• Pareja: Charlie Weasley x Oliver Wood •
Tenía que dejar de verlo, lo sabia a la perfección, si seguía así lo reprendería por no poner atención al entrenamiento y dejar que la quaffle entrara en los aros.
Pero no podía evitarlo, Charlie se veía tan guapo en su escoba, con su cabello color zanahoria alborotado por el viento, cruzando miradas con él de vez en cuando para hacerle entender que debía concentrarse más y Oliver trataba de disimular que no estaba viendo lo sexy que se veía montado en su escoba.
Oliver nunca creyó que algo o más bien alguien pudiera distraerlo del quidditch, pero es que desde que regresó a clases ese año se había dado cuenta que el pequeño crush que sentía por Charlie Weasley, su capitán, había crecido exponencialmente.
Le gustaba mucho, Charlie no solo era guapo e increíble jugando quidditch, también era divertido, inteligente y siempre era tan dulce y amable con él, era inevitable que no se fijara en Charlie, para ojos de miles era el chico perfecto.
- Wood, necesito hablar contigo.— Había dicho Charlie al terminar el entrenamiento.
- Dime.
- Hoy estuviste muy distraído, no puedes dejar que eso pase en un partido real.
- Yo lo sé, te prometo que no volverá a pasar.— Oliver se sentía realmente mal, el no perdía la concentración del juego nunca y además no quería que Charlie lo viera así de distraído.
- ¿Estas bien? te he notado raro estos días. — “Charlie se preocupa siempre por todos, no solo por ti” se repetía para no caer más en ese enamoramiento.
- Si, no te preocupes, solo… no todo esta bien en casa.— ¿En serio? que idiota, cómo no se le ocurrió decir otra mentira, ¿ahora qué hará si le pregunta más cosas sobre el tema?
- Lo lamento mucho Oli, espero que no sea nada grave y recuerda que cualquier cosa que necesites aquí estoy, aunque sea solo hablar.— No podía ser más perfecto.
- Gracias Charlie.
Habían pasado dos semanas y Oliver se sentía bien evitando a Charlie, no quería que el chico le volviera a preguntar algo sobre sus problemas familiares, que eran obviamente inexistentes, desde el ultimo entrenamiento el capital del equipo no le había vuelto a hablar, pero era mejor seguir evitando esa conversación, ya había notado que el pelirrojo lo observaba en el gran comedor y en la sala común.
- ¡Oliver! — Charlie se acercaba corriendo hacia él por el pasillo, no había nadie así que no podía fingir que no lo había oído.
- Hola Charlie, ¿pasa algo? — trató de regular su voz, sabía que en cualquier momento su nerviosismo lo podía traicionar.
- No, yo solo quería darte esto.— Charlie estiró la mano para darle un libro.
- ¿El Principito?
- Si, es un libro que a mi siempre me ayuda cuando no sé qué hacer o como sentirme y pues quería dártelo.
- No era necesario Charlie, no sé que decir.
- No digas nada, solo léelo si quieres, tal vez te ayude.
- No…— Oliver se arrepintió de decir eso automáticamente al ver la cara de perro triste que puso Charlie. — Me refiero a que, no me pasa nada Charlie, te mentí, no tengo problemas en casa.
- No entiendo, ¿por que mentirías?
- Porque me sentía avergonzado de aceptar que ese día me distraje por estar viéndote volar, porque me gusta ver el viento jugando con tu cabello y tu cara de concentración y ahora me siento terrible, me estas dando un libro que significa mucho para ti porque te mentí, soy una persona horrible Charlie y tú eres tan tú, no merezco que me vuelvas a hablar nunca en la vida. —Oliver al fin dejó salir toda su frustración.
- ¿Me veías volar? — Charlie había sacado a relucir la sonrisa más sincera que había visto Oliver jamás.
- Si.— Oliver no sabía qué más decir, aún se sentía avergonzado.
- Bueno, eso no es tan malo, a mi también me gusta verte volar y como frunces el ceño cuando ves la quaffle acercarse y como celebras cada que anotamos puntos.
Charlie se había acercado a él mientras colocaba una mano en su rostro para comenzar a acariciar suavemente su mejilla con el pulgar, Oliver estaba en shock, ¿iba a pasar lo que el creía que iba a pasar?
El pelirrojo se acercó lentamente para rozar sus labios con los de Oliver, éste estaba volando, no podía creer que Charlie en vez de enojarse con él, le haya confesado que también le gustaba y que lo este besando en ese momento.
Habían pasado unas semanas y Charlie y él habían iniciado un noviazgo, ahora se besaban todo el tiempo, entre clases, en la sala común y hasta en el gran comedor, le encantaba Charlie, Oliver ya hasta se había acostumbrado a las bromas de sus hermanos sobre besos y un árbol y no sabia que cosas más iban canturreando los gemelos.
Estaba nuevamente en el entrenamiento, tratando de no distraerse, pero ahora si era más difícil si su novio se la pasaba guiñándole el ojo y volando frente a él solo para que lo volteara a ver.
- Wood necesito hablar contigo.— Ya había terminado el entrenamiento y estaban en los vestidores.
- Dime. —Ambos entendían lo cómico de la situación.
- Hoy estuviste muy distraído, no puedes dejar que eso pase en un partido real. — Charlie se esforzaba por remarcar el déjà vu entre ellos.
- No es mi culpa que te veas tan sexy volando.— Oliver sabia perfectamente bien como hacer sonrojar a su novio y ahí estaba, el color zanahoria de su cara había igualado al de su cabello.
- No puedo evitar eso.— Charlie dejaba sacar su lado coqueto mientras se acercaba para tomar a su novio por la cintura.
- Yo no puedo evitar verte.— Oliver decidió cerrar el mínimo espacio que quedaba entre los dos con un beso bastante apasionado.
¿Quién diría que una mentira piadosa haría que el capitán del equipo de quidditch se convirtiera en su novio?