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Sunflower por rkivexxxv

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Hermandad

Caminaban a tropezones hacia sus departamentos, con las manos entrelazadas mientras las risas juguetonas se escuchaban fuerte y claro. Se callaban el uno al otro por temor a que uno de los vecinos saliera a molerlos a golpes por el escándalo, o que incluso el raro de Kabuto apareciera de la nada para asustarlos y regañarlos por lo mismo.

Pero sólo eran ellos dos, sonriéndose mientras se burlaban de sus caras enamoradas; como si fueran un par de adolescentes que estaban experimentando su primer amor.

Cuando su madre le regaló ese auto a control remoto que tanto quería en su octavo cumpleaños, había sido el niño más feliz del universo; sin contar que era el único momento en el que se sintió verdaderamente feliz por algo, Sasuke no había experimentado algo similar desde entonces. Y ahora, estaba seguro que estar con Naruto de esta forma se había convertido en su momento favorito, superando a su pequeña réplica de un Lamborghini color naranja.

—Sasuke.

Pero su sonrisa se borró poco a poco al escuchar esa voz.

Itachi se encontraba parado frente a la puerta de su departamento, lucía cansado y llevaba su traje arrugado; como si acabase de salir del trabajo. Enseguida notó la mano de su hermano menor fuertemente agarrada con la de un chico rubio que nunca en su vida había visto, Naruto se sintió cohibido al darse cuenta de la intensa mirada que recibía del hombre de imponente apariencia.

Intentó separarse de Sasuke por los nervios, pero este lo impidió. Dejándole saber que no había ninguna razón para que se sintiera forzado a alejarse por la presencia de aquel extraño.

Pero él sonrió inmediatamente e hizo una pequeña reverencia—. Itachi Uchiha—se presentó con un tono amigable—, soy el hermano mayor de Sasuke.

Entonces el rubio asintió, entendiendo por qué el ambiente tan tenso. A pesar de ello, sonrió como sólo él podía—. Naruto Uzumaki, soy su vecino.

—¿Vecino?—Itachi preguntó sorprendido.

—¿A qué has venido?—Sasuke se adelantó.

El mayor vio de soslayo al ojiazul antes de responderle a su hermano—. Vine a visitarte—aunque la mirada que recibió por ello no fue de bienvenida—. Traje algo de beber—agregó, mostró una bolsa de plástico transparente y sonrió, esperanzado de que lo invitara a pasar.

Naruto apretó la mano de Sasuke, llamando su atención—. Yo... tengo cosas que hacer, debo estudiar para los finales—él le sonrió, tratando de darle ánimos.

Sasuke tragó en seco, la mano de Naruto se deslizó suavemente de la suya y caminó hasta su departamento, siendo Itachi testigo del intercambio silencioso entre esos dos. El Uchiha menor suspiró cuando escuchó esa puerta cerrarse, no quería terminar ese día especial viéndole el rostro a Itachi antes de irse a dormir.

Sasuke colocó el código de su puerta y dejó pasar al mayor primero.

—¿Sales con un estudiante?

Se quedaron de pie, en medio de la pequeña sala de estar.

—Tercer año de universidad.

—Sigue siendo un estudiante.

Se quitó el abrigo, dejó el maletín a un lado, se sentó en el sofá y se acarició la cabeza tratando de buscar paz—. ¿De qué quieres hablar, y cómo sabes dónde vivo?

Jamás le había dicho a su hermano cómo llegar hasta su casa.

Itachi dejó las bebidas sobre la mesa pequeña y tomó lugar frente a él—. Mamá, ella me lo dijo.

—Ella te pidió venir.

Itachi no dijo nada por unos segundos y Sasuke pensó que la razón era mucho más seria—. No, yo le pregunté en dónde podía encontrarte.

Sasuke observó con esa misma mirada aburrida a su hermano, aunque interesado por la inesperada visita y la razón detrás de esta.

—Es muy tarde para que estés aquí—dijo al final de cuentas.

—Tenía mucho trabajo que hacer en la oficina, sabía que ya no estarías en el banco cuando llegara a buscarte—Itachi tomó una lata de cerveza—. Escucha... sé que he sido un terrible hermano mayor.

La conversación se estaba tornando tan seria que lo estaba mareando. Aun así, quiso escucharlo con atención.

—Además... las únicas veces que nos vimos era para pedirte que regresaras—hizo una pequeña pausa y le miró a los ojos—. En serio lo lamento, no debí presionarte cuando ya habías tomado una decisión.

—Tú mismo debes dirigir el camino por el que decides recorrer tu vida—dijo mientras le sonreía. 

Sasuke apretó los labios y suspirando se reacomodó en el sofá—. ¿Qué te hizo cambiar de opinión tan de repente?

—Aunque nunca te metiste directamente, siempre parecías estar del lado de papá—Sasuke parecía estar reclamándole por ello, pero era una pregunta que llevaba rondando en su mente por mucho tiempo.

Bebió un trago y suspiró mientras se acomodaba en el sofá—. Ese día que anuncié la boda, estabas tan seguro sobre lo que hacías.

—La noche que te fuiste de casa y que discutiste con nuestro padre, yo escuché la conversación—se encogió de hombros, tratando de recordar.

"Si piensas que sólo soy un niño tonto que se deja llevar por sus emociones, está bien. Seguir tu camino, incluso cuando Itachi lo eligió, hubiese sido muy estúpido. No trates de ridiculizar la forma en que decido vivir"

—Eso fue lo que dijiste.

Sasuke aguardaba silenciosamente, paciente por las palabras de Itachi.

—Tal vez, hablar contigo ahora, así, no va a hacer que recuperemos el tiempo perdido—apretó los labios e inhaló profundamente—. Sasuke, quiero que entiendas que siempre estaré ahí para ti, incluso si sólo soy un obstáculo en tu vida al que debes superar, incluso si me odias... para eso son los hermanos mayores.

El Uchiha menor tragó con dureza, sintiendo unas irremediables ganas de golpearle. Ahí estaba, lo que tanto esperó y lo que tanto quiso escuchar por parte de su hermano mayor. Dios, parecía que un horrible peso sobre sus hombros se había esfumado de la nada. Con esa interminable paz que acompañaba su rostro todo el tiempo, suspiró y una pequeña sonrisa se dejó ver.

—No pretendas que voy a abrazarte y darte las gracias.

Itachi sonrió de medio lado—. Me lo merezco, pero... sólo quiero que sepas una cosa más—le otorgó una mirada en medio del pequeño silencio—. Aunque no lo parezca, él se preocupa por ti.  

—Su concepto de preocupación no es algo que pienso aceptar.

—El idiota de papá deberá reconocerlo en algún momento.

Y Sasuke rogó que fuera así. No porque sentía que algo mejoraría en su vida, sino por su madre, quien ansiosamente esperaba que las cosas con la familia Uchiha se resolvieran. Aunque resultara un poco pesado después, estaba dispuesto a hablarlo con calma si se trataba de la paz mental de Mikoto.

Siendo sincero consigo, Sasuke no necesitaba la aprobación de nadie, menos de su familia. Porque ahora sentía que su vida estaba completa. No importaba el cacharro que conducía, el cubículo en donde se sentaba cada día, su pequeño cuarto en el edificio, ni el olor asfixiante de los mariscos que entraba por su ventana.

Después de todo, el pequeño rayo de luz no se rindió y a su lado se quedó.

—Ahora, por lo más sagrado que tengas, porrr favooorrrr—pidió muriéndose de la curiosidad—. ¿Quién es ese vecino tuyo? No creas que no noté cómo se veían.

Lo más sagrado vive a unos metros de él.

—Ya te lo dijo, su nombre es Naruto Uzumaki.

Itachi elevó las cejas, inconforme. Muy inconforme.

Sasuke suspiró.

—Acaba de mudarse hace unos meses. Nos conocimos y ahora salimos, fin de la historia.

—Pero que aburrido eres, hermanito.

El menor viró los ojos y prefirió fijarse en su pequeña mesa de estar.

—Vamos, puedes hacerlo mejor. Con detalles, ¿qué tiene de interesante ese universitario? —Itachi bebió nuevamente de su lata—. Que sepas que aún me inquieta que sea un estudiante.

—Sólo son un par de años de diferencia... y él no me resulta molesto como otras personas. 

Una indirecta. Quizás así se vaya de una vez por todas, tenía unas inmensas ganas de ir a buscar a Naruto; probablemente para continuar con los besos, las caricias y todas esas boberías cursis que hacen las parejas.

—¿Cómo que no te resulta molesto?

Misión fallida, es un estúpido.

En realidad, en un principio creyó que lo era, pero no porque de verdad fuera molesto y detestable como otras personas, sino porque...

—Él de verdad quiso conocerme.

Y de pronto llegó lo inevitable, o el destino, o ambos. Pero aquí estaba, hipnotizado. Observó por tanto tiempo al sol, que no tardó mucho en ser atraído por la calidez de este.

 


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