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Sasuke card captor por shiki1221

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Cap 25: Última oportunidad

Kyubi sonrió con alegría al sentir como las cadenas estaban cediendo a su fuerza. Eso sólo significaba que el poder de Clown estaba reduciéndose. Probablemente ya estaba siendo absorbido por su cuerpo. Pronto toda aquella magia pasaría a pertenecerle a él. Ignorante de los movimientos del mago, éste estaba concentrando la magia purificada por Sasuke para realizar un gran hechizo. A pesar de estar haciéndolo dentro de su alma, para el card captor era doloroso el proceso de aceptar la magia corrompida en su cuerpo para purificarla y dársela a Charasuke. Ahora entendía porque a todos les preocupaban tanto las sombras. Sintió en carne propia como cada vez que una de esas cosas entraba en contacto con él se le venían a la mente recuerdos dolorosos; la muerte de sus padres, el deceso de Itachi, el peligro inminente de muerte de sus amigos. Todo eso estaba haciéndolo mermar en sus fuerzas.

Aquel espacio dentro de su propia alma era compartido con Charasuke. Él se encontraba sentado cruzado de piernas con los ojos cerrados concentrándose. Aparentemente estaba recitando el hechizo en susurros. Al menos eso deducía por los débiles balbuceos que le llegaban a sus oídos. Aquellas sombras cobraban la forma de una especie de fantasma que iba hacia él, al atravesarlo cambiaba de color. Pasaban de ser entes oscuros a blancos. Como si el humo de una chimenea se transformara en una suave nube esponjosa que flotaba lentamente hacia Charasuke. Él ni se inmutaba al sentir la magia purificada, la retenía en su interior y la ocupaba para el hechizo que liberaría luego. A Uchiha eso le pareció sencillo en un inicio. Después de todo esas cosas sólo atravesaban su cuerpo y salían purificadas. Nada complicado y a prueba de tontos. Era imposible arruinarlo. Mas, pronto notó la verdadera dificultad de esa purificación cuando en su mente comenzaron a sonar voces con palabras hirientes contra su persona.

―Estás mintiéndote a ti mismo jugando a ser fuerte.

―Sabes muy en tu interior que no tendrás la fuerza para salvar a la persona que amas.

―Quisiste verte genial delante de Charasuke, pero en el fondo tienes miedo.

―Fallarás y terminarás atrapado en un ciclo interminable como ellos.

―Le robaste la felicidad a Naruto.

―Si nunca te hubiera conocido tendría una vida feliz.

―Tu amigo Gaara está muriendo por tu debilidad, pero claro, tú eras el único que merecía ser feliz, ¿verdad?

―Lo dejaste lidiando con aquello en completa soledad.

―Mataste a tu hermano que sólo te protegía y amaba.

―Decepcionaste a tus padres. Tu amada madre murió para evitar el destino que tú cumpliste.

―Decepción.

―Fracaso.

―Te odian y sólo lo niegas para hacerte el fuerte.

―¡Cállense! ¡Cállense! ¡Cállense! ―ordenó Sasuke colocando las manos sobre sus orejas.

No quería oír eso. Eran verdades que callaba por su propio bien. El mundo entero estaba en peligro si Kyubi se quedaba suelto, pero su fuero interno era un caos. Fue fácil mentirse a sí mismo como hizo tras el asesinato de sus padres. Mas, aquellas entidades oscuras fácilmente encontraban sus debilidades. Todo aquello de lo que nunca hablaba, todo lo que guardaba en su corazón estaba siendo expuesto. Su deber como Uchiha era detener al demonio y arreglar el problema en el que él mismo se había metido. Cuando vio a la carta espejo con el corazón roto y lleno de desesperanza se dijo a sí mismo que alguien debía guardar la compostura. Si ambos cedían al miedo y sólo se dedicaban a ver todo de manera pesimista no alcanzarían sus metas. No obstante, ahora se sentía solo. Rodeado de oscuridad dependiendo únicamente de su propio poder y fuerza de voluntad. Charasuke seguramente preparaba el hechizo esperando la magia purificada y él no cumplía su parte desde hacía unos momentos.

―¡Sasuke! ―llamó la carta Clown acercándose a él preocupado―. ¡Oye despierta! ―exclamó dándole un par de bofetadas para hacerlo reaccionar.

―Yo… no creo poder con esto ―respondió con la mirada perdida―. Soy un fraude ―confesó con una voz trémula que denotaba su esfuerzo por no romper en llanto―. Sólo quise demostrar que valía como mago, pero no valgo nada.

―¿De qué estás hablando? ―cuestionó la carta viendo con asombro como Sasuke tenía manchas en su piel similares a las que él mismo portaba cuando la maldición se hacía visible en su cuerpo.

Charasuke se mordió los labios con impaciencia. En el fondo sabía que ellos no dejaban de ser iguales. Cada uno ocultando sus miedos y tristeza de manera diferente, pero haciéndolo igualmente. Fue ingenuo al convencerse a sí mismo de que Sasuke podía soportar el dolor solo. Quizás fue más duradero fingir indiferencia que una sonrisa. ―debía admitir que una máscara de felicidad era más complicada―, empero en ambos casos existía un límite. Y ambos habían tocado el suyo. La magia negra acumulada comenzó a rodearlos como una brea espesa que se movía lentamente hacia ellos. Le recordaba a esas películas sobre desastres naturales en las cuales los protagonistas quedaban atrapados por la lava avanzando lentamente sin dejarles salida. Conjuró su propia magia y creó una barrera interna para protegerlos a ambos.

―¿Qué sucedió? ―preguntó Charasuke sujetando al mago por los hombros―. ¿A dónde se fue toda esa confianza que tenías antes cuando me regañabas a mí?

―Sólo estaba luciéndome ―dijo desanimado mientras veía sus brazos marcados por aquella cosa negra en forma de manchas alargadas.

―¡Estabas haciendo un muy buen trabajo purificando!

―No he podido resistir todas aquellas acusaciones de mi propia consciencia ―admitió claramente decepcionado por su propia debilidad―. Dime algo, ¿tú has soportado eso durante siglos? ―cuestionó genuinamente intrigado por ello.

―Sí, por eso sé que tú también puedes soportarlo unos cuantos minutos hasta que derrotemos a Kyubi ―alentó intentando devolverle la confianza. No le pedía soportar siglos o años, sólo minutos, sólo unos pocos hasta reunir magia pura y todo terminaría.

―Entonces soy inferior a ti ―comentó completamente decaído al caer en cuenta de aquel detalle.

No era lo mismo creer entender el dolor de Clown a vivirlo en carne propia. La experiencia de sentirse expuesto ante entes que explotaran sus debilidades, era muy difícil de comparar a protegerse de las personas. A ellos se les puede mentir, engañar y ocultar cosas. No obstante, a las sombras no. Ellas iban hasta lo más profundo de su ser para excavar en aquello que se mantenía recluido en un rincón de su mente y lo sacaban a la superficie. Admitió para sí mismo pecar de ingenuidad al hablarle tan apresuradamente a Charasuke. Lo juzgó de cobarde siendo que el otro soportó siglos de eso y él se sintió morir nada más pasados unos minutos. Ni siquiera había reunido suficiente magia como para permitirse un simple hechizo de purificación. Estaba realmente lejos de poder darle a la carta espejo la materia pima para su propósito. El temblor en su cuerpo lo tenía paralizado en su sitio. Se abrazó a sí mismo intentando forzadamente recuperar la compostura.

―¿De qué estás hablando? ―cuestionó la carta con su rostro deformándose en una mueca de molestia y desesperación.

―Es que duele demasiado ―respondió Sasuke sujetándose el pecho en señal de dolor―. Aun siento como si estuvieran clavándome una estaca ahí ―dijo mientras cerraba su mano sujetándose la zona al punto de clavar sus propias uñas en su ropa.

―Sé qué duele ―comprendió Charasuke sujetándose igual que hacía Sasuke―. Oprime, no te deja respirar y sólo quieres detenerlo sea como sea ―explicitó los síntomas que conocía por demás.

―Creí que sería más fácil, es decir, un dolor como los que pasé luchando contra ti o las cartas ―confesó viéndose las manos.

El mago no estaba herido físicamente. No sangraba, no tenía cortes ni lesiones de quemaduras. Todas esas cosas ya las había vivido enfrentando a las cartas. Fue quemado, electrocutado, ahogado, cortado, golpeado y muchas cosas más. No obstante, había sido una persona acostumbrada a la batalla. Entrenar y pulir sus habilidades cuerpo a cuerpo no había ningún disgusto para él. Su problema radicaba en ese dolor en su corazón, esa sensación de vacío que lo abrumaba y parecía robarle todas las fuerzas. Tal y como si la alegría misma se escapara de su alma cada vez que era atravesado por las sombras. Y por lo que vio faltaba mucho por purificar antes de conseguir el condenado hechizo. Repentinamente una esfera peluda atravesó la improvisada barrera

―¡¿Eso es todo lo que tienes, Uchiha?! ―gritó la bolita desenrollándose dejando ver un zorro de color dorado.

―¿Dobe? ―preguntó Sasuke tocándolo con la punta de su dedo índice en la cara.

―Sí ―asintió mientras daba vueltas como un perro que persigue su cola―. Intenté evitar ser absorbido transformándome en guardián, pero quedé así ttebayo ―refunfuñó sintiéndose un muñeco de peluche.

―Oh quedaste tan tierno ―dijo Charasuke viéndolo socarronamente y con una risa burlona contenida. Hasta que se dio cuenta de algo―. Menma ―susurró recordando que él también fue un zorrito―. ¿No está contigo Menma? ¿O algún fragmento de su alma? ―cuestionó preocupado.

―Lo siento, no lo vi ―se disculpó Naruto viendo a la carta.

Los ojos azules de Uzumaki se quedaron viendo a ambos azabaches. Estando atrapado en esa figura tan poco práctica para el combate no era mucho lo que podía aportar. Hasta el momento sólo estuvo oyendo y viendo recuerdos que resguardaba Kyubi. Se topó con aquellos que revelaban su sentir cada vez que perdía el control. El miedo de sí mismo por atacar a la persona que amaba. ¿Qué tan estúpido había que ser para permanecer cerca de un potencial asesino? Menma siempre temió el día en que su consciencia le jugara en contra y asesinara a su amado mago. Mas, el otro siempre lo mantenía cerca, sin reclamarle y excusándolo por la maldición. Sabía que era algo que no podía controlar, pero no era motivo para seguir a su lado. Por eso, cuando tuvo oportunidad tras ser invocado por Itachi, Menma hizo todo lo que estaba en su poder para convencer a su pareja de morir y descansar finalmente. No más dolor, tristeza o culpas innecesarias. Sólo el dulce y merecido descanso.

―¿Se van a quedar ahí sin hacer nada? ―cuestionó Naruto al ver que ninguno de los otros dos se movía―. Deben seguir para exorcizarlo, ¿no?

―No puedo soportar el dolor de esas sombras ―admitió con frustración Uchiha mientras cerraba sus puños con fuerza―. Me cuesta respirar, siento como si me estuviera ahogando y todo se vuelve oscuridad ante mis ojos ―describió aquella sensación de pánico.

―Yo no puedo hacer magia si él no purifica un poco para mí ―comentó Charasuke llevándose las manos a la cabeza

―Son realmente patéticos ―dijo irritado erizando su cola mientras saltaba sobre su novio y le mordía la oreja mientras agitaba sus cola.

―¿Qué demonios te sucede, Usuratonkachi? ―interrogó Uchiha sujetándolo con ambas manos para quitárselo de encima.

―¡Eres un cobarde! ―insultó con fuerza.

―¡Estoy siendo realista! ―replicó el mago mientras lo zarandeaba con fuerza.

―Mentiroso ―reclamó el rubio mordiendo una de las manos que lo sujetaba―. El Teme que yo conozco se lastimaba mucho y por su maldito orgullo era capaz de contener sus lágrimas. ¿Y ahora me vienes con que no puedes con un poco de dolor?

―Es demasiado, supera todo lo que he sentido hasta el momento ―alegó mientras su mirada se desviaba un poco no atreviéndose a enfrentar esos ojos azules llenos de molestia―. Mis terminaciones nerviosa parecieran ser quemadas por debajo de mi piel cada vez que esas cosas pasan a través de mi cuerpo.

―Estabas más motivado cuando querías matar a tu hermano ttebayo ―refunfuñó Naruto siendo sacudido nuevamente por su imprudencia.

―¡Y fue un error! ―gritó Uchiha apretando al zorrito entre sus manos, pero luego lo llevó hasta su pecho y lo abrazó con fuerza―. Si ahora pongo todo de mí y falló, ¿qué haré? ―preguntó aferrado a Naruto. Su novio era todo lo que le quedaba y esas sombras se encargaban de mostrarle todos los escenarios posibles donde fallaba en el hechizo―. Sólo tenemos una oportunidad.

―Tiene razón ―secundó Charasuke quien había permanecido callado dándole espacio para hablar―. Las cartas que protegen nuestro cuerpo están debilitándose rápidamente y desde aquí no puedo mantener esta pequeña barrera. Pronto seremos devorados por las sombras ―explicó a sabiendas de que por mucha magia en sus manos, las cartas eran incapaces de defender a Sasuke de sus propios miedos.

―Mi cuerpo ―remarcó el card captor haciéndole saber que no estaba dispuesto a compartir más de lo necesario.

―Nuestro ―corrigió nuevamente la carta con el ceño fruncido―. ¿O acaso pretendes que yo desaparezca antes de terminar el hechizo? ―cuestionó enarcando una ceja al oír como ignoraba que él desaparecería si no compartía.

―Mientras estemos vivos, tendremos magia ―afirmó Uzumaki interrumpiendo la torpe e innecesaria pelea que sostenían los otros dos.

Ante aquellas palabras Sasuke se sorprendió. Había olvidado por completo uno de los principios básicos de la hechicería. Según tenía entendido el card captor, el poder mágico residía en el interior de cada persona. No era algo exclusivo de nadie realmente. La diferencia radicaba en que existían personas que estaban en contacto con su yo interno, o tenían mucha suerte a su parecer. Eran gente como Clown, quienes inconscientemente estaban en armonía con su propio ser y eran capaces de conjurar magia sin pensarlo. Realmente a su parecer era cuestión de azar. Si no, ¿por qué otro motivo personas como los Uchiha tendrían tal don a flor de piel? A ellos nunca les costó trabajo manifestar sus habilidades mágicas, pero tampoco resultaba trabajoso corromperlos. Su mayor esfuerzo radicaba en controlar ese incalculable poder que siempre se les salía de las manos.

―El problema no es la ausencia de magia ―bufó Charasuke mientras señalaba las sombras a su alrededor―. Tenemos magia, pero está sucia y eso la hace inútil.

―Si tanto la necesitas, ¿por qué no la purificas tú? ―interrogó Naruto mientras se colocaba delante de su novio y se encrespaba encarando a la carta―. No entiendo por qué Sasuke-Teme tiene que soportar tus pecados ttebayo ―bufó con molestia.

―No son mis pecados, son los suyos ―replicó Charasuke mostrándose ofendido por semejante acusación―. Yo sólo soy una carta que guarda una parte de…

―Sí, sí eso ya lo sé ―interrumpió Uzumaki mirándolo con firmeza y un gesto reprobatorio―. Pero esos sentimientos convertidos en magia oscura son tuyos. Provienen de ese corazón propio que desarrollaste, ¿no? Entonces, ¿por qué sigues haciendo que otros carguen con tus culpas? ―interrogó recibiendo un golpe de parte de Sasuke. Éste con lo último con lo que quería lidiar, era con otra depresión de la carta.

Si bien estaba agradecido por su ayuda, también estaba algo molesto por aquellas palabras. Eran ciertas, no cabía mentira en ellas, pero no quería afrontarlo. Asumir que todo aquello era su culpa y no un designio de Clown o del destino, lo hacía responsable directo de tantos pecados que no sabía si su corazón podría resistir. Incluso maldiciendo a Shion, el destino, Clown, Zabuza o Haku semejante dolor lo superaba. Esa magia ennegrecida debería estar regresando a él, en cambio estúpidamente creyó que pedirle a Sasuke que fuera su filtro, era mejor. Lo puso en peligro por su propia cobardía y seguramente le habría generado alguno que otro trauma. Mas el mago no lo veía de la misma manera. Para él, era justo soportar un poco de aquella carga. Charasuke dedicó su existencia a preservar lo mejor posible el bienestar suyo y de su familia. Como último descendiente del clan Uchiha tendría que poder hacer algo por la carta y se estaba rindiendo muy prematuramente. No necesitaba que su novio lo sobreprotegiera ni por muy guardián que fuera.

―Dobe ―llamó Uchiha poniéndose de pie―. Quédate a mi lado mientras vuelvo a absorber esas cosas ―pidió sujetando al zorrito entre sus manos.

―Por supuesto, yo te cuidaré ttebayo ―prometió moviendo su cola pese a que por su tamaño él mismo presentía que no podría ser de mucha utilidad.

―No ―negó el moreno moviendo la cabeza de forma negativa―. Yo quiero que veas como purifico toda esa magia por mi cuenta ―explicó mostrándose confiado.

―¡¿Estás loco?! ―gritó Naruto viendo a Charasuke pidiendo ayuda de manera silenciosa con su gesto de súplica.

―Descuida ―tranquilizó la carta con una sonrisa tranquila―. No necesita encargarse de todo ―dijo con las manos dentro de los bolsillos de su propio pantalón―. Yo he usado varias veces esa magia y he regresado a ser yo mismo. Lo que debes hacer es mantener esta barrera a tu alrededor ―señaló Espejo sacando una de sus manos de su pantalón para señalar la burbuja alrededor de ellos.

―¿Qué pretendes? ―interrogó Naruto erizándose nuevamente inquieto por aquellas palabras.

―Si esa magia corrompida te causa demasiado daño será irreversible ―advirtió Sasuke con un rostro compungido―. No podré purificarte ―admitió con pena viendo la posibilidad de perder aquella carta.

―No te preocupes por eso ―pidió Charasuke llevándose una mano a la nuca para rascarse despreocupadamente―. Yo desapareceré de todos modos ―dijo bajando un poco la mirada―. Te lo dije antes, ¿recuerdas? Cuando abandone tu cuerpo desapareceré.

―¿Y no puedes…? ―intentó preguntar el mago siendo inmediatamente interrumpido.

―Yo cargo con la maldición de Haku y la magia corrupta, cuando abandone este cuerpo me aseguraré de llevarme todo eso y lo removeré de este mundo ―relató su plan con una voz que no denotaba miedo o duda. Ni siquiera por tratarse de su muerte―. Pero no te descuides ―ordenó con un gesto más severo―. Yo tomaré el mando para ejecutar el hechizo que preparé mientras tú peleabas con tu novio. El problema es que este sitio se contaminará por completo y si no mantienes la barrera serás engullido.

―¿Estás diciendo que mi única misión es quedarme aquí quieto mientras tú peleas? ―interrogó con exaltación.

―No es muy diferente a lo que te propuse antes. Es algo tarde para hacerse el ofendido ―comentó encogiéndose de hombros con una sonrisa burlona―. Terminaré rápido ese hechizo, tú cuida esta barrera. Es lo único que protege la existencia de Uchiha Sasuke.

―Pero… ―intentó detenerlo el card captor.

―¡Yo lo cuidaré muy bien! ―interrumpió el zorro mordiendo la oreja del card captor tras aprovechar la distracción del otro para subirse a su hombro.

―Te lo encargo ―despidió Charasuke antes de armarse de valor para salir de aquella barrera creada por él mismo.

La bienvenida por parte de la oscuridad fue tal y como esperaba. La sensación de ahogo, las voces de quienes amó reclamándole haberlos dejado morir. Todas sus culpas condensadas en un enorme mar negro intentando hundirlo en lo más profundo de la desesperación. Todas sus promesas y mentiras regresaban a él junto a las dulces palabras que usaba como bálsamo para aliviarse a sí mismo. Todo era más sencillo cuando le echaba la culpa a la maldición de Haku o a Clown. Eso lo hacía el “bueno”, la “víctima”, el “inocente” y tantos otros adjetivos que no pegaban con su persona. Él era manipulador, chantajista y un charlatán. Siempre buscando obtener un beneficio propio. Sacando ventaja de las debilidades de otros. Empero, algo llegó a su mente. Si era tan estafador, ¿por qué no jugarle chueco al destino? ¿Para qué seguía sus normas si ese nunca fue su modus operandi? Con una sonrisa de lado condensó aquella magia nuevamente en su cuerpo. Aquel mar oscuro formó un remolino a su alrededor mientras él le daba forma.

―Estrella que guardas los poderes de mi oscuridad, ¡revela tu verdadera forma! ―gritó haciendo que el cuerpo de Sasuke abriera los ojos.

Las cartas Burbujas y Escudo estaban al borde del colapso hasta que Charasuke, haciendo uso del cuerpo del card captor, creó una barrera más fuerte manteniendo el ácido lejos. Las invocó de regresó al mazo para que descansaran mientras él se hacía cargo de lo demás. En su interior Sasuke veía todo sorprendido mientras intentaba mantener la oscuridad lejos de él. Naruto seguía en su hombro dando apoyo moral o mejor dicho peleando con él. Para ser un zorrito más que compañía era como un mosquito de verano en medio de la noche. Aun así agradecía tenerlo a su lado. Le recordaba constantemente que estaba vivo y que podrían seguir discutiendo cuando sobrevivieran a esa batalla. Eso, pelear era parte de la cotidianidad de ellos. Saldrían de eso y volverían a reír juntos y con sus amigos. No tenían por qué ponerse sentimentales o fingir despedidas dramáticas como hacían en las películas. No iban a morir. Ese no sería su final. Fuera de allí Charasuke se hizo un pequeño corte en la mano dejando caer su sangre en el interior del estómago de Kyubi.

―Ofrezco la sangre de un mago virgen… ―comenzó a recitar Charasuke siendo interrumpido rápidamente.

―¡Oye! ―reclamó Sasuke desde su interior sonrojado por tal declaración―. ¿Cómo sabes eso, maldito? ―cuestionó.

―Niño ―dijo la carta rodando los ojos―. Es obvio que tú y el rubio son vírgenes y bastante lerdos. Mira que si yo hubiera sido mujer cuando vivía, Menma y yo habríamos tenido docenas de hijos ―explicó con diversión―. Y más aún porque todavía no se inventaban los preservativos ―bromeó antes de realizar las posturas de manos correspondientes.

―¡No somos lentos! ―reclamó Uzumaki igualmente apenado. No era que no quisiera, pero eran nuevos en el noviazgo, apenas si habían tenido algunos besos―. Estábamos ocupados ttebayo ―excusó.

―Lo único bueno es que es muy útil para los hechizos de magia céltica ―explicó Charasuke―. Escúchame bien, Sasuke. El circulo mágico que dibujé no es uno exacto, sólo hice algunos escritos y sellos menores en los puntos exactos por el poco tiempo que tenía ―explicó mientras seguía haciendo dibujos en el aire haciendo la figura de una estrella―. La magia céltica se basa en estar en armonía con la naturaleza.

―¿Y cómo haré eso? ―cuestionó preocupado.

―La magia blanca que estás reuniendo te ayudara a estar en armonía. Es igual a cuando te concentraste para hablar con las cartas Clown ―explicó haciendo un resumen breve―. Has lo mismo que en el lago y une todos los puntos que yo marqué. Cuando estés listo, realizarás la purificación.

―¿Tú qué harás mientras tanto? ―cuestionó Naruto desde su posición curioso de que todo el trabajo le quedara a su novio.

―Yo voy a sacarnos del interior de Kyubi y entretenerlo mientras completas los preparativos ―respondió Charasuke―, pero como uso magia oscura si no te das prisa tu cuerpo quedara dañado de manera irreversible. Tenlo en cuenta.

―Claro, claro sin presiones ―comentó Uchiha con sarcasmo.

―Es lo que hay ―dijo la carta restándole importancia al asunto―. Bien, aquí vamos ―anunció Charasuke terminando aquella estrella―. ¡Espejo! ―exclamó.

Creó un espejo de su tamaño y saltó dentro de él. Estando en el cuerpo de Sasuke era más difícil conjurar aquello. En su forma de carta no era ningún problema trasladarse de un lado al otro, después de todo él mismo era sólo un reflejo, pero un cuerpo físico era otra cuestión. Además de que debía protegerlo. No estaba acostumbrado a pelear procurando el mínimo daño posible. Sus habilidades de regeneración lo habían vuelto muy temerario con el paso de los años. Peleaba dejándose herir de gravedad teniendo la certeza de que no podría morir. Sin embargo, Sasuke le confió su cuerpo y debía resguardarlo lo más posible. Su cuerpo irrealista era mejor para ese tipo de misiones, pero no quedaba de otra. Terminó de atravesar el espejo apareciendo cerca del zorro de las nueve colas gracias a un espejo roto. Uno de los pocos que sobrevivió a la destrucción del templo. Respiró agitado dándose cuenta de que ese tipo de viajes eran increíblemente agotadores para un mago. No podría usarlo cómo escape en caso de que las cosas se pusieran mal.

―¡Volviste! ―gritó el demonio al olfatear al mago mientras se le acercaba mostrando que ya no quedaban rastro de sus cadenas―. Te creía devorado.

―No soy tan fácil de digerir ―afirmó Charasuke sonriendo antes de desaparecer de su vista―. ¡Rayo! ―gritó intentando golpear su espalda.

―El mismo truco no te funcionara dos veces ―aseguró Kyubi usando una de sus colas como látigo para mandarlo a volar lejos.

―¡Hilos! ―gritó el moreno invocando una telaraña detrás suyo para evitar la caída.

Gruñó adolorido por el golpe y sus ojos rojos fulguraron con molestia. Sintió un sabor salado en su boca notando un líquido tibio deslizarse por la misma. Estaba sangrando. No era grave, pero se sintió algo impactado por lo diferente que era sangrar en un cuerpo humano real que en el suyo. Tenía muy en mente que tendría que usar poca magia para evitar algún daño severo. Sería mejor usar su ingenio. Nunca se había parado a pensar en lo falso que era su dolor en las batallas. Y este no sería el momento. Se paró recto sobre su telaraña y corrió por ella dando la ilusión visual de que corría por el aire, gracias a la delgadez de los hilos. El zorro intentó morderlo, pero se hirió a sí mismo la boca al impactar contra aquella telaraña. Siguió insistiendo haciéndose daño a sí mismo, mientras el joven de ojos negros corría a su alrededor. La telaraña comenzó a vibrar generando ondas cada vez más fuertes.

―¡Viento! ―invocó creando una burbuja de aire con el sonido reverberando en el interior causándole mareo al zorro.

―¡¿Qué demonios hiciste?! ―exigió saber el demonio al darse cuenta de que estaba perdiendo el equilibrio sobre sus propias patas.

―¿No conoces los principios de propagación de las ondas? ―interrogó burlón mientras se sentaba en uno de los hilos.

El aire es bueno propagando las ondas de sonido, aumentando su velocidad gracias a la carta viento había convertido la telaraña en una gran burbuja sónica. La telaraña a diferencia de lo que creía Kyubi no era sólo una. Eran una serie de ellas dispuestas a su alrededor para dejarlo acorralado entre los ataques sónicos. Después de todo, era como estar atrapado entre varios altavoces todos sonando al mismo tiempo. Sus ataques físicos podía detenerlos, pero uno invisible era otra historia. Y más siendo un zorro, por muy demonio que fuera, una parte de él guardaba similitud con el animal cuya forma imitaba. Los zorros siendo parte de la familia de los caninos tenía un oído altamente perceptivo. Uno sensible a los sonidos de baja frecuencia. Su oído interno debía estar sufriendo y eso eventualmente repercutiría en su cerebelo dificultándole el control del equilibrio motriz. Eso bastaría para tenerlo quieto a las malas en lo que Sasuke terminaba su hechizo.

―¡Estoy listo! ―gritó el card captor haciéndose presente en su propio cuerpo.

―¡Todo tuyo! ―respondió Charasuke sonriendo mientras le daba el relevo.

Sasuke volvió a tener sus ojos de color negro cuando la carta cedió su lugar. El card captor tenía su báculo en la mano y alzó de forma recta delante de él antes de comenzar a moverlo apuntando a los lugares que marcó Espejo. Aquellos sellos y hechizos escritos por el otro comenzaron a brillar en respuesta uniéndose para formar un gran circulo con una estrella de cinco puntos en su interior. Al cerrar los ojos, el joven mago sintió como los árboles zozobraban y el viento soplaba gentilmente. La naturaleza misma estaba de acuerdo en expulsar a ese demonio de sus tierras y estaban prestando su energía. Era una tierra sagrada después de todo. Cualquier forma de vida en ella anhelaba la paz y armonía perdidos por aquel demonio sellado allí. Solucionaría el error de su vida pasada de una buena vez por todas.

―¡Detente! ―gritó el demonio―. ¡Puedo devolverte a tu novio! No querrás terminar como Clown, ¿cierto? ―preguntó intentando disuadirlo.

―Oh claro que lo harás, ¡cuando te exorcice! ―aseguró dando un gran salto para correr sobre los hilos antes dejados.

Decir que no tengo miedo sería una mentira. Lo tengo tanto que siento los músculos de mis piernas contraerse no queriendo avanzar. Puedo perder a Naruto, la persona que más amo en este mundo. Intenté decirle a Charasuke que no me importa si la persona más valiosa para mí muere. Y la realidad es que quise engañarme a mí mismo. Lo he aceptado mientras discutía con él. No quiero dejar de oír su escandalosa voz ni sus “Teme”. Creo que extrañaría más eso que sus “te amo”. Porque siempre hemos sido así. Sin excesos de romanticismos, pero nunca dejaríamos al otro. Juntos en las buenas y en las malas. Esta es una de esas situaciones imposibles donde no podemos jurarnos que todo saldrá bien. No obstante, ya nos prometimos buscarnos en la siguiente vida si fallo. Ese Dobe siempre tan optimista que raya en lo ridículo. Gracias, Naruto. Gracias a ti y a todos los que han creído en mí y apostado su vida por la mía voy a ir con todo. No contendré nada de mi poder. Ese demonio sabrá porque con un Uchiha no se juega.

―A la tierra tan firme símbolo de la rectitud, al agua tan cambiante símbolo de la flexibilidad, al aire tan indomable símbolo de la libertad, al fuego tan peligroso símbolo de poder y al rayo tan letal símbolo de la destrucción les pido prestado su poder ―recitó tal y como le enseñaron mientras daba un salto directo a la cabeza de Kyubi―. ¡Para que aquello que no pertenece a este mundo desaparezca! ―exclamó terminando el hechizo.

El circulo mágico alrededor del demonio brilló con una intensidad tal que logró cegar a Sasuke temporalmente. Aquella luz devoró al demonio zorro encerrándolo en una enorme esfera de color negro. Sus colores variaban entre el blanco y el negro, tal y como si estuvieran en una lucha por cuál de ellos iba a prevalecer. En ese punto Uchiha ya no tenía nada más que hacer. Sólo esperar a ver el resultado. Sin embargo, no tenía más magia y terminó desmayándose con la imagen de la cabeza del zorro saliendo de aquella esfera con un gesto de odio contra él.

 

CONTINUARÁ…..

 


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