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Legado - Harry Potter por Lilit Yuu Jaganshi

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Notas del capitulo:

Notas de la Autora: Hola! Espero que estén pasando un buen comienzo de año! Aquí les traigo el capítulo 12! Espero que sea de su agrado, porque a mi este capítulo me gusta mucho!

 

Disclaimer: Ya saben que nada de este mundo me pertenece, todo es de la queridísima J.K. Rowling , yo solo lo manipulo para mi entretenimiento :D

Capítulo 12: Secretos

 

Cuando llego el día de regresar a Hogwarts, encontró a Draco en la estación, y subió con él para buscar un compartimiento.

Sirius le había comprado el nuevo baúl como se comprometió. Al poner las manos en la tapa para abrirlo, el baúl rastreaba la magia de la persona, y sólo al confirmar la magia del propietario, sin ningún truco o manipulación, se abría, si no, permanecía firmemente cerrado, y tenía algunas protecciones mágicas para evitar que alguien quisiera abrirlo a la fuerza, ya fuera con magia, o de forma física. Por dentro parecía un baúl normal, pero tenía algunos compartimientos secretos, conjurados para ser más profundos y no notarse, pero en donde podían guardarse otras cosas, como la Capa de Invisibilidad y el Mapa del Merodeador, que realmente hasta ahora no había usado.

Luego de llegar y de la cena, se fueron a sus cuartos para dormir, pero por más que lo intento, Harry no pudo, así que luego de dar la quinta vuelta en la cama, se levantó fastidiado. Fue a su baúl, pensando en leer algo para distraerse, cuando recordó el Mapa del Merodeador.

Pensó que ese podría ser un buen momento para usarlo, así que sacándolo, se metió a la cama tras los doseles corridos.

- Juro Solemnemente, Que Mis Intenciones No Son Buenas – murmuró, dándole un golpecito con la varita. Sonrió al ver el Mapa dibujarse, pero sobre todo, al ver los apodos de su padre, Sirius y Remus. No se detuvo mucho en el de Colagusano, y abriendo el Mapa, comenzó a observar los pasillos del castillo, la mayoría de ellos solitarios, a excepción de alguno en que un Profesor estaba haciendo su ronda.

Entonces, se detuvo al ver una etiqueta flotando con el nombre de “Fluffy” en el cuartito que él estaba seguro de que contenía al perro de tres cabezas.

- “¿Fluffy?, ¿Quién rayos le puso ese nombre?” – pensó confundido, intuyendo que ese nombre debía ser el del perro. De pronto, su atención se desvió al ver una etiqueta con el nombre “Quirinus Quirrell” caminar por ese pasillo.

Observó curioso, pero contuvo la respiración al verlo que se dirigía exactamente a la puerta donde estaba el perro. Lo vio entrar, y permanecer un poco ahí, antes de salir, alejándose con más prisa de la que llevaba cuando llego.

- “¿Qué pretendía?” – pensó más curioso y confundido.

 

***

 

Las siguientes noches, luego de que todos durmieran, él sacaba el Mapa para observar.

Sólo dos veces en aquella semana, vio la etiqueta de Quirinus Quirrell pasear por el tercer piso, pero de ambas, sólo una lo vio entrar. No duraba demasiado, y cuando salía, se alejaba apresuradamente de ahí.

Para la segunda semana, cuando vio en el Mapa que el Profesor Quirrell salía de su despacho, medito un poco antes de salir de la cama con mucho cuidado. Escucho en la oscuridad, y confirmando que todos dormían, se calzó; Fue al baúl por la capa que Draco le había regalado para evitar pasar fríos, y sacando la Capa de Invisibilidad, salió. Se cubrió con ella en el pasillo, y bajo con cuidado a la Sala Común, confirmando que no había nadie, aunque no dejo de moverse con sigilo por si alguien aparecía de improvisto, deteniéndose a media estancia, luego de sentir aquellos ojos que siempre le seguían tan fijamente.

Se volvió, comprobando que los grises ojos de Salazar estaban fijos en su dirección, casi como si estuvieran fijos en él y pudiera verle a través de la Capa. Se preguntó si los retratos tenían esa capacidad, y se prometió que luego lo investigaría.

Volvió a centrar su atención en el Mapa del Merodeador, usándolo para dirigirse de forma segura al tercer piso, pero cuando estaba cerca de llegar, vio la etiqueta de Severus Snape aparecer, y vio que se encontraba con el Profesor Quirrell en el tercer piso. No duraron mucho hablando, y entonces, los vio alejarse por diferentes rumbos.

Al ver que el Profesor Snape se dirigía hacia donde él estaba, sobresaltado, busco un aula para ocultarse, suspirando aliviado cuando estuvo detrás de una puerta, pero recordando a Fluffy, se volvió bruscamente, volviendo a suspirar aliviado, sólo hasta que comprobó que no había ningún perro de tres cabezas ahí. Al fondo sin embargo, un ligero brillo llamó su atención, lo que le hizo acercarse confundido. Era un espejo, muy alto y viejo, pero también muy hermoso. En la parte superior rezaba: Oesed lenoz aro cut edon isara cut se onotse.

No entendía lo que decía, pero estaba seguro de que latín no era, porque el idioma lo reconocería. Se miró en el espejo, pero dado que tenía la Capa puesta, no se vio reflejado. Se quitó la capucha, observando como su reflejo le devolvía una mirada sonriéndole, aun cuando él no sonreía; Alzo una ceja, a final de cuentas, en el mundo mágico los reflejos en un espejo tenían una cierta voluntad propia, así que no le asombro demasiado ver a su reflejo sonreírle un poco más ampliamente.

Aquel era un espejo viejo, pero por alguna razón, no sentía que fuera tan simple como se veía… Se quitó la Capa, y entonces jadeo, acercándose más para comprobar que su reflejo le devolvía una mirada divertida, guiñándole incluso el ojo, envuelto en el uniforme escarlata. Se miró a si mismo sólo para comprobar que no llevaba tal uniforme, y que estaba envuelto en la capa que Draco le había regalado esa navidad, pero su reflejo sólo le sonrió divertido, y apunto hacía el escudo de Gryffindor en la túnica que llevaba.

- Merlín santo… ¿Cómo es esto posible…? – murmuró bastante confundido, y negando con la cabeza, se alejó de ahí. Debía tener cuidado, no sabía qué clase de magia tenía ese espejo…

Volvió a revisar el Mapa del Merodeador, y suspiró al ver que el Profesor Quirrell había regresado a su habitación. Volvió a ponerse la Capa de Invisibilidad, y dándole un último vistazo a ese espejo, salió de ahí.

 

***

 

- Estas distraído Harry – le reprocho el rubio, y Harry parpadeo un par de veces, antes de mirarlo.

- ¿Qué? – preguntó confundido.

- ¡Justo de eso hablo! – le volvió a reprochar el rubio cruzándose de brazos - ¡¿Dónde tienes la cabeza?! –

Harry suspiro, acomodándose mejor en el sillón de la Sala Común. No le gustaba estar ahí, nunca se había sentido cómodo, sobre todo porque no podía ignorar la mirada tan penetrante que el retrato de Salazar le dirigía. Los primeros días había pensado que era su imaginación, pero cada vez estaba más seguro de que en efecto le seguía con la mirada, por lo que prefería pasar las tardes en cualquier otro lado, pero ese día, cansado, no había tenido energías para ir hasta la biblioteca.

- Lo siento. Parece que no he dormido bien – se disculpó.

- ¿Por qué? – quiso saber Draco, mirándolo perspicaz – No sabía que estabas teniendo problemas para dormir –

- No son problemas para dormir en si… - comentó, y se quedó de pronto mirando a su amigo fijamente.

- ¿Qué? – volvió a preguntar Draco, mirándolo confundido de aquella mirada.

- Hoy no te duermas – le susurró, inclinándose hacía él para que nadie más le oyera, y a su vez, Draco también se inclinó para que la conversación fuera más privada – Finge que lo haces, y espera a que yo te avise – y diciendo así, agarro sus cosas y se fue al cuarto, mirando de reojo a Salazar al pasar a su lado, sabiendo que aquellos ojos grises siempre le observaban atentamente.

Draco, confundido, simplemente le miró irse, pero hizo lo que el moreno le pidió, y luego de cenar, regreso con todos al cuarto. No se durmió, aunque permanecer despierto le estaba costando bastante trabajo conforme las horas pasaban. Se preguntó, sin poder evitarlo, si acaso Harry no le había gastado una broma; Quizás el muy desgraciado estaba durmiendo plácidamente. Casi estaba comenzando a sentir coraje, cuando escuchó que se corrían los doseles de la cama de la izquierda, donde el moreno dormía, y contuvo la respiración sin siquiera darse cuenta.

- ¿Draco?, ¿Estas despierto? – escuchó susurrar a Harry, que se había acercado a los doseles cerrados de su cama.

- Si – le respondió de inmediato, también en un susurro. Abrió los doseles para mirar al ojiverde, que asintió con la cabeza.

- Ponte zapatos y una capa cálida, vamos a salir – le indico, apresurándose a calzarse él mismo para ir al baúl por lo que necesitaría.

Draco le miró confundido, pero aunque tenía miles de preguntas por hacer, no formulo ninguna y se apresuró a hacer lo que el pelinegro le pidió. Se calzó, y fue a su baúl por una capa cálida, acercándose a él en cuanto termino.

- ¿Listo? – le preguntó Harry a Draco.

- Si – contesto, notando un bulto que el ojiverde cargaba bajo la capa que le había regalado esa navidad. Sonrió pese a todo, al ver que la estaba usando.

- Vamos – le animó Harry entonces, encaminándose a la puerta, que abrió con cuidado para salir de la habitación, pero no avanzaron más allá en el pasillo; Harry se limitó a cerrar la puerta, antes de comenzar a buscar algo.

- ¿Qué haces? – le preguntó Draco sin poder seguir conteniéndose, mirándolo sacar un pergamino viejo y en blanco.

- Bueno, eres mi amigo… Y los amigos comparten sus secretos… - comenzó Harry, moviéndose algo incómodo, y sin mirarle a los ojos, recito sin elevar tampoco su voz: - Juro Solemnemente, Que Mis Intenciones No Son Buenas

Draco jadeo al ver que el Mapa comenzaba a dibujarse.

- ¿Quiénes son Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta? – preguntó al leer el curioso saludo.

- Lunático es Remus, Canuto es Sirius, y Cornamenta era mi padre – le explicó Harry, sonriendo al ver sus nombres.

- ¿Y Colagusano? – siguió preguntando Draco, y no paso por alto la mueca de disgusto en el moreno.

- El traidor por el que mis padres están muertos – masculló. Draco no pregunto más – Pero no era esto lo que te quería mostrar – aclaro Harry de inmediato para cambiar el tema – Ni siquiera este Mapa, o la Capa que veras. Hay un espejo que es lo que realmente quiero que veas –

- ¿Qué Capa? – quiso saber Draco, mirando de reojo el bulto que sobresalía de la capa de Harry - ¿Y que hace este Mapa? – añadió, regresando la atención al moreno.

Por toda respuesta, Harry se lo tendió.

- Revísalo – le invitó.

Dudando un poco, Draco lo abrió, sobresaltándose cuando vio sus nombres en el pasillo del cuarto, y el nombre de Vincent, Blaise y Theodore dentro de la habitación.

- ¡¿Es en serio?! – preguntó atónito.

- Lo es – confirmo Harry sonriéndole orgulloso – Te muestra donde esta cualquier persona dentro del castillo. Pero esta vez solo lo usaremos para no toparnos con nadie. Ahora, la Capa – y sacándola, la desdoblo, cubriéndose con ella los hombros.

Draco le miró con la boca abierta.

- ¡Una Capa de Invisibilidad! – exclamó con voz ahogada al tener que hablar en susurros - ¡¿Quién te regalo eso?! –

- Era de mi padre, y alguien a quien él se la presto antes de morir, me la devolvió esta navidad – le contó – Ahora vamos, es lo suficientemente amplia para ir los dos – y cuando Draco se acercó, lo cubrió, tomando el Mapa para comenzar a andar.

El camino lo hicieron en silencio, y luego de lo que a Draco le pareció una interminable hora, llegaron a un aula. Harry les quito la Capa una vez entraron, y le señalo el fondo de la misma.

- Ese espejo. Pensé que me podrías ayudar a descubrir qué tipo de magia tiene – comentó acercándose al espejo – He venido cada noche en la última semana, pero sigo sin saberlo… - y se puso a un costado del espejo, porque no quería que Draco viera a su reflejo vestido de Gryffindor.

- ¡¿Has venido toda la semana?! – repitió Draco asombrado – ¡Con razón estas tan distraído y cansado! – pero cuando se paró frente al espejo, su boca se abrió de par en par.

- ¿Qué pasa? – preguntó Harry curioso.

- ¡Mira! – exclamó Draco emocionado - ¡Soy mayor, y tengo las insignias de Capitán de Quidditch, de Prefecto y de Premio Anual!, ¡Y estoy platicando con el Ministro! Me veo realmente bien… –

Harry parpadeo confundido.

- ¿En serio ves eso? – preguntó.

- ¡Claro! – respondió Draco feliz - ¡Mira, mira! – pero aunque Harry inclinaba la cabeza sobre el espejo, no dejaba de ver solo a Draco.

- Sólo veo tu reflejo normal… - le explicó, pero pensó que si era así, quizás Draco no podría ver lo que él veía. Se paró al lado del rubio, viendo a su reflejo vestido con el uniforme de Gryffindor sonreírle y guiñarle el ojo, pero él se enfocó en el reflejo de Draco – Sigo viendo tu reflejo normal… - comentó, sin decir nada sobre su propia visión en el espejo.

- Yo también solo veo tu reflejo normal – comentó Draco algo confundido, y Harry casi suspiro aliviado de escucharle - ¿Qué ves tú? – quiso saber, y el moreno se removió ligeramente.

- Oh… Sólo… Estoy con una fabulosa escoba sosteniendo la Copa de Quidditch – mintió, y su reflejo negó con la cabeza, dirigiéndole una mirada acusadora - ¿Qué magia crees que sea? – se apresuró a preguntarle al rubio para que no sospechara, ignorando olímpicamente a su reflejo.

- No estoy seguro… - murmuró Draco, mirando el espejo fascinado - ¿Crees que vea el futuro? –

Harry hizo una mueca.

- Lo dudo mucho… - masculló, y eso hizo a Draco mirarle con suspicacia.

- No estás viéndote sosteniendo la Copa de Quidditch, ¿Verdad? – acusó, dirigiéndole una mirada perspicaz mientras se cruzaba de brazos, y nuevamente, Harry se removió incómodo.

- No… – confesó con esfuerzo.

- ¿Qué ves? – quiso saber Draco curioso.

- No te lo voy a decir, Draco – le respondió, y se apartó un poco, mientras su reflejo le regresaba una mirada decepcionada. Bueno, no le importaba, a final de cuentas si no era valiente, él no estaba realmente en Gryffindor como para tener que serlo…

- ¿¡Porque no?! – siguió presionando Draco – ¡Vamos, juro que no me reiré! –

- No, no voy a decirte – contesto Harry firme.

- ¡Por favor! – insistió el rubio – ¡No puede ser tan malo! –

- ¡No lo haré, y si sigues, me voy a ir y tendrás que regresar tú solo a la Sala Común sin Capa ni Mapa! – le amenazo Harry, molesto de que le presionara, y Draco supo que era mejor no seguir presionando, sobre todo con semejante amenaza, cuando él no sabía el camino para regresar a la Sala Común.

- Esta bien – convino con una mueca inconforme.

Harry asintió con la cabeza, y volvió su vista al espejo.

- Entonces seguimos sin saber que magia es esta – murmuró, tratando de regresar la conversación al tema original.

- Así es – convino Draco – Jamás vi un espejo como este. Pero igual si no sabemos, no creo que debas seguir viniendo, Harry, no tiene sentido. Busca en la biblioteca, quizás puedas encontrar algo ahí. El espejo por sí mismo, no te dirá nada más allá de lo que ya te ha dicho –

- Supongo que tienes razón… - murmuró el pelinegro luego de reflexionar las palabras de Draco, aunque se quedó pensativo por unos momentos - ¿Crees que si se lo enseño a Hermione ella pueda saber? –

Draco rodo los ojos.

- Si tú y yo no sabemos, dudo que ella sepa – le respondió.

- Entonces quizás pueda ayudarme a investigar – comentó Harry, y Draco volvió a rodar los ojos.

- Como quieras – cedió – Y ahora vámonos, irás directo a dormir, y no dejare que sigas vagabundeando por el castillo –

- Si, mami – se burló Harry, siendo ahora él quien rodara los ojos.

- ¡Anda, búrlate!, ¡Pero no dejare que andes como ido por el castillo, y en las clases termines perdiendo puntos! – le advirtió Draco, y tomo la Capa, mirándola sonriente – Esto es genial, quiero una propia –

Harry sonrió divertido.

- Quizás tu padre pueda conseguirte una – sugirió.

- Le preguntare – decidió Draco, y acercándose a Harry, hecho la Capa sobre ambos, pero Harry no se movió mientras miraba el mapa - ¿Y ahora qué? – quiso saber Draco, asomándose también al Mapa, donde vio la etiqueta del Profesor Quirrell moviéndose - ¿Haciendo su ronda? –

- No, va de nuevo al tercer piso – le explicó Harry, y le dejo ver, señalando a donde estaba Fluffy.

- ¿Fluffy?, ¿Quién rayos es Fluffy?, que estúpido nombre… - se burló Draco.

- Parece ser el nombre del perro – le explicó Harry encogiéndose de hombros.

- ¡Por Salazar!, ¡¿Quién le puso ese estúpido nombre?! – se lamentó el rubio.

- No lo sé, pero parece que así se llama – le dijo Harry - ¡Mira, entro ahí! –

Draco se fijó atentamente junto con Harry, y al poco rato, vio la etiqueta del Profesor salir y alejarse apresurado.

- ¿Y todo eso que significa? – le preguntó confundido.

- No lo sé – le respondió el moreno encogiéndose de hombros – No estoy seguro de lo que hace, pero varias veces a la semana suele ir ahí. No siempre entra, y cuando entra sale pronto, ¿Qué crees que guarden ahí? –

- No tengo ni idea… - murmuró Draco encogiéndose de hombros – Regresemos antes de que nos encuentre alguien y nos metamos en problemas – y así, ambos se apresuraron a volver a las mazmorras.

 

***

 

- Hermione, ¿Tienes un minuto? – le preguntó Harry sentándose a su lado en la biblioteca.

Draco rodo los ojos, pero sin decir nada, se sentó frente a ellos, moviendo los libros para poder ver y escuchar a Harry.

Hermione miró a ambos, y frunció el ceño al ver al rubio desacomodar sus libros, pero de momento no dijo nada. Le causaba curiosidad la pregunta de Harry, y la actitud de ambos.

- Sí, claro, ¿Qué pasa? – preguntó, mirándolo.

- Hay un espejo extraño que descubrí hace tiempo… Y no sabemos qué tipo de magia tiene… Pensamos que quizás tú podrías ayudarnos a descubrirlo – le explicó.

- ¿Y dónde está ese espejo? – quiso saber la castaña curiosa.

- En un pasillo por el que no pasa mucha gente. Si aceptas, tendríamos que llevarte de noche para que nadie más nos vea – le siguió explicando Harry, y Hermione frunció el ceño ante eso.

- ¿De noche?, nos meteremos en problemas, pueden incluso castigarnos, o peor aún, perder puntos – observó recelosa – No se supone que los alumnos anden vagando por el castillo de noche –

- Lo sé. Si no quieres, no te obligaremos – le aseguró Harry.

- Pero Harry creyó que ya que eras una bruja inteligente, podrías ayudar en la investigación de este misterioso espejo que ni él ni yo sabemos qué tipo de magia tenga – se permitió comentar Draco de forma desinteresada, pero viendo con interna satisfacción, como los ojos de la castaña brillaban.

Harry miró con cierto asombro a Draco, notando la manipulación implícita, y negó con la cabeza, sonriendo pese a todo.

- Creo que serías de mucha ayuda, a final de cuentas, 3 cabezas piensan mejor que una – comentó, y no pudo evitar el escalofrío que le recorrió, cuando esa alusión le hizo recordar al perro del tercer piso.

De reojo vio que Draco se estremecía también, y supo que había hecho la misma asociación.

Hermione los miró confundida por esa reacción, pero lo dejo pasar de momento.

- Esta bien. ¿Cuándo?, ¿Y cómo le haremos para llegar hasta ahí sin ser vistos? – preguntó. Miró a todos lados para confirmar que nadie los miraba antes de continuar – Debemos idear un plan muy detallado y… -

- Granger, ahórranos eso – la interrumpió de inmediato Draco - Harry sabe cómo. Será hoy en la noche. A las 12. Pasaremos por ti, sólo abre el retrato a las 12 en punto y no salgas –

La castaña los miró curiosa y confundida, con mil preguntas, pero simplemente asintió con la cabeza.

- Bien, a las 12 en punto abriré el retrato – convino.

Harry y Draco asintieron con la cabeza.

- Hasta la noche – se despidió Harry, y Draco sólo se paró y salió junto con él.

La castaña los observó irse, pensando en esa extraña charla.

 

***

 

A las doce en punto, Hermione susurró la contraseña. Hacía poco que la sala Común se había quedado vacía, y aun así, la castaña no podía evitar sentirse nerviosa. El retrato se abrió, y miró hacia afuera, pero no vio a nadie. Se mordió el labio y regreso adentro, dando vueltas por el lugar. Cuando el retrato se cerró, hizo una mueca.

No quiso aceptarlo, pero el corazón se le oprimió al pensar que Harry le había jugado una broma… Suspiro, y se dio vuelta pensando en regresar a su cuarto a dormir.

- Hermione… - susurró de pronto una voz que ella conocía bien, pero que en esas circunstancias le hizo saltar. Se volvió, pero no vio al moreno por ningún lado.

- ¿Harry? – preguntó realmente confundida, frunciendo el ceño, ¿Acaso se estaba volviendo loca?

- No grites… - le pidió Harry, y entonces, abrió un poco la Capa de Invisibilidad para permitir que los viera.

Hermione se sobresaltó, llevándose una mano a la boca para evitar gritar.

- ¡¿Qué es eso?! – preguntó completamente curiosa y asombrada, acercándose de inmediato para tocar la Capa, sonriendo ampliamente al sentir aquella extraña textura.

- Una Capa de Invisibilidad, Granger – le respondió Draco con el mismo tono aburrido – Ándale, no pierdas el tiempo –

- Ven, la Capa es muy amplia para cubrirnos a los 3 – le animó Harry, poniendo a la castaña entre ellos dos al frente, sin darse cuenta de la incomodidad que esa posición causo en ella – Listo – confirmó el ojiverde una vez que cerró la Capa, y confirmó que les cubría sin problemas – Ahora sólo susurra la contraseña para poder irnos – le pidió, pero cuando intentaron caminar al retrato, Draco choco con Hermione, pisándola, y la castaña casi cayo. Harry apenas y alcanzo a sostenerla, mientras la Capa resbalaba descubriéndolos.

- ¡Granger, debes caminar! – le reprocho Draco.

- ¡Estaba intentando caminar cuando me pisaste! – se defendió la chica.

- Esto no parecía tan difícil entre dos… - murmuró Harry mordiéndose el labio.

Volvieron a intentarlo algunas veces más, pero Draco y Hermione siempre se pisaban o chocaban mutuamente, y no parecían cómodos de estar tan cerca, así que no habían conseguido llegar al retrato con éxito.

- ¡Esperen! – les pidió Hermione, y tomando del brazo al ojiverde, lo movió a donde ella estaba, mientras ella se acomodaba donde él había estado a la izquierda, sintiéndose más cómoda en esa nueva posición – A ver, intentémosle así – pidió.

- ¿Segura? – preguntó Harry, sintiéndose extraño de estar entre ellos dos adelante.

- Vámonos, Harry, o se nos hará más tarde – le apremió Draco, sin querer aceptar que ese cambio le había resultado mucho más agradable.

- Bueno, vamos – convino el moreno, y contra todo lo esperado, los tres se desplazaron mejor.

Hermione susurró la contraseña, y los tres pudieron salir por el retrato. Avanzaron con cuidado, y sólo hasta que estuvieron lejos del retrato, Harry sacó el Mapa.

- ¿Qué es eso? – preguntó Hermione en un susurro, mirando curiosa por sobre su hombro.

- Una reliquia familiar – le contesto Harry sonriendo divertido, y estuvo al pendiente del Mapa, hasta que llegaron al aula.

- ¿Cómo funciona eso? – quiso saber la castaña no bien se quitaron la Capa, mirando el Mapa. No había preguntado nada por el camino para que nadie les escuchara y los descubierta, pero moría de ganas por saber.

- Te muestra todo el castillo y a la gente en él – le explicó, tendiéndoselo – Mi padre, Sirius y Remus lo hicieron en sus años de estudiantes –

Hermione lo tomó, mirándolo fascinada.

- Sin duda, tu padre fue un mago muy inteligente, y también lo son Sirius y Remus sí pudieron hacer algo así mientras eran estudiantes – comentó, analizando atentamente el Mapa.

- Si – convino Harry sonriendo orgulloso.

- Luego ven el Mapa, vengan a ver el espejo – les apremió Draco, que ya se había acercado al espejo, y sonreía al ver su reflejo.

- Vamos, Hermione – le animó Harry, caminando al espejo mientras guardaba la Capa en su mochila – A ambos nos muestra algo distinto. Yo no puedo ver lo que Draco ve, y Draco no puede ver lo que yo veo. Supongo que tampoco podremos ver lo que te muestre –

La castaña le siguió, escuchando lo que decía el moreno, pero cuando se paró a un lado de Draco, soltó un gritito, llevándose las manos a la boca.

- ¿Qué ves? – quiso saber Harry curioso.

- Yo… Estoy recibiendo saludos de mis compañeros de Casa… Mientras sostengo la Copa de las Casas… - les contó sonriendo.

- Bueno, definitivamente ahora sé que no muestra el futuro – masculló Draco con amargura, mirando triste a su reflejo.

Hermione le miró ceñuda.

- ¿Por qué lo dices? – exigió saber.

- Porque eso jamás pasara. Slytherin va a la delantera en puntos – le aseguró el rubio con suficiencia.

- ¿Qué ves tú? – quiso saber la castaña, fulminándolo pese a todo con la mirada.

- Me veo de grande, con las insignias de Prefecto, Premio Anual, y Capitán de Quidditch, mientras saludo al Ministro de Magia – le respondió orgulloso y presumido.

- Bueno, definitivamente no muestra el futuro – ahora fue turno de la castaña de burlarse, y de Draco de fulminarla con la mirada.

- No creo que muestre el futuro – terció Harry, mirando el espejo pensativo.

- ¿Qué ves tú, Harry? – quiso saber curiosa Hermione.

- Si, tienes que decir, yo te dije lo que vi – le presiono Draco.

- Yo también te dije – apoyó Hermione.

Harry los miró, y miró a su reflejo que sonreía orgulloso. Suspiro resignado, sabiendo que no estaría bien que se siguiera negando a contarles, pero sintiéndose enormemente incómodo.

- Me veo con el uniforme de Gryffindor… - murmuró, mirándose los zapatos, para no ver a ninguno de los dos.

- ¡¿Qué?! – exclamó Draco sobresaltado.

Hermione sólo lo miró boquiabierta.

- Bueno, sin duda, no ve el futuro – decidió Draco con firmeza, y la castaña volvió a fulminarlo con la mirada, aunque después suspiro.

- Parece que no – convino muy a su pesar, mirando con tristeza su reflejo – Pero entonces, ¿Cómo funcionara? – y comenzó a darle vueltas al espejo, deteniéndose al ver la inscripción - ¿Si vieron eso? –

- Si, pero no sabemos qué idioma es – le respondió Harry, agradeciendo que ninguno comentara más sobre lo que él veía.

- Tampoco sé qué idioma sea – murmuró la castaña, y sacando de su mochila pergamino y tinta, comenzó a anotarlo.

- ¿Qué haces? – preguntó Draco mirándola confundido.

- Bueno, debemos investigar, así que traje pergamino por si necesitaba hacer algunas anotaciones – le explicó con simpleza, y Harry no pudo evitar sonreír.

- Eso suena bien. Quizás luego de un poco de investigación, sepamos algo sobre este espejo – convino esperanzado, pero luego frunció el ceño. En el espejo, detrás de su reflejo, pudo ver dos figuras altas que caminaban hacía él, pero estaban difuminadas, y no podía ver con claridad quienes eran.

- ¿Pasa algo? – le preguntó Draco, acercándose al verlo fruncir el ceño.

- Es sólo… Veo dos figuras detrás de mí, pero… - se cayó abruptamente cuando una de las figuras puso suavemente la mano sobre el hombro de su reflejo, porque entonces, él mismo pudo sentir aquella mano suave y cálida, posarse ligeramente sobre su hombro. Supo que era imposible, pero no pudo contener el impulso y miró sobre su hombro, como si esperara ver la figura ahí. No había nadie.

- ¿Harry? – preguntó la castaña mirándole curiosa.

- ¿A quiénes ves? – quiso saber Draco, mirándole confundido.

- No lo sé… - les respondió Harry regresando su vista al espejo – No se ven con claridad… La imagen esta difusa… -

- Que extraño… - murmuró la castaña mirando su reflejo – Yo sigo viendo lo mismo… ¿Tu reflejo ha cambiado, Malfoy? –

- No, sigue siendo el mismo – respondió este, encogiéndose de hombros.

- Bueno, lo investigaremos y sabremos que pasa – decidió la castaña.

Harry sólo asintió con la cabeza, mirando aquellas dos figuras difusas. Le parecían extrañamente familiares…


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