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Como un demonio por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola~

Otra semana más y otro capítulo más. espero lo disfruten!

O como no celebrar un cumpleaños


— No


— ya le dije que sí.


— pues dile que no.


— no puedo hacer eso.


— Si puedes, solo ve y dile que no.


—  Pero no quiero decirle que no. Es mi casa, y digo que sí.


— ¡Jade!


— ¡Que sí!


— También es mi casa, de hecho de no ser por mí no tendrías casa.


— De no ser por mí tampoco vivirás aquí— punto muerto, es la tercera vez que llegamos a este punto de la conversación y Jade sigue sin escuchar lo que digo.


— no me estas escuchando.


— oh, claro que te escucho pero lo que dices no me interesa— quiero ahorcarlo, o darle una bofetada. Mejor las dos cosas— la casa es muy grande, una habitación no es nada— me froto el puente de la nariz con los dedos.


— voy a hablar despacio para que lo entiendas: El problema no es la habitación— por una vez, no abre la boca para hablar— el problema es que estas queriendo que el arcángel de la muerte se quede en la misma casa que yo, y que tú.


— ¿y qué?


— ¿Te recuerdo que él quiere llevarse tu alma?- Jade pone los ojos en blanco— es un asunto serio, no algo que solo puedes decidir por tu cuenta.


— tú también quieres llevarte mi alma y hemos vivido bajo el mismo techo por meses, compartimos la misma oficina y aquí sigo. No veo porque sería diferente— y aquí vamos de nuevo. Cierro los ojos y suspiro— no va a matarme porque dijo que tenía prohibido hacerlo, tú también dijiste eso.


—  sí, él no lo hará, claro que no. pero también tiene poderes, y no dudes que los usara para que de algún modo te mueras.


— Pff, suena ridículo— pero veo la duda en su mirada. Bien, es un buen comienzo—  Azrael no tiene donde quedarse, no puedo solo dejar que se quede en la calle.


—  Que regrese al cielo— él sí que puede regresar, no es un exiliado— o a donde quiera que vaya cuando no está aquí.


— si no quieres que se quede en la casa entonces consíguele un lugar.


— ¿ah? ¿Yo? ¡A mí ni siquiera me interesa lo que pase con él! que se consiga una caja de cartón y periódico y duerma en un parque.


— tú eres el que no lo quiere en casa— ¿Cómo hacen los humanos para no asesinar a alguien cuando les hace perder la paciencia?  No tener poderes debe ayudarles, porque yo quiero pulverizar a Jade— además tengo todo controlado, tengo un plan.


— Tus planes son un asco— él frunce el ceño, pero le interrumpo antes de que hable— pero haz lo que quieras, ya no quiero discutir esto, si mueres ya no será porque no te lo advertí— después de esto entiendo la frase “Necesitar un trago”, iré al bar. 


— espera ¿vas a dejar que me mate?


— En vista de que eso es lo que quieres— me encojo de hombros. Jade se mueve tan rápido que casi parece  haber aparecido en la puerta.


— yo no quiero que me mate.


— eso es lo que parece. Apártate.


— ¿Vas a irte? ¿Solo así?


— No me gusta tener discusiones sin sentido— hago un gran esfuerzo por no empujarle o enviarle al centro del océano. Tiene los labios tan apretados que se le están poniendo blancos.


— si… si intenta matarme vas a hacer algo ¿Verdad?


— no lo sé, podría encontrar a alguien más para que me ayude, me costara encontrarle pero debe haber alguien por allí— y sería más fácil con los poderes que tengo ahora. Jade se aparta, creo escucharle decir “Esto no es lo que quería “antes de que regrese al escritorio.  Como no me ha dicho nada lo tomo como que la conversación ha terminado. El bar no está vacío,  unos pocos humanos andan por aquí, riendo y bebiendo como si no hubiera un mañana. Me gusta este ambiente. Un vaso aparece frente a mí, el humano con el que estuve haciendo el inventario me hace un saludo.  Cuando el décimo vaso se aparece frente a mí, escucho que mueven la silla junto a la mía.


— ¿Puedo sentarme?


— Ya estas sentado— Azrael parece un humano de lo más simple, si entraras a una habitación como esta, llena de otros humanos apenas lo notarias, es como una decoración de fondo… hasta que le pones atención— ¿Qué quieres?—  no me responde porque está leyendo el letrero con las bebidas que hay— hey…


— ¿No es mucho alcohol?


— no puedo embriagarme ¿Qué estás haciendo aquí?


— supe que no estás de acuerdo con que me quede en su casa. Jade ha sido muy amable en dejarme quedar, aunque paso tiempo con humanos no sé qué hacer para vivir como uno— Pff, como si me importara, además Jade no es tan amable como dice ¿Por qué no se da cuenta de que solo está fingiendo ser amable?


— sí, bueno, no me importa. Ya le dije que haga lo que quiera.


— ¿pero no son amigos?


— Los demonios no tenemos amigos— Azrael se ríe, o eso creo porque siempre parece estar con la cabeza en las nubes.


— siempre dices eso, pero creo que ustedes los demonios no se dan cuenta de que… oh, muchas gracias— dice cuando ponen frente a él la bebida que pidió— ¿Qué te estaba diciendo?


— nada.


— Oh… bueno, en cualquier caso, no quisiera que tú y Jade estén peleando por mi culpa. No solo vine para terminar el trabajo que quedo pendiente con su alma ¿sabes? me han dicho que sería bueno que pase un tiempo con los humanos y así volver a recordar la esencia de mi trabajo.


— ¿en serio? ¿Quién te dijo esa tontería?


— Gabriel, aunque la orden viene de…


— Ya, ni lo menciones. Aunque no lo entiendo.


— yo tampoco— ahora yo le rio. Solo un ángel acepta  una orden sin tener idea de que es lo que tiene hacer— así que vine a la tierra y me quedare un tiempo. Otros se van a encargar de mi trabajo.


— o sea que no volverás para nada en este tiempo.


—  umm, no me han dicho nada. Supongo que puedo ¿hacer medio turno? Gabriel menciono algo de alejarme de “la muerte” y yo no entiendo porque ese es mi trabajo ¿Cómo voy a alejarme de las muertes si es lo que tengo que hacer?


— casi haces que sienta lastima por ti.


— Que amable— Ya entiendo porque le mandaron a quedarse en la tierra— no tienes por qué preocuparte por que interfiera o algo, si me involucro demasiado contigo podría ser enviado al infierno como castigo y tengo entendido que no es una experiencia agradable.


— deberías preguntarle a Astaroth.


— Oh lo hare cuando lo vea— casi escupo el trago que me acabo de llevar a la boca. Preguntarle  eso a Astaroth… empiezo a pensar que tener a Azrael de visita no será tan malo.


***


 


Jade no parece nada preocupado pero tampoco es novedad. Estos días me recuerdan a cuando comenzamos a trabajar: Ninguno de los dos hablaba mucho y solo lo hacíamos para detallar las cosas que estábamos planeando.


— ¿Piensas seguir comportándose así?— estamos en el comedor, a la hora del desayuno.


— No se dé que me estás hablando— Sonríe y el tenedor que tiene hace un ruido más fuerte cuando pega en el plato— estoy ocupado con los preparativos de mi fiesta de cumpleaños— Ah, con todo ya me había olvidado de eso— ¿Ustedes no tienen cumpleaños?


—… nadie nunca me pregunto eso— Jade se inclina hacia mí, esperando— ni siquiera recuerdo cuando fue que empecé a existir, así que no tenemos… esas celebraciones.


— ¡Tienes que tener una fiesta! No puedo creer que nunca tuvieras una.


— Tú tampoco has tenido una fiesta antes, por eso estás haciendo una— no ha parado de hablar de eso desde que se le metió esa idea a la cabeza.


— pero ya verás que será genial ¿o tal vez quieres tener tu propia fiesta aparte? Sin compartir… eso sería muy clásico de ti,  siempre te la pasas diciendo cosas como que no tienes amigos o que no pueden sentir cosas buenas— murmura— y ahora que lo pienso bien yo tampoco quiero compartir  el día.


— no te dije que lo hicieras.


— entonces piensa en otra fecha para tu  fiesta de… ¿cumpleaños?— mejor ni respondo eso o no me lo sacare de encima con eso.  Azrael entra a la cocina, Jade no lo ve porque le da la espalda a la puerta.


— ¿fiesta? ¿Habrá una fiesta? Hace mucho que no asisto a una— así como en el infierno no hay fiestas allá arriba las hay cada dos por tres o eso es lo que he escuchado de lord Astaroth. Jade se gira en la silla.


— Sí, celebrare mi cumpleaños en unos días— Azrael abre la boca, estoy casi seguro de que dirá que no es la fecha de su cumpleaños así que le hago una seña de que no diga nada. No lo dice— estas invitado también.


— no sé si ese tipo de fiestas le interese.


— que amable. También te agradezco que me dieras un trabajo en tu negocio— yo no sabía nada de eso. Cruzo los brazos y miro a Jade, quien solo me hace un “¿Qué?” con la boca,  Azrael no nos está viendo— estoy seguro de que será una experiencia muy enriquecedora.


— él no tenía nada, y no me vengas con que puede ir a otro lugar ¡Imagínalo intentando conseguir trabajo!— me dice en un susurro. Debo darle la razón a Jade, no imagino a Azrael viviendo como humano sin delatarse— es mejor a que se quede en casa y pensé que eso hará que su misión sea más rápida. Y no hablo de la misión en la que me mata.


— ¿Quieres ir al cielo?— Jade resopla  pero no responde a mi  burla. Los dos miramos como Azrael está leyendo la etiqueta del bote de leche— ¿y qué trabajo le vas a dar?


— ah, no lo sé aun ¿Qué talentos tiene además de llevarse las almas?— Azrael me encuentra mirándole, aun le sostengo la mirada unos momentos más antes de responderle a Jade.


— no tengo idea.


El camino hasta el casino es un poco extraño, por primera vez me siento fuera de lugar aquí, Azrael y Jade van hablando sobre el trabajo y de vez en cuando Jade suelta una pregunta sobre los ángeles.  De no ser porque ya pase por eso creería que es inconsciente, pero Jade sabe cuándo preguntar y cuando dejar de hacerlo para que no parezca que le interesa. No dudo que incluso a mí me tenga estudiado y haga lo mismo. Como si adivinara mis pensamientos, Jade voltea a mirarme y sonríe.


— Iré a hablar con Dee— dice, apenas ponemos un pie dentro del casino— aún no se marcha y él sabe mejor que espacios tenemos disponibles para trabajar.


— ¿No iras a…?


— ¡Claro que no! no se me ocurriría ponerle a hacer esas cosas— hace un movimiento con la mano. Azrael solo nos mira hablar— pero es mejor iniciar por algo sencillo.


Me involucro poco en la elección de trabajo de Azrael, yo no pienso sufrir por eso. Jade tampoco me pide mucho en los planes de la fiesta, que ya tiene fecha: Una semana más. La oficina de pronto de lleno de humanos entrando y saliendo mientras parlotean de cosas que no me interesan.  Pronto comienzo  a ver pancartas y letreros pequeños anunciando la fiesta. Ahora se las está arreglando para repartir las invitaciones entre los empleados y entre algunos clientes frecuentes.


Jade no me ha pedido nada ahora  espero que suelte la bomba ese día.


No me equivoco.


— Despiértate— la cama rebota como si hubiera un temblor, pero solo es Jade saltando en la cama. Nunca había entrado en mi habitación— tenemos muchas cosas que hacer hoy.


— la fiesta inicia en la noche.


— pero mi cumpleaños inicio a medianoche. Ya perdimos horas— no tengo idea de que está hablando. Ya está vestido y muy despierto— tenemos mucho que hacer— le empujo. Jade se baja de la cama y sale sin decir nada más. Creo se durmió temprano para tener más energía hoy. En la cocina, Jade ya está desayunando y Azrael tiene un leve gesto de confusión que me hace entender que no fui el único que fue levantado de la cama— Iremos a comprar ropa nueva.


— ¿Por qué?


— Debo lucir bien en mi cumpleaños— Ah, sin duda este será un largo día.  Las compras en las tiendas no están nada mal porque me divertí de lo lindo con las pláticas de Azrael sobre la vanidad y la envidia, eso en si no es divertido pero lo es cuando ves a Jade intentando gastar dinero en cosas banales y quedar bien con su nuevo amigo.  Después de comprar ropa, una batalla que Jade gano porque logro que Azrael comprara algo para él usando la excusa de que necesitaba ir con ropas nuevas a una fiesta,  Jade insistió en ir a comer a un restaurant, y no a cualquiera: eligió uno de los más caros. Después de comer casi nos arrastró a un paseo por la ciudad. Ni yo ni Azrael entendemos el entusiasmo de Jade, si Azrael no le ha dicho que no es su cumpleaños debe ser porque no quiere arruinarle el día, yo no quiero soportarle quejándose. Ah, las cosas serían tan diferentes si pudiera ir al infierno…


Debo reconocer que el bar está muy bien arreglado: Globos, pancartas y otro montón de serpentinas y banderines de colores y con el nombre de Jade. Cuando entramos me quedo atrás debido al tumulto que se nos viene encima cuando abrimos la puerta.  Un montón de regalos y abrazos después comienza la fiesta. Casi es como otro día normal en el Arcanum, con la excepción de que puedes ver a Jade pavoneándose por todos lados, siempre con un acompañante distinto. Me estoy aburriendo, estas fiestas no son para mí. Me siento en la barra a beber.


— Cyan ¿Has visto a Jade?


— ¿Qué?— Azrael parece más fuera de lugar que nunca.


— No encuentro a Jade— algo va mal. Eso es lo que noto apenas Azrael me habla, y de no ser porque él luce tan preocupado pensaría que es culpa de Azrael. También busco entre la multitud, esperando verle riendo con alguien del brazo.


—ese idiota…— me desparezco, siguiendo el rastro de Jade hasta la salida de servicio. No hay tanto ruido aquí y no hay nadie más que Jade— ¿Qué infiernos haces aquí?— la calle está vacía y huele a basura. Una única farola ilumina la calle.


— necesito aire…


— te estás perdiendo tu fiesta— Jade suelta una risita tonta y arroja un cigarrillo al piso.


— Si, la fiesta…


— es irresponsable que estés solo aquí.


— pero no estoy solo. Estás conmigo.


— sabes que no me refiero a eso. Regresa a donde pueda verte— le jalo del brazo, pero él no se mueve y solo sigue con la risa tonta— Jade… maldición, estas ebrio— huele a alcohol y a humo de cigarro— siempre bebes como corsario después de un saqueo, y hoy no es ni media noche y ya estás hablando tonterías.


— ¿estás vigilándome? Si dices eso parece que te preocupas por mí ¿te preocupas por mí, Cyan? Y no mientas porque si no te preocuparas no estarías aquí.


— me preocupa volver a empezar todo con alguien nuevo y tú ya hasta me agradas así que podrías decir que si me interesa que no mueras.


— eso me basta— Este idiota va a caerse.


— hey, te ganaras otra cicatriz si…— Ah, pero que cambio tan repentino de los acontecimientos: Jade me está besando, aprovechando su caída. No soy muy dado al contacto físico con los humanos, lo evito porque no me interesa mucho y no es uno de mis entrenamientos como lo es de algunos otros demonios— Jade, no querrás jugar con fuego.


— Ya me he quemado— me vuelve a besar, y esta vez le beso también. Jade suspira, su cuerpo se pega al mío, frotándose en los lugares que debe. Sus manos arrugan mi ropa, me empuja y me sigue besando. Jade ha perdido el control de sí mismo.  Le doy un empujón, no le hace caer pero me mira con el ceño fruncido y los puños apretados.


— Tenemos visitas indeseadas— apenas digo eso, Bel aparece en la calle.


— Ah, creí que no te encontraría. Supe que estabas haciendo una fiesta de cumpleaños y no pude evitar venir a dar mis felicitaciones, pero… creo que hay un  problema porque no me han dejado entrar. Normalmente me basta con aparecer dentro o engañar la mente de esos humanos pero me gustaría que corrigieran ese error.


— No es un error— gruño— yo les dije que no te dejaran entrar.


— que grosero. Tengo mi identificación de que soy mayor de edad  y tengo una invitación también. Traje un regalo— en sus manos aparece una caja envuelta en papel brillante y un moño— Feliz cumpleaños Jade— Alcanzo a ver que Jade parpadea, su mirada ya no está perdida.


—… gracias— da unos pasos hacia Bel antes de que lo detenga.


— sea lo que sea no lo necesita. Vete— La puerta tras nosotros se abre, y escucho la voz de Azrael.


— Al fin los encontré… ¿eres Bel? Te vez diferente a la última vez que te vi— ¿Acaso es la noche de molestar a Cyan? Borrachos, demonios molestos, ángeles torpes…


— Azrael, te vez bien de humano ¿no deberías estar trabajando? Debe haber algunas almas que recolectar por allí.


— umm, Bel nunca fue tan agradable como tú, Cyan— Bel no dice nada pero unas flamas naranjas  aparecen a su alrededor— también supe que por tu intervención Cyan está en esta situación— Bel sonríe, pero es una sonrisa forzada.


— solo estaba haciendo mi deber.


— entonces vete y sigue haciendo tu deber, demonio de cuarta— Murmuro. Jade  pesa demasiado, ya no intenta pararse por su cuenta, aunque no está dormido— ¿Ves en que situaciones nos terminas metiendo?— le sacudo un poco, y eso parece despertarle— si alguna vez me hicieras caso esto no estaría pasando— Bel y Azrael siguen discutiendo con amenazas leves.


— si tú me hicieras caso esto no estaría pasando ¡Ni siquiera hiciste lo que te pedí para hoy!


— Jade, no me has pedido nada hoy— el me mira, no puede mantenerse de pie solo, se está tambaleando— ¿Y qué demonios bebiste hoy?— creo que no me escucho. De da la vuelta y camina hacia la calle, o lo intenta porque sigue tambaleándose y tropezando en el suelo— Ay, por… ¿Qué hice para merecer esto? estoy seguro de que no fue tan bueno para merecer semejante castigo ¡Jade, vuelve aquí!— y como siempre, él no me escucha. Me aparezco frente a él, pero me quito justo cuando se tambalea hacia mí, se va de largo y termina de cara en el suelo.


— ay…— dice, unos momentos después del golpe. Le hago flotar usando mis poderes, él solo me ve mal.


— vamos, deja de hacer el ridículo aquí. Me das pena ajena— en serio ¿esto se puede poner peor?


— suéltame, yo puedo ir… yo… — Si quietud es tan repentina que me hace mirarle. Él no está mirándome o a los otros dos, no. Jade tiene la vista en los botes de basura unos pasos más hacia la entrada de la calle— alguien… hay alguien ahí— Jade señala con un dedo y la discusión entre Bel y Azrael termina. Un golpe en el metal del basurero y alguien sale corriendo.


Cuando pregunte si se podía poner peor era solo una frase, no un reto.  Ah, sin duda alguien tiene un pésimo sentido del humor.

Notas finales:

Gracias por leer.


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