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¡Es tu turno! ||Sterek|| por Dark_Ness

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— ¿Alguien ha pensado en como haremos cuando lleguemos y esa chica nos vea convertirnos en lobos?

    Esa fue, una buena pregunta que nadie se había hecho.

    ¿Cómo iban a ir hasta la zona de la nueva manada si ella estaba ahí?

— Podemos simplemente dejarla en terreno neutro con Stiles mientras hacemos nuestras cosas, y luego regresamos —alguien había sugerido—. No se ve sospechoso; y sería un ganar ganar.

— No. —respondió tajante el líder.

    No había entendido por qué esa respuesta. Pero después comentó algo al respecto con lo de ir todos unidos como manada y su palabra cobró sentido. Sólo que de la misma forma era un poco extraño su comportamiento definitivo.

   Algo que Isaac había notado durante las horas de viajes que había compartido con Derek.

— ¿De qué están hablando? —Stiles se aproximó hacia sus amigos. Tenía en sus manos una bebida fría que había comprado en la tienda de conveniencia a la cual todos habían usado antes—. ¿Ya probaron esta cosa? Es malditamente divino.

— No dirás lo mismo dentro de unos años cuando te esté matando la diabetes —Lydia miró con malos ojos la cantidad de azúcar que estaba bebiendo el chico. No era muy asidua a las cosas que podrían causar desequilibrios biológicos; o tampoco a cualquier cosa que acelerara la hiperactividad de Stiles—. Y estábamos hablando sobre como vamos a proceder cuando lleguemos.

— ¿Cuándo lleguemos dices? —Stiles observó a todos. Se veía genuinamente confundido—. ¿Aún no hemos llegado?

     Fue un poco desconsiderado de parte de la manada haber colocado los ojos en blanco de la misma forma en como lo hicieron al escuchar lo que Stiles les estaba preguntando.

— Cuando lleguemos al claro, Stiles —Allison se ofreció en aclarar la duda del muchacho—. Audrey no sabe de nosotros, y no sabemos como proseguir.

— Fácil —respondió Stiles después de haberle dado un sorbo sumamente exagerado al vaso que ya estaba vacío—. Ustedes los lobos van y hacen sus asuntos por el lugar en donde tienen que establecer las uniones adecuadas, y Audrey y yo nos iremos a explorar un poco la ciudad mientras esperamos a que ustedes lleguen.

— ¡Justo les había sugerido eso! —habló Jackson, el dueño original de la idea.

— No —Derek recalcó. Stiles ni siquiera se molestó en mirarlo—. Todos vinimos como manada. Por lo que seguiremos como manada hasta el final.

    El ambiente se puso tenso.

    La noche comenzaba a caer, para ser justos, por lo que no podían seguir perdiendo el tiempo con las pequeñas discusiones que estaban entablando. Derek se veía muy firme, como las raíces nudosas del Nemetón; por lo que Stiles estaba reuniendo todas las respuestas filosas que pudieran cortar ese temple. Sin embargo, Audrey regresó del baño de mujeres junto a Erika, por lo que tuvieron que hacer silencio y postergar la discusión para otro momento.

    Además, ya estaban cerca de las dichosas cabañas que poseía la familia de Jackson; así que reanudaron el viaje con las caderas un poco descansadas y con la moral tocada.

*

*

*

    En un rápido reconteo de lo que lo que había sucedido en el viaje antes de llegar a Idaho; resulta que el jeep de Stiles fue arrastrado por el carro de Boyd, lo que dejó a la pareja en una posición un poco incómoda al tener que viajar con Allison y Scott en el mismo vehículo. Sin embargo, la incomodidad duró apenas unos minutos, ya que la chica se había deslizado por las grietas de Allison y ambas se unieron en la que parecía ser la charla mñas larga y agradable de la historia —si es que te gustaban los chismes de la farándula y el maquillaje.

    Eso fue un pro para Stiles.

    Por otro lado, Isaac seguía con sus ideas sobre quien podría ser la chica de la que hablaba Derek y de como se relacionaba eso con el extraño comportamiento que tenía con Stiles —porque, obviamente, no se había quedado con la versión oficial de Derek.

    Los demás estaban haciendo sus apuestas en sus respectivos autos. Estaban preguntándose cuanto dudaría el romance de la chica y Stiles hasta que descubriera la verdadera naturaleza de todos; y por más cruel que pudieran sonar, la apuesta mayor pertenecía a «la nueva se va asustar y dejará a Stiles después de cinco minutos de una charla incómoda y larga».

    Porque ellos no eran ingenuos, y sabían que aunque tomaran todas previsiones, algo se les iba a escapar y Audrey terminaría sabiendo cosas que no debería saber.

    Y bueno, unas horas después, las luces del ocaso estaban alumbrándole a la manada mientras pisaban la tierra ajena. Una tierra en donde buscarían la alianza con un alfa desconocido. Y una tierra en donde Derek trataría de solventar todos sus problemas aunque tuviera que cortarse un miembro del cuerpo.

    Apenas llegaron a las dichosas cabañas que le pertenecían a la familia, Stiles bajó con poca sutileza y llamó al número de un mecánico que había encontrado en las recomendaciones de google maps. El resto se quedó observando como el chico vociferaba totalmente impaciente contra la persona que tenía al otro lado del teléfono, y si podían ser sinceros, sintieron mucha lástima por aquella persona desdichada que tenía la desgracia de tratar con el conflictivo jeep de Stiles.

— Así que estas son las famosas cabañas. —Audrey murmuró más para sí misma que para el resto. Se veía un poco fuera de lugar.

— Si te hace sentir mejor, también es primera vez que venimos para acá —Lydia rápidamente atajó la inseguridad de Audrey y comenzó a dialogar con ella. El resto estaba desempacando sus cosas de los autos para entrar a las instalaciones—. Jackson dice que son realmente cómodas y discretas, por lo que no tendremos a nadie curioseando por aquí.

— Jackson... ¿Es el que estaba discutiendo con Stiles en la mañana? —Audrey acomodó el bolso en sus hombros mientras agarraba firmemente el bolso de Stiles en sus manos. Las chicas emprendieron el viaje hasta la zona de recibimiento de la cabaña.

— Sí, ese mismo. —Lydia sonrió un poco incómoda.

    Tristemente, para ambas, la incomodidad de extendió por bastante rato.

    Al estar cada quien concentrado en cargar su equipaje y asegurar sus carros, no había mucho que las chicas pudieran hacer como para mitigar esa enorme incomodad que cargaban en el aire. Audrey se sentía retraída por estar con personas a las que no conocía; a pesar de que se veían amables, no tenían esa chispa de querer entablar conversaciones fluidas con la chica nueva. Eso ella lo podía sentir incluso a kilómetros de distancia.

    Y por otro lado, Lydia no sabía como lidiar —Stiles se hubiera reído de ese juego de palabras— con una persona que era fruto de interés y amor de Stiles. Ella, al igual que Derek pero en menor medida, tenía el ego un poco lastimado por el hecho de haber sido superada tan rápido como una gripe bien cuidada; por lo que no la podían culpar de querer entablar un ambiente calmado alrededor de la chica y fallar en el intento.

    Aunque si alguien había notado ello, parecieron no mencionarlo por le simple hecho de que era muy irrelevante pinchar a Lydia con ello —y sobretodo, sabotear así lo que estaba tratando de entablar en chico con Audrey. Peeeero...

    Peero...

    Estaba Derek.

    Y Derek no perdonaba.

— ¿Ya tienen todo listo? —el alfa preguntó. Estaba usando su voz de mando por el simple placer de querer doblegar a los demás para sentirse bien consigo mismo; por más que lo negara—. Tenemos que ordenar todo para emprender el viaje y regresar antes de que se haga lunes.

— Pero si apenas es sábado —Lydia protestó. Ella no quería partir inmediatamente hacia el territorio del alfa. Las 14 horas de viaje le tenían la cadera entumecida; por lo que realmente quería dormir esta vez en las suaves sábanas que sabía que la familia de Jackson compraría para sus instalaciones—. ¿No podemos esperar un poco más?

— Sabes que no podemos pasar mucho tiempo en un te... lugar ajeno sin antes presentarnos con nuestros anfitriones —Scott se corrigió rápidamente, haciendo que todos se tensaran. Ese chico realmente era un desastre—. Tenemos que ir para saludar.

— ¿Saludar a quién? —Audrey preguntó en voz alta. Ya veía a Stiles acercarse a ellos, por lo que poco a poco su confianza parecía estar regresando—. ¿Acaso las cabañas no iban por parte de Jackson?

— ¿Viste lo que causas? —Derek le gruñó a Scott. Aunque realmente eso iba dirigido a Lydia—. Tenemos que... hablar... con alguien. Y tenemos que ir todos antes de que esta persona se ofenda y no nos deje regresar de nuevo a su... casa.

— Realmente estoy muy confundida.

— No hace falta que entiendas, de todas formas —respondió desdeñoso. Todos miraron confundidos a Derek gracias a su creciente apatía hacia Audrey. Isaac estaba más que interesado en obtener respuestas—. Y no te dejes influir por los comentarios de Lydia. Ya Stiles lo hizo una vez y no terminó bien. Ahora, cada quien elija asilo.

    Y eso fue el clavo que sepultó el ataúd de Derek.

    Audrey se quedó fría. Estaba en un lugar sumamente hostil. Y Lydia, pobre Lydia, no podía esconder su rostro ruborizado de la mirada de la chica pelinegra.

    Stiles llegó por fin, un poco agitado, con la mirada brillante de satisfacción al haber negociado adecuadamente con el odioso mecánico. Sin embargo, su brillo se vio apagado cuando palpó la tensión de los pocos que habían quedado en la entrada de las cabañas.

— ¿Me perdí de algo? —Stiles le preguntó a Boyd y Erika.

— De absolutamente todo —respondió la rubia con una risita irónica—. Te recomiendo que hables con tu amorcito antes de que Derek siga hundiéndote.

— ¿Qué Derek qué? —Stiles borró su sonrisa nerviosa.

— Tú sólo hazme caso. Ahora ve.

    Stiles trotó confundido hacia donde se dirigía el grupo —un poco más disperso de lo que recordaba—, y percibió inmediatamente a Audrey alejada como si fuera un cachorro apaleado.

    A la cabeza del grupo iba Derek hablando con Isaac, y por lo que intuía, el chico rubio estaba regañando severamente al alfa.

    Stiles no sabía en que problema estaba comenzando a meterse.

    Y Derek no tenía ni idea de lo cínico que podía llegar a ser.

*

*

— Wow, ¿pudiste con todo esto tú sola? —Stiles preguntó un poco alegre. Estaba tratando de romper el hielo. Audrey se veía pálida y ausente—. Deberías enseñarme tu rutina de brazos; creo que me vendría bien un poco de fuerza.

— ¿Qué insinúas, Stiles? —el tono molesto de Audrey descolocó a Stiles inmediatamente. Comprendió que ella no estaba de humor para chistecitos.

— No, nada... Sólo era una broma. —Stiles mencionó tratando de evocar un tratado de paz.

— Deberías mejorarla entonces —respondió—. Podrías contarle a Lydia el chiste primero, a ver si así lo pules antes de venir conmigo a hablar.

— ¿Lydia? ¿Por qué habría yo de contarle chistes a Lydia? —Stiles preguntó genuinamente confundido. Hasta donde supo, Lydia solo se reía de la desgracia de los demás (o de la suya solamente en variadas ocasiones).

— Porque parece que ella estaría encantada de escucharlas.

    Stiles se detuvo brevemente y trató de evaluar el panorama.

    Audrey estaba molesta. Aunque furiosa era un sinónimo más aceptable. Él no le había hecho nada; no había hablado nunca de Lydia (ni de ninguna otra persona que no fuera en ámbitos de amigos), y ni mucho menos hizo insinuaciones que pudieran malinterpretarse en cualquier contexto. Solamente había pasado el viaje quejándose de Derek por lo increíblemente cretino que era, y en ocasiones de Jackson.

    Y no le había comentado a Audrey tampoco de lo que había sucedido entre ellos (que dicho de esa forma se podía dar a entender que hubo algo, lo cual realmente no es cierto). Así que Stiles estaba en punto muerto.

— ¿Es grosero de mi parte preguntarte por qué me sacas esto a colación sin ningún tipo de contexto pre establecido o referencias semi bibliográficas que pudiera usar para guiarme en este momento turbio de la noche? —Stiles entonó, genuinamente consternado, por lo que no se dio cuenta que su verborrea le había dado un poco de gracia a Audrey—. Siento que hay algo que tu sabes pero que yo no sé; por lo que no es ético que me enfrentes sin darme las posibilidades de defenderme.

— ...

    Audrey simplemente lo miró.

    Parecía que estaba impasible.

    Sin embargo, una leve risa se escapó de sus labios.

— Eres realmente extraño, Stiles —confesó—. ¿Nunca te lo han dicho?

— En lo que va de hora, no —respondió. Audrey sonrió muy a su pesar—. Ahora, ¿puedes decirme que sucede?

— Es que... cuando tu fuiste a hablar por teléfono, sacamos las cosas de los carros y caminamos hacia acá. Y estaba tratando de hablar con Lydia; pero luego llegó Derek y dijo cosas que realmente me confundieron y después me dijo que no me juntara con ella porque podría pasarme lo mismo que a ti y pues... —Audrey estaba jugando con sus manos. Algo que Stiles notó, y que le dejó un poco afectado, era el hecho de que sus dedos estaban rojos y sangrantes. Desde que la vio la primera vez, ella le confesó que tenía una mala fijación con liberar estrés a través de las manos; y si no podía tocar o apretar algo, tendía a hacerlo con sus propios dedos.

    Stiles se dio cuenta también, después de un largo rato, que sus dedos estaban muy bien (con un lindo esmalte rosa pálido) hasta hacía unos minutos. La pintura se había caído, y la piel alrededor de las uñas comenzaba a enrojecerse y a sangrar por los pedazos que ella misma se arrancó.

    Tenía, de forma irónica, la misma manía que él cuando tenía quince años.

    Stiles se sintió mal por ello. Aunque no era algo que había causado él, se sentía muy mal. Así que se acercó a ella y tomó sus manos entre las suyas con cuidado. Alejó sus dedos y besó sus nudillos. Audrey soltó un suspiro bochornoso por haber sido descubierta en su mutilación autoinfligida.

— No sé realmente por qué Derek dijo eso —confesó Stiles. El chico tenía los ojos cerrados mientras pasaba las manos frías de la chica por su rostro lleno de un sinfín de lunares—. Pero no te mentiré al decirte que lo que él dijo es mentira... Lo que sucede, es que hubo un tiempo en donde tuve un enamoramiento unilateral con Lydia; el cual duró poco tiempo, para ser sincero. Y ahora él está molesto conmigo (aunque realmente no tengo ni la menor idea de por qué), está haciendo cualquier cosa para sacarme de mis casillas.

— ¿Y yo que tengo que ver en esto? —Audrey acarició el rostro suave y pálido de Stiles sin proponérselo.

— Que me gustas. Y una de las formas de hacerme molestar, es hacerte sentir triste, porque él sabe que eso me afectará más de lo que puede afectarme que se meta conmigo.

    Audrey se ruborizó como una tierna colegiala.

    Stiles abrió los ojos nuevamente y observó a la chica que comenzaba a recobrar el color que había perdido.

    Sonrió cuando se dio cuenta de lo hermosa que se veía con las mejillas sonrosadas.

    No pudo evitar acercarse lo suficiente a ella y darle un casto beso.

    Su primer beso.

*

*

*

    Derek entró molesto a su habitación correspondiente con el sermón de Isaac de fondo.

— ¡No me des la espalda, Derek! —Isaac no sabía de donde había sacado ese lote de confianza para hablarle así al líder de la manada. Pero estaba muy molesto como para indagar en el asunto—. ¡¿Cómo se te ocurre hacerle eso a esa pobre chica?!

— No es tu problema, Isaac —Derek levantó un poco la voz mientras colocaba su maleta sobre la cama—. No recuerdo verte intervenir cuando tuvimos el altercado. Así que no entiendo de donde nace tu repentino interés en la seguridad de ella.

— No había necesidad porque no habías traspasado la línea de la imbecilidad. —Derek refulgió los ojos en su característico carmesí alfa. Isaac no se dejó amedrentar con mucho esfuerzo.

— Cuida tus palabras.

— ¿Es ella la famosa Stella? —Isaac lanzó el comentario como última esperanza—. ¿Por eso la tratas como si fuera un traste?

— ¡¿Qué?! ¡No! ¡Por supuesto que ella no es Stella, Isaac! —Derek miró realmente ofendido al joven rubio que no sabía que pensar de toda la situación—. ¿Me crees capaz de caer tan bajo como para invitar a la persona que rechacé a pasar tiempo de caridad conmigo y mis amigos?

    Ok, eso fue una puñalada autoinfligida.

    Isaac no necesitaba saberlo.

— Si eres capaz de atacar a una joven inocente, entonces eres capaz de todo —Isaac lo miró realmente molesto—. Dime la verdad, ¿por qué estás tan borde? Todos estamos comenzando a preguntarnos cual es tu historia con ella como para que estés tratándola así. E incluso a Stiles. ¿Por qué de repente estás tan enfocado en ellos?

    Derek trató de contar hasta diez.

    Necesitaba calmarse.

    Tristemente llegó al tres antes de rendirse.

— ¡Es Stiles, vale! ¡¿Ahora ya estás feliz?! —el rugido de Derek hubiera podido haber hecho temblar las paredes si estas no estuvieran hechas con una pesada piedra tallada y ornamentada. Sin embargo, la confesión retumbó en los rincones más profundos del cerebro de Isaac.

— Espera... ¿Todo el cuento de esa tal Stella es...?

— Por Dios, Isaac. Piénsalo un poco. ¿En serio no pensaste que Stella era un nombre muy específico y extraño?

— En mi defensa, América es muy grande y diversa como para encasillar a todas las mujeres en Mary —Derek colocó los ojos en blanco—. Entonces...

— ¿Entonces qué?

— Si lo que me dijiste es cierto; ¿entonces estás replanteándote el hecho de haber rechazado a Stiles...? —Isaac se rascó el cabello. Era un gesto que hacía bastante cuando estaba confundido y ansiaba encontrar una respuesta—. Digo, no me sorprende que Stiles se haya terminado confesando a ti. Todos podíamos intuir que él estaba detrás de ti de una u otra forma; pero como nunca dijo nada ni tampoco hizo algo muy evidente, dejamos el tema zanjado... Pero... wow, es muy increíble que...

    Derek suspiró realmente agotado.

    Todos se habían percatado que Stiles sentía algo por Derek menos el mismo Derek. 

    Que ridículo.

— ¿Pero qué?

— Pero, no pensé que tú estuvieras realmente interesado en él —Isaac confesó. Era un poco extraña la reacción que había tenido Derek; pero no sonaba como algo genuino—. Suenas más bien ofendido. Casi como si estuvieras haciendo una rabieta porque te quitaron algo.

   En esencia eso era lo que Derek estaba haciendo.

    Sólo que no quería reconocerlo.

— ¿Rabieta? No, no estoy haciendo ninguna rabieta. 

— Eso es algo que diría alguien que esté haciendo una rabieta... pero no me mires así. Piénsalo un poco, por favor. ¿Pasas todo este tiempo sin darle segundas miradas a Stiles, y de repente cuando está saliendo con alguien más, te ofendes completamente y comienzas a darle vuelta a la decisión que tomaste hace...?

— Un mes. —completó Derek entre dientes.

— Oh —respondió Isaac completamente impresionado. Parecía que había descubierto algo después de un tiempo investigándolo—. Así que fue hace un mes... eso lo explica todo.

— ¿De qué estás hablando ahora?

    Isaac negó con la cabeza.

— No importa —respondió en cambio—. Regresando al tema que nos concierne; estás molesto solamente porque Stiles ya te superó.

    Derek no respondió nada. 

    Frunció los labios mientras tomaba su bolso y sacaba la ropa que necesitaba para darse un baño y cambiarse. El tema se dio por cerrado cuando el alfa dejó de responder, por lo que Isaac no agregó nada más y regresó a su posición retraída y cómoda con la que solamente le quedaba observar a su alrededor de en busca de respuestas a las preguntas que constantemente se formulaba.

    En este caso, la única pregunta que se hacía era sobre que tan lejos llegarían los límites morales de Derek para encontrar aquello que buscaba por medio de sus odiosas acciones.

———

Notas finales:

Si hubiera sabido que Elton Jhon era tan relajante para escribir, lo habría escuchado a partir de los doce años.


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