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FALSO TESTIMONIO Y MENTIRAS por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo nuevo, la historia sigue su curso, espero que les guste lo que viene

Capítulo 26.- Lo improbable

 

Seiya estaba acostado en su cama y miraba a un punto fijo en la pared, Hades entró a la habitación y suspiró, por lo menos su castaño ya había dejado de llorar, pero la expresión de su rostro podría desarmar al más fiero, así que el pelinegro se sentó en la cama a la altura de su cadera y le acarició su cabello al decir:

- Por favor… come algo… - eran las dos de la tarde y el almuerzo que le habían traído a Seiya seguía en la charola, no había querido comer ni beber nada, Hades tenía la impresión de que su siempre tan sonriente y burbujeante novio se había apagado como una vela

- No tengo hambre – susurró el menor sin regresarlo a ver

- En la mañana no podías dejar de sacarme en cara que te morías de hambre, come algo por favor, puedo pedir que te traigan otro almuerzo, o que te calienten este, sé que no te gusta la comida fría y esto debe estar helado – Hades acarició los cabellos de Seiya que no se movió en lo más mínimo, así que sacó de su bolsillo un potecito de gelatina de uva y le dijo: - Te traje un postre, ¿puedes comer esto aunque sea?

- No…

- Vamos Seiya…

- Todo esto es tu culpa, ¿lo sabes verdad? – esta vez Seiya si miró a Hades y en medio de su dolor, en su tono de voz se podía notar ira, sus ojos estaban hinchados de tanto llorar y su voz sonaba entre cortada

- ¿Es mi culpa que te arrollara un auto? – preguntó Hades sumamente calmado

- Es tu culpa todo esto, tú me obligaste a hacerme ese examen, yo no quería hacérmelo – reclamó Seiya con dolor y escondió su rostro en la almohada, Hades suspiró y acarició sus cabellos al decir:

- El tumor en tu cabeza está ahí, así no te hubieras hecho ese examen, sé lo duro que debe ser esto para ti, pero buscando culpables donde no hay, no te vas a sentir mejor, eso te lo prometo

- Ayer… mi vida era perfecta – Seiya susurró y se volteó solo un poquito, una lágrima resbaló por la comisura de su ojo y se perdió en la almohada

- Lo sé… - Hades tomó la mano de Seiya y la apretó suavemente

- Mi carrera estaba despegando, estaba acabando la universidad, al fin estaba viviendo la relación que siempre quise contigo, mi trabajo estaba bien, todo estaba bien… Hades… no es justo… no es justo… Hades… - Seiya volvió a llorar con fuerza y el mayor literalmente lo incorporó para poder abrazarlo y acunarlo en su pecho al decir:

- La vida no es justa mi niño, pero eso no quiere decir que no vayamos a vivirla, puede que ayer tu vida estuviera perfecta, eso no quiere decir que no lo pueda volver a estar, con el tiempo…

- Mi mamá murió de lo mismo que tengo yo, en el periódico decía que vivió tres meses una vez diagnosticada la enfermedad, que pasó sus últimas semanas en el hospital, yo no quiero morir en un hospital, yo quería ir a Europa antes de morir, quería ir a Grecia, ese viaje lo planeé por muchos años, iba a visitar las ruinas de los templos antiguos con mi abuelo, iba a hacer muchas cosas, iba a visitar muchos lugares, yo… iba a vivir Hades… yo quería vivir… - la voz de Seiya se quebró totalmente, Hades lo abrazó y le susurró:

- Y vas a vivir, no te puedes dejar morir así, sin pelear

- No me quiero operar, no me quiero quedar ciego y sin saber quién soy, eso me aterra, no saber quién soy, o que hago aquí, o por qué me pasa lo que me pasa, es uno de mis mayores miedos, tú lo sabes, tú lo sabes…

- Lo sé… pero el médico dijo que esa posibilidad era más tenue, mi niño, si no te operas, no tendremos ningún tipo de futuro, con la operación tenemos posibilidades, aún no se sabe si el tumor es maligno o no, el de tu madre lo era pero el tuyo no necesariamente tiene que serlo, asumo que el especialista querrá hacerte más exámenes y así podremos saber

- No no no, yo no quiero más exámenes – el castaño tembló ligeramente ante el solo pensamiento pero Hades lo sostuvo de los hombros y lo separó un poquito de su pecho para poder mirarlo a los ojos al decir:

- Sé que odias los hospitales, sé que quieres ir a casa y olvidarte de todo esto, y lo podemos hacer si tú quieres, tendríamos que preguntarle al doctor cuánto tiempo podrás disfrutar antes de que tus síntomas se agraven, déjame recordarte que odias tomar pastillas, y si tus migrañas se agudizan seguramente te cambiarán a medicación más fuerte que te adormecerá, tienes la pierna rota entonces no puedes montar bicicleta, Seiya… si vamos a casa ahora sin hacerte ningún tratamiento, tu tiempo de vida, nuestro tiempo se reduce drásticamente, y me niego a perderte

- No quiero hablar de esto Hades, en serio no quiero – Seiya apoyó la frente en el pecho de mayor y sonó derrotado

- Ok., no hablemos aún, pero por favor come algo… esta gelatina, come solo esta gelatina, por favor… por favor mi amor, come esto… - Hades puso en la mano el pequeño pote pero Seiya se lo devolvió y se dejó caer en la cama, se volteó un poquito y ya no habló más, Hades se sentó en la sillita y miró a Seiya que fingió dormir por un par de horas, pero luego ya no lo logró, abrió los ojos y miraba ausentemente la pared, Hades simplemente sostenía su mano en silencio, a veces el hablar no ayuda, a veces es mejor dar un poco de espacio, Seiya no estaba en condiciones de pensar, tenía derecho de ser todo lo irracional que quisiera, y eso estaba pensando Hades cuando sintió un leve apretón en su mano, miró a Seiya que lo miró de vuelta y le dijo:

- Sopa…

- ¿En serio?

- Muy muy caliente por favor… - susurró Seiya con un intento de leve sonrisa, eso hizo que el corazón de Hades saltara, así que lo besó en la frente y le dijo:

- Enseguida vuelvo

 

Hades fue a la cafetería y pidió una sopa, no se le ocurrió qué más hacer, la comida del hospital no era famosa por ser sabrosa, pero en este punto solo esperaba que su niño comiera algo, así que cuando le dieron la sopa, prácticamente corrió de vuelta a la habitación y ayudó a Seiya a incorporarse apropiadamente, le puso un par de almohadas en la espalda, y ayudó con la bandeja movible para que Seiya pudiera asentar su pocillo de sopa y comer

- Lo siento si no está buena, es lo mejor que tenían, no sé si me dejen llamar al bistro que nos gusta, te puedo pedir una crema de champiñones de contrabando – dijo Hades volviendo a sentarse en la sillita

- No está tan mal, moría de hambre – Seiya comía despacio lo que era raro, o por lo menos eso le pareció raro a Hades hasta que se dio cuenta lo pálido que estaba

- ¿Te duele la cabeza verdad?, por eso me pediste sopa

- Si bueno… quería fingir que mi vida podía seguir siendo perfecta, quería fingir que si ignoraba lo que me está pasando, me dejaría de pasar, y resultó por un par de horas pero… estoy viendo puntos negros… no puedo enfocarte como me gustaría, no puedo ver bien mi sopa, y eso no fue lo que me dijo el doctor, dijo que recuperaría mi visión completamente pero no es cierto, sé que dije que perdí mi visión por el golpe en el accidente pero… justo antes del accidente me quedé ciego Hades, en la bicicleta… me quedé ciego unos segundos, luego vi luz, la luz me cegó más de ser posible y eso hizo que perdiera equilibrio, frené y me arrollaron, frené en medio de la calle porque me quedé ciego Hades… no puedo seguir fingiendo que mi vida es perfecta porque ya no lo es, no quería aceptarlo pero me duele tanto la cabeza que las náuseas se volvieron continuas, todo lo trivialicé porque no quería… no quería pensar en mi mamá… ¿tiene algo de sentido lo que estoy diciendo? – Seiya sonó extremadamente triste, Hades se sentó en la cama y puso su mano sobre la férula de la pierna del joven y le dijo:

- Tiene todo el sentido del mundo, es lógico mi niño, no solo tú estás asustado, yo también lo estoy, y no quiero presionarte pero tenemos que considerar las opciones que dijeron los médicos

- Me estoy quedando ciego Hades… no tenemos mayor opción, no me quiero operar

- Toma tu sopa… un paso a la vez, toma tu sopa primero y luego hablamos de esto, ¿suena justo?

- Ok., suena justo…

 

***

El padre Argol no estaba para nada contento de volver al estrado, pero ahí se encontraba una vez más, sentado en lo que para él significaba el banquillo de los acusados, aquel rubio abogado se había vuelto a poner de pie y se acercó a él, su expresión era inescrutable

- Padre Argol, luego de haber visto un ejemplo de los videos que se encontraron en la habitación privada del padre Docko, ¿mantiene usted que no sabía lo que allí ocurría? – preguntó Hypnos mirando al sacerdote que lucía por demás incómodo al responder:

- He dicho que no lo sabía y es verdad

- ¿Afirma usted ante la corte que por más de un año, usted nunca entró a las sesiones privadas del padre Docko en sus habitaciones? – presionó Hypnos

- Nunca entré a sus habitaciones cuando se llevaban a cabo sus sesiones privadas, eso fue a pedido de él, siempre nos pidió que nadie subiera al segundo piso, que necesitaba paz y tranquilidad por un par de horas, no era un pedido incumplible – se defendió el padre Argol, Hypnos pudo ver a varios de los jurados por demás incómodos ante la línea de preguntas

- ¿Nadie nunca escuchó nada?

- Le he dicho que no – contestó el padre Argol con obvia molestia

- Disculpe mi insistencia padre pero me parece difícil de creer que nadie escuchó los gritos de esa pobre muchacha al ser violentada, especialmente porque esto se repitió cientos de veces con cientos de muchachos distintos – Hypnos accionó el control remoto que sostenía y se pudieron ver fotografías proyectadas de chicos y chicas varias, en todas ellas posaban sonrientes, pero las implicaciones eran clarísimas, eran las fotografías de los muchachos que aparecían en las cintas

- No escuché nada nunca, nadie lo hizo – respondió el padre Argol mirando las fotografías con horror porque pudo reconocer a varios de esos muchachos

- ¿Sabía usted que la policía pudo identificar a más de 30 muchachas y 75 muchachos que aparecen en esas cintas?

- No…

- ¿Sabía usted que en varias de las cintas, aparecen las mismas víctimas?

- No…

- ¿Sabía usted que más de 10 de estos jóvenes se suicidaron en estos últimos seis meses?

- No…

- ¿Sabía usted que en ninguna de estas cintas aparece mi cliente?

- No…

- Una última pregunta padre, ahora que ya se tiene conocimiento de lo encontrado en las habitaciones del padre Docko, ¿qué ha hecho la iglesia al respecto?

- Objeción… la iglesia no está en juicio en estos momentos – Aioros se puso de pie y lucía indignado

- No más preguntas señoría – Hypnos volvió a su escritorio y miró a Ikky que tenía la cabeza baja, al poner su mano en su hombro vio que el muchacho de cabellos azules antes de subir la cabeza se limpió una lágrima y susurró:

- Lo siento, yo… conocía a varios de esos chicos… muchos desaparecieron… otros se dedicaron a las drogas, otros han sido arrestados… ninguno ha salido bien librado, ninguno…

- No pienses en eso Ikky, respira… eso es… no dejes que vean tus emociones que eso nos perjudica… te necesito sereno… eso es… - Hypnos susurró de vuelta y miró al juez que algo estaba apuntando en su agenda antes de decir:

- La audiencia del día de hoy culmina aquí, mañana continuaremos con el ultimo testigo de la fiscalía, tomaremos un receso de dos días y el lunes de la semana que viene, empezaremos con los testigos de la defensa, se levanta la sesión – el juez martilleó en su mesa y todos se pusieron de pie

- ¿Quién es el último testigo de la fiscalía? – preguntó Ikky confundido, él pensaba que ya no había ningún testigo más, a la final ya habían pasado al estrado el jefe de criminalística, el policía que lo arrestó, un experto de ADN y demás evidencias, el sacerdote a cargo de la iglesia en donde ocurrió el homicidio, originalmente ellos eran todos los testigos que la fiscalía había listado en primer lugar, Hypnos respiró profundamente al responder:

- La fiscalía el día de hoy añadió un nombre a la lista, es un trabajador social, Aiacos Garuda, él es quien trabajó en tu caso hace un año cuando te evaluó para concederte o no la custodia de tu hermano menor, hemos chequeado esos reportes y está todo en regla, ¿hay algo que debamos saber al respecto que no nos hayas dicho?

- Él me odia, me quiso quitar a Shunny – respondió Ikky asustado

- Pero no lo hizo, su informe final fue favorable – Hypnos recogió sus papeles y los guardó en su maletín, los guardias ya venían para llevarse a Ikky

- Si, pero… me odiaba… su informe final lo hizo así porque no pudo conseguir pruebas de lo contrario, él quería… él quería quitarme a mi hermanito a como dé lugar, quería llevarlo a una casa hogar para así él poder… él quería… Shun… - Ikky no pudo decir nada más porque los guardias ya estaban dentro del rango auditivo pero sus palabras fueron lo suficientemente claras, Hypnos asintió y le dijo:

- No te preocupes muchacho, estaremos listos para él mañana, ve tranquilo que yo tengo muchas cosas que revisar y si lo que dices es cierto, mañana tendremos pruebas de ello – el rubio dijo esto con mucha seguridad y sacó su teléfono, iba a mover a todos en su oficina de ser necesario, pero tenían que comprobar si los alegatos de Ikky eran ciertos, de ser así… rastros de papel debían existir en algún caso, Pandora… ella sería la clave…

 

***

Hades estaba de pie dentro de la habitación de Seiya, afuera llovía y eso pareció calmar a Seiya que dormía arrullado por el relajante sonido de la lluvia, el mayor bebía café y miraba las noticias con volumen bajo, la prensa se estaba dando gusto al sacar a relucir los crímenes de la iglesia en otras ciudades y en otros estados, el nuevo arzobispo no había emitido pronunciamiento alguno aún sobre este caso pero el avispero estaba revuelto.  Hades arqueó una ceja al ver las tomas de las afueras de la corte, pronto habrían disturbios, especialmente cuando Hypnos empiece a llamar a sus testigos, un ruido lo sacó de sus pensamientos y se volteó al ver a Shura de pie afuera de la habitación, miró su reloj y suspiró, eran las ocho de la noche, el día entero le había pasado lentamente, Seiya pronto despertaría, así que caminó a la puerta y susurró:

- ¿Pasó algo en la oficina?

- Asumo que Hypnos te contó, nos tiene a todos buscando datos de un trabajador social que la fiscalía va a presentar mañana, un tal Aiacos Garuda, nunca en mi vida había oído ese nombre, ¿cómo está Seiya? – preguntó el abogado estirándose para ver a Seiya dormir con el semblante sereno

- Ya hablé con Hypnos, me dijo que tanto tú como Pandora lo están ayudando, me dijo que quiere listarte nuevamente en el caso – respondió Hades evadiendo la pregunta de fondo

- ¿Te molestaría?

- Si prometes hacer lo mejor para el cliente, no… no me molestaría – aceptó Hades a regañadientes, Hypnos pasó convenciéndolo más de media hora para volver a listar a Shura por la defensa, ahora Pandora también integraría su mesa, y eso a Hades le había parecido más que bien

- Gracias Hades, no te vas a arrepentir, me dijo Hypnos que no va a quitar tu nombre de la mesa pero… el abogado principal ahora sería él, ¿es eso cierto? – Shura no había podido creer lo que Hypnos le dijo hasta ahora que Hades simplemente asintió al responder:

- Soy más necesario aquí que allá, lo que ofrezco hacer es ver el juicio por televisión, y llamarte si se me ocurre algo, ¿qué tal suena?

- Suena a que lo que Seiya tiene es grave, ¿qué tiene? – preguntó Shura y lució preocupado, Hades suspiró y señaló el pasillo, esta conversación no la quería tener delante de Seiya por si estuviera fingiendo dormir otra vez…

 

Aioria había estado pendiente de la habitación de Seiya la tarde entera, su padre, Sísifo estaba más que impaciente, a él le importaba un rábano que su nieto no haya estado solo ni un minuto, de lejos lo había visto llorar en los brazos de aquel hombre de cabellos negros que se le hacía familiar, estaba seguro de haberlo visto antes pero por su vida no se acordaba de dónde.  Vio como intentó tomar sopa pero no lo logró porque las lágrimas le ganaron, vio como aquel lo cargó y lo llevó al baño, vio como lo arropó, le trajo gelatina, le trajo café, en fin, vio como aquel sujeto se desvivía por atender a su nieto que no estaba prestando atención a nada hasta que se durmió al caer la tarde, y esa fue la oportunidad que estaban esperando porque otro hombre llegó y se llevó al guardián de su joven castaño, y ahí fue que pudieron entrar a su habitación

 

Sísifo se conmovió al ver a su nieto dormido en aquella cama de hospital, estaba recostado de ladito, su pierna rota descansaba sobre dos almohadas por comodidad, su brazo estaba vendado y tenía un parche en su cabeza, pero Aioria había tenido razón, no cabía duda alguna, aquel era su nieto, al que por tantos años había extrañado, al que creía muerto y al que luego de enterarse de la verdad, no había parado de buscar

- ¿Dices que va a la Universidad? – susurró Sísifo sin poder contenerse y acariciar sus cortos cabellos, Seiya no despertó

- Si, eso fue lo que leí en su ficha la primera vez que fue ingresado hace un par de meses, estudia Artes Escénicas en NYU, hizo una obra de teatro hace no mucho, es muy bueno papá – contestó Aioria en un susurro y una sonrisa triste, a raíz del accidente él se interesó por saber los detalles de la vida de Seiya y averiguó su dirección, de su obra de teatro y lo fue a ver en una de sus presentaciones

- Debiste habérmelo dicho apenas lo viste, no debiste callarte – reclamó Sísifo por enésima vez esa tarde

- Aioros me hizo prometerlo, me dijo que él no sabía que Seiya estaba en la ciudad, me dijo que no sabía nada de él, me dijo… muchas cosas papá que la verdad, dudo que sean ciertas

- ¿A él sí llamaste cuando mi muchachito entró en tu sala de emergencias? – preguntó Sísifo, Aioria le había contado esa historia varias veces esa tarde, pero al parecer su padre no le acababa de creer y no lo podía culpar, a la final él se enteró de golpe que Seiya no estaba desaparecido como Aioros les había hecho creer

- Es su padre, es lo primero que hice

- Ese hijo mío me va a escuchar, no puedo creer que haya hecho lo que hizo, ¿qué no tiene corazón?, no puedo creer que haya criado un monstruo – Sísifo habló con dolor

- Aioros no es un monstruo papá, es… complicado… - Aioria se paró detrás de su padre y ladeó la cabeza para mirar a Seiya de mejor manera, su respiración era acompasada y profunda, tenía un par de moretones en el rostro, producto de su accidente, Aioria lo vio joven, muy joven para el diagnóstico tan descorazonador que sus colegas le habían compartido

- Voy a acondicionar la casa que tengo aquí en la ciudad, a mi Seiya siempre le gustó el patio, ¿crees que quiera ir a vivir conmigo? – preguntó Sísifo acariciando nuevamente los cabellos del dormido muchacho

- Siempre le podemos preguntar cuando despierte papá – Aioria sonrió ante esto, Sísifo siempre quiso mucho a Seiya, y sufrió horrores cuando lo creyó muerto, y en eso estaban ambos cuando escucharon un susurro cargado de ira que les llegó desde la puerta:

- ¿Qué diablos creen que hacen aquí? – Hades lució positivamente molesto, caminó hasta ellos y tomó del brazo a Aioria para jalarlo alejándolo de la cama de Seiya, iba a hacer lo mismo con Sísifo, pero el mayor levantó la mano para detenerlo y moverse por sí solo junto a su hijo que estaba ahora al pie de la cama de Seiya que se movió y suspiró, pero no se despertó

- Tranquilo amigo, yo soy el abuelo de…

- Sé perfectamente quién es usted Sísifo, y tú también Aioria, los conozco muy bien así ustedes aparentemente no se acuerden de mí, ahora fuera de aquí – Hades apretó los puños, eso los castaños no lo vieron venir

- Tú no eres quien para impedirnos nada, quien quiera que seas – Aioria se paró delante de su padre de forma defensiva, Hades era más alto que él, y estaba furioso, eso nunca era bueno

- Seiya no los quiere ver, ni ahora ni nunca, necesita descansar y tener paz y tranquilidad, ustedes lo único que harían sería agitarlo e indisponerlo, así que váyanse ahora mismo o no respondo -  Hades dio un paso amenazante hacia los castaños pero en esos momentos Seiya se movió en la cama y se quejó de dolor, abrió los ojos y estiró la mano, Hades la tomó y le susurró: - Vuelve a dormir mi niño… cierra los ojos… eso es…

- Me… duele… la… cabeza… estoy… mareado… - susurró Seiya tratando de mover su brazo, al parecer estaba incómodo, Hades lo acomodó recostándolo sobre su espalda y el joven castaño suspiró al cobijarse, tenía frío aparentemente

- Voy a llamar a la enfermera – Hades besó su frente y les hizo una seña a los dos intrusos que seguían de pie en la habitación, pero se negaron a salir, estaban haciéndose señas los unos y el otro, no estaban hablando y la tensión de la habitación era densa, Seiya se incorporó un poquito y abrió los ojos, Aioria pudo darse cuenta que tenía los ojos hinchados de tanto llorar pero no se comparó a la expresión de sorpresa que se dibujó en su rostro, Hades trató de empujar con el cuerpo a los intrusos pero Sísifo quitó a Hades de su camino y se acercó a la cama de Seiya diciendo:

- Hijo… mi Seiya… soy yo… - el mayor trató de tomar la mano del joven castaño que se hizo el quite y lució indignado mientras llamó a Hades por su nombre

- Hades…

- Afuera ahora… no me hagan repetírselos – esta vez el pelinegro si tomó del brazo a Sísifo y no lo jaló con violencia, pero si lo hizo retroceder, el mayor miró con dolor a Seiya que trató de voltearse pero no pudo, maldita pierna

- Sácalos de aquí, no quiero verlos, sácalos de aquí – dijo Seiya y escondió su rostro en las almohadas, Hades les señaló la puerta y esta vez Aioria tomó a su padre del brazo y lo sacó de la habitación, Hades entró otra vez y con el botón llamó a la enfermera, Seiya lloraba y al ver a su amante lo abrazó y con la voz quebrada susurró:

- ¿Qué hacen aquí?

- No lo sé… ya se fueron… tranquilo amor, tranquilo… - Hades besó a Seiya en la frente y lo arropó luego de secar sus lágrimas, afuera Sísifo vio esto y no lo entendió, Aioria en cambio lucía molesto, en verdad molesto…

 

Notas finales:

Chan chan chan... el juicio sigue y nuevos secretos van a salir a la luz, se viene un testigo muy especial, uyyyyyyyyyyyy

¿qué pasará con Seiya ahora que su familia regresó?, ¿será que acepta verlos?, ¿qué pasará con Ikky en el juicio?, ¿y Hades?

No se pueden perder los capítulos que vienen, esto está que arde.  Muchas gracias por leer y nos vemos en el capítulo nuevo el miércoles, saludos, bye


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