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Como un demonio por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola ~

Hoy les traigo un capítulo un tanto especial, espero que les guste. 

O como terminar en el lugar equivocado en el momento equivocado.

 

 

La alarma esta vibrando…  no quiero levantarme. Siento que hoy es uno de esos días en los que es mejor quedarse en la cama. Pero no tengo muchas opciones, sería muy fácil volver a cerrar los ojos y dormir, pero yo nunca he ido por el camino fácil.

Las noticias en la televisión hablan de algunos robos en lugares importantes, el valor de la moneda hoy y un accidente de tráfico en la autopista. A las ocho en punto salgo de la casa, que en realidad es un departamento muy pequeño y muy lejos de todo pero es lo único que puedo pagar mientras estudio, y saludo a una de mis vecinas cuando llego a la salida del edificio.  Camino ocho calles hasta la estación de tren subterráneo. Últimamente ha estado haciendo más frio, no tarda entrar el otoño, y se puede notar también en los tonos amarillos de los arboles que hay por la calle. Todo parece un poco sucio por estos lugares pero es solo que todo es muy viejo, los edificios, las calles. La estación del tren también es un poco vieja pero como recibe mantenimiento no se nota tanto. Conforme me acerco a la estación siento el suelo vibrar bajo mis pies.  En las escaleras me recibe una ráfaga de aire frio en la cara. Me abro paso entre las personas que van saliendo y bajo las escaleras hasta las barras para pagar. Las vibraciones de los trenes que llegan me producen un cosquilleo en el cuerpo.

El tren llega puntual y después de unos empujones logro subir.  No encuentro un lugar vacio pero no me sorprende porque son pocas las veces que puedo ir sentado. Me quedo parado, intentando ver por la ventana, aunque lo único que se ve es oscuridad y alguna luz roja ocasional.  El letrero anuncia mi parada, y me acerco a la entrada. Algunas personas más bajan, pero no es el mismo alboroto que cuando subí. La vibración aquí es más fuerte, aquí llegan más trenes y la calle que esta sobre nosotros es mucho más transitada. Al subir las escaleras se nota la diferencia entre las zonas, aquí todo es más grande, mas movido y colorido. Espero a la luz roja para cruzar la calle y luego camino un par de calles más hasta el edificio de la universidad.

Alguien me toca el hombro. Me giro y me encuentro con Annete, una de mis compañeras de clase. Esta sonriéndome y levanta una mano para saludarme.

— Hola, Michael— Sus labios gesticulan perfectamente cuando me habla. Le sonrió también y le saludo. Hoy trae una blusa blanca con volantes, unos jeans de mezclilla azul y zapatos plateados— ¿te gustan?  Los compre ayer cuando salimos de clases. Oferta—  no me gustan, son muy llamativas, aunque no es la primera chica a la que le veo un par en esos colores— ¿tan malos son? No puede ser tan malo…— como respuesta le señalo el edificio de la universidad, porque estamos a punto de llegar tarde. El tiempo que hago en moverme me deja justo con unos minutos para llegar a la primera clase sin retrasos— bien, pero no te libraras de esta, Michael— le sonrió y apresuramos el paso para entrar. No tenemos la primera clase juntos. Nos despedimos en el pasillo. La clase tiene un grupo pequeño, y ya están casi todos cuando entro, mi reloj dice que aun tengo tres minutos antes de que llegue el profesor. Veo algunos saludos, a los que respondo son sonrisas y más saludos.

Me gustan mucho las clases, hasta hace poco tiempo nunca pensé que yo podría estar estudiando una carrera, me sentía muy avergonzado la primera clase que tuve, no estoy acostumbrado a estar frente a muchas personas y soy mayor que la mayoría de los estudiantes porque a pesar de que me gusta estudiar siempre se me ha dificultado aprender. Y si a eso le sumas los problemas económicos pues no es raro que me quedara un poco atrás a lo que se considera normal. Por suerte soy de los que piensa que es mejor tarde que nunca. 

Tomar notas mientras el profesor habla es una tarea muy difícil pero tengo más experiencia ahora y puedo hacerlo sin perder la información importante. Algunos tienen más consideración y  nos pasan los temas por correo electrónico o al final de la clase puedo preguntarles sobre las cosas que no entendí, y mis compañeros son amables también así que puedo pedirles ayuda si se me dificulta algún tema.

Otra vez siento que me tocan el hombro, esta vez el chico que se sienta en la mesa de atrás. Me señala al frente, donde noto que el profesor me está llamando para que pase a resolver el problema matemático que está en la pizarra. Le agradezco a mi compañero, que si no mal recuerdo se llama Billy, y camino  hasta el frente. Las matemáticas me gustan porque los números son fáciles de entender, creo que es la única materia que aprendo rápido.

— ¿Puedes resolver ese problema?— en realidad hay cinco problemas en la pizarra, pero me basta una mirada más atenta para darme cuenta que es sobre lo mismo— Solo uno, el que quieras— tomo el marcador y me pongo a escribir los números para resolver el problema. Es sencillo, y termino rápido. Pongo el marcador en el escritorio, y el profesor se levanta para ver lo que acabo de hacer, con una seña me dice que está bien y veo que se pone  a explicar lo que acabo de hacer.  Después de esa clase de matemáticas, tenemos una de filosofía. Me gusta los temas que vemos pero el profesor me pone a dar mi punto de vista, siempre y no siempre puedo explicar lo que quiero.

 Yo también quiero ser profesor, aunque voy un paso a la vez.

— ¿A dónde vas? El comedor queda allá— Annete me está esperando en el pasillo, aun me queda una clase pero tengo un descanso de una hora, suficiente para comer— aun no me olvido de los zapatos— pongo los ojos en blanco y señalo el baño. Necesito entrar antes de ir a comer— bien, pero no me voy a mover de aquí— como si pudiera escaparme por la ventana del baño o algo así.  La cafetería tiene buena comida, y la necesito porque después de mi última clase tengo que ir al trabajo. Siempre le digo a Annete que la universidad  no se paga sola.

— ¿Qué ha dicho?— hoy también están sentadas con nosotros su amigas,  no me llevo muy bien con ellas.

— ira a trabajar después de clases.

— Bueno, no es como si lo hubiéramos invitado a la fiesta de la noche— pongo los ojos en blanco. La mayoría de las personas hablan así de mí, como si yo no los entendiera, no sé qué les hace pensar eso.

— Hey, no seas grosera. Michael, si tienes tiempo puedes venir, haremos una fiesta…— me las arreglo para decirle que no me importa la fiesta, no me gusta y no tengo tiempo para eso. No tengo auto y regresar tarde a la casa es peligroso. Me despido cuando siento mi alarma, cinco minutos antes de que inicie la clase. La clase de hoy tiene diapositivas, lo cual agradezco porque así puedo tomar notas con más calma.

Todos los días hago el mismo recorrido hacia el trabajo, o al menos los días que vengo a clases. Conseguir trabajo no fue fácil, estudiar y trabajar tampoco lo es pero no me que quejo, me gustan las dos cosas. Creo que este es el trabajo en el que más he durado, aunque solo sea hacer la limpieza y sacar la basura. Uso el autobús para llegar a mi lugar de trabajo, un pequeño restaurant. Como abren solo para la hora de la comida, o sea desde el medio día hasta las diez de la noche, puedo llegar tarde y quedarme esperando a que se vacié todo para comenzar a limpiar, o en si hay algún accidente limpiarlo rápido para seguir con el servicio. Uso ese tiempo para hacer los trabajos de la escuela y estudiar. Cuando llego los otros trabajadores, dos chicos y una chica que atienden las mesas, me saludan agitando las manos. Les devuelvo el saludo.

— No hay muchos clientes hoy.

— si sigue así podremos irnos temprano a casa— ah, eso sería bueno, necesito un descanso de mis actividades. Dormir un poco más de tiempo, ordenar la casa… los días entre semana son muy tranquilos por la noche. Me voy a sentar a la parte trasera del restaurant y saco mis cuadernos de la mochila. Nadie me llama mientras termino los trabajos, y estoy por iniciar otro cuando noto la presencia de alguien más conmigo.

— Acaba de llegar esto— Richard me extiende un papel. Es el dueño de restaurant, tendrá unos cuarenta años y  sobrepeso, pero es muy amable con los empleados. La hoja es un anuncio de la recolección de basura diciendo que hoy pasaran más temprano debido a una huelga que iniciara esta noche— será malo que dejemos la basura aquí indefinidamente— y vaya que sí. Una huelga en la recolección de basura siempre es un problema… ah, pero si voy a unas calles más lejos aún podría dejar la basura de hoy, puesto que hay una ruta trazada,  caminaría unas calles, pero no está lejos— ¿podrías encargarte de eso? mañana conseguiré un auto para llevar todo nosotros mismos. Gracias, Michael— y se va. No me molesta hacerlo de cualquier modo.

— Hey, Michael ¿Qué quería el jefe? ¿Te está dando problemas?— me rio, porque para nada es así. Me gusta que las personas sean amables. Me toma varios intentos explicarle que no pasó nada y que solo tendré que ir a  llevar la basura a unas calles para no dejarla en el restaurant— avísame si tienes algún problema— justo entra un grupo de personas y me vuelvo a quedar solo. Buen, justo para terminar mi último reporte. Cuando la última pareja sale, los chicos de la cocina ya han recogido todo, no ha habido accidentes y tienen limpias las superficies a excepción del suelo. Incluso la basura la tienen en una bolsa lista para sacarla. Entro con una escoba y el trapeador listo.

— ¿Necesitas ayuda, Michael?— doy una mirada alrededor. No hay gran cosa que mover en la cocina, pero en la zona de las mesas me toma mucho tiempo subir las sillas a las mesas para limpiar el suelo. Me ahorrarían mucho trabajo si las levantaran por mí— Ah, claro,  así puedes irte más temprano hoy— les veo  pasar de la cocina a las mesas y comenzar a subir las sillas. Les  veo hablar de lo felices que están por salir temprano,  también mencionan una gran fiesta que hay cerca de aquí y que alguien que conocen tiene una invitación para entrar.

No le encuentro mucho sentido a las fiestas,  aunque me gusta salir no puedo decir que me gusten las fiestas, no he tenido experiencias agradables en ellas, siempre termino apartado de todos intentando seguir el desarrollo de todo, pero es muy difícil. Nunca me he emborrachado, no creo que sea una buena idea así que ir a fiestas para hacer eso, como la mayoría, no es una opción para mí. Bueno, yo lo veo así, porque sería muy fácil solo ir  y beber hasta perder la conciencia pero como dije, lo fácil no es para mí.

Nunca lo he tenido fácil: las personas que me dieron la vida me dejaron cuando tenía cuatro años. No lo recuerdo muy bien, a veces tengo recuerdos de una casa, de una mujer y comida caliente. Fui dejado en la puerta de un orfanato. Como si no pudiera ser de otra forma, el lugar estaba lleno así que fui de hogar en hogar temporal, nunca un hogar fijo, algunos fueron buenos, otros peores…  eso dificulto mis estudios, en la casa hogar no tenían los recursos para hacerse cargo de mi. Tenía trece años cuando fui adoptado, una hermana de mis progenitores me encontró. En realidad es media hermana de la mujer que me engendro, no sé muy bien la historia: creo que se entero de mí y decidió venir por mí. Al principio pensé que sería otro hogar más, pero fue más cálido de lo que esperaba. Comencé a ir a la escuela, tuve muchas clases de regularización y un montón de clases más después de terminar el horario de clases. No pude entrar al grado que debía pero inicie. Mi tía se mudo hace un año. Ojala hubiera sido cerca, pero no, su trabajo la envió a un lugar de Francia. Ella estuvo a punto de renunciar a eso para quedarse conmigo, y yo… viajar no hubiera sido un problema, pero ya estaba en la universidad, tengo trabajo y una vida más estable después de muchos años y mudarme con ella a un país desconocido es como iniciar de nuevo todo. Me asuste ¿Cómo voy a poder vivir en un lugar donde todos hablan un idioma diferente? Tener que aprender todo otra vez... Le pedí que se fuera ella y me diera algo de tiempo para poder tomar una decisión, ella no tiene que detener su vida por mí. Lo discutimos por muchos días, y al final la convencí: llevarme a un país desconocido sin nadie más iba a encerrarme más en mí mismo y la iba a preocupar a ella. Aquí conozco la ciudad, puedo pedir ayuda y moverme por mi cuenta.  Ella vendió su casa y me pidió conseguir un departamento para mudarme, me ayudo a traer mis cosas y me reclamo mucho por no haber elegido un mejor lugar pero ¿Cómo iba a pagarlo yo? no quería seguir siendo una molestia para ella después de todo. Al final le prometí que le pediría ayuda si me veía en problemas por el dinero.  Ahora hablamos cada noche por videollamadas y mensajes de texto durante el día y me envía una modesta cantidad de dinero cada semana.

El jefe me hace volver a la realidad tocándome el brazo. El piso está limpio y huele a lava pisos lavanda que usamos. Ni me di cuenta que termine todo mientras pensaba.

—  ¿quieres que alguien te acompañe? Puedo ir yo, o alguno de los chicos, aun no se van todos— le doy un vistazo a los bolsas de basura. No son pesadas, y esas calles me quedan de camino al a estación del subterráneo. Se lo hago saber al jefe y tomo mis cosas antes de salir por la basura. Me despido de todos y comienzo a caminar.

Las calles por la noche siempre me han parecido divertidas, siempre hay mucha actividad y se puede ver algo distinto que durante el día. Todo se ve diferente con la luz de una farola, si buscas el lugar adecuado puedes ver las luces de la ciudad como si fuera una gran telaraña de luz. Es hermoso. También puedo quedarme mirando las estrellas y la luna las noches despejadas. Mientras camino veo a las personas con las que me cruzo, en su mayoría son parejas, o gente paseando a sus mascotas. Muchos traen trajes elegantes o uniformes escolares pero nadie camina con las prisas que se ven por la mañana o a medio día. Todo es más relajado y se nota en las expresiones de sus caras.     

Umm, los basureros están limpios, ya ha pasado la recolección ¿no es muy pronto? No quiero llevarme la basura ni dejarla en cualquier lugar. Cualquier centro de recolección estará cerrado para cuando llegue ¿Qué hago?  Aun me quedan unas calles para llegar a la estación, tendré que preguntarle a alguien… ah… eso será un problema…

No me atrevo a detener a alguien para preguntarle, pero recordé la fiesta. Donde hay fiestas hay basura, y no creo que sea de esas fiestas que terminan a las diez, más bien a esa hora están iniciando. Puedo dejar la basura allí, y por eso estoy siguiendo a las personas que vi hablando sobre la fiesta. Aún sigue quedándome de camino. Uh, el lugar es grande y se ve caro ¿Por qué nunca lo vi antes? He trabajado por aquí un tiempo y no sabía que había un lugar como este tan cerca ¿es un casino? Hay una fila en la entrada y alguien dejándoles entrar, como en las películas. Nadie se ve molesto por estar allí esperando. Bueno, no dejare la basura en la entrada, debe haber un contenedor por aquí ¿atrás del edificio? Sería lo más lógico… ¡Sí! Allí está, y tienen basura. Gracias a dios, no quería andar por allí llevando la basura.  Y listo, puedo irme. La estación me queda a unas calles, y sigue siendo un poco más temprano que de costumbre…

— Hey, fíjate por donde caminas— ah, choque con alguien. Uno de los invitados, supongo. No viene solo, el grupito de seis personas me miran mientras intento disculparme por el golpe, pero estaba distraído y no me di cuenta por donde caminaba. Mejor me voy ya, no quiero problemas— ¿Qué le pasa?— ah… si, irme… no corro solo porque me sentiría más tonto corriendo. Debí dejar que alguien me acompañara… oh, pero que estoy diciendo, ya termino todo y todo salió bien.  Ya siento la vibración del suelo cerca de la estación. No hay tantas personas ahora, y subterráneo llega puntual. El día no fue tan malo como pensé, estaré en casa cuando llame mi tía y… y… ¿¡donde esta mi teléfono!? No puede ser, estaba aquí, en mi bolsillo ¿lo metí en la mochila? 

No está.

No está.

No está. Ay,  no puedo perder mi teléfono ahora. Lo necesito mucho, ¿Qué hare sin él? no puedo esperar a mañana para comprar otro, las tiendas no abren temprano y ya es tarde para ir a una tienda ahora, ehh, está casi nuevo, mi tía lo compro antes de irse. ¿Lo deje en el restaurant?  Tengo que volver.

 

Ah, apenas respiro. Cruce corriendo para ir al otro lado de la estación y tomar el tren de regreso justo a tiempo para tomarlo. Mientras venia de regreso recordé que vi la hora al salir del restaurant así que no puede estar allí.  Lo pude tirar en el camino que recorrí para tirar la basura, recuerdo haber visto la hora otra vez en la calle, y si tengo suerte aun este tirado en la calle. Y por eso estoy corriendo hacia allá.

Cuando llego al restaurant camino por la calle, despacio y mirando al suelo. No lo veo por ningún lado, que este oscuro no ayuda mucho y no tengo con que iluminar las zonas más oscuras.  No está, no está.  Mi última esperanza es el basurero, si es que no ha pasado la basura… con mi suerte seguro ya paso, y no voy a encontrar mi teléfono, además perdí el tren  y tendré que tomar un taxi, no sé cómo hare para… ¡la basura aun esta allí! Ah, y no se ve nada nuevo, esta como recuerdo. Me arrastro entre las bolsas que  deje aquí… ¡No lo puedo creer! ¡Aquí esta! Lo encontré, lo encontré. Ah, qué alivio… ¿Qué fue eso? es… Ah, ha salido gente de esa puerta…

— Bel nunca fue tan agradable como tú, Cyan— está diciendo un hombre, tiene un rostro muy hermoso y el cabello oscuro y largo hasta los hombros— también supe que por tu intervención Cyan está en esta situación— quiero irme,  pero ellos están discutiendo, sus expresiones y posturas son evidentes. Además de ese hombre hay otros tres: Uno alto y con el cabello azul, creo, la luz no me deja ver bien el color, también tiene un rostro como los de las revistas, él esta sujetando a uno más  bajito de cabello castaño rojizo o algo así y ropa desarreglada. El último me  está dando la espalda, pero tiene el cabello rojizo… ¡Wow, que fue eso! ¿Es fuego? ¿Cómo lo hizo? Es como un show de magia… si los hicieran en medio de la noche, en una calle vacía y son solo tres personas. Entre más veo la escena frente a mí, mas noto que no es normal y me doy cuenta de que si no me he movido es porque tengo miedo.  No puedo irme sin que me vean, y no sé cómo pero sé que mostrarme es una mala, malísima idea.  

Ah, viene hacia acá ¡El que estaba con el de cabello azul se ha soltado y viene hacia la calle!  Mi cuerpo actúa solo: me agacho y me empujo a la oscuridad, entre las bolsas de basura.  Siento la boca seca, y siento el corazón latiéndome con fuerza. Que no me escuchen, que no me escuchen…. 

Nadie aparece. No sé qué está pasando, pero nadie viene. Me inclino para asomarme, y justo a tiempo para ver como el sujeto de pelo azul aparece, no hay otra palabra, aparece porque un segundo no estaba y otro estaba de pie, impidiendo que el otro camine. Le veo caer al suelo, y luego flota ¡Flota! ¡¿Por qué esta flotando?!

— Suéltame, yo puedo ir… yo… —le veo pronunciar, y entre su lucha por liberarse de lo que sea que lo mantiene flotando, sus ojos se encuentran con los míos— alguien… hay alguien ahí— Ay no puede ser.  Salto sobre las bolsas de basura y corro a la calle como alma que lleva el diablo. Quiero correr, y correr y con las prisas no me doy cuenta de que por más que corra no me estoy moviendo, mis pies ni siquiera están tocando el piso.

Lo próximo que se es que estoy en la sala de algún lugar. No sé cómo llegue aquí. Intento moverme, pero aunque puedo hacerlo, no puedo avanzar ni retroceder. No estoy solo, ellos aún siguen aquí y les veo discutir pero estoy demasiado aterrado para entender lo que están diciendo, sus labios se mueven muy rápido y es como si me hubiera olvidado de todo. Discuten y hablan entre ellos como si yo no existiera. Como estoy mirándoles, noto cuando comienzan a mirarme. Creo que me han hecho una pregunta.

 — ¿Qué le pasa?

— ¿Cómo crees que esta después de ver lo que vio? Siempre tienes que arruinar todo.

— ¡No me culpes de tu incompetencia, Cyan! No fui yo el que fue expulsado del infierno por no obedecer y estar amistando con ángeles.

— Cierra la boca, Bel, esto no fue mi culpa. Yo no exhibí mis poderes delante de un humano… No es tan fácil Jade, borrar los recuerdos es más complejo que solo decirlo, por eso lo tuvimos que traer aquí— ¿Eh?

— ¿Qué es lo que has visto?— debo estar entendiendo mal, porque nada de esto puede estar pasando, de seguro de dormí en el tren— vamos, no tenemos toda la noche, entre más rápido hables más pronto terminamos— Me rio. No es que yo quiera, pero no puedo hacer otra cosa. Me rio, y rio con ganas cuando veo la cara del chico de cabello naranja. Les veo hablar más entre ellos, y no puedo dejar de reír.

— ¿Por qué no grita?— o algo así dice el chico que se cayó en la calle. Me pierdo lo que dicen, y por fin siento que puedo moverme bien. Mis piernas  tiemblan, al igual que mis manos pero logro mantenerme de pie y mover las manos, repitiendo los mismos movimientos.

— ¿Qué está haciendo?—  otra vez el de cabello naranja.

— Oh… ya entiendo— pierdo de vista a los otros cuando el hombre de cabello oscuro se para frente a mí— Lamento que esté pasando esto… ha sido un error traerte— su dicción y pronunciación son perfectas, sus labios formas las palabras tan bien que no necesito esforzarme para entenderle— Mi nombre es…— me toma unos momentos conectar el nombre, siempre se me dificulta un poco entender los nombres— Azrael.

— ¿Alguien me explica que está pasando?

— Él chico es sordo— lo supo…— si no ha gritado es porque no puede hacerlo, y como no le dejaban moverse no podía comunicarse hasta que ha dicho que quiere irse a casa y que no dirá nada— ¿Yo dije eso? no recuerdo que palabras forme con las manos.

— ¿Tu entiendes esas señas?

— Por supuesto, ¿ustedes no?

— Puedo hablar árabe, mandarín, ruso, hebreo, yiddish, pero el lenguaje de señas no está en mi lista— ¿Alguien quiere explicarme que está pasando?  

— Ah… creo que…— “pensamos que viste algo que no debías, pero si no escuchaste nada cometimos un error al mostrarte más de lo que ya habías visto”  ah… si, nunca fácil. Mejor no hubiera me hubiera levantado de la cama esta mañana.  

Notas finales:

Gracias por leer, hasta la proxima semana


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