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Road to inverse por shiki1221

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Notas del capitulo:

Feliz viernes :D Aquí les traigo 2 nuevos capítulos. Muchas gracias a quienes me tienen paciencia y lo esperaron todo este tiempo n_n

Cap 6: ¿Por qué?

La mente de Uchiha se encontraba en blanco. Estaba frustrado y nervioso con una ansiedad interna creciendo rápidamente. No deseaba enfrentarse a Uzumaki a sabiendas de su fuerza. No por nada era un “héroe” de Konoha, debía considerarlo como un rival igual de duro que Menma. Y siendo ese el caso, requeriría una larga lucha que no le aseguraba ganarle siquiera. Apretó los dientes intentando calmar sus pensamientos para trazar un plan cuanto antes. También estaba preocupado por los dos ninjas que estaban a su lado. No se sentiría bien sabiendo los problemas en los que se meterían si los encontraban junto a él. Necesitaba llevarlos lejos de allí cuanto antes para que pudieran inventar alguna buena mentira para sacarse de encima al Hokage y los demás. Karin se acercó al moreno y le sujetó el brazo para llamarle la atención cortando su reflexión interna.

―Los ninjas de la Hoja están muy cerca ―dijo la pelirroja acomodándose los anteojos―. Sólo tardaran unos quince minutos si no hay ningún contratiempo ―explicó de manera seria.

―Lo siento ―dijo Charasuke mirando directamente a Naruto―. Yo no puedo reemplazar a tu amigo y sobre todo debo salvar a Menma ―afirmó activando su sharingan de manera inconsciente―. Y nada ni nadie evitara que lo recupere, ¿entiendes? ―preguntó dejando relucir su mangekyo sharingan por unos cuantos segundos.

Uzumaki lo miró largamente manteniendo el silencio. No respondió a las palabras de Uchiha y se mantuvo en guardia sin temerle al poder de sus ojos. Aquel mutismo no le daba buena espina a Charasuke. Una de las primeras cosas que le enseñó su hermano mayor era no cometer actos imprudentes. Dar el primer ataque sólo debía hacerse tras evaluar las habilidades del otro y tener certeza de no correr un riesgo más grande del que pudiera manejar. Sin embargo, no sabía las habilidades del blondo y descubrirlas le daría el tiempo necesario a sus perseguidores de alcanzarlos. Sus nervios estaban al límite y no soportaba imaginar quedar encarcelado mientras Menma era ejecutado por aquel Akatsuki.

―¡Responde algo, Naruto! ―ordenó con seriedad el dueño del sharingan. Su mirada era gélida, casi como si estuviera viendo un insecto que merecía ser aplastado―. No soy como tú, yo no puedo quedarme de brazos cruzados en esa aldea de hipócritas mientras buscan asesinar a mi lazo más importante ―explicó con su voz quebrada, como si se contuviera de llorar por aquella frustración acumulada.

―¡Síganme si quieren salir de Konoha! ―dijo Uzumaki comenzando a correr esperando ser seguido por los demás.

―Podría ser una trampa ―advirtió Sai mirando a Charasuke con preocupación. La actitud de Naruto le parecía extraña desde el momento en que no les grito que volvieran a la aldea.

―Están demasiado cerca, si no nos movemos nos atraparan los ninjas de Konoha ―avisó Karin con acritud―. ¿Qué hacemos? ―preguntó mirando el lugar hacia donde se fue corriendo el jinchuriki.

―Sigamos al rubio ―respondió Uchiha tras meditar cortamente. Entre arriesgarse con el de ojos azules y Konoha, prefería al primero. Dicho lo anterior comenzó a correr tras Naruto―. Tenemos que evadir a nuestros perseguidores, así que por ahora trabajemos juntos ―pidió con firmeza.

El moreno tomó la delantera y corrió usando su chakra en la planta de sus pies para alcanzar con facilidad al jinchuriki. El joven de ojos azules lo miró de reojo y sonrió levemente al ver que no necesito darle un largo discurso para convencerlo de seguirlo. Por su parte, Karin no dudó mucho en seguirlos. Por si sola le sería imposible evadir con éxito a los ninjas de Konoha. Por último, los siguió Sai. El ex anbu se vio tentado a dar media vuelta y regresar a la aldea a advertir de los fugados. Mas, si volvía en esos momentos no tendría manera de explicar sus circunstancias para estar allí. Sin otra salida, hizo un ave de tinta para poder seguirlos con menos dificultad. Necesitaba de velocidad, ya que le estaban tomando demasiada ventaja.

―Si seguimos moviéndonos en línea recta nos atraparan con facilidad ―comentó Sai cuando los cuatro estaban más o menos a la par―. Y con el olfato de Kiba y los perros ninjas de Kakashi-san no importara cuanta ventaja tengamos de distancia, nos hallarán.

―Una buena manera de eludir eso es confundiéndolos con trozos de ropa ―comentó la pelirroja antes de dar un salto en los árboles para darse impulso y llegar sobre el ave de Sai―. Eso hicimos en Taka para evitar que interrumpieran la pelea de Sasuke con su hermano.

―¡Así que fuiste tú! ―gritó Uzumaki con molestia al recordar como de haberlo alcanzado aquella vez, quizás podría haber evitado que Sasuke se uniera a Akatsuki―. Estamos yendo hacia un río, si nos metemos allí ocultaremos nuestro aroma y no sabrán donde fuimos ―dijo retomando el enfoque en su situación actual. Ya le reclamaría después a esa pelirroja.

―Si siguen el camino del río con dos grupos terminaran dando con nosotros sin problemas. Bastaría con un grupo yendo río arriba y el otro río abajo ―le recordó el pintor observando al Uchiha quien seguía bastante callado―. ¿Tú qué opinas? ―interrogó al moreno quien se detuvo sobre la rama de un árbol haciendo que los demás lo imitasen.

―Haremos todo ―avisó con una media sonrisa mientras ponía las manos en la cintura―. Usa el kage bunshin, rubio ―pidió Charasuke mientras comenzaba a cortar su ropa en varios pedazos―. Ustedes rompan también su ropa, debemos confundir a los perros ninja. Aunque los clones transformados en nosotros distraigan a cualquiera a simple vista, lo importante es engañar el olfato ―explicó.

Sai y Karin no pusieron objeciones a aquella estrategia propuesta. Rompieron la parte baja de sus pantalones y la dividieron en al menos cinco pedazos que entregaron a los clones hechos por el jinchurki. Tal y como mencionó, el joven de ojos negros, tenían la apariencia de ellos. Con esa cantidad de clones, Naruto formó cinco grupos.

―Sepárense y corran hacia cualquier sitio ―ordenó Charasuke antes de mirar a sus acompañantes―. ¿Puedes hacer otra ave? ―preguntó mirando seriamente a Sai.

―La pregunta me ofende ―respondió con su falsa sonrisa conteniéndose de golpearlo por una pregunta tan obvia.

―Perfecto ―habló Uchiha antes de comenzar a correr nuevamente siendo seguido por los demás―. Iremos en dirección al río, lo más probable es que, como mencionó Sai, crean que seguimos río arriba o abajo para camuflar nuestro aroma, lo que haremos será huir en las aves de tinta para que no puedan seguir nuestro aroma ―explicó sin dejar de avanzar.

―¡Espera! ―pidió Uzumaki mirando dudoso―. ¿No crees que verán dos aves de tinta? Aunque sea de noche no creo que sea difícil notarlas ―mencionó mirando hacia el cielo nocturno.

―Estoy poniendo varios genjutsus de espacio por donde pasamos ―contestó Charasuke con tranquilidad―. Estarán dando vueltas en círculos varias veces antes de romper mi ilusión. Para cuando lo hagan ya estaremos lo suficientemente lejos ―aseguró viendo finalmente el río delante de ellos.

Naruto tenía confianza en que sus clones durarían lo suficiente para crear unas pistas falsas. Así que contando con ello llegaron al río donde Sai creó una segunda ave de tinta para que subieran el jinchuriki y Charasuke. Mientras se dirigían a ningún sitio en particular, Uchiha sólo podía pensar en rescatar a su mejor amigo de las manos del enemigo. Sabía que tendría que estar cuestionándose la participación de sus acompañantes provisionales, pero no podía sacarse de la cabeza las palabras de aquel enmascarado. Ya luego vería el asunto de la fuga. Así que con la mirada puesta en el horizonte se prometió salvarlo.

Aguanta, Menma. Pronto estaré contigo”

Lejos de allí en la guarida de Akatsuki se encontraba el enmascarado intentando hacer sus jutsus habituales fallando ridículamente. No entendía qué le había sucedido a su poder, pero sabía a quién culpar por ello. Con un resoplido salió de su habitación para ir donde la Gedo Mazou viendo al jinchuriki que consiguió capturar. Lo tenía encadenado allí siendo rodeado por un jutsu de barrera. A pesar de que lo tenía atrapado en un genjutsu no iba a tomar riesgos. Sabía del manejo de ese chico con el chakra en modo sennin y el del zorro de las nueve colar, así que no le daría ni la más mínima posibilidad de escapar. Menma parecía un simple muñeco, sus ojos perdidos en la nada y su rostro pálido desprovisto de emociones lo hacían un prisionero ejemplar para el akatsuki. Mas, en su mente aun mantenía los recuerdos de la persona más importante para él. Su mejor amigo del cual no sabía siquiera si seguía con vida.

No tenía idea cómo sucedió o la razón de ello, pero la idea de destruir la aldea donde nació, se coló lentamente en su mente. Avanzó cuál virus e infectó sus pensamientos. Se alió con un misterioso enmascarado y atacó a quienes amaba. Recordaba haber recobrado el conocimiento estando en los brazos de su madre. Captó la preocupación y el alivio en los ojos azulados de su progenitor. Jamás había visto a su madre tan asustada y al mismo tiempo aliviada de tenerlo de regreso. Sintió la culpa carcomerle por dentro al darse cuenta del peso de sus acciones. Sus progenitores fueron comprensivos y amables con él. Sin embargo, bien sabía que todo había cambiado para él. Sus compañeros se forzaban a actuar de manera natural cerca suyo, mas en cuanto podían evitaban estar cerca suyo. Incluso Hinata y Sakura ya no se tomaban las confianzas de abrazarlo. No es que lo extrañara, pero evidenciaba el cambio.

Minato hacia lo posible por recomendarlo para el examen de ascenso a chunnin. Su clan de por sí era pequeño y de poco prestigio, haciendo más complicado ser tomado en cuenta. Su reputación como un shinobi digno había sido forjada por mano de su propio mérito. Él no tenía un clan prodigioso elevando las expectativas sobre su persona a diferencia de su compañero de equipo Uchiha. Y pensando en él, encontró extraño el comportamiento del otro. Había estado demasiado… ¿atento? Nunca tuvieron mayores altercados siendo miembros del mismo equipo. ―exceptuando sus llamados de atención por los despistes de Charasuke―. Pero no eran amigos extremadamente cercanos. Estaban lejos de ser como Chouji y Shikamaru.

―Deberíamos ir al Ichiraku Ramen ―propuso el moreno mostrándole una gran sonrisa―. Hasta podría invitarte ―sugirió en un tono que catalogó como coqueto.

―Piérdete, Charasuke ―rechazó cruzado de brazos comenzando a caminar alejándose del puente donde solían reunirse los miembros del equipo siete―. No tengo tiempo para perder contigo ―dijo antes de seguir su camino ignorando las protestas del otro.

En otras circunstancias, habría aceptado, con cierta renuencia para mantener el orgullo, pero lo habría hecho. No obstante, ya no lo hacía. Quería estar lejos de él, de todos, pero especialmente de Charasuke. Aun no podía perdonarse lo que había hecho con anterioridad. ¿Y si perdía el control nuevamente y atacaba a su mejor amigo? Jamás se perdonaría hacerle algo a él. Tomó aire intentando calmarse y decidió regresar al campo de entrenamiento. Tras su rechazo asumió que el otro se retiró para hacer lo mismo de siempre: seducir chicas bonitas. Gruñó un poco al imaginarlo, mas era su culpa por haberle dado un “no” por respuesta. Una punzada de dolor en su cabeza lo hizo sujetarse la zona afectada en un inútil intento por calmar el dolor.

―Debo tranquilizarme ―dijo para sí mismo mirando su reflejo en el agua al llegar al puente―. Soy un monstruo ―afirmó viendo sus ojos rojizos.

No era sólo el cambio en el color de sus irises, sino también su chakra. Sintió al Kyubi envolviéndolo con su poder y se golpeó la cabeza contra el suelo buscando reaccionar. Se arrojó agua al rostro repetidas veces y comenzó a caminar rumbo al bosque para ocultarse. Si alguien veía esa apariencia, sin dudas sería encerrado en una celda y perderían la llave. Sintió la presencia del chakra de Uchiha cerca de allí. Se ocultó pensando en esperar a que se fuera para salir y seguir con lo suyo, pero cuando los minutos pasaban y no había ningún cambio, se preocupó. ¿Y si estaba herido? No había otro motivo por el cual estaría en medio del bosque. Sin importarle su apariencia se acercó deprisa topándose con algo que no esperaba.

―Idiota ―insultó por lo bajo al verlo dormir.

Estuvo tentando a dejarlo ahí y aprovechar su buena suerte para irse sin ser visto, pero notó una serpiente acercándose al desprevenido azabache. Con un kunai atravesó al rastrero animal dándole fin a la amenaza. Temiendo que la situación se repitiera le pareció conveniente llevarlo a su hogar. Usó un henge no jutsu para disimular el cambio en su apariencia antes de alzar a Charasuke en su espalda. Caminó sintiendo la respiración de Uchiha en su nuca. Le daba escalofríos sentirlo en una zona tan sensible. Además, a causa del movimiento, de vez en cuando aquellos rosados labios rozaban la piel descubierta de su nuca. Apresuró un poco el paso evitando ser visto por las personas del barrio Uchiha. Entró directamente a la habitación del moreno a través de la ventana y lo dejó en la cama. De un salto salió nuevamente por la ventana.

―Usar un jutsu de transformación no lo solucionará todo ―comentó Itachi cruzado de brazos.

―¿Me vigilas? ―preguntó a la defensiva Menma, listo para pelear si pensaba delatarlo―. ¿Vas a capturarme acaso?

―Sólo te advierto que si me das aunque sea un motivo para considerarte peligroso ―pronunció activando su propio sharingan―. No responderé por las consecuencias.

―No tienes que preocuparte por mí ―replicó el jinchuriki sintiendo la rabia del bijuu crecer al ver el sharingan.

―Me preocupa mi hermano y lo que puedas hacerle ―expresó el primogénito de los Uchiha―. Así como estás eres…

No le dio tiempo a terminar aquella frase y salió huyendo de aquel sitio. Uzumaki sabía que era cobarde hacer eso, pero no quería seguir oyendo más. Con su línea sucesoria era evidente que sabía acerca de su apariencia bajo aquella transformación.

“No necesito que me lo digas, ya sé que soy un monstruo”

―Sasuke ―susurró Menma apenas moviendo los labios.

Zetsu salió del suelo apareciendo la parte blanca riendo junto a su parte negra. Al fin tenían al jinchuriki de las nueve colas. En cuanto le extrajeran el ocho colas a Killer Bee podrían continuar con ese chico y todo estaría resuelto. Mas, le extrañaba la poca satisfacción de parte de su líder. “Madara”, como se hizo llamar ante los kages, no se veía especialmente feliz a pesar de que todo salía de acuerdo a sus planes. Por el contrario, se encerraba en su habitación y de vez en cuando soltaba improperios contra alguien no especificado. Oyó algo romperse, probablemente algún vaso, de nuevo, antes de verlo acercarse también a ver al nueve colas. No necesitaba ver a través de su máscara para saber del enojo en aquel rostro. De alguna manera esa molestia era palpable y la curiosidad pudo más que él.

―¿Por qué no lo encerraste en tu dimensión? ―cuestionó Zetsu viendo a Menma encadenado―. Me has hecho colocar barreras y jutsus para retenerlo cuando bien podrías haberlo encerrado en tu kamui y no habría forma de que se escape antes de la extracción.

―No puedo ―respondió el enmascarado tras largos segundos de silencio―. Ya no puedo utilizar mi mangekyo sharingan ―gruñó con molestia.

―¿Cómo es eso posible? ―interrogó realmente sorprendido de que hubiera perdido aquella habilidad.

―Sasuke ―susurró cortamente con desprecio al recordarlo―. El Sasuke de la otra dimensión usó su mangekyo sharingan conmigo. Intentó evitar que secuestrara al nueve colas y me hizo algo.

―¿Qué clase de poder tiene como para cancelar tu kamui? ―preguntó nuevamente Zetsu interesado en esa extraña habilidad que nunca antes había oído.

―No lo sé ―confesó con fastidio―. Recuerdo ver su mangekyo sharingan mientras cruzábamos entre dimensiones y luego perdí mi habilidad. Ese maldito mocoso ―insultó ofuscado.

―Qué mala suerte ―comentó el akatsuki planta―. Si no puedes cruzar entre dimensiones no podrás hacer que te la regrese.

―Te equivocas ―corrigió el enmascarado mientras caminaba rumbo a la salida―. Él se aferró al nueve colas como si su vida dependiera de ello y cruzó a esta dimensión. Lo dejé a las afueras de Konoha y conociendo a las personas de ese lugar, seguro creen que se trata de Sasuke, así que lo deben tener encarcelado. Será fácil dar con él ―explicó decidido a encontrar al pequeño estorbo―. Vigila al nueve colas y a Sasuke, aún está recuperándose del trasplante de los ojos de Itachi. Qué ninguno abandone este lugar hasta que yo regrese ―ordenó saliendo de la guarida.

Estaba realmente furioso de tener que trasladarse como un ninja normal. Tanto tiempo acostumbrado a moverse de un punto a otro utilizando su kamui para cortar las dimensiones y evitar todo el viaje. Maldijo nuevamente a aquel malcriado y dio gracias de no haberlo matado cuando pudo. Aún tenía una utilidad y esa era reparar el daño que causó, luego definitivamente lo liquidaría. Nunca había oído de un jutsu capaz de cancelar los de otros. Es más, siendo ambos Uchiha deberían tener habilidades, cuando menos, similares. Le preocupaba también que Konoha hubiera ejecutado al chico o no hubiera sobrevivido a las heridas de la batalla. Ese era el peor escenario posible. O tal vez no, si descubrían que ese chico podía cancelar jutsus podrían ponerlo en su contra y sería una desventaja demasiado peligrosa en la guerra venidera. Sus planes tan meticulosamente planeados corrían peligro por culpa de ese niño.

Allí oyendo toda la conversación se encontraba Sasuke con sus ojos vendados. Aun sin recuperarse lo suficiente como para quitárselo. Había oído de la captura del zorro de las nueve colas y quiso confirmar por sí mismo la veracidad de ello. Él tenía la promesa de luchar contra Naruto y si alguien iba a matarlo, era él. Más le valía al tal Madara no intervenir en sus asuntos personales o le iría muy mal….

De regreso en Konoha, todo estaba hecho un caos en la oficina del Hokage. Los ninjas iban y venían reportando lo que habían logrado averiguar sobre el paradero del prisionero Uchiha, siendo poco o nada. Hatake estaba sufriendo una gran migraña que inútilmente intentaba mitigar masajeándose la cien con la punta de los dedos. Reclamos, dudas y la espera de sus órdenes lo ajetreaban haciéndole rogar por una solución venida del cielo o algo similar. Tal vez consultar con Tsunade podría servir de algo, pues con su experiencia tendría mejores opciones. Durante los últimos días ella no había abandonado aquella tienda improvisada en la que estuvo reposando tras su despertar. Pues aunque su consciencia había regresado, su cuerpo resintió el estado inanimado en el cual estuvo. Sus músculos y su chakra estaban débiles y movilizarse por su cuenta requería una corta, pero necesaria, rehabilitación. Más aun considerando que ella era una shinobi y su cuerpo requería de una movilidad diferente a la de un civil. Dada la complicada situación en la que se encontraban. Kakashi mandó llamar a su alumna, a Yamato y a Shikamaru para discutir la situación. Habría preferido contactar con el padre de este último, Shikaku, empero éste estaba encargándose de reforzar la seguridad y preparar contra ataques de ser necesario y evitar que más prisioneros se les escaparan. En el estado actual de Konoha no sería difícil para cualquier país hostil acabar con ellos. Ya habían tenido algunos espías rondando no muy lejos de allí. Por obvias razones terminaron con sus vidas antes de arriesgarse a una posible invasión. Se aseguraron de desaparecerlos para evitar reclamos. Después de todo, en caso de que alguien reclamara por los ninjas desaparecidos en su territorio podrían preguntar "¿y qué hacían en los límites de Konoha?". Nadie se arriesgaría a justificar tal acto a ligera a sabiendas de lo que eso significaba.

—Apenas me despierto y me dices que capturaron a Uchiha Sasuke, ¡y lo dejaste escapar! —gritó la rubia con suficiente chakra para adquirir su apariencia más joven—. La aldea está destruida, todo es un caos, estamos a las puertas de una cuarta gran guerra ninja y para empeorar todo, dejaste ir a un criminal del libro bingo buscado internacionalmente.

Hatake se rascó la cabeza algo apenado por la reprimenda que le estaban dando, pero sabía que se la merecía. No debió sacar al menor de su celda, pero no estaba seguro de lo que podría ser de él en la prisión. Charasuke no era el Sasuke de su dimensión, pero pocos sabían eso. Cualquiera creería que eran la misma persona y no dudarían en tomar la oportunidad de matarlo o hacerle algo teniéndolo encerrado y con su chakra limitado. Mas, no contaba con que hasta Sai, un anbu de raíz, no pudiera vigilarlo. Quizás subestimó sus capacidades para los genjutsus. De otra manera no podía explicarse el repentino apoyo dado a alguien que no conocía y, en esencia, era una persona no grata. Abiertamente el pintor había expresado su aversión hacia Sasuke por su trato hacia los que consideraba sus compañeros. Mas, cabía la posibilidad de que al ser opuestos, sí pudiera despertar sentimientos más amigables.

―¿Qué ha sucedido, Kakashi-sensei? ―demandó saber Sakura sin molestarse en mediar alguna otra palabra.

Había entrado sin ningún cuidado ni anuncio siendo seguida por Nara. Él iba mucho más calmado por no decir perezoso. Yamato se arribó de manera estoica como su entrenamiento shinobi le había inculcado. Haruno al ver a su maestra estuvo tentada por momentos a abrazarla por verla despertar de su coma finalmente. Se contuvo. En esos momentos contaban con ella y debía ser capaz de responder. Echó un rápido vistazo a sus alrededores y no vio a Naruto. Lo cual le pareció extraño. Decidió tranquilizarse y tomó aire para llevar a cabo esa tarea. Tenía un mal presentimiento. Las miradas sobre ella no hacían otra cosa más que incomodarla.

―¡Bien, ya están todos aquí! ―habló la Hokage con un tono de voz firme capaz de captar la atención de todos los presentes―. Ahora sí procede a aclarar qué está sucediendo ―ordenó al ninja copia.

―Para empezar, Yamato, Shikamaru ―habló Hatake observándolos fijamente―. Debo explicarles algo importante ―expresó con seriedad sin quitar la mirada de ellos―. El Uchiha Sasuke que tuvimos prisionero, no es el de esta dimensión. Es el de otra. Una a la que Sakura y Naruto fueron llevados por el enmascarado de akatsuki con anterioridad ―explicó brevemente.

Haruno no mostró ninguna sorpresa por lo dicho. Ella estaba más que consciente de la diferencia entre Charasuke y Sasuke. También sabía acerca de su liberación en secreto. Tsunade no estaba tampoco demasiado sorprendida por esa información. Fue ella misma quien mandó mantener aquello en secreto para no hacer cundir el pánico. Lo único que escapaba a su entendimiento era la razón de tenerlo en su dimensión. A los otros dos shinobis sí les había dejado momentáneamente sin habla. Incluso creyeron que se trataba de alguna clase de broma de mal gusto. Dada la situación se les hacía impensable, era demasiado irreal.

―¿Otra dimensión? ¿Están de broma? ―preguntó Shikamaru sin poder creerse semejante cosa.

―Espera un momento ―pidió Yamato al menor al ver su exaltación―. Kakashi-senpai es capaz de utilizar un jutsu espacio-tiempo con su mangekyo sharingan. Si él puede abrir un portal a otra dimensión a voluntad, no creo que otros usuarios de ese clan puedan hacerlo también.

―Si lo pones así, ciertamente debería de ser posible ―meditó Nara con algo más de calma.

Si tomaba en cuenta las habilidades tan extravagantes vistas con anterioridad, como el jutsu misterioso del enmascarado y el mangekyo de Hatake, muchas cosas eran posibles. Siendo sinceros, sabían poco de los límites en el poder de los Uchiha al utilizar sus ojos. Como si sus genjutsus no fueran suficiente problema, muchos de ellos eran genios en batalla. Personalmente sólo tenía a Sasuke de referencia y éste era sin dudas muy habilidoso. Todo un genio.

―Volviendo al asunto ―retomó el ninja copia volviendo a tener la atención sobre él―. Como dije, el chico que encerramos no era Sasuke. Para evitar confusiones nos referiremos a él como Charasuke ―agregó no queriendo confusiones durante la explicación―. Lo había dejado vivir con Naruto y bajo la vigilancia secreta de Sai, pero durante la noche ha escapado de la aldea.

―¡Debemos evitar que Naruto se entere de esto o irá tras él! ―gritó Haruno sabiendo de las tendencias del rubio y lo acontecido en el encuentro con Sasuke.

―Ese es otro de nuestros problemas… ―murmuró el jounnin de cabellos plateados.

―Qué problemático ―acotó Shikamaru y no sólo por su rubio amigo.

Le hacía ruido la existencia de otra dimensión y más de “un Sasuke” diferente. Era más plausible pensar en que se trataba de un plan de Uchiha para evitar ser ejecutado. Algún intrincado plan haciéndose pasar por otra persona. Y no sería algo tan descabellado como la explicación dada por el Hokage. El enmascarado de Akatsuki se presentó como Uchiha Madara. Personaje histórico de la aldea de la Hoja que se presumía muerto desde hace demasiados años. E incluso barajando la ínfima posibilidad de que siguiera con vida, estaría hablando de un anciano de más de cien años. A su parecer, la usurpación de identidad era lo obvio. Y no descartaba que esa acción fuera imitada por Sasuke. Estando en el mismo bando compartir o imitar tácticas no era algo imposible. Mas, presentía que perdería el tiempo iniciando una discusión en esos momentos. Lo más económico energéticamente para su perezosa existencia sería llevar a cabo la misión, capturar a Sasuke, llevarlo de regreso a la aldea y forzarlo a confesar su engaño.

―¿Qué sucedió con Naruto? ―demandó saber la kunoichi con preocupación.

―Charasuke desapareció en la noche y aparentemente liberó a la prisionera Karin ―mencionó alzando la mano al ver las intenciones de interrumpirlo―. Sai y Naruto están desaparecidos. Nadie los ha visto ni saben dónde están. No sabemos si fueron secuestrados por Charasuke o si se fueron por voluntad propia.

―Si tiene el sharingan podría ponerlos bajo un genjutsu para controlarlos a voluntad ―meditó Tsunade no pudiendo entender qué había sucedido con su protegido.

―Los guardias que custodiaban a la prisionera fueron hallados bajo efectos de un genjutsu poderoso ―informó Shizune leyendo los registros―. Ninguno sufrió daños físicos ni psicológicos, pero aseguran que no hubo tiempo para reaccionar.

Con la nueva información, hubo un poco de alivio respecto al actuar del anbu de raíz y del jinchuriki. Si estaban siendo forzados a acompañar al Uchiha, esa misión sería de búsqueda y rescate. Sin embargo, también incrementaba el peligro. Tener que luchar contra sus compañeros sería complicado y más aun si tomaban en cuenta la fuerza de Naruto. O peor aún, si aquel shinobi era tan retorcido como para liberar al Kyubi. Debían actuar con cautela para evitar poner en riesgo a sus amigos y a cualquier infortunado que estuviera en el lugar o momento equivocado.

―¿Qué sabemos de este “Charasuke”? ―preguntó Shikamaru sintiéndose idiota por tener que referirse así a Sasuke.

―¡Es un estúpido mujeriego! ―se quejó Sakura de inmediato dando un pisotón al suelo―. Ese bastardo es un playboy al que le gusta jugar con los sentimientos de las mujeres que lo aman.

―Está bien… ―respondió Nara con los ojos bien abiertos y una expresión desconcertada. No podía imaginar a alguien tan serio y reservado como Uchiha actuando de esa manera.

―Lo más importante que deben tener en cuenta es que está buscando a Menma ―mencionó Hatake―. Es el Naruto de su dimensión, un jinchuriki igual que Naruto. Me preocupa que haya secuestrado a Naruto para intercambiarlo por Menma ―expuso con franqueza.

Cuando habló con él, la desesperación en la voz del menor y su tono urgente por reencontrarse con aquel joven, hacían claras sus intenciones. Esos ojos llenos de oscuridad ya los había visto en su alumno anteriormente y su “yo” de otra dimensión era igual. Esa chispa de locura bailando en sus ojos y su carácter del tipo obsesivos, eran cualidades imposibles de camuflar tras su sonrisa y bromas. Podía parecer un tonto o alguien muy incapaz, pero logró escaparse de la aldea llevándose consigo a tres personas a cuestas. Y los equipos que habían enviado en su busca apenas darse la alerta, llegaron a un punto muerto en el cual se perdió todo rastro. No se le podía tomar a la ligera o seguramente causaría problemas igual que hizo el Sasuke que conocían. Las demás aldeas no debían enterarse de este nuevo individuo. No sabían el tipo de repercusiones para Konoha de hacerse pública la información sobre otra dimensión. Era un asunto delicado a tratar, pero no había tiempo y debían tomar medidas de manera instantánea.

―¿Por qué lo busca? ―preguntó Yamato teniendo una extraña sensación de familiaridad.

―Dijo que quiere salvarlo ―respondió escuetamente el jounin de cabellos plateados―. Aseguró que Menma era considerado un criminal en su dimensión.

―Podría estar mintiendo y ser él quien era considerado criminal como sucede con el Sasuke de esta dimensión ―acotó Tsunade negándose a creer que su protegido pudiera ser un criminal fuera el Naruto de la dimensión que fuera.

―No, cómo le dijimos en el reporte yo misma fui secuestrada por Menma para tenderle una trampa a Naruto ―explicó Haruno recordándole aquel detalle a su mentora.

La Hokage soltó un fuerte suspiro ante sus palabras. No es que desconfiara de la palabra de su pupila, pero era incómodo imaginar a alguien como Uzumaki siendo un peligroso ninja desertor. Le dificultaba tomar decisiones lógicas cuando se trataba del menor. Sin embargo, se dio así misma unos pequeños golpes con las palmas de las manos en sus propias mejillas. Ya había tomado decisiones poco razonables por dejarse llevar. Esta vez haría caso al sentido común y actuaría sin favoritismos.

―En vista de la información que me han dado he tomado una decisión ―habló la rubia captando la atención de todos―. Yamato liderarás un equipo para recuperar a Naruto y Sai, así como capturar a la fugitiva y a Charasuke ―dictaminó antes de dirigir su mirada a los más jóvenes presentes―. Shikamaru tus estrategias son un elemento indispensable para capturar a este Uchiha y rescatar a tus compañeros sanos y salvos. Llévense a Sakura, ella conoce más acerca de esos individuos de otra dimensión.

―Necesitaremos ninjas de rastreo ―señaló Nara pensando en cómo podrían dar con sus objetivos.

―Kiba y Akamaru tuvieron contacto con Charasuke. Puede que conozcan su aroma ―mencionó Kakashi haciendo memoria.

―También deberíamos llevarnos a Neji ―sugirió Shikamaru con su mano bajo su propia barbilla―. El sharingan es un problema a la hora de combatir. Si queremos evitar contacto visual deberíamos tener a alguien capaz de seguir sus movimientos fuera de su alcance.

―Bien, entonces pueden llevarlo ―accedió la quinta Hokage asintiendo a sus peticiones―. Kakashi ―llamó viendo al mencionado―. Aun no me recupero del todo y necesitaré de tu apoyo como Hokage un poco más ―pidió.

El ninja copia asintió en silencio aceptando las ordenes recibidas. Mientras los demás hicieron una corta reverencia antes de salir de esa tienda. Debían buscar a los ninjas rastreadores que llevarían a esa extraña misión. Además de ponerlos al día con tan confusa información. ¿Un Sasuke mujeriego? Era casi un chiste y no creería en la existencia de otra dimensión hasta no verlo con sus propios ojos.

 

CONTINUARÁ….. 

 


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