Laura miró a María con ternura en los ojos mientras hablaba en voz suave, eligiendo cuidadosamente sus palabras. Sabía que María deseaba que regresara a su lado, pero también era consciente de que no estaba completamente preparada para ese paso. Había heridas que sanar, demonios que enfrentar y asuntos pendientes que resolver antes de poder ofrecerle a María la relación que ambas merecían.
"María, sé que deseas que regrese a tu lado, y quiero que sepas cuánto valoro eso, pero también soy consciente de que aún no soy del todo yo misma... y tú también lo sabes" María asintió, conocía a su pareja lo suficientemente bien como para saber que Laura aún estaba lidiando con asuntos internos que necesitaban ser resueltos y los cuales ella no podía entender del todo todavía.
"Lo sé, Laura no negare que no me gusta demasiado la situación, pero sé que necesitas hacer esto, confió en que lo lograras eres una gran detective y eres fuerte, aunque un poco torpe cuando se trata de emociones" Laura sonrió ante la observación de María ella a menudo se encontraba en terreno desconocido y se sentía incómoda cuando debía tratar con emociones y sentimientos.
"Gracias por entender, María sé que no estoy en posición de pedirte nada, ni de ser egoísta en este momento..." María negó y puso una mano suave sobre la mejilla de Laura.
"No eres egoísta, hay muchas cosas que aún no logro entender del todo, hay mucho que no me has dicho, pero sé que no puedo forzarte a decirlo, pero quiero que tengas la seguridad de que no iré a ningún lado y cuando estes lista yo te escuchare y te apoyare" Las palabras de María tocaron el corazón de Laura, sabía que tenía a alguien especial en su vida, alguien que la entendía y la respaldaba en todo momento, se sentía mal y se sentía culpable al saber que alguien como María estaba dispuesta a esperar por alguien como ella.
"María, eres increíble, no sé qué hice para merecerte, pero estoy agradecida de tenerte en mi vida, incluso después de todo lo que hice" María suspiro y tomo el rostro de Laura
“te esperare, pero tengo una condición para hacerlo” Laura observó a María con curiosidad cuando esta mencionó que tenía una condición para esperarla la cabeza de Laura se llenó de interrogantes, tratando de adivinar a qué condición se refería su ex novia.
"¿Una condición?"
"Sí, Laura, una condición, estoy dispuesta a esperarte, pero con la condición de que tendrás que permitir que tanto Sebastián como yo seamos tus ayudantes e informantes." Laura quedó sorprendida por la propuesta de María. No se esperaba que María y su hermano Sebastián quisieran involucrarse en su trabajo como detective privado ella no entendía por que querrían hacer algo así.
"¿Tú y Sebastián como mis ayudantes e informantes? María, el trabajo de detective privado no es precisamente el más popular, y no quiero ponerlos en peligro..." María la interrumpió con determinación.
"Sé que el trabajo puede ser peligroso, Laura, pero tampoco puedo separarme de ti ahora, no importa si todavía no somos nada oficialmente, sé que Sebastián tiene razón, no puedo descuidarme, y no puedo permitir que enfrentes los peligros sola, no de nuevo y con Sebastián y yo como tus aliados, podrás llegar más lejos y más seguro" Laura consideró las palabras de María y, finalmente, comprendió que esta era su forma de estar a su lado, de protegerla mientras ella hacía su trabajo.
“¿Estás segura de que esto es lo que quieres?” Laura mentiría si dijera que parte de ella queria que María se retractara pero sabía que había pocas posibilidades de que eso pasara.
“Lo que quiero es poder ayudarte y si esta es la manera en que puedo hacerlo, entonces es lo que hare” Laura suspiro viendo la familiar mirada decidida de María.
"Sé que no puedo detenerte cuando te decides en algo, y aprecio mucho que quieras estar a mi lado y cuidarme incluso si no soy la mejor opción en tu vida, pero si es lo que quieres no te detendré" María sonrió, aliviada de que Laura hubiera aceptado su propuesta.
Laura se resignó a la idea de que, cuando María quería hacer algo, nada la detenía, sabía que tenía frente a ella a una mujer decidida y apasionada que no se dejaría disuadir fácilmente en el pasado, Laura había admirado y amado esa cualidad en María, pero ahora se daba cuenta de que también podría ser su perdición ya que no era capaz de decir que no.
Trabajar más a menudo con María solo haría que sus sentimientos se hicieran más difíciles de contener y que probablemente acabaría en situaciones mucho más difíciles, quería a María de eso no tenía duda, pero también sabía que ella en ese momento no era la opción más segura para ella, ella estaría constantemente en peligro, probablemente mucho más que cuando era policía, pero ahora María y Sebastián entrarían en ese mundo, un mundo en el cual ella no quería meterlos si podía evitarlo.
Laura suspiró mientras se perdía en sus pensamientos, pero fue interrumpida por un suave beso en la mejilla al volver la mirada hacia María, encontró una mirada cálida y amorosa en sus ojos.
"No lo pienses tanto estamos juntas en esto, después de todo y sé que si te ayudo hay un alto porcentaje de que podré recuperar a mi novia, y créeme, quiero poder estar a tu lado nuevamente te extraño." Las palabras de María llenaron el corazón de Laura de emoción y gratitud.
"Yo también te extraño, María” María asintió con una sonrisa radiante en el rostro.
Laura estaba a punto de despedirse y alejarse, necesitaba un respiro después de tantas emociones, pero sintió cómo María tomaba su mano suavemente y susurraba en un tono tímido que la hizo detenerse en seco.
"Antes de que te vayas... sé que tal vez no lo hagamos por un tiempo, pero... ¿podrías besarme una última vez?" Las palabras de María hicieron que Laura sintiera un nudo en la garganta quería negarse y decir que no era el momento, pero cuando miró los ojos anhelantes de María, sintió que su resistencia se desmoronaba.
"María..." Laura se quedó en silencio, buscando las palabras adecuadas, pero finalmente, el deseo compartido y la intensa conexión entre ambas hablaron más fuerte que cualquier argumento.
Con una sonrisa suave, Laura se acercó a María, acortando la distancia entre ellas, tomó suavemente el rostro de María entre sus manos y, sin decir una palabra, se inclinó para capturar los labios de María en un beso suave y lleno de amor.
María no tardo y respondió al beso, aferrándose a Laura como si temiera que desapareciera en cualquier momento sus labios se movieron en perfecta armonía, como si estuvieran destinados a estar juntos.
Después de un tiempo que pareció un suspiro, Laura se separó lentamente de María sus frentes se apoyaron una contra la otra mientras sus respiraciones agitadas se calmaban.
"Nunca puedo decirte que no… eres muy injusta María, siempre sabes cómo hacer que mis emociones y mi cariño por ti controlen mis acciones” María asintió, con lágrimas brillando en sus ojos.
"No me importa, por que ahora mismo soy muy feliz" Laura suspiro y se separó lentamente de María para ambas ir hacia sus respectivos hermanos.
Laura se dirigió hacia donde estaban Antonio y Sebastián, notando las sonrisas victoriosas en sus rostros, sin embargo, ella no compartía su entusiasmo y, en su lugar, su rostro se tiñó de molestia y un leve sonrojo.
"Dejen de mirar así, nosotras no hemos regresado." Las expresiones de desconcierto en los rostros de los dos hombres no se hicieron esperar, estaban claramente confundidos por la actitud de Laura. Pero antes de que pudieran hacer preguntas, la voz de María respondio.
"Chicos, Laura me rechazó." Las caras de horror en los rostros de Sebastián y Antonio empeoraron aún más, y Laura se tensó ante la declaración de María.
"¡No te rechacé! Bueno, sí, pero me hiciste prometer que trabajarías conmigo, no fue un rechazo, fue un 'terminemos de solucionar nuestros problemas y volveremos si aún quieres'" María no pudo evitar reírse ante la confusión y la decepción evidentes en las caras de los dos hombres.
"¡Chicos, relájense! Laura y yo solo estamos tratando de resolver algunas cosas antes de volver a estar juntas, no significa que no vaya a suceder estamos bien" La tensión en el ambiente se alivió un poco cuando María aclaró las cosas, aunque Antonio y Sebastián aún parecían un poco confundidos.
"Entonces, ¿no están juntas?"
"No en este momento, pero estaremos trabajando juntas y resolviendo nuestras cosas"
"Bueno, supongo que eso está bien. Si María está feliz, entonces estoy feliz." Sebastián parecía resignado.
Antonio, con una mirada seria, decidió abordar la situación directamente con Laura, sabía que la relación entre su hermana y María estaba en un punto delicado, y tenía sus propias preocupaciones al respecto.
"Espero que resuelvas las cosas antes de mi boda. Me niego a casarme si no han solucionado esto de aquí a tres meses." Laura se tensó ante la declaración de su hermano, y lo miró con reproche.
"Oye, no bromees con eso. Tú te tienes que casar, ya sea que tenga novia o no, además, no puedo predecir lo que sucederá en ese tiempo."
"Descuida, Antonio, si es necesario, encerraré a estas dos en una habitación hasta que resuelvan sus problemas antes de tu boda" pero María sonrió de manera muy amenazante mientras le hablaba a Sebastián.
"Tú haces eso, y yo pondré todo tu equipo de computación en la bañera con agua, tú y yo sabemos muy bien lo que les hace el agua a tus preciados computadores, hermanito" Laura se sintió agotada por la situación y murmuró cansinamente.
"¿Podemos dejar de lado todo esto por ahora e ir a casa? Quiero ir a la cama" En ese momento, María le reprochó el irse a la cama sin comer, y Antonio se unió a la discusión, mencionando que Laura no había almorzado la conversación había pasado de ser seria y preocupada a ser cómicamente caótica, pero Laura por primera vez en mucho tiempo sintió una familiar calidez en su pecho mientras pensaba que las cosas podrían mejorar.