El antiguo departamento en el que vivían no era suficiente para los tres, solo tenía dos cuartos y ellos eran cuatro, Naruto e Issey podían compartir, pero Tsunade y Jiraiya no. La mujer y los dos donceles consiguieron un nuevo lugar para quedarse con tres habitaciones, la renta era algo elevada al quedar cerca del centro y de la nueva escuela de Issey. Naruto había llegado primero a Konoha, encargándose de buscar la institución adecuada para que su hijo terminara la escuela básica, tres días después cuando el resto llegó pudo finalizar la inscripción. Era el último fin de semana que tenían libre antes de que comenzara a asistir a clases, y Naruto quería que el doncel de cabellos amarillos y ojos negros viera a su padre antes de enfrascarse en la escuela.
El sábado por el medio día, Naruto y Issey llegaron a la prisión donde tenían a Shikamaru, el abogado de Shikamaru había conseguido que este recibiera visitas. -La situación es muy delicada señor Uzumaki, normalmente no habría problema con que el conyugue tuviera contacto con el acusado, pero en este caso, usted es un miembro de la misma base que el sargento, podría verse en vuelto en todo esto.
La sala de visitas era amplia, con varias mesas metálicas redondas con los asientos ensamblados a su estructura, todas estaban vacías, solo ellos dos y un guardia en cada puerta permanecían en la estancia. Una alarma sonó anunciando la apertura de la puerta y la entrada del prisionero, Shikamaru era escoltado con las manos y las piernas esposadas, con un overol naranja que llevaba grabado el nombre de la prisión y su número de presidiario, llevaba el cabello suelto y la cara aburrida que siempre mostraba fue reemplazada por el cansancio y la pesadez.
Una vez que le quitaron las esposas, Naruto e Issey se levantaron, el niño corrió a su padre para abrazarlo mientras el mayor meditaba si era apropiado interrumpir el reencuentro con su propio contacto. -Hola, pequeño, o más bien, no tan pequeño.
-Hola, papá.
Shikamaru soltó al niño y este regreso a su asiento, marido y mujer se miraron, uno intento transmitir un poco de esperanza y el otro desanimado ante el porvenir. Los tres hablaron por un par de ratos, concentrándose principalmente en Issey, llevaban un largo tiempo sin volver a casa siquiera por encargo, así que había mucho que deseaban saber del doncelito. -Issey, ¿por qué no compras unos refrescos de la máquina expendedora?
Naruto saco dinero de su cartera para entregárselas al niño, consiguiendo un momento a solas con Shikamaru. -No debiste traerlo Naruto-habló en un tono bajo, intentando que el chico no le escuchara desde lejos-Y tú tampoco debiste venir.
-Issey necesita ver a su papá, necesita saber que todo saldrá bien-La sombra en los ojos del varón preocuparon a Naruto, ¿Qué sucedía con Shikamaru? -No tienes que preocuparte, hablé con el abogado y pueden conseguirse testigos que afirmen que recibiste la orden de Asuma.
-No recibí la orden.
-¿Qué? Pero, ¿Entonces?
-No vuelvas a traerlo y tampoco vuelvas, podrías verte envuelto en todo esto.
-Shikamaru...
-Issey te necesita a ti Naruto, ahora más que nunca va a necesitarte.
-¿Y que se supone que voy a decirle?
Su esposo guardo silencio un momento, sin regresarle la mirada. -Puedes decirle la verdad, o lo que te parezca más apropiado a ti.
Regresaron a su casa donde Tsunade los esperaba, la mujer se hizo cargo el resto de la noche, preparando la cena y ordenando mientras Naruto llamaba de nuevo al abogado. El domingo aprovechó el día para pasarlo con Issey, lo llevó al centro comercial a comprarle ropa nueva y aparatos que el doncel podría desear. Nunca había estado seguro de cómo debía comportarse con el niño, no pasaban tanto tiempo juntos como para sentirse con el derecho de tratarlo como un hijo, por suerte, el doncel no se mostraba hostil con él.
-Papi, ¿podemos comer algo?
-Claro, ¿quiéres algo en especial?
-No realmente.
Tsunade habría sabido que comprarle al niño, en cambio él debía tratar de adivinar que le agradaría más, ¿comida japonesa o americana? ¿Algo caliente o fresco? Finalmente el niño se movió por su propia cuenta para ordenar un combo de comida rápida.
-¿Emocionado por la nueva escuela?
-No tanto-el niño levanto los hombros sin dejar de comer-Es muy problemático cambiarse de escuela.
-Si, puede ser "problemático", pero hey, podrás hacer nuevos amigos.
-Es muy agotador.
-Je,je-Issey había aprendido las costumbres de Shikamaru. No quería que la conversación muriera, así que intento algo más-Tsunade me dijo que te va muy bien en la escuela, ¿qué materia te gusta más?
-Educación física.
-¿En serio? ¡A mi también! Yo era bueno en atletismo y voleibol.
-A mi me gusta recostarme al aire libre mientras los demás juegan.
Issey hablaba despacio, su cabello rubio recogido en una coleta alta lograba que su rostro tomara rastros más delicados, sin duda crecería para convertirse en un doncel hermoso y, si la guerra no se detenía, se curtiría en el campo de batalla. Shikamaru y él lo habían discutido cuando Issey cumplió los 10, cualquier padre haría lo posible para que su hijo estuviera a salvó, pero ambos sabían que la guerra podía continuar, que ellos podían morir en cualquier momento, ¿Cuál era la forma de dejar a Issey protegido? La escuela militar era lo más ideal, con una cama, tres comidas al día y educación de primer nivel, Issey sería preparado para la batalla de ser necesario.
-Papi, ¿Crees que papá saldrá pronto?
El mayor le dió una sonrisa triste a su hijo-No lo sé, Issey. Pero haremos todo lo posible para que sea así.
-Y tú, ¿Te quedarás aquí?
-Si, hasta que todo se resuelva.
-Genial, podremos tener más salidas como estás.
-Seguro que sí.
El par volvió a casa y pasaron el resto del día en la organización para la semana. -Wow, el ejército si que te cambio, tu habitación solía ser un desastre.
Naruto había acomodado sus cosas, procurando que nada quedara fuera de su lugar. Todo el tiempo que pasó siendo entrenado rindió frutos, Naruto se volvió más disciplinado y astuto.
La mañana siguiente Naruto llevo a Issey a la escuela, el doncel ingresaba unos meses después de comenzar el ciclo escolar, en el último año, sería el chico nuevo. Quería darle todo el apoyo posible, y durante el recorrido a pie se la paso contando anécdotas de su propia infancia, centrándose en cuando hacía nuevos amigos o tenía que enfrentarse a nuevas situaciones. Issey permanecía tranquilo, con su uniforme puesto caminaba sosteniendo su lonchera mientras el mayor llevaba su mochila.
-Estaré bien-le dijo a su papi antes de cursar el portón. Naruto le había explicado que tendría que ir a la oficina del director y esperar a que lo llevaran a su salón y lo presentaran, si tenía algún problema para seguir la clase debía comentárselo al salón en cuánto tuviera tiempo. Aun cuando el pequeño avanzó con paso seguro, Naruto no pudo evitar preocuparse, era la primera vez que lo llevaba a la escuela, ¿Qué debía hacer ahora? ¿Irse de una vez o esperar a que las puertas se cerraran?
De las camionetas que se formaban para bajar a sus niños, una mujer rubia observaba al doncel desde lejos, no estaba segura si se trataba de Naruto Uzumaki o solo se le parecía. Lo había visto junto a un niño de cabellos rubios que entró en la escuela, un niño que no había visto antes. Cuando el doncel se dio la vuelta no le quedo duda alguna, era Naruto. Los claxon le exigieron que avanzara en la fila, pero al dar marcha a la camioneta le perdió de vista, descargo a sus hijos y tras despedirse del par fijó el rumbo a su trabajo.
Ino había tomado el control de la florería familiar mientras su madre disfrutaba del retiro y su padre estaba en el frente. Se la pasaba casi todo el día ahí, vendiendo flores, limpiando y creando nuevos arreglos, pero, esta vez, no se dedico al negocio tras cruzar la puerta. Tomo el teléfono y marco a un viejo amigo, uno de los pocos que se quedaron en la ciudad. Ella había sido testigo de lo ocurrido 12 años atrás y estuvo involucrada, por un tiempo, en la búsqueda que Sasuke realizó para encontrar a su familia.
-Sasuke, sí ¡Ya sé que estas ocupado! ¡Pero no me lo vas a creer!
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Naruto había recibido una llamada del abogado, había sido más una cortesía de su parte que una obligación notificarle que Shikamaru había solicitado que no se le permitieran las visitas. El rubio se sentó en la mesa del comedor, se había retirado la chaqueta y el escote en "V" de su camisa permitía que las placas que colgaban en su cuello se movieran, tintineando a su vez. ¿Qué se supone que tenía que hacer ahora?
Conseguir un trabajo era lo más apropiado, aun cuando recibía una pensión que les permitiría mantenerse, mantenerse ocupado y ganar un poco de dinero extra no estaría de más. Faltaba menos de media hora para que Issey saliera de clases, Tsunade se encargaba de preparar la comida, podía salir a buscar un periódico y hojear la sección de anuncios, seguro encontraría algo para un doncel con experiencia militar.
Tuvo la suerte de conseguir una de las pocas copia que quedaban, avanzó hasta el parque que quedaba frente a la escuela y se sentó para leer mientras su hijo salía. Las ofertas eran pocas para su perfil, la mayoría eran para puestos de oficinistas o choferes, y él no tenía una educación adecuada, ni tenía licencia para conducir. La lectura fue interrumpida cuando una sombra se poso sobre el papel, alguien estaba frente a él, su respiración ajetreada señalaba que había corrido o realizado un esfuerzo.
-Naruto, no puedo creerlo en verdad eres tú.
El rubio bajo el periódico para mirar a Sasuke, el cabello le había crecido y sus rasgos eran más maduros que antes, pero sin duda era él. <<Oh no-pensó el doncel-Me había olvidado de él>>. A lo lejos se escuchó una campana, pero ninguno dejó de mirar al otro.
-Sasuke, ha pasado mucho tiempo.
-Mucho tiempo-El hombre llevó las manos a su cabeza, rogando por un poco más de paciencia-No tienes idea, de cuánto tiempo te he estado buscando.
-¿Qué?
-Escucha, ¡solo escucha! Tienes que perdonarme, no debí dejarte para casarme, pero tú tampoco, no debiste ocultarme lo del bebe.
<<¿Lo sabe?>>, Naruto se quedó sorprendido, ¿Cómo se había enterado? Y, ¿Cuánto sabía exactamente? -Sasuke...
-Naruto, yo quiero que me perdones y que me des otra oportunidad.
-¿Qué?
-Papi.
Issey apareció con el suéter atado a la cadera y la mochila colgada en el hombro, no era momento para tener la conversación que Sasuke esperaba. -Issey, ¿cómo te fue?
El pequeño doncel levantó los hombros-Nada sorprendente.
Por su parte, el varón no podía dejar de mirar al niño, <<Es él, tiene que ser él, tiene su cabello y mis ojos-pensó Sasuke-Es mi hijo>>. El pelinegro avanzó hacia el niño, agachándose para tomar su altura-Hola, cariño, ¿te llamas Issey, verdad?
-Sí, ¿y usted es?
-Es un nombre muy bonito. Yo soy Sasuke Uchiha y soy...
-¡Un viejo amigo!-Naruto distinguió el brillo en los ojos del varón, las alarmas sonaron en su cabeza al deducir lo que Sasuke estaba pensando. -Sasuke y yo éramos amigos cuando éramos niños, de hecho, fuimos juntos a esta misma escuela.
El ojiazul avanzó hasta poner en medio de los dos, tomando protectoramente al niño de los hombros. -Nos gustaría quedarnos a conversar pero ya tenemos que ir.
-Naruto...
-Si te parece bien, podemos hablar otro día y dejar todo claro.
-Por supuesto.