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Albafica De Piscis por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Este One Shot es un detalle para el terrón de azúcar Korosensei86, se que te gusta mucho el bueno Albafica, así que... Disfrútalo mucho y con esto vemos que este caballero dorado es muy querido con cinco capítulos hasta la fecha, el que posee mas en sus especiales.

A leer y nos vemos mas abajo.

Los sonidos de gemidos ahogados por el dolor, algunas lagrimas cayendo, el sudor en la frente…

El cuerpo cubierto solo por el torso…

Sujeta la mano de la persona que más ama… Solo pidiendo internamente que este dolor termine, para que pueda conocer a alguien muy especial.

Las piernas abiertas y ligeramente elevadas, mediante los apoyadores que yacen en la camilla…

Había esperado este día por nueve meses, y al fin llegó.

Sus cabellos celestes, en este momento están cubiertos por una de esas gorras propias del quirófano… Mientras cierra sus ojos para demostrar que está haciendo un tipo de fuerza, que lo hace apretar su mandíbula, para ahogar el grito que se escapa desde su garganta…

Es muy doloroso la llegada de una nueva vida de forma natural, pero… Ya es tiempo, bastante necesario, pues el pequeño que lleva en su vientre ya está ansioso por llegar, y bueno se debe intervenir de forma rápida…

Puede ver muy bien a la persona a cargo del parto, claro que le da vergüenza que tanto ella como algunas enfermeras, están presentes, mirando esa zona, pero… Es por su hijo, su pequeño si que está provocándole mucho dolor, pero es algo que no le importa del todo, solo el saber de que estará bien.

-Vamos, mi Florecita, tú puedes…- El hombre de cabellos azulados, con la mano siendo muy fuertemente apretada pero resistiendo, a lado de quien hace el trabajo más difícil de este acontecimiento.

No le importaría incluso si sus dedos fueran quebrados, sabe que si su amado esposo necesita su apoyo, debe dárselo…

Le desgarra el corazón verlo sufrir… Que derrame lágrimas, y que sea algo que no puede evitar, sintiéndose muy impotente… Por eso hará lo que sea para estar a su lado y ayudarlo.

-¡¡¡AAAAAAH… DUE… LE… PERO… AAAAH…!!!- Echa su cabeza para atrás, sujetando con más fuerzas aquella mano que le hace saber que está allí su esposo, y con la otra sujeta las sábanas de aquella camilla, apretando las tanto…

Puede sentir como su cuerpo se ha abierto en cierta zona, la humedad de líquido amniótico y sangre… Incluso algo más se siente en ese momento… Que le sorprenden, aunque duele tanto.

-Esta coronando bien… La cabeza se puede ver. Debe seguir pujando- Las indicaciones de aquella mujer son claras, tirando de sonar calmada, para que los futuros padres estén seguros de que todo estará bien.

Los corazones de ambos se alteran, esa emoción y angustia es por partida doble de parte del peli azul, al ver sufrir a su Doncel, pero con el saber de que ya pronto el fruto de su apasionado amor se dará a conocer.

-¿Escuchaste eso Florecita?- Intenta hablarle con dulces palabras a quien hace todo el trabajo, aunque desearía compartir ese dolor...

Si tuviera que él sentir todo ese malestar y su Doncel solo darlo a luz sin ninguna molestia, claro que lo cambiará.

-Si… ¡¡¡AAAAH…!!!- Claramente no está de humor para hablar, solo sabe que debe seguir pujando con fuerza, que su cuerpo sea el camino para que su criatura nazca, no importa lo que pase con él, eso se lo ha dicho internamente, lo único que desea, es que su bebé este bien… Solo eso desea.

Estando apoyado por una elevación de la camilla, el brazo del hombre que ayudó a esa concepción está de apoyo en la espalda del peli celeste.

Así un poco incorporado, lo suficiente para tener fuerzas, y seguir… Solo sabe que descansará en el momento en que pueda escuchar los pequeños gritos de su hijo…

Sabe que los bebés en su mayoría llegan llorando a todo pulmón, significa que están sanos…

Solo quiere escuchar eso.

Entre cada esfuerzo, la ginecóloga informa los avances…

-Solo un poco más…-

-La cabeza ha salido…-

-Puje una vez más…-

Su último esfuerzo, con todas sus fuerzas, para lograrlo… Y… Cuándo logra hacerlo, sintiendo que su cuerpo está en las últimas, la respiración agitada, el corazón latiendo desesperado, estando bañado en su propio sudor…

Lo escucha…

Un llanto, un inocente y agudo llanto de alguien que acaba de llegar al mundo…

-Felicidades es un muy fuerte y sano varón-

Informa con entusiasmo la médico, ante los ojos impresionados del padre… Y los cansados del papá…

Es la primera vez que ese peli azul no sabe que decir, se ha quedado impresionado de la situación que está aconteciendo…

Ya es padre… Y su Doncel es papá… Ambos ya tienen a su bebé en este mundo.

Sin esperar más tiempo… Entregan al bebé que está llorando desconsoladamente, a una enfermera, para que lo ponga entre los brazos de su padre… Pues necesitan verificar que el Doncel no corra ningún peligro, sacar todo lo que sea necesario, para así comenzar la curación y limpieza adecuada.

La enfermera ofrece al pequeño recién nacido a los brazos del peli azul, pues debía seguir su labor profesional, y desde luego los bebés necesitan el contacto con sus padres de inmediato…

Además puede ver por el rostro, aunque cansado de quien di a luz, que también desea sostener a ese pequeño.

Duda, por primera vez siente ese sentimiento en su ser, de sí puede ser capaz de sostener a ese pequeño ser, que es tan frágil y precioso, que la vida les ha entregado…

No importa que aún este algo sucio, restos de placenta, sangre y demás fluidos, no es asqueroso para ellos, es su criatura.

Toma valor en cuanto se da cuenta de su responsabilidad y con toda la delicadeza del mundo, con ambos brazos, puede sentir el ligero peso de esa criatura, que aún sigue llorando, y moviéndose torpemente…

-Hola, pequeño…- Es el saludo que le dedica, dejando escapar algunas lágrimas, mientras se baja el cubre bocas y le regala una mejor sonrisa…

Y con esto pareciera que ese pequeño que aún tiene una tonalidad algo morada y una pequeña pelusa de cabellos azulados claros, similares a los de su papá, pero no del todo iguales… Se va calmando, reconociendo un poco esa voz, aunque sus ojos estan cerrados, se mueve como buscado ese recuerdo que tiene en su ser.

-Mi rosa, mi amor… Mira… Esta aquí… Ya… Nació…- La voz se le corta, no sabe que hacer, como reaccionar, todo lo está llevando a cabo por medio de instinto y emoción.

Ya había soltado esa mano, o más bien el peli celeste con algunos mechones que se han dejado ver por debajo del gorro quirúrgico… Tuvo que dejar de lado ese apoyo, pues ya no podía sostenerlo más.

Su rostro cansado, su cuerpo al fin siente que puede descansar un poco… En el momento que escucho ese precioso llanto, su corazón latió como loco, y solo deseaba por todos los medios posibles tenerlo entre sus brazos…

Y al fin lo tiene…

Ver ese rostro tan pequeño, tan lindo… De su bebé, de su hijo que al fin conoce…

Las lágrimas de dolor se dejan de lado, para que las de felicidad se abran paso…

-Afro… Dita… Hola… Mi pequeño amor…- Para este punto su cuerpo está por completo recostado, sus brazos parecen no tener suficiente fuerza, pero lo intenta solo para lograr sostener a su hijo, que espero con tanta emoción...

Sus brazos se estiran con pesadez, su sonrisa ampliamente dibujada.

No puede dejar de ver el rostro de su bebé, tan lindo y adorable, aunque sollocé aún…

Puede ver el agotamiento en su amado Doncel, pero… Sabe que esta es su mayor ilusión…

-Vamos, nuestro botón de rosas, tu papi quiere conocerte…- No deja que las lágrimas se sequen, pero entiende que ahora es el turno de que el peli celeste cargue a ese pequeñín.

Con cuidado lo deposita entre los brazos del Doncel… Asegurándose de ser el apoyo de este último para que no sienta todo el peso del bebé algo inquieto…

Sus celestes ojos con ojeras marcadas, admiran al pequeño ser entre sus brazos.

Sonríe, pues las muecas de dolor se han ido.

-Afrodita… Eres tan lindo, mi pequeño… Hijito…- Las perlas de sal salen de forma torrencial de sus celestes ojos, pero la sonrisa en su ser no se va, como la necesidad de estar admirando al fruto de ese amor que ambos hombres comparten.

Con la dulce voz de ese Doncel, sus cálidos brazos que necesitan ya tener a su bebé entre ellos han logrado que Afrodita se calme…

Acurrucándose al pecho del adulto… Reconociendo el latido del corazón de su papá, ese sonido que debe recordar de cuando estaba en el vientre…

-Manigoldo…- Llama a su esposo, con una débil voz.

-¿Dime mi florecita?- No puede evitar besar la mejilla derecha de su Doncel, admirando como las dos personas más importantes de su vida están juntas, y él los protege como puede.

-Es… Lo más preciosos… Que hemos hecho…- Sus palabras son cargadas con una enorme emoción, pero… Su voz pareciera ir desvaneciéndose de a poco…

-Lo hemos hecho los dos… Y…- admira con impresión, como el peli celeste cierra sus ojos, su respiración agitada y los brazos ir flaqueando, mientras se nota que le cuesta sostener la cabeza. -¿Mi… Rosa…?- Es lo primero que pronuncia… Para reaccionar a sostener al pequeño bebé, que empieza a llorar desconsoladamente, como si entendiera que algo malo pasará con su papá.

Y en eso… La ginecóloga, con voz algo alarmada…

-Esta perdiendo mucha sangre…-

-El ritmo cardíaco está bajando y la saturación está disminuyendo…-

-Doctora, el paciente entrará en shock-

La situación se ha vuelto crítica de un momento para otro…

Aquel cuerpo médico está haciendo lo mejor posible para estabilizar al doncel que al aparecer, el parto ha sido demasiado para su cuerpo.

Los ojos azules se abren asustados, sosteniendo entre sus brazos al recién nacido que llora desconsoladamente. Como si entendiera que su papá está en un terrible peligro.

-¿Florecita?- Su voz apenas logra salir, aún con el terrible escenario, su rostro enmarca la genuina preocupación, las marcas de ojeras también lo delatan, pero poco importa aquello.

-¡¡¡ALBAFICA!!! ¡¡¡MI AMOR!!! ¡¡¡NO NOS PUEDES HACER ESTO!!!- La desesperación en su voz no se deja esperar, apretando su mandíbula, sujetando con firmeza al bebé, pues en este punto está entre tener que proteger a Afrodita, y sentir que una parte de su vida se le esta arrebatando, pues el estado de su amado Doncel parece estar empeorando, cuando tan sólo minutos antes, acababa de dar a luz, y estar bien.

La piel pálida, su rostro inconsciente, una respiración que apenas era moderada…

Ahora… No augura nada bueno.

-Lo estamos… Perdiendo…- La voz de la enfermera se escucha algo angustiada… Aunque sigue su trabajo.

-¡¡¡ALBAFICA!!! ¡¡¡POR FAVOR… REACCIONA!!! ¡¡¡NO PUEDES… NO PUEDES IRTE…!!!- No le gusta estar pensando o diciendo esas palabras, pues… Su mayor temor parece estar haciéndose realidad, y no puede hacer nada al respecto.

El llanto, la desesperación, la impotencia de no poder hacer nada al respecto, carcome por completo a este hombre.

Entre la desesperación del hombre, el llanto fuerte del bebé, la médico intentando hacer lo mejor posible para salvar la vida de quien acaba de dar a luz.

En ese momento es necesario que el peli azul salga, además de tener que tomar al bebé para hacer el procedimiento de rutina, mientras los demás se concentran en estabilizar al Doncel, aunque esto se ve sumamente complicado aquello.

¿Será posible hacerlo?

Salvar la vida de Albafica, para que pueda estar con su familia.

---Unas horas después---

En medio de una habitación, con las ventanas cubiertas por las cortinas blancas, al parecer la noche ha llegado, un sillón se encuentra al frente de la cama, cerca de está una silla de lado derecho, y del izquierdo aquel instrumento de metal, que se utiliza para mantener el suero en alto y que caiga gota a gota, al estar conectado directamente a la vena de la persona que está descansando en ese lecho tal pulcro y blanco.

Aunque poco a poco, su cuerpo parece al fin reaccionar, la conciencia vuelve a su ser, respirando un poco agitado, sintiendo el dolor de haber dado a luz…

Moviéndose ligeramente, más que nada de la cabeza y torso.

-Mmmh… Afro… Dita…- Entre sus sueños, que van desvaneciéndose, murmura solo un nombre, de alguien que no querría pedir nunca.

Los celestes y cansados ojos se abren de a poco, para intentar saber donde se encuentra… Mirando hacia el techo primero.

-¿Qué… Paso…?-

-¡¡¡ALBAFICA!!!- Esa voz que siempre reconocerá sin importar donde se encuentre.

Su rostro con le lentitud se gira hacia donde proviene esa voz, fijándose bien quién es, y luego lo que lleva entre sus brazos.

-Mani… Goldo…- Una mueca de felicidad se deja ver, para alzar muy apenas su brazo derecho, intentando alcanzar a ambos -¿Cómo… Esta… Afrodita?- Pregunta con la ilusión de volver a cargar a su bebé, pero en eso nota como esta su esposo, dejando escapar un sin fin lágrimas, apretando su mandíbula, y sosteniendo al bebé contra su pecho con fuerza, pero sin lastimarlo, mientras lo primero que hace es alejarse de esa silla, y ponerse de rodilla ante el despertar de su Doncel para tomarle la mano, con desespero…

-¡¡¡NO VUELVAS HA HACER ESO!!!- La desesperación que estuvo contenida en silencio, al fin la deja escapar -¡¡¡JAMÁS NOS DEJES!!!- Con un brazo sostiene bien a su hijo, y con el otro sujeta la mano de su Doncel, para besarla mil veces y llevarla a su rostro, y así acariciarla -¡¡¡NO NOS PUEDES HACER ESO!!! ¡¡¡AFRODITA NECESITA A SU PAPÁ!!! ¡¡¡Y YO NECESITO A MI FLORECITA, A MI AMOR… A MI ALBAFICA!!!-

Quien siempre se ha mostrado burlón, despreocupado, cariñoso, protector y a veces algo lujurioso con su amado Doncel…

En esta ocasión muestra un rostro diferente…

En donde se nota desesperado, manchado de lágrimas en sus mejillas y aun deja ver los cristalizados ojos azules oscuros, la tensión en cada uno de sus músculos, la enorme preocupación que debió vivir, con el fuerte deseo de ver de nuevo esa preciosa mirada celeste, que iluminan su vida, y también proteger al pequeñín fruto de ese amor tan fogoso que ambos han vivido desde que se conocieron.

Se niega a perder a cualquiera de los dos…

Esos gritos que parecían reclamos hacia el recién despertado, no son de esa índole, ni de reproche, sino son sus miedos hablando.

Es algo que el peli celeste, quién mira a ambos, entiende perfectamente las facciones del mayor, para así sonreírle.

-Manigoldo… Estoy bien… No te preocupes, estoy muy bien…- Le habla con suavidad, aun esta muy agitado para hacer cualquier cosa, al menos hablar lo hace mas fácil.

-Me aterre… Me dio tanto miedo… Verte así… Inconsciente…- Mientras el bebé duerme entre el brazo y pecho de su padre, el peli azul besa con fervor esa delicada mano, acariciando la, y sintiendo al fin la tibies de su amado Doncel -Creí que te perdería… No lo podría soportar, no… Podría…-

-Se que habrías sido muy fuerte por nuestro Afrodita… Él necesitaría a su padre…- Deja que besen su mano, regalándole sonrisas a ambos, intentando que la calma reine en ese corazón tan angustiado de su amado peli azul.

-No, no habría podido… Yo…- Su tono baja, al parecer recuerda que su hijo puede despertarse, por el susto de esos gritos –Yo no soy tan fuerte… No sin ti…- Quiere calmar su desesperación y miedo… Desea controlarse pero el miedo, el pánico de ver al peli celeste tan pálido, inconsciente y sabiendo que perdía sangre, y no pode hacer nada… Lo perturbó tanto.

-Pero… Aquí estoy… Manigoldo… Estaré para los dos siempre… No tengas miedo… No iré a ninguna parte…- Le dedica la mejor sonrisa del mundo, demostrando que su condición mejoró, que ahora al menos, ya tiene algo más de energía por el suero que pasa directamente a su vena.

Un suspiro sale de los labios del peli azul, para acercarse a la frente de su amado esposo y besarlo en esa zona, para sentirlo al fin, notar su dulce aroma como las rosas, ya habiéndose puesto de pie… para este punto, y sabiendo lo que más desea su amado esposo.

-Por favor cumple esa promesa, que jamás te iras de nuestro lado…- Su rostro al fin parece relajarse un poco, para dedicar una sonría tenue, aún con las marcas secas del llanto, y al fin tener la calma en su corazón.

Y con cuidado, ayudando a su esposo para al fin volver a cargar a ese pequeñito que se había logrado calmar, después de pasar un rato llorando, como si él también supera que su papi estaba en peligro.

La sonrisa en esos delgados labios se dibuja, mientras sus brazos algo cansados sostienen a su pequeño.

Intento incorporarse por su cuenta pero aún está muy adolorido de su cuerpo, sin embargo eso no evita que sienta esta enorme felicidad de al fin sostener a ese pequeño que se le nota al fin tener un tono de piel que combina al de ambos padres.

Esta cubierto por una cobijita, además que como pudo Manigoldo lo vistió… Pues no dejaba que nadie más lo volviese a separar de su lado…

No después de que la enfermera se lo entregará por segunda vez, al término del procedimiento de rutina.

Sin pensarlo dos veces, se sienta en la orilla de la cama, para llevar uno de sus brazos detrás de su Doncel, y así ayudarlo a que se acomode bien y esté bien cómodo.

-Nuestro botón de rosas, estuvo esperando por estar contigo de nuevo…- No puede evitar sentir aún ese miedo en su corazón, pero quiere regalarles todas las sonrisas, calma y algunas cosas tontas que se le puede ocurrir para que el ambiente esté mejor.

La sonrisa de nuevo dedicada solo a un ser… Para acariciarlo con total devoción, admirar su carita limpia, la calma con la que duerme, es tan preciso… El pequeño botón de su amor al fin está con ellos…

Lo que provoca que alguna perlas de sal se escapen de los celestes orbes.

-Nuestro Afrodita… Duerme tan lindo… Es un niño tan precioso…- Su labio inferior tiembla, es la enorme emoción de ya ser papá y que nadie logrará separar a esta preciosa familia que al fin puede estar junta, a pesar del miedo que se corrió horas antes, ahora todo parece estar en calma.

-Mi Florecita… No llores, despertará a nuestro botón de rosas- Acaricia esa suave mejilla, mientras coloca su brazo derecho al mismo nivel de donde los cansados de Albafica sostiene a su preciado hijo -Y debo decir… Que tiene unos pulmones muy fuertes…- Le da cierta gracia, mientras de forma disimulada limpia unas cuantas lágrimas traicioneras con su hombro.

-Ja, ja… Creo que eso lo heredo de ti…- Recarga por completo su espalda en el soporte de su esposo detrás -Se parece a ti…- Nota como poco a poco el bebé que parece tener un cabello turquesa, más oscuro que el de su papá, pero más claro que el de su padre, se va moviendo… Haciendo un ligero gesto de puchero…

-Tiene mucho más de ti…- Sin pedir permiso alguno, se acerca al rostro de su Doncel, para a como puede robarle un beso en los labios… Aun estaban algo pálidos, pero ya están volviendo a tener un color rosado de a poco.

Esto provoca el sonrojo en el Doncel, pero disfruta tener un momento así de dulce… En donde juntos demuestran que a pesar de la adversidad tienen algo sumamente maravilloso, y ya no es solo su amor entre ambos, sino el que darán al pequeño que al parecer se acomoda y está despertando de a poco.

Al romperse aquel beso, el suspiro en los labios del peli azul se hace presente.

-Necesitaba un beso tuyo… Demasiado…- Poco a poco va dejando sus miedos de lado para solo concentrarse en su hermosa familia.

-Yo igual…- Una hermosa sonrisa se dibuja en el rostro del peli celeste, que ahora mismo lo lleva en una trenza baja, para que esté más cómodo, aunque la bata del hospital y las sábanas que lo cubren hasta la cintura le dan suficiente calidez.

Pero eso dura poco, cuando siente como una especie de humedad en su pecho, por sobre la tela se hace presente… Y algo más que empieza a presionar.

-¿Eh?- Gira su vista hacia esa zona y nota algo verdaderamente tierno, que no puede evitar sentir alegría -¿Tienes hambre?-

Y sin pensarlo dos veces, maniobrado con cuidado, para descubrirse su hombro y el pecho izquierdo, de donde no sólo siente esa humedad por la tela y la saliva de su bebé que ya quiere comer, sino que su cuerpo también reacciona produciendo leche materna.

-Debes estar hambriento mi lindo bebé. Perdóname por no darte de comer antes- Sentir como la boquita de su hijo se acomoda perfectamente para comenzar a succionar por primera vez el alimento que es solo para él.

Albafica luce radiante, tranquilo, feliz, admira el precioso rostro de esa criatura que necesitará mucho a sus padres de ahora en adelante…

La escena la contempla atento el peli azul, que no pude evitar prestar total atención, pues le parece demasiado adorable, como sexy…

Y más al pensar las veces que se adueño de esos pechos, como las suaves mordidas a esos pezones… Para hacer disfrutar a su Doncel.

-Que adorables se ven los dos- Le susurra al oído a Albafica -Tengo un esposo precioso, y un hijo muy adorable… Creo que ya gane en la vida…- Es coqueto en su forma de actuar y hablar… Aunque no niega que también desearía ser consentido así por su Doncel, pero esperara por ello el tiempo que sea necesario.

Primero debe recuperarse por completo su esposo.

Sonrojado de las mejillas, mientras acomoda perfectamente a su bebé para comer, suspira -Igual yo… Tengo lo que más he querido en esta vida… Te amo Manigoldo- Se siente mucho mas seguro y tranquilo mientras está con su esposo y bebé.

-Te amo mucho Albafica y gracias… Por darme un hijo, tan lindo… Que incluso se parece tanto a ti- Una ligera risita se hace presente –Tiene tu lindo lunar- Jamás dejará de encontrar similitudes entre se amado esposo y el pequeño Afrodita, que al fin disfruta de la compañía, calor y amor de sus dos progenitores.

Después de ese pequeño episodio que casi le costaba la vida a Albafica… Al fin pueden estar calmados los tres.

Esa pequeña familia, pueden estar en paz.

Y a partir de este día, empezaran a disfrutar de más cosas que la paternidad les dará…

Puede que algunas noches no duerman del todo bien, que el cansancio sea demasiado, pero… Saben que eso no importará, pues un precioso regalo que la vida les ha dado, se debe atesorar, amar y proteger, como así lo ha dictado siempre su amor por su amada pareja.

Además, deberán aprovechar este momento de tranquilidad, pues… No tardará mucho para que sus familiares y amigos deseen conocer al pequeño bebé que sin duda al crecer robara más de un suspiro, igual como lo ha hecho su papá y también su padre.

Después de todo, se dice que los hijos concebidos y nacidos en un hogar lleno de amor, llevarán la fortuna de una combinación perfecta de los padres…

Bueno, eso es en la mayoría de los casos, y esta vez no es la excepción.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo me encuentro bien, jajajaja algo por que aparte de cosas cansadas, también muchas alegres están pasando en mi vida y eso es algo que me hace estar super chida.

Ademas que como no me quedo quieta, muchas cosas están por pasar en mi vida personal y bueno, solo debo esforzarme mucho, pero...

No estamos aquí para que les escriba de esto, si no... Para leer un One Shot, donde casi Manigoldo siente que su vida se destruye, y Albafica casi muere y con un bonito y lloroncito Afrodita que solo quería estar junto a su papi...

Jjajajaja espero que disfruten mucho este One Shot y que feliciten al terrón cumpleañero, se que fue hace mas de un mes, casi dos, pero... Espero me entiendas terrón, al fin te doy un pequeño presente Korosensei86.

Ahora a cantarle la canción oficial de la familia terrón de azúcar

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Korosensei86 tu cumpleaños si que si. 

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Korosensei86 tu cumpleaños si que si. 

Mil gracias a todos mis terrones de azúcar, que me leen, disfruten el contenido, comentan y votan, de verdad no saben cuanto se los agradezco, por que me hacen sentir que de verdad les gusta cada cosita que se me ocurre.

Bueno, sin mas... Cuídense mucho, hagan caso a todo tipo de medidas, estense atentos siempre de cualquier situación que acontezca a su alrededor, estén atentos siempre y no se distraigan mucho ¿Si?

Los mega quiero a todos.

Ammu se va. 


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