-no, en absoluto, solo que estuve teniendo unos problemas en mi hogar, Sasuke…, el me dejo quedarme a vivir con él y apenas me estoy recuperando- comento sonriendo
Sasuke no podía entender cómo es que a toda su familia le había caído bien el rubio, fue cuestión de minutos para que todos le cogieran cierto aprecio y, sin embargo, cuando les presento a Sakura todos la habían atacado con palabras agresivas, estaba molesto, en verdad y se lo haría saber a Naruto apenas llegaran a casa.
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La cena siguió de manera tranquila, entre risas, comentarios sarcásticos y uno que otro de desagrado por parte del menor de los Uchihas hacia su “prometido”, Naruto intentaba a toda costa ignorar su presencia, se sentía cómodo conversando con aquellas personas, había descubierto muchas cosas de ellos, una de ellas era que el patriarca tenía cáncer terminal, era algo triste, se veía que era un señor demasiado amable y sobre todo con un futuro aun brillante pese a su edad sin embargo, parecía que a este, no le afectaba el hecho de tener tan mala enfermedad, sonreía y bromeaba mas que cualquiera y eso era algo que pocas personas lograban hacer.
Algo más que descubrió era que su esposa era seis años menor que el, que el antes de ser un famoso abogado era voluntario en un bufet de abogados y muchos casos que había resuelto los había hecho por una económica recompensa, sin duda algo noble.
Otra cosa era que Itachi no era nada de lo que aparentaba, no era un hombre del todo serio, o por lo menos no en casa, este gustaba de hacer chistes y el sarcasmo carismático brotaba de forma natural de su boca, que su prometido Deidara era un artista, le gustaba la arcilla por lo que le había comentado y que, aunque no fuera alguien famoso había cautivado el corazón de Itachi a base de esfuerzo propio.
-enserio deben irse ya? - interrogo por segunda vez Mikoto, Sasuke quería gritar un “si mamá!, ya van muchas veces que te lo digo” pero evitaba contestar de mala gana y no es que no pudiera contestar así, sabía que la insistencia de su madre se debía a que el casi nunca iba a casa y verlo después de mucho la ponía nostálgica, o eso quería creer él.
-Sasuke, pueden quedarse esta noche, no me molesta, tu hermano se quedará con el pequeño Deidara, no veo por qué ustedes no puedan- dijo Fugaku, el rubio le había caído sumamente bien, había superado sus expectativas, era un chico imperativo, gracioso y muy elocuente sin olvidar lo amable y atento que resultaba ser, sin duda no había peros para él.
-Mamá, Papá, en verdad me gustaría quedarme esta noche, pero …- ¿qué mierda podía decirles para evitar quedarse?!, como explicarles que ese tonto rubio no era nada suyo?, ¿que todo había sido una mentira?, ¿cómo podría hacerles tal cosa a sus padres?, que debía decir?, no quería compartir una habitación con el rubio, no quería engañar a su novia, a su amada Sakura.
-tal vez, en otra ocasión podría ser- soltó Naruto ante la atenta mirada del matrimonio -Sasuke mañana tiene trabajo a primera hora y yo… aún tengo unas cosas importantes que hacer- sí, lo sabía, había sido una mala excusa, pero podía ver como los ojos de su supuesto prometido se encontraban confundidos, tal vez mentir para el ajeno no era tan fácil, o tal vez solo con sus padres -me hare unos estudios en la clínica- soltó de la nada.
-estudios?!, de que querido?!- interrogo Mikoto alarmada mientras le veía -estas embarazado acaso?!, tan pronto?!-
- ¡¿QUE?!, DE QUIÉN?!- Interrogo sasuke por reflejo mirando a Naruto serio.
-por supuesto que es tuyo Sasuke- aclaro el padre viéndole un tanto molesto, el echo de que este insinuara que el rubio tenía a lo mejor otros encuentros le hacia molestar de cierta forma.
-Qué?!, no, no, no, no- exclamo Naruto mientras negaba con su cabeza y manos, como habían llegado a tal conclusión?, no lo entendía -me refiero a mi estado de salud, vere al nutriólogo para recuperar mi peso- mintió sonriendo -y estudios para ver como estoy con respecto a mi salud física, a eso me refiero- sonrió avergonzado.
-que lastima- suspiro la mujer mientras colocaba su mano en su mejilla viéndole con cierto deje de tristeza -yo pensé que al fin Sasuke me daría nietos-
-Mamá, Itachi ya encargo uno a la cigüeña, no porque Naruto se embarace significa que llegara antes.
-aun así, es una lástima- concuerdo el patriarca -Naruto es alguien especial Sasuke, embarazarlo es una forma de no perderlo – bromeo sonriendo -aun así, cuando eso pase, no duden en hacernos llegar la buena nueva.
-serán los primeros en saberlo- aseguro Naruto sabiendo bien que ese momento jamás llegaría.
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El camino a aquella casa había sido incómodo para Naruto, sabía que algo no andaba bien, su instinto les decía a gritos que debía bajar pronto y huir, aquella mirada fugaz que le lanzo Sasuke después de despedirse de sus padres se lo había hecho saber y lo peor es que su instinto no fallaba y esta no era la excepción.
Sasuke entro a la cochera y bajo azotando la puerta de su mercedes, Naruto no sabía si debía bajar o no, podía sentir la tensión, el aire pesado y amenazador.
- ¿QUÉ MIERDA ESPERAS QUE NO BAJAS DE AHÍ?!, ACASO PLANEAS VIVIR AHÍ COMO UN ESTUPIDO COBARDE?!, BAJA CARAJO!!!, ¿¿ACASO APARTE DE INUTIL Y FENOMENO ERES UN SORDO?!-
Ahí estaba, lo que temía estaba ahí, no lo golpearía, ¿cierto?, no, Sasuke no haría eso, él se comportó correctamente, no había sido grosero y no había hablado de más, tampoco le hizo quedar en ridículo frente a su familia, entonces, ¿Por qué estaba molesto?, ciertamente no lo sabía, aun así su instinto de supervivencia le dictaba dos cosas, obedecer y salir, o bien, encerrarse ahí lo cual era estúpido por que el ajeno solo necesitaba abrir las puertas y para cuando lo lograra estaría más enojado.
Optando por la primera salió del asiento y mantuvo la mirada en un punto inespecífico, tenía miedo, su cuerpo temblaba, sabía que se avecinaba y, ¡ahí estaba!, la primera bofetada que le obligo a voltear el rostro debido a la fuerza se estampo contra su mejilla rompiendo su labio inferior o, mejor dicho, abriendo aquella herida de hacía unos días y una nueva la cual empezó a pensar
- ¿po-por qué? - interrogo Naruto conteniendo el aliento sin verle, sabía que si los veía a los ojos rompería en llanto y este posiblemente le golpearía peor, quería llorar y no por que le doliera el golpe, si no, por semejante humillación que estaba recibiendo por parte del “adulto”.
-¿TE ATREVES A PREGUNTAR TODAVIA EL POR QUÉ?- Cuestiono Sasuke colérico mientras propinaba un golpe en el estómago ajeno provocando que el menor callera en el piso y soltara un fuerte quejido de dolor, ni el mismo entendía por qué lo hacía, tal vez era debido a la rabia que sentía hacia sus padres, los cuales aceptaron a la primera a un cualquiera y a Sakura no, aun así, el mejor que nadie entendía que no era justificación para tratarlo así, aun así, sus actos dictaban otra cosa su cuerpo se movía por reflejo, por ira contenida, quería desahogarse, desquitarse de su propia impotencia y ahí estaba, pateando el cuerpo del pequeño doncel una y otra vez, patada tras patada hasta que…
-BASTA SASUKE!, n-no más…no ma-más por favor- rogo Naruto mientras se encontraba en forma fetal abrazando sus piernas, cubriendo su abdomen que dolía demasiado, nunca nadie le había hecho tal cosa en su vida, ni siquiera su padre, el cual, sin importar que tan ebrio estuviera nunca lo toco, jamás, su rostro estaba completamente inflamado, sus ojos derramaban lagrimas sin parar. -ya n-no más por favor- murmuro mientras temblaba.
Sasuke se detuvo sorprendido por el estado en que lo había dejado, él menor estaba lleno de golpes, su nariz y labios sangraban, su cuerpo temblaba más de lo debido podría asegurar hasta que una costilla o más le había roto, no se sentía orgulloso, el jamás había hecho tal cosa a alguien débil, no importaba si estuviera en condición o no, su madre le había dicho más de una vez, “Los donceles merecen el mismo cuidado que una mujer Sasuke, ellos también pueden dar vida y ellos son más débiles que una mujer, debes proteger a uno cuando lo veas en peligro como si de una mujer se tratase, eso hace un caballero”.
El recuerdo lo atormento, si su madre lo viera, ¿Qué diría?, no lo sabía, tal vez estaría sumamente decepcionada, o quizás, ni siquiera lo reconocería como su hijo, y ni siquiera podría imaginar volver a ver a su padre al rostro el cual, sin importar las circunstancias, jamás había sido grosero o faltado al respeto a su madre o alguna mujer o doncel, no, porque eso solo lo hacían los … “débiles, idiotas, cobardes”, si esa era la palabra correcta, cobarde.
Escucho como la puerta se abría dejando ingresar al… maldición, el jardinero aún no se retiraba, ¿Qué debía hacer?, no importaba, ya no importaba por que aquel anciano ya había llamado a uno de sus guardias, Kiba, el más leal a él.
-Kiba ayúdame! - demando el anciano el cual preocupado por aquel grito había ingresado viendo al rubio tirado en el suelo, Kiba corrió a auxiliar, nadie cuestiono que había sucedido, era claro lo que había pasado y aunque sintieran ganas de llamar a la policía eso les costaría caro.
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Naruto despertó en aquella habitación que conocía a la perfección, era la que Sasuke le había asignado, miro alrededor intentando recordar lo sucedido y como si de una mofa se tratara, su cuerpo empezó a doler, a temblar y los recuerdos le fueron atacando uno a uno y no pudo evitar no sentir miedo, pánico, ganas de correr y gritar, quería salir de ahí lo más pronto.
Su cuerpo en su mayoría estaba lleno de vendas, olía a demasiado alcohol, medicamento, pomadas, pastillas.
-El médico dijo que necesitarías descansar mucho, tienes dos costillas rotas y el abdomen inflamado- comento aquel hombre de afilados colmillo -varios hematomas- agrego tomando asiento frente a el mientras observaba la confusión del pequeño.
Naruto pareció analizar un poco aquellas palabras e intento incorporarse, grave error, dolía aún más, demasiado, sin embargo, había logrado calmarse, debía pensar.
-porque permites que él te haga esto? - interrogo finalmente Kiba, realmente solo recordaba aquella vez que vio al menor llegar y bajar del auto de Sasuke, cuando lo vio su primer pensamiento fue “Otro chicle más, seguramente viene por el dinero, aunque este es más joven”, pero, nadie, sin importar cuando dinero recibiera aceptaría tal trato, ¿o sí?
-le pertenezco- murmuro Naruto mientras veía al techo, se sentía agotado, física y psicológicamente -bueno, a su tío, el me compro- reconoció -y me presto con su sobrino por motivos fuera de tu compresión- contesto de la forma más educada posible mientras suspiraba tocándose el abdomen.
Y ahora todo tenía sentido, o por lo menos para Kiba, por esa razón el menor parecía mascota encerrado, salía a pasear solo cuando su “amo” lo requiriera, aun así, el trato no era absolutamente nada digno ni siquiera para un animal.
-le dirás lo que te hizo al señor Madara? -
-no está aquí, está de viaje y no se cuando regrese, tampoco sé si le importara- confesó mientras aquel nudo se formaba en su garganta.
-porque te hizo eso? - se atrevió a preguntar Kiba mientras le veía con cierta lastima, era joven, demasiado a su gusto.
-no lo sé, simplemente sucedió- susurro -no hice nada malo- reconoció para sí mismo más que para el ajeno -solo se enojó y empezó a golpearme- murmuro.
-debes salir de aquí lo antes posible- declaro Kiba mientras se acercaba y acariciaba sus cabellos.
-Shikamaru- susurro Naruto
-quien? -
-Shikamaru Nara- murmuro -e-él puede sacarme de aquí, e-es mi segundo tutor legal- susurro aquella mentira mientras le veía -de-debes buscarlo- pidió mientras le veía finalmente con desesperación, Kiba asentía sacando un cuaderno, se propuso a anotar aquel nombre cuando su mano se detuvo apenas la puerta se abrió.
-No recuerdo a verte dicho que lo vigilaras Inuzuka- soltó Sasuke con aquel típico porte elegante. -retirate de aquí y por tu bien, es mejor que no traiciones a la familia Uchiha- susurro cuando el castaño paso a su lado dejando a la noche y día juntos.
Naruto sintió miedo, terror, quería correr, ocultarse y alejarse de aquel hombre cuando un…
-lo siento- susurro Sasuke sin verle, aquella palabra provoco que Naruto se estremeciera sin razón alguna, Sasuke solo lo decía para quedar bien, limpiar su conciencia para sí mismo, aunque ahora le inquietaba cierta cosa, ¿Naruto se referiría al mismo Shikamaru Nara que él conocía?, y si era así, ¿Qué relación tenían?, más tarde averiguaría eso.
-por qué? - susurro Naruto viéndole, y como si de un déjà vu se trata, Sasuke recordó el mismo “¿Por qué?” de la noche anterior que soltó el menor mientras sollozaba.
-estaba molesto- confeso Sasuke sentándose en aquel sofá el cual le permitió ver a Naruto cara a cara. -sé que no fue tu culpa y no tenías que ver con la molestia que tenía, aun así, pagaste tu-
- ¿Por qué estabas molesto? - se atrevió a preguntar sin verle, aun así, su cuerpo temblaba, le tenía miedo y no lo ocultaría, tampoco sería cosa que perdonaría u olvidaría de la noche a la mañana, y de cierta forma no estaba seguro de poder siquiera perdonárselo.
-tuve problemas con mi prometida el día que la lleve, padre la echo prácticamente- recordó sin verle, no era algo que le gustaba recordar, ese día la débil relación que tenía con su padre termino por quebrarse.
-y yo que tenía que ver en eso?, por lo que estás diciendo es algo que paso hace mucho, ¿qué molestia podría generarte ahora? - interrogo exasperado, no comprendía que pasaba, porque eso era malo, él no lo entendía, él no tenía que ver, porque su ser, su persona tenía que pagar algo fuera de su entendimiento.
-que a ti te aceptaron como a ella jamás lo harán- dijo poniéndose de pie para dejarlo solo, realmente, admitir esa verdad era molesto, doloroso en absoluto, la molestia era lo que se apoderaba de él.
[[Naruto]]
Le vi salir, por un momento, un nudo se formó en mi garganta, como debía hacer para que el entendiera que nada de eso era mi culpa, inhale lo más profundo que me permitieron mis pulmones, aunque caí en cuenta de que había dolido de verdad, aun así, mi pecho seguía doliendo sin ninguna explicación.
Paso alrededor de medio mes para que me pudiera colocar de pie sin emitir ningún gesto o sonido de dolor, aquella golpiza me había marcado y no solo a mí, de cierta manera a él también, podía verlo en el reflejo de sus ojos, le dolía lo que había hecho o eso quería creer yo, pero ya no se podía hacer nada, las cicatrices ahí estaban al igual que mi sonrisa porque sabía que pronto saldría de ahí o por lo menos eso esperaba, no estaba dispuesto a que esa situación se volviese a repetir por ningún motivo.
Un tiempo más transcurrió, realmente no sabía cuantos días eran realmente, no es como si él me hubiera dejado llevar la cuenta de ellos, solo sabía que ya eran bastantes, mi cabello que una vez fue corto ahora caía sobre mis hombros o tal vez un poco más abajo, él no me deja cortarlo, de echo me ha exigido que me lo tiña a rosa.
Aún recuerdo cuando dijo aquello no pude evitar estallar en risas, si, una risa demasiado escandalosa y larga, no pude evitarlo, solo recuerdo que él dijo “¿Qué tiene de malo?, si ya lo has teñido de rubio, rosa no será problema, seguro se te ve mejor que ese horrible color”.
No me atrevía contradecirlo o negarme, o siquiera sacarlo del grave error en el que estaba, puesto que mi cabello era rubio natural, ese fue su primer petición, aunque la deje pasar olímpicamente, el segundo fue algo diferente, aun así, extraño.
-He notado que se te dificulta ver bien- pronuncio Sasuke mientras dejaba aquella caja sobre su mesa-
Me emocione, no pude no evitar sentir una inmensa emoción, ¿acaso serían unos lentes?, sin dudar más tome aquello y lo abrí cuando mi cara demostró total confusión.
-son pupilentes-
Escuche que aclaro mientras me veía como si fuera lo más normal, del mundo.
-se lo que son, pero…, ¿no podían ser unos lentes normales? - interrogue procurando cuidar cada una de mis palabras, no quería que sintiera que era un mal agradecido o que no me había gustado el gesto, aunque ciertamente no lo había echo -y por qué color verde? -
-es esmeralda-
-sigue siendo verde Sasuke- susurre viéndole con confusión, aunque note su notable molestia. -gracias, los usare- prometí y aprecie como sus facciones se relajaron, suspire pesado cuando se marchó, ni siquiera sabía usar esas cosas, seguro me sacaría un ojo si me intentara poner esas cosas.
[[Autor]]
Cuando Naruto sano por completo incluyendo emocionalmente, medio año había pasado ya, la gente de aquella mansión le había cogido cierto cariño tanto o más que el de los padres de Sasuke, Naruto aun recordaba cómo no había podido ir a aquella cena que ofrecieron para todos los socios en honor al cumpleaños de su supuesto suegro, pues explicar los moretones no sería fácil.
Sasuke siempre olía a un perfume dulce, demasiado para el gusto de Naruto, aunque la molestia se hizo presente cuando ese mismo perfume que muchas veces Naruto percibió en Sasuke llego como regalo a sus manos.
-E-enseiro Sasuke, no era necesario- susurro Naruto, ese aroma no era grato para él, podría decirse que hasta nauseas le provocaba, sin embargo, el azabache le exigía que lo usara todos los días.
-usaras y harás lo que yo te diga- dijo arto -acepte que no te quisieras teñir tu horrible cabello y que usaras peluca, pero lo demás no lo pasare por alto, deberías agradecer los gestos que tengo hacia un doncel tan poco agraciado como tú, eres feo, dudo que alguien se quiera casar contigo si sigues queriendo mantener esa horrible imagen- soltó con cierto deje de asco y burla.
Si algo había podido apreciar Naruto es que Sasuke actuaba diferente a lo normal, y lo peor de todo es que le quería transformar en alguien que él no era, en alguien que no le gustaba, sin embargo, aquellas palabras dolían como una filosa daga a su corazón el cual se quebró tan solo un poco, empezaba a coger cierto aprecio por el varón sin embargo este se perdía con cada palabra que esos finos labios soltaban.
-está bien, me lo pondré a partir de mañana- prometió suspirando, Sasuke se marchó una vez más, Usar peluca rosa, pupilentes verdes, cubrir sus rasgos felinos con maquillaje, ¿usar un vestido rojo ajustado y ahora esa colonia -en quien quieres convertirme Sasuke?- susurro a la nada mientras escuchaba aquel auto marcharse, desmaquillándose, se quitó aquellos cabellos horribles, se colocó su yukata color lila y bajo suspirando, era mejor ser el, jamás anhelo ser alguien más, se sentía feliz con su cuerpo, con su cabello, con lo que el era, desde que el medico lo reviso y le cambio su dieta su cuerpo se había definido más, no era como el de una mujer pero tenia una buena cintura, caderas anchas, un trasero firme y redondo, notable para cualquiera, su cabello era suave y con un buen brillo, su aroma natural a canela permanencia y eso cautivaba a uno que otro caballero que intentaba cortejarlo a penas le veía.
-cada vez se parece más a la señorita Sakura cierto?-
Los pasos de Naruto se detuvieron ante aquellas palabras, se quedó quieto mientras las mucamas seguían hablando.
-sí, es verdad, desde que el joven Sasuke peleo con la señorita Hurano anda con un horrible genio, ahora hasta el señorito Naruto debe hacerla de sustito si no, hasta seguro nos golpearía a nosotras-
Entonces todo pareció cobrar sentido, el hambre que le hizo bajar se esfumo, así que era eso, quería convertirlo en su “novia” o “exnovia”, en verdad no lo sabía y no quería siquiera pensar en eso, estaba ya suficientemente cansado de darle vueltas a aquello.
Suspiro y forzando aquella sonrisa se animo a dar luz verde a las chicas ahí presentes, realmente ellas no tenían la culpa de lo que fuera que estuviera pasando con su vida pues eso era algo que solo le concernía a él y a Sasuke.
-hola Tenten, Hinata- saludo mientras abría el refrigerador y extraía un pequeño Yogurt, logro observar de reojo como las chicas palidecían, sonrió fingiendo no saber nada -el señor, dijo a que hora volvería?- cuestiono curioso viéndolas
-no señorito Naruto- susurro Hinata apenada, realmente a su amiga se le había ido la boca, ahora estaban en problemas.
-ya veo- susurro mientras se estiraba -y Kiba?-
-se marcho con el señor, dijo que tenía una reunión pero que haría una cena para sus invitados, vendrán esta noche, hay un importante trato que desean cerrar-
Naruto pareció entender, realmente sabia que pasaría o al menos lo intuía, seguramente Sasuke iría a rogar atención del chicle, sonrió, estaba cansado de ser sumiso, sometido, el buen prometido.
-así que tendremos visitas, por eso alistan afuera- sonrió suave -bien, ayudare como buen anfitrión.