Tony despertó sintiendo que algo oprimía su pecho, de inmediato busco lo que era, descubriendo que Peter de nuevo había dejado su cama a mitad de la noche para ir a dormir con él.
Ya había pasado una semana desde que el híbrido se instalo en su vida, desde entonces cada día era una montaña rusa llena de risas y dolores de cabeza, a pesar de que Tony le regalo una habitación completa para Peter, este no le gustaba estar más de dos minutos sólo.
Cosa que demostraba cada noche colandose en su habitación y durmiendo sobre su pecho, era un poco fastidioso despertar con un gran chico de veinte años algo más alto que él aplastando su pecho y a veces hasta su cara, más nunca podía retarlo.
¿Alguien podría? Con esa mirada arrepentida, ojos llorosos, sus orejas cómo cola bajadas y ese pucherito que le rompía el corazón, no, definitivamente prefería morir asfixiado por el cuerpo del menor que tener que prohibirle la entrada a su habitación.
Con cuidado sacó a Peter de encima suyo para dejarlo en las suaves mantas, le acarició las orejitas, una nueva obsesión que desbloqueo desde hace poco, antes de dirigirse a la cocina, preparo dos sándwichs de atún con mayonesa (los favoritos del perrito) junto con un jugo de naranja para Peter y un café americano para él.
Era un día libre de trabajo, por lo que no debía preocuparse por la hora, por otra parte cómo su prototipo estaba avanzado los mando a su CEO Pepper para que les diera un ojo y el visto bueno, por lo que podría descansar un par de días hasta ponerse manos a la obra en terminarlos y que estuvieran listos para el mercado.
Subió a su habitación con la bandeja, viendo cómo Peter olfateaba el aire buscando aquello que le había llamado la atención, se río cuando vio al canino frotar sus ojitos con una expresión de sueño y bostezo mostrando los colmillos de su boca.
—Buenos días, señor Stark—cómo cada mañana le decía algo avergonzado de estar en su cama, bueno cómo si de verdad se sintiera culpable, cuando sabía perfectamente que Peter era un caprichoso que adoraba la compañía y las caricias.
—Buenos días niño, supongo que tienes hambre—Dejando la comida sobre la mesita de noche se acostó en la cama junto al joven prendiendo la televisión dejándola en el canal preferido de Peter, uno donde pasaban programación infantil y daban los ositos cariñositos.
El castaño recibió la comida sin despegar ningún momento su vista de aquellos osos tan coloridos y animados que cantaban, dando pequeños bocado de vez en cuando. Tony se vio sumergido también en la historia de los osos.
Al finalizar salieron a la sala donde Tony puso varias mantas y almohadas improvisando un tipo "cine" en el departamento, se acurrucaron juntos y por idea del mayor pusieron una película de terror.
Peter aún era muy nuevo en todo eso de la ficción y la televisión por lo que creyó que realmente los juguetes asesinos existían, así que más asustado y aterrado estaba, mientras que Tony estaba igual, realmente sólo quería reírse un rato de Peter por ser tan ingenuo, sin embargo también era alguien muy miedoso.
En medio de todo el griterío de la actriz terminaron muy abrazados en el piso, Peter escondiendo su cabeza en el cuello de Tony y Tony cerrando los ojos con fuerza buscando el bendito control que se perdió en medio de todo el desastre de la sala.
Cuando la escena más fuerte se desarrollaba comenzaron a escuchar unos ruidos extraños del ascensor, ambos se sostuvieron cerca temblando, cuando una figura negra apareció entre la oscuridad.
Ambos soltaron un fuerte gritó de terror, cuando las luces fueron prendidas y una esbelta Pepper miraba su escandaloso jefe muy abrazado con un chiquillo.
—Tony Stark te eh llamado toda la tarde! y Quién rayos es ese chico? Al menos dime que es mayor de edad!—chilló la rubia llendo hasta ambos quitando la frazada que envolvía el cuerpo de ambos.
Pepper retrocedió muy impactada mirando las orejas de perro en la cabeza del castaño y la cola que se asomó de entre su cuerpo.
—Que rayos?!?—Gritó con incredulidad, de inmediato Tony se preocupó de Peter que ya a este punto estaba cubierto de lágrimas todo rojo y asustado por la intromisión de alguien que no conocía.
—Callate!, lo asustas!—chilló Tony abrazando a su cachorro, meciendo su cuerpo suavemente mientras le hablaba, gracias a alguna deidad encontró por fin el control de la televisión y la apagó.
—Que y quién es él, Tony? No estoy para juegos—dijo cansada la mujer, pasando su mano por su cara, para luego cruzarse de brazos, ¿Porque le sucedía todo esto a ella?, no penso que trabajar con Tony Stark significaría ser niñera 24/7!.
—Okey, calmate querida, este es Peter, es un híbrido de perro, lo encontré hace una semana estaba herido y perdido, por lo que lo traje a vivir aquí, veras que es muy dulce y amable!—dijo Tony, revolviendo los cabellos rizados del menor, quién aún lucía aterrado y asustado de la presencia de alguien más que no fuera Tony.
Para Peter todas las personas eran malas, siempre le hacían daño y lo lastimaban por que sí, la única persona en la que confiaba era en Tony y en nadie más.
—Es broma verdad?, Tony si la prensa se entera de esto...esto es ilegal, él le pertenece al estado—explicó Pepper pálida, sin poder creer lo impertinente que era su jefe, algo que debía arreglar si no quería que Stark fuera demandado por el gobierno de los estados unidos de América.
—Peter no le pertenece a nadie!, Pepper es sólo un muchacho de veinte años, lo han maltratado y dañado toda su vida, no puedo dejar que lo sigan haciendo—dijo Tony alterado, aferrando a su cuerpo a Peter.
Pepper miró la cara asustada del chico que la miraba con ojitos acuosos, listo para soltarse a llorar, aferrado a la camisa de Tony con toda la desesperación del mundo, su corazón se destrozó un poco.
Suspirando se rindió ante este nuevo capricho de Tony, cómo siempre.