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Quédate por Snowball43

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Notas del capitulo:

Mi ausencia es larga pero es pque he estado modificando algunas cosas de la historia.

La canción de este capitulo es https://www.youtube.com/watch?v=EBIKYRXGz2k&ab_channel=Fledermaus1990

 

Esperen pronto la continuación, apenas estamos en la punta del iceberg 

Antes de poder terminar de identificar la mezcla de emociones, la tapa del piano se dejó caer y aquel chico se puso de pie, acercándose a la puerta. En el banquillo el chico era alto pero al estar a menos de dos metros de distancia era mucho más imponente.

 

— ¿Necesitas algo? —

 

Tras la pérdida del distractor, la ansiedad de tener que tomar una decisión (ahora acrecentada por una incómoda situación) le impidió darse cuenta que aquella voz podría resultarle vagamente familiar.

 

—No, lo siento. Estaba en el pasillo y escuche lo que tocabas, de alguna manera no pude evitar caminar hasta aquí, perdón por molestar. —

 

A penas había dado un paso atrás para irse del lugar cuando una suave risa detuvo sus movimientos.

 

 —Aún debo mejorar, pero es agradable escuchar que logré atraerte hasta aquí, ¿Estas esperando a algún maestro? —

 

Erick no esperaba aquella pregunta, sin embargo su suposición era normal y hasta lógica. Los alumnos no se quedaban a practicar después de clases, ¿qué motivo tendría para quedarse si no fuera por haber sido citado por un maestro? Aún así, de alguna manera esas palabras parecían implicar algo que no alcanzaba a comprender.

 

—Sí, fui seleccionado en el sorteo y mi maestra quiere hablar conmigo. —  

 

No decía aquello para presumir o algo parecido, suspiró un poco, le dolía el pecho de solo pensar que en breve tendría que tomar una decisión, pero no podía ponerse de acuerdo en lo que quería hacer.

 

—No pareces muy feliz con eso, si no quieres hacerlo simplemente dilo de una vez. Evita que las personas pierdan el tiempo por tu indecisión. —

 

 Escuchar aquello solo logró hacerlo sentir peor, aquel chico tenía razón, entre más tardara en tomar una decisión más se vería afectado el evento, pero dicho de esa forma era horrible, había otras formas de decir aquello o al menos una menos cruel.

 

—No es que no esté feliz — intentó defenderse un poco, —Estoy feliz pero también preocupado. Es un evento muy importante, yo dejé de practicar por casi medio año y he perdido parte de mis habilidades, otras personas practican mucho y estarían mejor calificados para hacerlo. No quiero hacer el ridículo frente a todos y arruinarlo al equivocarme. Quiero intentarlo pero tengo miedo de hacerlo, si lo hago bien entonces nada pasará,  pero si lo hago mal todo el mundo me lo recriminará­. —

 

Un nudo se formó en su garganta a medida que hablaba, pensarlo era una cosa pero al decirlo en voz alta se volvía aún más real y angustiante.

 

—Creo que estas olvidando algo, tienes varios meses para practicar, se va a preparar una pieza adecuada al nivel de las personas que van a tocar y lo más importante, si lo intentas puede que falles pero le habrás dado la oportunidad de suceder; si no lo haces definitivamente te arrepentirás toda tu vida. Si te falta práctica entonces practica tanto como puedas, ensaya hasta que sientas que puedes dar lo mejor de ti. —

 

Erick no estaba muy seguro de que decir o hacer, al escuchar las palabras de aquel chico parecía estar preocupándose por nada, de alguna forma se sintió liberado de una parte del peso que llevaba sobre sus hombros.

 

—Además, si te equivocas un poco está bien, quien nunca se equivoca no puede mejorar. Da lo mejor de ti e incluso si con todo eso, algo sale mal, entonces trabaja aún más  para que la próxima vez puedas hacerlo mejor. —

 

Estaba en blanco, aquellas palabras habían disipado por completo las dudas que carcomían su mente y  alejaron la mayor parte de su miedo e indecisión, aquel chico tenía toda la razón. Una pequeña sonrisa se formó en su rostro y antes de poder decir algo, la voz de su profesora llamándolo resonó desde el pasillo.

 

—Lo siento, tengo que irme…gracias por el consejo—

 

A menos de diez pasos después de haber salido del salón, se encontró con su profesora, se veía un poco impaciente pero aún así le trató amablemente mientras lo llevaba  la sala de maestros.

 

Mientras tanto, el joven de ojos color miel miraba con intensidad la puerta por la que Erick se había ido, después de unos minutos salió del lugar con calma murmurando “Nunca me habría imaginado que un día sería yo quien te dijera esas palabras”.

 

Mientras su profesora hablaba, Erick tomó la decisión de intentarlo, tomaría aquella oportunidad y se prepararía hasta el cansancio. Erick pensaba que su profesora tardaría bastante sin embargo, tras cinco minutos ya se encontraba fuera del lugar caminando directo a su casa. A partir de ese día tendría que presentarse por lo menos 4 veces a la semana para practicar con su compañero, que no era nada más y nada menos que uno de los más destacados estudiantes de piano.

 

No conocía a la persona pero algo le decía que sería difícil de tratar, después de todo, el ser adornado por la etiqueta “de los más destacados”, hacía que algunas personas se volvieran sumamente arrogantes y pretenciosas. Suspiró levemente tratando de no pensar en eso, al final tendría que “trabajar” con esa persona y era mejor no crearse expectativas de ningún tipo.

 

El resto del día fue como cualquier otro, al menos hasta que la hora de dormir llegó. Media hora había  pasado desde que apagó las luces, sin embargo, Erick no podía conciliar el sueño y daba vueltas en la cama, intentando encontrar una posición cómoda para poder quedarse dormido. En aquel momento, no sabía si era peor no poder dormir o dormir y tener uno de esos sueños extraños, que siempre eran tan reales y lo hacían sentir mal.

 

Después de 1000 borregos contados, 40 vueltas y 2 intentos de fingir dormir, tomó su celular con resignación, sin embargo tampoco encontró nada con que distraerse. De pronto recordó que había algo que siempre lo hacía dormir, abrió el navegador  y escribió “Johannes Brahms - Wiegenlied Op. 49 No. 4”, sin siquiera dudarlo abrió el primer video.

 

La suave música llenó la habitación, tras unos pocos segundos el sueño invadió su  cuerpo y le permitió descansar. Cuando era un bebé, su madre usaba aquella canción para calmarlo si no dejaba de llorar o simplemente para hacerlo dormir; incluso algunos años después aún funcionaba, debido a eso, cada vez que la escuchaba no podía evitar quedarse completamente dormido.

 

     El dulce canto de las aves le hizo removerse con pereza en busca de una posición cómoda para continuar durmiendo, sin embargo, el crujido bajo su cuerpo y la sensación extraña del objeto que lo cubría le hicieron sentarse repentinamente.  Se encontraba en un lugar que desconocía.

Notas finales:

Cualquier cosa pueden encontrarme también en wattpadd donde tengo siempre un capitulo más que aquí. 

https://www.wattpad.com/user/Snowball43


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