Kioto, Japón, 1983.
Después del funeral y entierro de Gohan, comenzó a llover ligeramente mientras la gente se dispersaba, Goku abrió su paraguas para alejarse poco a poco de la multitud haciendo que Vegeta tuviera una ganas inmensas de reconfortarlo de cualquier forma;
-Oye, Goku- llamó Vegeta haciendo que el mencionado detuviera su caminar para mirarlo.
-¿Si, Vegeta?
-¿Quieres ir a comer? Hoy fue un día complicado- mencionó un poco nervioso.
-Sí- asintió con una leve sonrisa- creó que me hace mucha falta...
Ambos caminaron sin decir una sola palabra hasta que llegaron a una pequeña cafetería, entraron para sentarse y ver la carta como si se tratara del menú más complejo, analizando cada sabor en las malteadas o más bien aún la noticia no era del todo real, desde hace 3 años habían pasado todo tipo de experiencias juntos. Al principio Vegeta se sentía como un mal tercio ante la pareja, pero eventualmente se dio cuenta de un patrón en ellos, normalmente si Vegeta estaba presente tanto Goku como Gohan hablaban entre ellos pero si estaban separados esa llama se apagaba y volvían a ser como los había conocido en primer lugar, ahora que Gohan no estaba sabia lo difícil que sería para Goku;
-¿Vas a pedir algo?- preguntó sacando a Vegeta de sus pensamientos.
-Lo siento, no se que estaba pensando- admitió avergonzado volviendo su mirada al menú hasta que pudo sentir una mano sobre su hombro, encontrándose con el rostro del joven;
-No te disculpes, entiendo cómo te sientes, es raro...- Era más raro escuchar a Goku tan elocuente-, usualmente estaríamos los 3 juntos pero, a veces la vida es así de impredecible...
-¿Tú lo sabías?- preguntó levantando la mano para llamar al mesero.
-¿Saber qué mi pareja por 6 años se iba a estrellar contra un auto a más de 60 kilómetros por hora en una autopista concurrida mientras estaba bajo los efectos de LSD?- preguntó Goku.
-No me refiero a eso... yo- Vegeta fue interrumpido por la presencia del mesero que trajo a Goku una malteada de vainilla y preguntó;
-¿Que sería?
-Está bien una de chocolate, por favor.
Goku comenzó a jugar con la crema batida con el popote para mirar nuevamente a su compañero y reír suavemente;
-Recuerdo que Gohan siempre se enfadaba cuando le respondía tan directo como lo hice contigo, discúlpame a veces no mido mis palabras- contestó sincero- , respondiendo a tu pregunta; no sabía que lo haría pero tenía indicios.
-¿Indicios?- repitió Vegeta extrañado.
Gohan era una persona de carácter tranquilo y muy amable, fanático de las películas de gangsters y superhéroes, y con un sentido del humor bastante ácido. ¿Cómo es posible que una persona con esas características, haya teñido indicios de comportamiento suicida? En todo caso lo creería más de Goku, que siempre guardaba distancia, ocultaba cosas y era de pocas palabras.
-Problemas familiares, presión social y quizás poca autoestima- dijo dándole un sorbo a su malteada-, y en cuánto al LSD, estaba fascinado con esa cosa... Alguna vez me dijo que debíamos probarla contigo pero me negué rotundamente, no quería que te causará problemas.
-¿Lo probaste?- preguntó Vegeta incrédulo.
-Sí, pero no enorgullece ni me hace pensar que soy más maduro, de hecho fuimos unos idiotas, esa cosa pudo matar antes a Gohan o a mi...
Vegeta pasaba la mayor parte del tiempo con ellos desde hace 3 años y se le hacía irreal que ambos hayan tenido ese tipo de experiencias, aunque realmente se sentía peor al no darse cuenta en los problemas de ambos, se sentía culpable de no preguntar por su amigo cuando él siempre le apoyaba cuando tenía un mal día, pero, eso no volvería a pasar;
-Entonces cuéntamelo todo a mi- respondió tocando ligeramente la mano del otro causando un pequeño temblor en él.
-¿Qué quieres que te diga?- preguntó Goku extrañado.
-No quiero que te pase lo mismo, puedes contarme lo que quieras...- Admitió Vegeta mirando hacia una pequeña rocola-, quizás te animes con una buena canción...
-Me gusta la música- dijo el joven encogiéndose de hombros.
Vegeta se acercó para insertar una moneda y el artefacto comenzó a funcionar, habían muchos artistas y selecciones pero sin duda quería hacer feliz a su compañero, así que optó por OB-La-Di, OB-La-Da, era una canción alegre y que podría levantarles el ánimo;
Vegeta tomó asiento y lentamente la música se hizo presente, así que levantó la vista para ver a su amigo a los ojos;
“-Desmond tiene una carretilla en el mercado”.
Cantó ligeramente para dar paso a Goku;
“-Molly es la cantante de una banda”.
Continuó el joven para dar entrada a Vegeta, quien no dudó en querer sonrojar a Son;
“-Desmond le dice a Molly, chica me gusta tu cara, y Molly dice esto mientras le toma la mano”.
La vida sigue hermano, ambos en el coro no dejaban de sonreír con un aire de tristeza genuino, sus palmas al compás del coro seguían la frase;
“-Desmond lleva un carro a la tienda de joyas, compró un anillo de oro de veinte quilates...”.
Goku divertido imitó un chasquido similar al de la canción y continuó la letra;
“-Se lo lleva a Molly esperando en la puerta y mientras él se lo da ella comienza a cantar...”.
En ese momento Goku bajo la mirada con tristeza, fijando sus ojos en la copa casi vacía donde estaba su malteada, y sin querer sus ojos se volvieron cristalinos con lágrimas próximas a salir. Al notar esto, Vegeta se paro de su lugar para sentarse a su lado;
-Tranquilo, perdón sólo quería animarte-se disculpó, sintiéndose culpable.
-No es nada, me gusta la canción, creo que es mi banda favorita...
Sí, en un par de años
Han construido un hogar dulce hogar
Con un par de niños corriendo en el patio
De Desmond y Molly Jones
“-Felices para siempre en el mercado, Desmond deja que los niños echen una mano”.
Vegeta continuó para terminar la canción;
“-Molly se queda en casa con su bonita cara y por la noche es cantante de la banda...”.
Pagaron la cuenta y salieron cuando la lluvia había parado así que se tomaron el tiempo para caminar lentamente por las tranquilas calles, hasta que Vegeta rompió el silencio;
-Goku, ¿Querías formar una familia con él?
La pregunta pudo haber incomodado al más alto pero realmente hizo el efecto opuesto haciendo que soltara una pequeña carcajada, raro en él;
-Creo que aunque hubiera querido no era posible, soy hombre y no tengo la capacidad para tener hijos y creo que ninguna institución le daría la custodia de un niño a dos hombres homosexuales- contestó causando un poco de frustración en Vegeta.
-No necesariamente con hijos, un matrimonio. Cómo Desmond y Molly...
Goku desvió la mirada para detenerse, comenzó a buscar entre sus bolsillos hasta que pudo sacar una cajita blanca, al abrirla le pudo enseñar a Vegeta un pequeño anillo hecho de flores secas y ramas;
-Se que él lo hizo con todo su amor, pero me astillaba demasiado los dedos, así que le prometí siempre tenerlo conmigo hasta el día en que viviéramos juntos-dijo atesorando la caja.
Vegeta tenía muchos sentimientos encontrados, desde que entró al instituto se fijó en Goku por extraño que pareciera le agradaba el hecho de que fuera tan misterioso, nunca se había interesado en un hombre pero desde que su amigo Gohan estaba había cometido un error al fijarse en la pareja de su amigo. Gohan ya no estaba y su deber en honor a su amigo era proteger y cuidar a ese joven, que le llenaba de intrigas, sobre todo en un día tan complicado, por fin se había animado a platicar de forma más amena con él, incluso confiándole una anécdota tan íntima.
Kioto, Japón, 2000.
Kyabe se encontraba desempacando mientras Vegeta seguía recostado en la cama mirando hacia el techo, hasta que el menor le lanzó una prenda en el rostro haciendo que se levantará;
-¿Vas a empezar de gracioso?- Preguntó sarcástico lanzándole de vuelta la prenda.
-No gruñón, pero si estás muy raro desde que llegamos Kioto, es decir, mira que hermoso día. Podríamos salir.
-Está ciudad me trae recuerdos, es solo eso- confesó Vegeta recostándose de nuevo.
-Seguramente de tu madre, es una pena que no la haya conocido-confesó Kyabe.
“Aunque pasen los años siempre vuelve su fantasma, no se si realmente estás muerto, loco o aislado del mundo; Son Goku” pensó Vegeta.
Kioto, Japón, 1983.
Había pasado 1 mes desde la muerte de Gohan y durante ese mes Vegeta no dejó de visitar a Goku; quien vivía con su hermano mayor Raditz, que la mayoría del tiempo no estaba en casa. Raditz era un adulto joven y se hacía cargo de la casa y de Goku y siempre predicaba al menor la importancia de enfocarse al estudio para tener asegurado un buen futuro como profesionista.
Su madre había falleció cuando Goku tenía 10 años y les había dejado una hermosa casa de dos pisos con un basto jardín donde usualmente encontraba al joven regando fertilizante a sus retoños de fresas;
-Buenos días- saludó Vegeta tocando el hombro de su compañero.
Goku aún hincado volteó su rostro para dedicarle una ligera sonrisa, se levantó sacudiendo un poco la tierra que había quedado regada en su overol de mezclilla y se quitó los guantes de jardinería para mirar a Vegeta;
-Llegaste temprano.
-¿Cómo va tu campo de fresas?-preguntó Vegeta admirando el pequeño huerto.
-Me gusta tu referencia...
Vegeta disfrutaba ver la forma en que se vestía Goku; su overol holgado, camisa de cuadros naranja y sus guantes de jardinería, siempre usaba ropa holgada. Son era menor que él por tan solo meses, pero la altura lo hacía ver mayor, había pasado solo 1 mes desde el trágico incidente de Gohan y la herida seguía fresca en el corazón de l menor, pero Vegeta no se rendiría, no dejaría que Goku sufriera el mismo destino su ex pareja.
Se recostaron en el césped para tomar un poco el sol mientras la cinta reproductora de Goku seguía una suave versión de Strawberry Fields;
-Muchas veces desearía que todo fuera un sueño, como la muerte, es un sueño eterno- dijo el menor aún con los ojos cerrados.
-Goku...- tragó saliva-, no pienses esas cosas...
-No me voy a suicidar Vegeta, sería el camino fácil que Gohan escogió- en eso su rostro dejó de estar relajado para entristecerse-, soy un cobarde.
-No digas eso, Son tú eres especial- admitió Vegeta encontrándose con la mirada impactada del otro, de sus ojos comenzaron a emerger lágrimas-, ¿Qué pasa?
“Eres especial mi pequeño”
-¡Ahg!- gritó adolorido mientras apretaba con ambas manos su frente-, ¡Suéltame!
Vegeta logró levantarse rápidamente para admirar como de una mirada serena y triste había pasado a una de histeria total, al sentirse observado Goku volvió en si para respirar profundamente desviando su vista del otro.