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Pide un Deseo (Riren/Ereri) por Tesschan

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Notas del capitulo:

Descargo: Shingeki no Kyojin y sus personajes le pertenecen a Hajime Isayama, yo solo los he tomado prestados para esta historia. 
 
Temas del capítulo: Citas falsas / Matrimonio arreglado / Chico al que se acaba de conocer.
 

CAPÍTULO 2:

DESHOJANDO MARGARITAS EN LA LUNA

 

¿A vos no te pasa que te despertás a veces con la exacta conciencia de que en ese momento empieza una increíble equivocación?

 (Julio Cortázar, Rayuela).

 

 

 

Levi presintió que algo iba horriblemente mal, en cuanto Isabel abrió alegremente la puerta de entrada de Dreams, sonriéndole como era habitual. No fue solo el hecho de que esta vistiese la misma ropa del día anterior, ni siquiera que viniese cantando la misma cancioncilla infantil, sino las palabras que acompañaron a su saludo cuando lo abrazó.

—¡Buenos días, hermano mayor! ¡Feliz San Valentín!

Consternado en un comienzo, él dejó escapar una risita sarcástica debido a aquella mala broma y revolvió el pelirrojo cabello de Izzi, ganándose una sulfurada mirada verde por haber desordenado sus coletas; sin embargo, en cuanto esta encendió la televisión y vio como en el programa matinal comenzaban a hablar sobre los festejos de aquel día, Levi sintió que le entraban ganas de vomitar.

—Oi, mocosa, ¿qué día es hoy?

—¿Cómo que qué día? ¡Pues catorce de febrero! —replicó Izzi, quitándose el anorak y el suéter para colocarse ya su delantal de trabajo—. ¿Es que acaso los treinta años te están comenzando a afectar la memoria, hermano?

Sin poder creer aquella estupidez, sacó su móvil y revisó la fecha en este, comprobando que era tal cual la muchacha decía.

Al ver la enorme cantidad de mensajes de Farlan que tenía pendientes, Levi torció los labios y puso el aparato lejos de su vista; aun así, durante un instante se pensó seriamente el bloquear de manera definitiva al otro, pero no pudo hacerlo. Aquel hijo de puta sin duda se lo merecía, pero ese paso era uno que todavía no se sentía capaz de dar, aunque le doliese admitirlo.

Además, se dijo, si aquello era un sueño como sospechaba, ¿de qué le serviría? Por lo que, tras servirse su primer té de la mañana, comenzó a beberlo mientras esperaba por el momento de despertar y reírse de aquel absurdo, porque aquella estúpida fantasía debía ser su cerebro jugándole una mala pasada debido a todo el estrés vivido el pasado día.

Nada más pensar en la noche anterior, la extrañísima noche anterior, el recuerdo del extraño muchacho que había compartido su soledad con él, invadió su mente. Eren, quien había caído a sus pies como por arte de magia, esfumándose luego del mismo modo, como si todo hubiese sido un sueño.

Cuando la puerta volvió a abrirse y Nanaba, seguida por Erd, hicieron su entrada saludándolos a ambos mientras se quejaban del frío reinante, Levi sintió su estómago revolverse a causa de los nervios y una horrible ansiedad creciente, al ver con incrédulos ojos como estos actuaban y decían lo mismo que el día pasado.

No obstante, la peor parte vino cuando, siguiendo un impulso, revisó el bolsillo de su abrigo, encontrándose con una hoja de libreta doblada. Una hoja con un dibujo de él contemplando el cielo nocturno, pidiéndole un deseo a una estrella fugaz.

 

——o——

 

El resto del día no fue mucho mejor para Levi, contemplando el reloj a cada hora, observando a sus empleados y clientes a cada instante, mientras una sensación de absurdo vértigo lo embargaba cada vez que experimentaba aquel antinatural déjà vu del que solo él parecía haberse dado cuenta, sin lograr aun despertar de ese sueño.

La hoja con el dibujo del chico desconocido descansaba ahora en uno de los bolsillos de sus vaqueros, y mientras cortaba —una vez más— el cabello de una de sus clientas habituales, no pudo dejar de preguntarse si aquel extraño muchacho tendría algo que ver en toda esa locura.

El ajetreado día dio paso rápidamente a la tarde, y antes de que Levi pudiese convencerse de aquella repetición casi exacta de hechos, el resto de sus empleados comenzaron a despedirse uno a uno, deseándole una buena noche y asegurándole que se verían al día siguiente.

Joder, se dijo, si estos tan solo supieran lo que acababa de suceder…

—¿Estás angustiado por Farlan, hermano mayor?

La pregunta de Isabel, por completo llena de pesar, hizo salir a Levi de sus elucubraciones mientras se afanaba en poner orden en su estación de trabajo.

Al pensar en lo ocurrido el día anterior a esa misma hora, sus dolorosos recuerdos de todo lo ocurrido con Farlan lo golpearon con la violencia de las olas contra las rocas; sin embargo, al comprender que había estado tan ocupado intentando resolver el enigma de aquel San Valentín repetido y pensando en Eren, su infiel exnovio había sido la menor de sus preocupaciones.

—No, no. Solo estoy algo cansado —mintió, volviendo a revisar su móvil una vez más para comprobar la fecha, obviando a propósito los mensajes de aquel imbécil.

—Ignorar el problema no hará que este desaparezca, hermano mayor. Podrás estar enfadado con Farlan en estos momentos, y se lo merece, pero no va a dejar de llamarte si no lo aclaras todo de una buena vez.

Sintiendo que la cabeza le explotaría de un instante a otro, y a pesar de saber que Izzi no se lo merecía, Levi le soltó molesto:

—El bastardo de tu hermano es lo que menos me importa en estos momentos, Isabel. Te aseguro que tengo problemas mucho más importantes de los que preocuparme, joder.

La mirada dolida de la chica fue seguida por puro enfado verde oscuro en sus grandes ojos, quitándose el delantal y arrojándoselo a la cara con una puntería perfecta.

—¡Pues genial, entonces! Porque te aviso que «ese» bastardo llegará en diez minutos. No es necesario que me des las gracias.

Tras escupirle aquello con rabia, la chica agarró sus prendas de abrigo para comenzar a ponérselas, haciendo que Levi se sintiese el peor bicho del mundo.

—Oi, Izzi, lo lamento —se apresuró a disculparse—. Me comporté como un idiota cuando tú no tienes culpa de nada.

—Lo has hecho, pero supongo que estás pasando una mala racha. —Dejando su anorak sobre una de las butacas, Isabel suspiró con angustia antes de preguntar—: ¿De verdad no pueden arreglar las cosas entre ustedes como en otras oportunidades, Levi? Con sus errores y todo, que sé son demasiados, mi hermano sí te quiere.

—No esta vez, Izzi —volvió a repetirle al igual que el día anterior, con el mismo pesar de ese entonces—. No esta vez.

Ya fuera por frustración, pena o una mezcla de todo aquello, la impulsiva muchacha pegó un fuerte pisotón en el suelo de baldosas y soltó un gruñido nada femenino.

—Ya termino de cerrar yo, así que vete antes de que llegue ese idiota de Farlan —le dijo Isabel, empujándolo hacia la puerta—. Y me encargaré de todo, te lo prometo. No mereces pasar un San Valentín así, hermano mayor.

—Oi, oi, mocosa, ¡mi abrigó! —protestó cuando se vio ya fuera del salón, sintiendo como el gélido frío de febrero lo golpeaba de lleno, haciéndolo tiritar.

—Solo vete directo a casa. Si corres, de seguro ni lo notarás.

Antes de que pudiese decir nada más, Levi vio como la puerta de Dreams se le cerraba en las narices dejándolo afuera. Isabel, por otro lado, solo sonrió maliciosamente y le hizo un gesto de despedida con la mano, instándolo a que se marchara.

Joder con aquel día del demonio, se dijo él mientras enfilaba por la calle silenciosa. Si ya de por sí soportar un San Valentín había sido una mierda, su segundo no estaba siendo para nada mejor.

 

——o——

 

Aunque ya sospechaba levemente que aquello sucedería, aun así, Levi inspiró profundo para armarse de paciencia y valor cuando llegó a las afueras del parque.

Una vez más la noche era fría y seca, por lo que se estremeció de pies a cabeza cuando la brisa nocturna hizo acto de presencia, haciendo danzar las hojas susurrantes, acompañadas del quedo gemido de los árboles desnudos.

Al levantar el rostro hacia el cielo, nuevamente fue noche oscura y cuajada de estrellas lo que allí encontró. Hermosa noche repleta de constelaciones invernales, pero donde, por ese día al menos, no hubo estrella fugaz alguna para pedir un deseo.

No se extrañó de que sus pasos lo llevasen por el mismo camino de la noche anterior pese a no recordarlo con exactitud, pero sí le resultó una pequeña sorpresa el encontrar a Eren ya sentado en la banca, casi como si lo esperase.

Tarareando una vez más Somewhere Over the Rainbow y con el largo cabello castaño suelto sobre sus hombros, este parecía por completo relajado y a su gusto en aquel lugar. Al igual que él mismo, la ropa que el chico vestía ese día era diferente del anterior, siendo sus vaqueros negros cambiados por unos de un azul deslavado, y su abrigo marrón remplazado por una cazadora militar sobre un oscuro suéter verde de cuello alto, que hacía resaltar sus ojos.

Nada más verlo sonreír en su dirección, lento y perezoso como todo un Gato de Cheshire, Levi tuvo la total certeza de que aquel mocoso también era consciente de aquella desconcertante distorsión en el tiempo.

—¡Tú! —ladró nada más llegar a su lado, obligándolo a alzar el rostro para poder verlo—. ¡Comienza a explicar ahora mismo que significa toda esta mierda!

Sin dejar de sonreír, Eren se echó hacia atrás en la banca, apoyando las manos unidas sobre su vientre plano antes de dejar escapar un audible suspiro.

—Levi, Levi, ¿esa es tu forma de comenzar nuestro segundo encuentro? —preguntó, pareciendo falsamente dolido—. Y yo que esperaba que te lanzaras a mis pies para rememorar lo ocurrido conmigo anteriormente. Ya sabes, ¿uno por vez?

—Que te jodan, bastardo. ¿Quién en su sano juicio querría lanzarse a tus pies, demonios? —le espetó a este, enseñándole el dedo medio antes de dejarse caer sentado a su lado.

Touché; pero no puedes negar que conocerme así fue algo impresionante.

—No eres el primer idiota al que debo salvar de su propia estupidez, así que no me sorprendiste en absoluto —mintió, negándose a admitir que prácticamente se había pasado todo el maldito día pensando en él—. Y bien, comienza a explicarme que significa todo esto, porque está claro que tú sabes que estamos repitiendo este condenado día de San Valentín, a diferencia de todo el resto, ¿no?

—Oh, ¿realmente es eso lo que estamos haciendo?

Sin delicadeza alguna, Levi le pegó una patada en la espinilla, haciéndolo aullar de dolor.

—Deja de intentar pasarte de listo conmigo, mocoso. Llevo todo este puto día cabreadísimo. ¿Dos San Valentín de mierda seguidos? ¡Como si con uno no hubiese tenido suficiente, joder!

—La mayoría de las personas se sentirían felices, ¿sabes? —replicó Eren, sobando su pierna y torciendo el gesto al tocar el punto adolorido—. No solo tu boca es una cosa muy sucia, sino que además eres terriblemente violento.

—Y tengo una larguísima lista de defectos más, créeme. ¿Quieres que te los comience a enseñar? —Al ver que este se echaba a reír a pesar de su ácido sarcasmo, los grises ojos de Levi se entrecerraron con enfado—. ¿Y ahora qué te parece tan gracioso?

—Nada malo, de verdad. Tan solo es que la mayoría de las personas siempre desean enseñar su mejor cara para impresionar; su lado bueno, ya sabes. Pero no tú. Tú nunca.

La forma en que Eren dijo aquello, hizo sentir extraño a Levi, más de lo que ya se sentía absorbido en toda esa situación de locura, y era tan condenadamente injusto. Ansiaba encontrar al responsable de todo lo que estaba ocurriendo, por lo que aquel misterioso chico de ojos verdes y sonrisa sutilmente maliciosa era su sospechoso ideal; no obstante, cuando este lo miraba de aquel modo que parecía tan triste y anhelante, él ya no sabía qué demonios pensar.

—Por favor, explícame —acabó pidiéndole, sabiendo que ya no podría estar enfadado, por mucho que lo deseara.

—¿Por qué asumes que yo sé algo? —inquirió Eren, alzando una de sus expresivas cejas castañas.

—Porque siento que todo este desastre comenzó, de alguna forma que no logro entender, contigo apareciendo en este parque salido de la nada y obsequiándome este dibujo —respondió Levi, metiendo la mano dentro del bolsillo de sus vaqueros para sacar la hoja y enseñársela.

Estirando su morena mano en su dirección, Eren tomó la hoja que él le tendía, rozando sus dedos fríos con su mano extrañamente cálida a pesar del gélido invierno en el que estaban inmersos.

—Levi, ¿nunca has pensado que no siempre es necesario cuestionarlo todo? ¿Qué a veces simplemente sería lindo tomar las sorpresas que nos da la vida sin más, disfrutando de ellas?

La protesta subió a sus labios en cuanto aquella tontería salió de los de este, pero se la tragó de inmediato al pensar que, quizás, Eren tuviese razón. No era que aquel día hubiera sido peor que el primero, ¿verdad? De hecho, si lo ponía en perspectiva, hasta podría atreverse a decir que había sido un poquito, poquito mejor.

—Eres raro. Raro de los cojones, y que sepas que no me fío ni un poco de ti, mocoso.

La expresión de Eren nuevamente volvió a ser todo aire risueño e inocente, devolviéndole su dibujo, el cual él guardó con cuidado en su bolsillo.

Al verlo así, tan relajado y con el largo cabello siendo descuidadamente agitado por la brisa invernal, Levi no pudo evitar pensar en príncipes de cuentos y leyendas, bellos y salvajes en sus extrañas aventuras, haciéndole preguntarse, una vez más, si aquel muchacho no sería tan solo el producto de su desbordada imaginación.

—Soy real —respondió Eren, como si tuviese completa seguridad de lo que él se estaba cuestionando. Tomando su mano, entrelazó ambas para enseñárselas—. Soy tan real como tú, Levi.

Contemplando sus manos unidas, tan diferentes y al mismo tiempo tan similares, en el fondo de su corazón él supo que este decía la verdad. En algún lugar, más allá de su imaginación, Eren realmente existía. La pregunta era, ¿dónde?

 

——o——

 

—Un completo desastre —reprendió al chico una vez acabó de recogerle el desmarañado cabello en un desenfadado rodete tras la cabeza—. Tienes un rostro bonito, por lo que deberías lucirlo más, mocoso.

—¿Esa es tu forma de decir que me encuentras atractivo, Levi?

La colleja que dio a Eren, hizo que este se inclinara hacia adelante, soltando un gritito de dolor. Cuando volvió el rostro para verlo, sus verdes ojos lo miraban sentidamente enfadado.

—Realmente eres muy violento, Levi. ¡Soy un chico delicado! ¡¿No puedes verlo?!

—Tch, delicado y una mierda. Eres solo un mocoso escandaloso.

—Ser así de malo no es un rasgo bonito para conquistar a alguien.

Rodeando la banca para volver a sentarse, él miró al otro, boquiabierto.

—¿Y a quién demonios se supone que debo conquistar? ¿A ti?

—Bueno, no veo a nadie más. Además, estamos en una cita, ¿no?

—Una cita mi culo —resopló con ironía—. Si ni siquiera esperaba volver a verte, mocoso tonto.

—¡Por eso mismo! —Dando una palmadita de entusiasmo y siendo todo enormes ojos verde esmeralda, Eren le dijo—: Solo piensa en las posibilidades, Levi.

—¿Cuáles? —inquirió con suspicacia.

—En las que podemos hacer de esta cita lo que gustemos. No estaba prevista, así que es una cita sorpresa.

—Una cita falsa, querrás decir.

Eren rodó los ojos.

—Bien, una cita falsa entonces. Imaginemos que alguien la ha organizado para nosotros sin decirnos nada, ¿nuestros amigos quizá? —sugirió, pero luego negó y rompió a reír—. ¡No, no! ¡Nuestros padres! Ellos son amigos y creen que somos perfectos el uno para el otro, así que han planeado un matrimonio arreglado, por lo que esta cita es el primer paso.

—Has perdido la puta cabeza, mocoso —dijo Levi asombrado, sin poder creerse el estar oyendo tanta estupidez junta—. ¡Pero si ya nos conocemos!

Una vez más la expresión de Eren se volvió una cosa indescifrable, un poco intrigante debido a sus impresionantes ojos ligeramente entrecerrados, y un poco divertida a causa de la ladeada sonrisa que se dibujaba en sus labios. Eren era todo un enigma, uno que él no sabía si lograría descifrar en algún momento, o si siquiera deseaba hacerlo.

—Hola, extraño —dijo el chico tendiendo su mano, esperando que Levi la sujetase—. Soy Eren.

—¿Eren qué?

La sonrisa de este se ensanchó aún más al oír su insidiosa pregunta.

—Solo Eren. ¿No te basta saber eso por ahora?

Levi lo dudaba, porque todo en aquel condenado mocoso le gritaba peligro. Eren era como una puta llama, demasiado llamativa y deslumbrante para el bien de cualquiera, demasiado tentadora, y él, cumpliendo el papel de condenada polilla que le había tocado interpretar, no dejaba de arriesgar su jodida vida al intentar acercársele.

Aun así, tomó su mano en respuesta y sintió que todo volvía a estar bien al ver su sonrisa sincera. Sueño o no, error temporal o no, por una vez haría caso a un consejo ajeno y dejaría de cuestionárselo todo, tan solo disfrutando de aquel momento.

—Soy Levi. El placer de conocerte es mío, Eren.

 

——o——

 

Tras recibir la botella de agua que el otro acababa de entregarle junto a un kebab, Levi entrecerró los ojos, sabiéndose por completo timado.

—Primera cita falsa y una mierda. Sabías perfectamente que ibas a encontrarme hoy aquí, Eren.

—Digamos que estaba esperanzado —admitió este, quitando el papel encerado de su comida, para darle un mordisco.

—¿Y solo por eso trajiste cena para dos? —le preguntó con incredulidad.

—Bueno, supuse que nuevamente no habrías tenido tiempo de cenar. Ya sabes, por lo de tu ex.

Ante la mención de Farlan, Levi pestañeó desconcertado. Durante todo el tiempo que llevaba allí con Eren, ni siquiera había tenido tiempo de pensar en el cabrón de su ex. No era que no siguiese dolido por todo lo ocurrido entre ellos y el quiebre de su relación, pero por ese día al menos, había permitido que parte de ese dolor se olvidara.

—¿Por qué lo has soportado durante tanto tiempo? —lo cuestionó Eren, destapando su botella de agua—. O sea, si te ha sido infiel tantas veces, ¿por qué tan solo no mandarlo a la mierda sin más?

Dando un bocado de su propio kebab, Levi pensó detenidamente en lo que este acababa de decirle; algo que él mismo se había cuestionado una infinidad de veces.

Antes de comenzar su noviazgo, con Farlan habían sido amigos durante muchos años, y cuando este insistió para que tuviesen una relación, Levi acabó aceptando porque estar con él era fácil. Amaba a Farlan, por supuesto, pero una parte suya sabía que simplemente se había acostumbrado a la idea de tenerlo. De saber que, por muy mal que las cosas entre ellos estuvieran, aquel imbécil seguiría allí, y haber perdido aquello era lo que más le dolía.

—Porque a veces es más fácil soportar lo malo que conoces a estar solo —reconoció con sinceridad—; pero supongo que llegué a un punto donde ni siquiera esa seguridad valía tanto como mi paz mental. Mi relación con Farlan ya no daba para más. Cabrón hijo de puta.

Eren rompió a reír una vez más, entrechocando su botella con la suya en una parodia de brindis.

—Pues bien, que no se te olvide entonces.

—Como si pudiera. —Alzando el rostro al cielo estrellado, Levi suspiró—. Tan solo quiero tener la oportunidad de volver a comenzar.

—¿Eso fue lo que deseaste?

Volviendo su mirada hacia el chico, se encogió de hombros.

—¿No se supone que un deseo revelado no va a cumplirse?

—Bueno, te recuerdo que es solo un medio deseo, porque la otra mitad me pertenece —le dijo este, acabando de comer su kebab y limpiando sus manos—. Puede que esa regla no cuente, ¿verdad?

—Pero puede que sí, y creo que me gustaría que mi deseo se cumpliera, mocoso. Aunque sea a la mitad.

Como si su respuesta le hubiese recordado algo importante, Eren rebuscó en la bolsa de papel, extrayendo algo de esta. Al ver que una vez más el chico volvía a ofrecerle una granada abierta, Levi protestó:

—¿Granadas otra vez? ¿Por qué?

—¿Por qué no? —Al ver que él guardaba tercamente silencio, Eren tomó uno de los rojos granos entre sus dedos y se lo llevó a la boca—. No me digas que temes ser como Perséfone, quedando prisionero a mi capricho si aceptas mi obsequio. Oh, ¡pero verdad que ayer te la comiste! —soltó, abriendo los ojos y fingiendo asombro—. Temo que ya es tarde para ti, Levi. Eres mío.

Arrancándole la puta granada de la mano con una mirada asesina, sacó un par de granos y los masticó con rabia, deseando pegarle un puñetazo para borrar aquella arrogante sonrisa de su perfecto rostro.

Aun así, pensando en la historia mitológica que este había señalado, le dijo en respuesta:

—Pues también fue solo la mitad. —Eren lo miró confundido—. Ya sabes, medio año era todo lo que Hades podía retenerla en el inframundo, con hechizo y todo.

Tras meditar sus palabras un momento, el chico asintió.

—Medio deseo, media vida, medio sueño. Creo que a veces la mitad es mejor que nada, ¿qué piensas tú, Levi? ¿Qué es real y que es mentira en todo esto?

La pregunta lo pilló desprevenido, no solo porque la forma en que Eren la dijo fue extraña, sino porque por un momento sintió que debía recordar algo importante, y lo estaba olvidando.

Al ver que este se ponía de pie, desperezándose, comprendió que una vez más el tiempo había volado en compañía del chico.

—¿Ya te marchas?

—Lamentablemente. Pero antes, tengo un obsequio que darte.

—¿Otro dibujo?

—No, algo mejor que eso. —Metiendo la mano dentro del bolsillo de su cazadora, Eren extrajo una blanca margarita que tendió en su dirección.

—Joder, mocoso, ¿flores?

Una flor, para que la deshojes. Imagina que estás en la Luna, por lo que las posibilidades son infinitas. Pregúntate si vale la pena seguir sufriendo por alguien que no te merece; creo que te sorprenderá la respuesta.

Los ojos de Levi se posaron una vez más en aquella blanca flor de alargados pétalos, pero al sentir el cálido peso de algo sobre sus hombros, al levantar el rostro se encontró con que Eren se había quitado la cazadora, cubriéndolo con ella.

—Oi, ¿pero qué demonios…?

—No seas tan descuidado contigo mismo. Aún estamos en febrero, así que las noches siguen siendo frías. —Dejando un beso sobre su frente, este se inclinó para acercar su rostro frente al suyo y decirle—: Muchas gracias por compartir este nuevo San Valentín conmigo, Levi. Realmente espero que esta cita arreglada funcionara y desees casarte conmigo algún día en el futuro.

El golpe que fue a darle en el brazo se vio frustrado cuando aquel mocoso idiota, riendo, se apartó. Y al igual que había sucedido el día anterior, entre un parpadeo y el siguiente, Eren ya había desaparecido.

 

——o——

 

Apenas daban las seis cuando sus ojos se abrieron debido a la rutina adquirida y su escaso sueño. Levi, poniéndose de lado en la cama y arrebujándose entre las mantas, contempló en la penumbra de la habitación la chaqueta que colgaba pulcramente del respaldo de la silla del escritorio, pensando una vez más en Eren y en todo lo ocurrido la noche pasada y la antepasada, o lo que fuera, ya ni siquiera estando seguro sobre cuál era en verdad su realidad.

Estirando una mano, tanteó a ciegas sobre la mesilla de noche hasta hallar su móvil, soltando un suspiro al ver que, nuevamente, catorce de febrero volvía a repetirse.

¿Qué demonios estaba ocurriendo?, se preguntó. Si aquel era un bucle temporal, ¿por qué estaba atrapado en él siendo consciente de ello? Demonios, todo era tan confuso.

Volviendo a dejar el aparato sobre la mesilla de noche, sus dedos tocaron la flor que Eren le había obsequiado al marcharse. Tomándola la observó, luciendo tan perfecta como si acabasen de cortarla y sin rastro alguno de marchitarse, pese a que ya debería haberlo hecho.

Deshojar margaritas en la Luna, ¿eh?

Una vez llegó al último pétalo, descubriendo la respuesta a su pregunta, Levi sonrió.

Claro que no valía la pena sufrir por alguien que no lo merecía.

Notas finales:

Lo primero, como siempre, es agradecer a todos quienes hayan llegado hasta aquí. Espero de corazón que el capítulo fuese de su agrado y valiera la pena el tiempo invertido en él.

Y ya estamos aquí con el segundo capítulo de esta historia tan extraña que, al menos espero, les vaya dejando cierta curiosidad respecto a todo lo que ocurre con Eren y Levi y este San Valentín que parece repetirse una y otra vez.

Yo amo mucho los simbolismos de, bueno, casi toda las cosas, por lo que siempre estoy leyendo de un tema u otro, así que por ello, esta historia tiene algunas referencias un poco extrañas, como la canción que Eren tararea, el que siempre sea luna nueva, la granada abierta que Eren suele hacer como una ofrenda para Levi, y en este caso, que le haya obsequiado una margarita blanca para deshojar.

En algún punto voy a explicar todo esto, lo prometo, pero de momento voy a dejar que piensen en que puede ser, jaja.

Y bueno, esta sería la última actualización de este domingo, por lo que espero les haya gustado. Ya el siguiente capítulo de esta historia debería estar para el domingo 14 de marzo si todo va bien.

Para quienes leen el resto de mis historias, aviso que las actualizaciones del siguiente domingo serán el capítulo 14 de La Joya de la Corona, el 41 de In Focus, el 5 Love in Four Seasons y, si puedo, el 8 y final de Tú + Yo = Allegro.

Una vez más muchas gracias a todos quienes leen, comentan, envían mp’s, votan y añaden a sus listas, marcadores, favoritos y alertas. Siempre, siempre, son la llamita que mantiene encendida la hoguera que es la imaginación de esta escritora.

Un enorme abrazo a la distancia y mis mejores deseos para ustedes.

 

Tessa.


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