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Como un demonio por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola~

 

otro capítulo mas de Michael, espero lo disfruten.

O siempre es un buen momento para darse cuenta.

 

Alguien me toca el brazo, me despierta. No me di cuenta que me quedé dormido, con un cojín a un lado de la cara. Me siento y casi golpeo mi cabeza con Jade.  

— hombre, cuidado—la luz está encendida, afuera ya anocheció. Jade mueve su mano frente a mí como si espantara moscas—  ¿estas mejor?— le digo que si moviendo la cabeza— bien, hay comida en la cocina, no comiste nada y ya es algo tarde. Además, después de como estabas… ¿Qué dices?

¿Estabas preocupado por mí?

— ¿Qué? no, yo no…— frunce el ceño, creo que no se ha dado cuenta de que estaba preocupado por mi— yo no estaba preocupado. Bueno, seria molesto tener un cadáver aquí, pero… solo ve a la cocina si quieres comer… y si te atreves a usar la mesa— añade, con una sonrisa maliciosa.

Gracias.

— cómo sea— sonrió al tiempo que él se levanta y entra a la cocina. Veo mi reflejo en el televisor, y de inmediato dejo de sonreír. Es… extraño. Jade me asustaba y me pone incomodo ¿entonces porque ahora es como si fuéramos amigos? no estoy seguro de que él me considere su amigo, pero yo estaba feliz y sonriendo porque Jade estaba preocupándose por mí. Ya me duele bastante la cabeza como para pensar en eso ahora también. Me levanto, y esta vez mis piernas no tiemblan ni me hacen caer. Puedo caminar a la cocina sin problemas. Jade está allí, sentado y comiendo pizza. Huele a queso y salsa de tomate, y mi estómago duele solo por olerlo. Rodeo la mesa para sentarme en la silla más alejada de la entrada, mientras Jade me mira bastante divertido de verme alejándome. No había entrado en la cocina desde ese día.

 Espero que este muy limpio.

— lo está. Creo— le miro mal mientras tomo una rebanada. Él ha estado aprendiendo rápido las señas, nunca había enseñado a alguien antes, así que no sé qué tan rápido pueden aprender normalmente pero Jade ya entiende gran parte de lo que quiero decir aunque no es tan bueno al momento de usar sus manos— Ya, hombre, déjalo pasar. El sexo en la cocina es de lo mejor— hago una mueca y señalo la comida, intentando decirle con la mirada “Estoy comiendo, no hables de eso ahora” le veo reír.

¿Cómo estás tú?

— ¿Qué? ¿Tengo algo malo? Estoy bien.

Hace unos días no lo estabas. Estabas mal.

— eso. Lo hemos resuelto, o Cyan lo ha resuelto, como siempre— pone los ojos en blanco— estaba un poco molesto por eso pero yo no hice nada por una vez. Ahora es… extraño— su mirada va lejos, aun masticando su pizza— pero no es un mal extraño. Solo no entiendo que es— su relación siempre ha sido extraña para mí, y ahora que él dice eso entiendo porque yo nunca los entendí: Si ellos no se entienden ¿Por qué lo haría alguien más?— curioso, haces ruidos al comer.    

 No los hago.

— los haces, yo puedo escucharlos— antes de pensarlo ya estire el pie y le di una patada— Hey, eso duele— giro mi rostro al refrigerador. Ese comentario estuvo de más. Claro que yo no sé si hago ruidos o no, aunque pretenda ser silencioso nunca es seguro que lo sea.

 ¿Dónde están Azrael y Cyan?

— fuera, realmente no lo sé. No tardaran mucho— y no lo hacen, apenas estoy por la mitad de la segunda rebana de pizza cuando entra Azrael por la puerta. Lo primero que hace es preguntarme si estoy bien y le tengo que responder tres veces que lo estoy antes de que tome por buenas mis palabras y deje de intentar llevarme a un hospital. Aún es temprano pero sigo sintiéndome cansado y quiero estar a solas.

Me voy a dormir, me duele la cabeza.

— ¿seguro que estarás bien?

Se me pasara si duermo.

— entonces, que pases una buena noche— inclino la cabeza, espero que le baste como agradecimiento. Jade sigue comiendo, y no he visto a Cyan desde que regresamos. Antes de que llegue a la puerta, me detienen sujetando mi brazo. Jade es quien me sujeta, en la otra mano tiene una caja de pastillas.

— para el dolor de cabeza. Deberías llevar agua también— le sonrió y me desvió a la alacena por un vaso. El dolor de cabeza que tengo no parece que se me vaya a quitar pronto, así que las pastillas servirán.

 

Me despierto con la alarma, la vibración del teléfono en el colchón. No quiero levantarme. Otra vez uno de esos días en los que es mejor quedarse en la cama. Me quedo mirando al techo, sin hacer nada. Creí que tendría pesadillas o que no podría dormir, lo cierto es que me quede dormido apenas me tome una de las pastillas para el dolor de cabeza y me acosté. De no ser porque ya he perdido muchas clases me quedaría aquí, así que me levanto de la cama.

Ya no me duele la cabeza, pero tengo la sensación de estar sucio y que hay algo mal conmigo. Ni siquiera cuando salgo de bañarme logra quitarme esa sensación. 

No me apresuro, por una vez creo que puedo aprovecharme de los demás y dejar que me ayuden, después de todo no es mi culpa estar en esta situación. No hay nadie en el pasillo, ni en la sala. Toco en puerta de la cocina, no espero que nadie me abra pero al menos si Jade y Cyan están dentro sí que espero que al menos se suban los pantalones. La puerta se abre y es Azrael quien está allí. Deja la puerta abierta para que entre, así que veo que no hay nadie con él.

Iba. A. buscarte. Como. Estas.

Levanto las manos para responder que estoy bien, pero él siempre es tan amable, que decir que estoy bien se siente como una mentira.

Me siento nervioso, pero estoy bien.

— Ya veo. No imagino como debió ser para ti escuchar todo de repente. Bel actuó muy mal en esta ocasión— me da un escalofrió cuando entiendo lo que dice— pero no te preocupes ahora por eso, estarás bien.

¿Cómo?

— primero desayunemos. Prepare avena, y hay frutas en la mesa— hago una mueca, la avena no me gusta mucho, es demasiado seca y se siente como si estuviera comiendo papel. Azrael no me está viendo, le veo servir la avena en dos tazones y luego pone uno frente a mí. La fruta está cortada en cuadros pequeños, y como no quiero comerme solo la avena, casi lleno el tazón con trozos de frutas.

Te gusta cocinar.

— nunca lo había hecho antes. No necesito comer como ustedes los humanos, pero es una actividad muy gratificante y es entretenido hacerlo— es entretenido, es verdad pero no es una de mis actividades favoritas. Puedo cocinarme a mí mismo porque he vivido solo y no quiero morir de hambre— ¿tú tienes algún interés en particular? Sé que los humanos a veces tienen estas pequeñas obsesiones por alguna actividad— me encojo de hombros. No tengo ningún interés como menciona.

No tengo nada así. Antes tomaba fotografías, pero no llegue a interesarme tanto.

— ¿fotografías?— bueno, más que no tener ningún pasatiempo, resulta que para la mayoría necesitas tener tiempo libre, dinero o los dos. Yo no tengo ni tiempo libre ni dinero, así que mantener un pasatiempo me resulta complicado.

Si, siento que puedo expresarme mejor con las imágenes. Una imagen puede decir mucho.

— tienes razón, ¿tienes una cámara?— siento que se me ponen rojas las orejas y finjo interesarme en la avena. Tomar buenas fotografías con un celular barato, y muy usado no es lo mismo que con una cámara, solo que las cámaras fotográficas están fuera de mi presupuesto. Ni hablar de la impresión de las fotografías.

Esto sabe mejor de lo que se ve.

— gracias, solo es avena. Pero tú no tienes…— sus ojos se desvían a la puerta. Me giro para ver a Jade entrar, con unos pantalones de franela holgados y una camisa grande.

—… además ¿Por qué frutas? Hay muchas cosas en el refrigerador y en la alacena para que tenga que desayunar avena— no soy el único que no piensa que la avena sea un buen desayuno. Intento no sonreír, y para no hacerlo me llevo una cucharada de avena a la boca— no sé porque Cyan la trae a casa para empezar.

— la avena es sana— Cyan aparece tras él, ya viene arreglado y ni siquiera parpadea cuando Jade se gira y sabrá dios que le dice. Él solo lo aparta, como si no fuera la gran cosa, y entra a la cocina. Le miro discretamente mientras saca el mismo tazón de cereal, toma la caja de los cereales y saca la leche del refrigerador. Siempre come lo mismo por las mañanas— los humanos tienen una noción muy pobre de lo vulnerables que son. Mueren con mucha facilidad. Lo que me sigue sorprendiendo es que tú, Jade, lo olvides— me froto los ojos, y luego miro a Jade. En su intento por reclamar, de alguna forma incomprensible se tira el tazón de avena encima— viéndolo mejor, no me sorprende tanto— Me tocan la mano y aparto la mirada del partido de tenis verbal que siempre parece tener ese par, para encontrarme otra vez con Azrael.

— te llevare a la universidad hoy.

¿Por qué?

— será más rápido— tal vez no puedo escuchar, pero sí que se cuándo no me están diciendo la verdad. O al menos quiero creer que lo hago— bien, también es más seguro. No quisiera que pase algo como lo de ayer— quisiera olvidarme de eso, pero no es algo simple. También quisiera decirle que no necesito que me vigilen porque yo puedo arreglármelas por mi cuenta, pero eso se siente como una mentira también. Suspiro.

Está bien.

— también iré por ti cuando terminen tus clases, así que agradecería mucho si pudieras avisarme cuando sea hora— apenas levanto las manos, otra mano evita que las mueva.

— antes de que discutas, o va Azrael o va Cyan, así que piensa bien lo que dirás— Azrael es quien quita la mano de Jade de las mías, otra vez está muy serio y hasta parece molesto.

— Jade, no hagas eso de nuevo. Es muy grosero detener las manos de quien las usa como medio para comunicarse— Jade dice algo, pero no le pongo mucha atención. Azrael tiene razón, sujetarme las manos como lo hizo Jade es muy incómodo, tal vez como si les taparan la boca a las personas que pueden hablar. Me altera mucho que lo hagan, esta vez solo porque Jade no lo hizo en serio, no uso fuerza y yo fácilmente podía volver a levantarlas. Estoy más sorprendido de que Azrael lo sepa porque son pocas las personas que he conocido y que saben ese dato.

— No lo sabía, tampoco hagas drama por eso. Mira, él no parece molesto por eso.

No lo estoy.

— no lo hagas de nuevo, de cualquier forma.

— no lo hare— Jade pone los ojos en blanco y se da la vuelta hacia Cyan, quien se mantuvo al margen de todo.    

No es su culpa, no lo hizo con mala intención.

— deberías apresurarte se hará tarde— vuelvo a mirar el tazón de avena. Suspiro y sigo comiendo. Por suerte también se me da bien ignorar a los demás, solo no los miro y es como si nada existe. Cuando me termino la avena, Azrael ya está esperando. Me despido de Jade y Cyan aunque parece que a los dos no les importa mucho. Definitivamente no los entiendo— vamos, ya he pedido quien venga por nosotros.

¿No sabes conducir?

— no es cómodo para mí. Tal vez podría— sacudo la cabeza. No quiero averiguar cómo es que conduce si no lo ha hecho nunca— A ti no te gusta conducir— otra vez me toma un momento darme cuenta que es una pregunta.

No he tomado los cursos. Además, no tengo un auto.

— cierto— y se ríe… se ríe. No una sonrisa, está riendo y es… no sé cómo es— vamos, llego el taxi— por costumbre sigo la dirección de su mano cuando señala a la entrada, donde ya nos espera un taxi tal como dijo. Le vuelvo a mirar, ahora tiene el ceño un poco fruncido. Me detiene cuando doy unos pasos al taxi.

Estas. Seguro. De. Poder. Ir. Puedes. Tener. Descanso.  

Estoy bien. Ya falté muchos días.

— vamos entonces— me siento junto a la ventana. Mientras nos movemos, me quedo mirando a los otros autos ¿Qué ruido hacen? De todo lo que escuche ¿Cuál era el sonido de un auto? Todo parece mucho más grande, aunque siguen siendo los mismos lugares que ayer. Algunas personas cruzan la calle, los autos intentando parar, puedo ver los rostros de los conductores mientras golpean con fuerza el volante, gritando sin duda, aunque no pueda escucharlos, es como si lo hiciera ¿es mi imaginación o el auto es muy pequeño? Apenas puedo respirar. Casi se me sale el corazón cuando alguien me toca, Azrael. Me había olvidado que estamos en el mismo auto— ¿estás bien? 

Todo bien.

Estas.  Pálido.

Necesito aire.

Me giro a la ventana para bajar el cristal. El viento es helado, pero me hace sentir mejor. No tardamos mucho en llegar. Azrael baja conmigo pero le dice algo al taxista, que no se mueve, creo le pidió esperar.

— si te sientes mal puedes llamar a Jade— Azrael no tiene teléfono— vendré enseguida. Si te encuentras con Bel también— ¡¿Por qué tenía que decir eso?! Es aterrador pensar que me lo encontrare otra vez. Yo creía… yo…— Michael.

Lo hare. No te preocupes.

Mi alarma vibra de nuevo. Levanto el teléfono para que Azrael vea.

Ya es hora. Nos vemos después.

— que tengas buen día— dice, o es lo que yo entiendo, mientras sonríe. Me doy la vuelta y corro hacia el edificio. Es mejor que detenerme a pensar porque Azrael parece atractivo cuando sonríe. No tengo que preocuparme mucho por eso, apenas entro al pasillo, me doy cuenta de que no será un día fácil. Antes no podía ni imaginar cómo sería estar en este lugar escuchando todo, ahora puedo hacerlo y no es tan agradable. Todos hablan, la calle no esta tan lejos así que también estaría el ruido de los autos y tantas cosas más… alguien me empuja, no es un empujón fuerte pero si me hace notar que me quede parado y no avanzo, mi clase esta por empezar y estoy deteniendo a los demás.  Las clases me distraen lo suficiente para no pensar en otra cosa. Tener que esforzarme más me ayuda, además de que el salón de clase parece un lugar tranquilo, puedo imaginar que solo se escucha la voz del profesor.  En las horas que tengo libres evito ir a la cafetería, con tantas personas no podré estar cómodo y de solo pensar en estar allí hace que quiera vomitar. No quiero que terminen las clases, pero no tengo ningún poder para detener el tiempo, así que le envió un mensaje a Jade como me pidieron. Lo hago sin pensarlo mucho, porque solo podría cruzar la calle y esperar el autobús. No lo hice solo porque me puse nervioso de imaginarme en él, y en cambio me quedo esperando a que vengan por mí. Hay un espacio cerca de la entrada al tren subterráneo donde pueden detener sin problemas, así que sugerí este lugar pero ahora creo que es mala idea porque aún puedo sentir como el suelo vibra cada que llega un tren, la vibración que era tan familiar antes ahora me hace pensar en el sonido que debe causar la máquina para generar tal vibración.

No veo a Azrael hasta que esta frente a mí, moviendo una mano frente a mi cara y la otra tocándome el hombro.

— ¿paso algo? ¿Estás bien?

Estoy bien. Estaba esperando.

— algunos humanos estaban intentando llamar tu atención desde hace un rato ¿son tus amigos?— me giro a ver. Algunos de mis compañeros están cruzando la calle, si no han llegado aquí son porque los autos no dejan de pasar. No son precisamente mis amigos, el término conocidos o compañeros es mejor, pero para evitar una explicación respondo solo dos palabras:

Son amigos.

— ¿esperamos?— ahora que me han visto no hay duda de que quieren decirme algo. Al fin pueden cruzar la calle.  Puedo notar que Azrael se aparta un poco, y que mis compañeros parecen incomodos al acercarse. No es la primera vez que veo eso, la mayoría de las personas no saben cómo hablarme y se limitan a sonreír y asentir con la cabeza.

— díselo tu.

— pero yo no sé hacer eso.

—  ella dijo que solo hablaras— suspiro y saco mi teléfono, ignorando la discusión, para escribir: Solo díganlo, puedo entenderlo.

— está bien, estamos organizando una fiesta el fin de semana— oh, eso. No es la primera fiesta que hacen, Annette siempre es quien me invita cuando hay alguna pero siempre estoy ocupado y nunca asistí antes— Como son las ultimas que podremos hacer pensamos que podrías venir.

Lo pensare. Gracias por invitarme ¿puedes darme la dirección?

— claro— le paso mi teléfono para que escriba.  No tengo intención de ir, no solo porque en la última fiesta en la que estuve termine involucrado con dos demonios y eso que ni estaba en la fiesta ni porque para mí disfrutar una fiesta de ese tipo no es lo mismo, es más porque no conozco a nadie lo suficiente para ir. Y un lugar tan concurrido debe ser muy ruidoso, podre sentir las vibraciones e imaginar el tremendo ruido que harán— aquí tienes. Nos vemos— camino hacia Azrael, él está mirando con atención a la calle.  

— ¿terminaste?— afirmo con la cabeza— tienes buenos amigos ¿no?— me encojo de hombros.

Me invitaron a una fiesta. No iré.

— ¿Por qué no? las fiestas son buenos lugares para convivir con otros humanos, hacer amistades nuevas y reforzar las que ya tienes… solo procura no asistir a una que haga Jade, allí tengo la impresión de que la amistad no es lo principal— intento no reírme, lo intento con tantas ganas que me tiemblan los labios hasta que ya no puedo aguantar y termino riendo. Cuando dejo de reír, Azrael me está mirando también con una sonrisa.

Te. Vez. Feliz. Me. Gusta.

¿Qué? ¿Qué dijo? Azrael solo sigue sonriendo y señala a la calle, a los taxis. Él siempre tiene mucha suerte para detenerlos, porque no tardamos mucho esperando. 

— ¿estas sintiéndote mal? Quizá te has insolado— sacudo la cabeza. Me avergüenza demasiado que diga cosas como esas de mí.

Estoy bien.

Regreso a ver por la ventana. Me siento más cansado que de costumbre, tanto que casi no me sorprende ver que llegamos a la casa en lugar de ir al casino. Azrael solo dice que Jade nos dio el día libre. Repetimos la rutina los días que quedan de la semana: Azrael me acompaña y va por mi cuando termino mis clases, luego regresamos a casa. Jade dijo que estaba bien si faltaba unos días al trabajo porque no quería más problemas. No me siento muy feliz sin hacer nada, aunque me la paso enviándole mensajes a la encargada para seguir con mi trabajo aunque no esté en la oficina.

 — ¿Cuál es tu problema?— Jade tiene un tazón de palomitas, estamos en la sala y él está viendo una película. Azrael se fue apenas llegamos diciendo que tenía asuntos que tratar.

No me gusta que me paguen por no hacer nada.

— ojalá alguien hiciera eso por mí— ¿lo dice en serio?— espera… no te burles— tan tonto. Mi teléfono vibra, sé que no es una alarma. Una llamada de mi tía. Hago una mueca, buscando en donde sería bueno hablar. Hace días que solo nos comunicamos con mensajes y no con videollamadas y por eso sé que me espera un regaño por eso. Hay un vaso en la mesita de la sala, y lo uso para que mi teléfono no se caiga antes de aceptar la llamada. Mi tía no está feliz: apenas llega la imagen, ella tiene los brazos cruzados. Se ha cambiado el color del tinte de cabello de negro a rojo oscuro. Levanto la mano para saludar. Ella sigue mirándome fijamente hasta que mueve las manos.

No sé dónde estás. No me has mostrado la casa. No me llamas.

Lo siento. Estuve muy ocupado con la mudanza y el nuevo trabajo. Es más complicado. 

Podrías estar en muchos problemas y mentirme.

No estoy mintiendo.

Esa es la nueva casa ¿Por qué no me la muestras?

  — ¿Qué estás haciendo?— Jade se asoma, interponiéndose entre el teléfono yo, solo alcanzo a ver la expresión sorprendida de mi tía. Veo que Jade sonríe y habla pero no puedo entender lo que está diciendo, luego me da un codazo y se sienta a mi lado. Mi tía también está sonriendo como si hace unos momentos estaba molesta.  Los veo hablar, debido al teléfono apenas puedo entender lo que está diciendo mi tía, hablan muy rápido para poder entender todo pero creo que están hablando de la casa y de mi nuevo trabajo. Después de un rato ella me mira de nuevo.

No. dijiste. Qué. Tú. Compañero. Era. Bueno. Pensé. Qué. Mentías.

No mentí. Todo está bien. No te preocupes por favor. 

Me. Siento. Feliz. Por. Eso. La.  Vieja. Casa. No.

Hace una mueca cuando dice eso, y solo sonrió. Le pregunto sobre cómo van las cosas en su trabajo y todo, y después de plantearme la idea de que pase unas vacaciones con ella, nos despedimos y termino la llamada.

— no le has dicho nada— jade me mira, con una sonrisita muy diferente a la que tenía hace unos momentos que hablaba con mi tía. 

No me creería, y no quiero hacer nada para molestar a Cyan o perjudicar a Azrael. Y no quiero involucrarla. 

— muy sensato— le veo bostezar— me aburro, ese idiota de Cyan… por su culpa no puedo divertirme como antes— no creo ni por un momento que sea solo culpa de Cyan, pero no tengo humor para discutir eso— sabes, creo que eres muy valiente ¿Cómo fue haber escuchado por primera vez?— me da un escalofrió. No fue la mejor experiencia y no tengo palabras para comenzar a explicarlo. Me encojo de hombros— siempre me pregunte como era ver molesto a Azrael, o sea, Cyan me dijo que no lo hiciera y yo no soy idiota para desobedecer algo como eso aunque tenía muchísima curiosidad. Me dieron una vista de primera, le importas mucho a Azrael.

 Eso no es verdad.  Se preocupa por todos.

— claro.  Dudo mucho que se preocupe por mí— supongo que Jade es un caso diferente y.…— ¿te estas sonrojando? Oh,  por…— se inclina hacia mí con una sonrisa— él te gusta— sacudo la cabeza tan rápido que me lastimo el cuello.

No. estas equivocado. Él es un ángel.

— en serio busca otro pretexto, si, es un ángel ¿y qué? Yo tengo sexo con un demonio— el calor me llena la cara. No solo de recordar lo que Jade acaba de decir. Nunca me he preocupado por tener una pareja, nunca me intereso tener sexo o conseguirme una novia. Sé que no todas las personas querrían salir con alguien como yo y quizá eso influyó para que no fuera mi prioridad, que se yo, el punto es que nunca me interesaron esos asuntos como para pensar si me gustaban las chicas o los chicos o ambos, siempre hable en términos femeninos porque es lo que la mayoría hace pero nunca he sentido atracción por alguien.

¿Cómo sabes si alguien te gusta?

— pues… solo te gusta, creo— … él tampoco lo sabe. Supongo que una parte de que te guste una persona es que te guste físicamente.

¿Cómo sabes que estas enamorado de Cyan?

— enamorado dices. Ya te he dicho, eres demasiado romántico. Solo es buen sexo— sí, no le pediré más consejos amorosos a Jade, no sé en qué estaba pensando para empezar.  

Voy a mi habitación.   

— bien— Jade se queda allí.  Yo no tengo nada que hacer pero tampoco quiero quedarme con las burlas de Jade y ordenar mis notas de las clases es mejor. A veces por las prisas termino haciendo notas que no entiendo o me olvido de que es lo que quise decir con algún apunte y he aprendido que es mejor hacer esto pronto. Además por fin hay fecha para las clases que daré en el casino, aunque no se si al final podré hacerlo sin quedarme paralizado porque me he dado cuenta que no soporto estar rodeado de personas o termino recodando el ruido… ah, esto es tan complicado

¿Qué diablos…? ¡Azrael! Dios, me asusto demasiado que solo apareciera aquí.

— lo siento, no quería asustarte. Pero necesito que vengas conmigo.

¿ahora?

— sí, hay algo que… bueno, tienes que venir— me extiende una mano. Le miro, sin moverme, porque no sé a dónde vamos, porque siento la cara caliente de nuevo y porque siento que mi corazón está latiendo muy rápido.  Hasta donde he visto, todos dicen que esos son síntomas de que estas enamorado.

Azrael me sonríe, y yo extiendo mi mano para tomar la suya.   

Notas finales:

Gracias por leer


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