritarle cuanto te ama y le lastima que le hagas la ley del hielo.
-La ley del Hielo es lo mínimo que se merece y lo que tuve que hacer hace años-El buen humor que había ganado acababa de esfumarse por completo.
-Quiere sacarte de ahí, dice que ya no le importa nada, ni lo que le diga Itachi o lo que opine Sakura, él en verdad quiere recuperarte.
-Sasuke solo se ha aburrido y quiere sacar su juguete que le quitaron de castigo-Una molestia en la espalda baja se hizo presente, como una punzada que podría hacer que te dobles, pero aunque quería gritar y desahogar toda su furia, tuvo que contenerse, no quería que el resto de las reclusas, mucho menos los guardia, le escucharan-Y dile que deje de enviarme mensajes a través de ustedes.
-Oh vamos Naruto, ¿no crees que estás siendo demasiado duro con él? No cualquier hombre haría lo que él ha hecho por ti, prácticamente has vivido como rey en ese lugar todos estos años.
-Estoy aquí por él-Su voz, aunque no había salido tan fuerte para ser escuchada a más de unos pasos, fue tan dura y fuerte y que Shion se había quedado sin nada que decir. Estaba agotado y quería llorar, pero aun así, se atrevió a preguntar-¿Se acostó con alguien esa noche?
Por unos segundos no hubo respuesta-En su defensa, pidió al doncel que más se pareciera a ti-Eso no lo hacía sentir mejor, al menos ya no.
-Debo irme.
Colgó el teléfono y vio que Nagato lo veía de reojo mientras que Pain fingía no haber escuchado nada.