• Pareja: James Potter x Tom Riddle •
- Esto no tiene sentido, ¿por qué si se dice agua en español, acqua en italiano água en portugués, se dice eau en francés? ¿no se supone que esos cuatro idiomas vienen del mismo lugar? — James llevaba media hora quejándose sobre lo horrible que era el francés.
- Técnicamente, pero que provengan del latín no quiere decir que todo sea igual a éste. —Tom trataba de sonar paciente con su alumno.
Según Euphemia a James le hacia falta más cultura y que mejor idea que pedirle a Tom Grindelwald* que fuera el tutor de su hijo, el chico solo era dos años mayor que James y era obvio que sus padres le habían dado una educación llena de libros, viajes y cultura, ella sabía que su hijo podría ser un cabeza dura que solo disfrutaba aprender cosas que le interesaban, pero se puso firme ante las quejas de James y le advirtió que tenia que aprender francés para cuando el verano terminara.
James solo se había quejado de las clases para molestar a su madre, para él era perfecto tener de tutor al chico que le provoca sueños indecorosos en las noches, Tom le había gustado desde siempre, han sido vecinos toda la vida y para el de lentes era una tortura que ni siquiera lo volteara a ver, lo invitaban a jugar quidditch con sus otros amigos del Valle de Godric* pero Tom solo les agradecida la invitación y se iba a leer su libro.
Nunca ha sabido como acercarse a Tom, cuando entró a Hogwarts el chico ya iba en tercero, tenía a sus propios amigos y James solo lo saludaba de lejos cuando lo veía y Tom le devolvía una sonrisa amable, James se dio cuenta que lo que sentía por Tom iba más allá de una simple atracción, porque el Slytherin era guapísimo, tenía a media escuela tras de él, pero para James era más que solo eso, quería saber más sobre él, qué le gustaba hacer, ademas de leer Shakespeare, sí, lo había observado desde siempre, era obvio que podía pasar por un acosador, pero Tom nunca lo había parado, el chico sabia que James lo veía y aún así no hacia nada.
Tom había salido hace un año del colegio, se mudo del Valle de Godric, pero aún veía a sus padres los veranos, aprovechaba que el profesor Dumbledore iba a pasar las vacaciones a su casa, James se conformaba con verlo leyendo en el jardín de los Grindelwald, que curiosamente daba con la ventana de su habitación, ya no podía verlo en la escuela, pero al menos lo tenía cerca de su casa, es por eso que no desaprovechó la oportunidad de que el chico le enseñara francés.
- El francés es horrible.— James insistía en quejarse en vez de hacer los ejercicios que Tom le había encargado.
- ¿Siempre eres así, tan quejumbroso? tal vez por eso te cuesta aprender el idioma. —Tom por primera vez hizo una pregunta algo personal, si se le podía llamar así, lo malo es que había sido algo grosera para el de gafas.
- Si tanto te molesta te puedes ir, mi mamá te va a pagar el día igual.— James no pudo evitar ofenderse, Tom ni siquiera le hacía caso cuando este se quejaba y ahora resulta que le parecía molesto.
- Y además orgulloso, todo un Gryffindor, ¿qué más hay en el estuche de monerías?— Tom seguía picando, Tom estudiaba para ser profesor y James no sabía que trataba de usar una técnica que según su padre servia con los Gryffindor y Ravenclaw, insultar su potencial para algo, eso iba directo al ego de alumnos con esas cualidades.
El mutismo de James le sorprendió, tal vez esa técnica le hubiera servido si el chico con el que la estaba practicando no estuviera enamorado de él, pero eso el de ojos celestes no tenía ni idea, Tom trataba de picar su orgullo, sabía que James tenía mucho potencial para aprender, su padre le había contado que él y sus amigos eran magos excepcionales, pero para James que en ese momento ya tenia un nudo en la garganta, esas palabras solo eran un "obviamente no le gusta tu forma de ser".
James trato de hacer sus ejercicios en silencio y cuando terminó la hora, le dio las gracias por la clase y por primera vez no lo acompañó a la puerta como de costumbre, Tom lo vio subir las escaleras y supuso que iba a su habitación, tal vez su tono había sido muy duro, ya no le haría caso a las técnicas del loco de su papá, era obvio que lo que dijo había molestado mucho a James, mañana se disculparía.
Pero ese mañana nunca llegó, esa misma noche recibió una carta de la señora Potter, agradeciéndole sus servicios y dandole una bonificación porque James no acabaría las clases esa semana, además se disculpo por el tiempo que le habían quitado.
Tom no entendía nada, realmente se sentía mal, jamas había querido insultar a James, le envío una carta a Euphemia preguntando si había pasado algo pero ella solo le respondió que James ya no quería estudiar idiomas y estaba segura que si lo hacía ir a su casa a darle clases a James éste le dejaría plantado.
Intento disculparse con muchas cartas pero ninguna obtuvo repuesta de James.
Ya había pasado casi una semana desde que lo despidieron, trató de dejarlo pasar pero no pudo, le molestaba demasiado no poder ir a hablar con James, ni siquiera habían sido tan cercanos como para que le doliera que el de gafas lo ignorará, no entra qué le pasaba.
Estaba en el jardín en la casa de sus padres releyendo Hamlet, pero no podía concentrarse, cada dos por tres volteaba hacia la casa de los Potter, en el segundo piso estaba la ventana que daba a la habitación de James, Tom sabía que el chico siempre lo observaba desde ahí, pero ahora nunca estaba.
Le había dicho a su padre lo que pasó y éste con una sonrisa en la cara le dijo, "bueno Tommy, eso solo funciona con tus alumnos, no con un chico que siempre ha estado enamorado de ti, ¿cómo te sentirías tú si James te dijera que eres un controlador?" Su hermano y su papá empezaron a reírse y Tom enrojeció, al parecer todos sabían que le gustaba James Potter menos él, esa frase no lo dejaba dormir, ahora entendía por qué James siempre lo veía y era más que obvio que lo que le dijo lo había lastimado demasiado, además era verdad, si James le dijera algo así le dolería muchísimo.
Se decidió ir a ver a James y disculparse personalmente, tomó su escoba y voló directo a la ventana James, no lo había pensado tanto, de hecho sabía que no era tan buena idea, podía esperar a la mañana, eran las 2:00 a.m. y seguro James estaba dormido, pero ya no podía echarse para atrás, toco la ventana del chico y noto como este se asustó al inicio, pero el menor se levanto y lo dejo entrar.
- Son las 2:00 a.m. ¿qué haces aquí? — Aunque James quería parecer molesto, su pijama de snitch le impedía a Tom concentrarse.
- Lo sé... yo, perdón. — Tom seguía sin pensar mucho las cosas y se cercó dejando un beso dulce en los labios de James.
Nunca había sido así, todo lo que hacía lo planeaba a detalle y por primera vez se dejo ir y valió la pena en cuanto sitio las manos de James detrás de su cuello, acariciando lentamente su cabello, los besos iban subiendo de nivel y terminaron recostados en la cama y con las pijamas desarregladas.
- ¿Entonces solo tratabas de hacer que estudiara más duro? —Tom le había explicado la "técnica" que usó con él y que al final había sido un fracaso.
- Si, es algo tonta ¿no?, si a mi me hacen eso, solo ignoraría a la persona, mi pensamiento iría a ya soy superior, no necesito probarles nada y creo que mis amigos actuarían igual.
- Pues no es del todo descabellada, si Sirius me dice que no puedo hacer algo, lo hago frente a él para probarlo y estoy seguro que él haría lo mismo.
- ¿Quién diaria que realmente funcionaría con los Gryffindors?
Tom lo tenia abrazado y muy pegado a él, ambos se habían acomodado en forma de cucharita y James se dejaba mimar con los besos que el mayor le dejaba en la nuca y el cuello.
- Me gusta mucho tu pijama, pero estorba un poco, ¿no crees? — James giró sobre la cama para ver la sonrisa coqueta de Tom, al fin uno de sus sueños se haría realidad.