Capítulo 3 “Navidad”
Martes 24 de diciembre 2002
Draco había pasado unos días tranquilo. Lo habían mandado de vacaciones por las fechas de navidad y año nuevo.
Además de que ninguno de los Weasley lo habían molestado, el domingo Charlie y Bill le habían mandado lechuzas, pero no quería salir ya con alguien, el día anterior había sido mucho con tres.
Aunque hoy George pasaría por él para ir a la madriguera, no solo iba a estar él, si no que también habían invitado a Hermione y sus padres, al menos no estaría entre tanta cabeza roja, no porque les cayera mal, sino porque no quería ser el único invitado. Tocaron a la puerta.
– ¡Hey Draco! ¿Preparado para una noche loca con los Weasley?
– La verdad es que no, pero ¿ya no puedo negarme verdad?
– Por supuesto que no – Lo tomo del brazo y lo guio hacia el ascensor del edificio. Draco se divertía bastante camino a la madriguera, George había decidido no aparecerse si no caminar – Ya verás, mamá prepara la mejor cena de navidad, además llegaremos justo para comer.
– ¿Ese era tu plan? ¿Tardarnos para no ayudar a poner la mesa?
– Exactamente, me gusta como piensas Draco – Lo beso en la mejilla.
– George, por favor deja de hacer eso, no es correcto.
– Bueno, bueno, eres a la antigua lo puedo ver, entonces saldremos varias veces para poder besarte enserio.
– ¿Qué?...
– Aunque te presentare a mis padres, lo cual ya representa algo formal – sin que Draco se lo esperara, Fred se había acercado suficientemente frente a su rostro, casi susurrándole – ¿no crees?
– N-no – Dio un paso hacia atrás y él otro le guiño un ojo.
– Vamos.
Justo como se había dicho, llegaron justo cuando se servía la cena, Draco comenzó a saludar a todos, y como es de esperarse cada uno de los hermanos Weasley estaba encantado con la presencia de Draco, lo que extraño a Hermione. Lo tomo y se lo llevo a la cocina.
– Oye Draco, ¿Tienes algo con los Weasley?
– ¿De que estas hablando?
– Todos parecen embobados por ti, no los había visto así nunca.
– Pues la verdad, es que no lo sé, desde hace unos días han comenzado a invitarme a salir, pero el que está más “encima” ha sido George…
– Probablemente le gustas a uno de ellos, y los otros son amables contigo para hacerte sentir, poco a poco en casa y familia.
– Es una buena teoría – Comenzaron a dar las campanadas – salgamos a dar los abrazos.
– Si, espera, feliz navidad Draco – Lo abrazo y este sonrió en medio del abrazo.
– Feliz navidad Hermione.
Salieron de la cocina y comenzaron a felicitarse entre todos, Ron lo había visto con una gran sonrisa y un brillo en sus ojos, comenzaba a caminar hacia él, Draco ya lo iba a recibir, pero de repente Ron volteo a ver ligeramente a los lados, parpadeo varias veces y luego vio a Draco, lo miro extraño y comenzó a ir al baño, todo esto lo había visto Hermione.
– Viste lo mismo ¿no?
– Si, pareciera que no sabía dónde estaba.
– Vamos a ver si esta bien, comió demasiado.
– Draco, quieres venir a abrir regalos, tengo uno para ti.
– Ahora no Charlie, creo que Ron esta enfermo, iré con Hermione a verlo.
– Ok, te espero, te sentaras junto a mí.
– Eh… sí.
Fueron con Ron y vieron que salía del baño del segundo piso con la cara mojada.
– Me duele la cabeza.
– ¿Te encuentras bien Ron?
– Si Hermione, es solo que, es como si estos días estuviera viviendo otra vida.
– ¿A qué te refieres?
– No lo sé, he pensado demasiado en ti, como en un interés amoroso, soñaba contigo y quería conquistarte a toda costa… pero hace unos momentos sentí… sentí como si mi mente fuera libre, sentí como si… saliera de un hechizo, como cuando fui liberado del hechizo de “come caracoles” el que salió mal en segundo año.
– Lo recuerdo.
– Oh dios no… no… no…
– ¿Qué pasa Draco?
– Necesitamos hablar en lugar privado.
– Vamos a mi habitación necesito recostarme – Una vez en la habitación.
– Ron necesito que me contestes con la verdad… Hace algunos días, de casualidad ¿no te encontraste con una caja de brownies de chocolate?
– Bueno yo…
– Ron, contestale a Draco.
– Si, me encontré una caja, estaba solita en la mesa de la cafetería, creí que algún cliente la había olvidado, la abrí para buscar al dueño, pero vi los brownies y no vi nada para encontrar al dueño, así que la traje a casa… – Draco comenzó a hiperventilar.
– ¿Draco que está pasando? Hey tranquilo, respira profundo, eso es, ahora suelta lentamente, bien, repítelo, eso es, ¿listo?
– Si, gracias, Hermione. Hace unos días termine un pedido especial para los inefables, ya sabes como son, entonces iba en camino a darles el pedido, pero Blaise me llevo a almorzar y nos encontramos contigo, como no me dejo entregar el pedido le pedí que cargara la caja.
– La caja tenia los brownies…
– Así es, pero el imbécil la olvido en la cafetería y cuando volvimos ya no había nada, creímos que solo una buena persona se las había dado a perritos callejeros y Blaise bromeaba en que por unos días tendría a perritos detrás de mí.
– Espera, ¿específicamente qué era lo que tenían esos brownies?
– Esos brownies estaban bañados de amortentia, listos para su activación y con una duración especifica…
– Ron – dijo lastimosamente Hermione – dime por favor que solamente tu comiste de los brownies – este solo se removía en la cama y se sentó para recargarse en la cabecera.
– No… ese día los traje a casa y decidí compartirlos con mis hermanos, mamá y papá se acostaron temprano y Ginny aun no llegaba.
– ¿Cuánto duran Draco?
– Pero ¿cuál es el problema? no entiendo nada, aun sigo mareado.
– Ron los brownies que les diste a tus hermanos para cenar, estaban bañados en amortentia, cuando a la amortentia no se les da un incentivo, la persona que la beba se enamorara del creador. Los brownies tenían una duración de un día cada uno y tú y tus hermanos se los comieron… viendo la fecha es probable que tu hayas comido 6, aunque no estaban para 24 horas exactas, la variabilidad es muy alta.
– Ron ¿sabes cuantos Brownies se comieron tus hermanos?
– No.
– ¡Demonios Ron!
– Lo siento ¿De acuerdo? Pero en esta casa nunca nos contamos las raciones de comida.
– ¿Y ahora qué?
– ¿Un antídoto?
– Están creados para que ninguna pócima destruya la reacción, no se puede hacer nada, los hice indestructibles, eran 64…
– Bueno ahora sabemos que ya son 58, menos los días que hayan pasado, quedan activos 36 días repartidos entre los cinco hermanos que quedan.
– Buenas matemáticas.
– Gracias Draco.
– Ya no quiero salir de aquí, que voy a hacer, si el sujeto en cuestión…
– Hey que son mis hermanos – Draco lo ignoro.
– … se siente rechazado va a sufrir.
– Los hiciste invencibles ¿verdad? Como armas.
– Así fue el pedido.
– ¿Y qué paso con el pedido? Si no lo entregaste.
– Hice otro, Blaise y mis ayudantes… pues ayudaron, los tuve trabajando toda la noche.
– Bueno, supongo que deberás ser amable con ellos, y ahora debes no enamorarte, lo que ellos sienten no es real.
– Al menos el amor, todos te queremos como un amigo.
– Lo se Ron, gracias. Quisiera disculparme, pero eres un idiota al comerte comida extraña y aun más por dárselas a tus hermanos. Por cierto, no se les puede decir nada, si al sujeto se le dice algo lo negara todo y podrían llegar a lastimarse.
– Lo dije, un arma, alguien notara el cambio.
– No lo creo, no están locos ni obsesionados, solo distraídos.
– Bueno, supongo que los tres debemos cuidarlos.
– Si, cuando termine el efecto será como con Ron, solo se sentirán un poco confundidos y les explicaremos a cada uno. Sera fácil – Draco dio una mirada triste hacia la puerta, Ron y Hermione notaron eso, se sentían mal quizás Draco ya se había encariñado con alguno de ellos – Le diré a Potter, él también podrá ayudarme, fuera de nosotros cuatro no le diremos a nadie, Blaise estará fuera del país por semanas así que no será un problema si me pregunta.
– Bueno, ya me siento mejor, es hora de bajar.