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Egoísta. por Vera Whitelie

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Notas del capitulo:

Capitulo nuevo.

 

Caín estaba esperando fervientemente a su madre mientras esta se arreglaba el elegante saco, miro a su padre en traje y a el mismo con uno igual pero más pequeño, se veía bastante guapo con el cabello peinado hacia atrás, estaba seguro de que si su abuela le viera estaría avergonzándolo a cada rato.

— Caín, recuerda que los amigos de tu padre son extranjeros, trata de ser amable — El pequeño asintió con la mirada clavada en los bonitos ojos de su madre.

— Me portare bien.

después de terminar los arreglos ellos subieron a un auto elegante, su padre había recibido un esperado ascenso en su trabajo, la familia estaba tan feliz, pero entonces su padre empezó a asistir a este tipo de eventos con más frecuencia, aunque realmente no le molestaba, recibía halagos de personas mayores y había rica comida, normalmente se la pasaba jugando solo en los grandes jardines  de la casa del jefe, sin embargo ese día un pequeño niño pelinegro con curiosos ojos rasgados había llegado al lugar.

— Caín, saluda — El nombrado estiro la mano con curiosidad, un tímido niño le miro, escondido detrás de su madre, casi con desconfianza, como si de un gatito se tratase, tiempo después sería el apodo que Caín usaría con Yawhi.

— Mi nombre es Caín, mucho gusto — El niño le estiro la mano.

— Yawhi — El rubio volteo a mirar a su madre sorprendido de no entenderle.

— Su nombre es Yawhi — Su madre trato de pronunciar bien el nombre extranjero — Él no sabe mucho ingles así que deberás tener paciencia.

Después de ello fueron dejaos solos en los jardines de la casa, Caín se dedicó a recorrer y buscar insectos por los arbustos, Yawhi solo le siguió de lejos, mirándolo.

— Mira, encontré una oruga — Caín la tomo entre sus manos y corrió a mostrársela al niño que le miro con miedo y soltó unas palabras que no entendió.

— Y-Yo lo siento, pero no te entiendo — rápidamente soltó al insecto cuando vio las lágrimas de Yawhi salir.

— Me asusta — Yawhi pronuncio con un mal inglés, pero fue suficiente para que el rubio le entendiera, le tomo de las manos y lo arrastro hacia una de las bancas de piedra, cerca del pequeño estanque de peces.

— Perdóname— El rubio se disculpó colocando una de sus manos sobre su cabeza, el pequeño pelinegro entendido y meneando la cabeza en señal de que no pasaba nada, entonces ambos quedaron sentados en silencio, escuchando la melodía de las aves y del viento, Yawhi pensó que estaba demasiado a gusto para estar en un lugar desconocido, por el otro lado Caín movía una de sus piernas de manera inquieta, casi incapaz de estar sentado por dos minutos, se puso de pie y corrió al estanque, al mirar los peces se emocionó.

— ¡Yawhi! — Corrió hacia el nombrado, le tomo de la mano y le forzó a seguirlo — ¡Mira! Un pez, ¿Puedes decir pez?

Yawhi miro al estanque repleto de pececitos pequeños, casi transparentes si no fuera por las líneas de colores en las aletas y la cabeza, sus ojos brillaron con emoción, nunca había visto algo parecido.

— P-Pez — Repitió con timidez, entonces Caín le miro con sorpresa — Es un pez, C-Caín

La voz fue suave, la pronunciación fue mala, pero el sentimiento que nació dentro del rubio arraso con todo lo que un niño podía sentir, incluso sintió su estómago revolotear ¡Había dicho su nombre! No lo pudo evitar, solo se abalanzo con fuerza para abrazar a Yawhi, sin embargo, al estar al borde del estanque ambos cayeron inevitablemente.

— ¡Mama!  — Escucho al pelinegro gritar y llorar fuertemente, ambas madres aparecieron enseguida después de que unas sirvientas los sacaran del estanque empapados, Yawhi lloraba fuertemente y Caín pedía perdón repetidamente, fue una anécdota cuyas madres contarían después, algo dentro suyo se lo dijo, él lo recordaría.

Después de ese día, los encuentros en la casa se hicieron más frecuentes, se visitaban tres veces por semana por alrededor de dos meses, al parecer el negocio de sus padres estaba dando frutos en tan poco tiempo, cosas que a él no le importaba, lo único que rondaba en su mente eran esos bonitos ojos y la sonrisa tímida de Yawhi, durante el tiempo que pasaron juntos se dedicaron a jugar, interminables historias de caballeros, barcos piratas y pintura en papel, incluso ambos comenzaron a decir palabras del idioma del otro, tanto que la pronunciación al decir sus nombres era perfecta, cosa que no importaba  en Caín ya que “Gatito” se había vuelto su apodo favorito para el pequeño pelinegro.

Tal vez, ese bonito tiempo hubiese durado más, tal vez hubiesen crecido juntos, tal vez se hubiesen amado por más tiempo, sin embargo, pago muchísimo por ese momento, por un recuerdo que sería borroso con el paso del tiempo.

Para la cuarta semana del quinto mes, ambos habían estado felices en la fiesta de presentación de un producto, Caín recuerda usar el esmoquin de cuando conoció a Yawhi, eso le puso feliz, estaba seguro de que recibiría mucha más suerte si lo usaba.

— ¿Ya llevas el regalo? — Su madre le pregunto mientras Caín asentía feliz, quería ser recordado toda la vida así que había forzado a su madre a comprar unas pulseras a juego de mejores amigos, habían sido solo un poco costosas, pero él pensaba que valían la pena.

No paso mucho tiempo en la fiesta cuando los padres de Yawhi aparecieron, apenas los niños se miraron salieron corriendo hacia el jardín, los mayores sonrieron enternecidos, incluso la madre reservada de Yawhi, si hubiesen prestado un poco más de atención, notarían la mueca de asco del padre del pelinegro, sin embargo, nadie lo hizo.

Para la media noche ambos estaban en un pequeño salón infantil, con una pantalla gigante, mientras veían una película.

— Hey gatito… — Caín se había sonrojado cuando Yawhi le miro sonriente, con las mejillas rojas y un poco de chocolate en sus labios, ambos rieron nerviosos por la cercanía — Y-Yo te compre algo.

Rápidamente el rubio saco una caja de su mochila al ver el rostro de confusión del otro, conocía esa mueca, esa que decía “No te entiendo”

— Esto — Abrió la cajita, dejando a la vista unas pulseras plateadas — Este es tuyo.

Saco el pequeño aro que tenía grabada la inicial con la letra “C”.

— Y este es mío — El rubio tomo el que tenía la ”Y” grabada, Yawhi sonrió emocionado, estirando su mano para que Caín le colocara la pulsera en la muñeca, esto les hizo sonrojarse a ambos.

— Ya está — Para cuando la pulsera adornaba la mano del pelinegro ambos se miraron a los ojos, disfrutando de su primer amor. Ambos saben que fue un impulso, mero deseo infantil, cuando Caín había sentido los labrios de Yawhi sobre los suyos en un pequeño e inocente beso, no pudo hacer nada más que sentir todo su cuerpo caliente, Yawhi le había besado, algo tan extraño se instaló en su estómago y sus rostros explotaron en un rojo carmín.

— ¡Que estás haciendo con mi hijo! — Una fuerte mano arranco a Yawhi de sus brazos, miro asustado a la madre del pelinegro y como este comenzaba a llorar con fuerza.

— C- Caín — Su nombre fue pronunciado por los labios de su amigo, estiro la mano para agarrarlo y evitar que se lo llevaran, pero la madre de Yawhi le dio un manotazo y lo empujo lejos, escucho al pequeño pelinegro decir algunas cosas, escucho la palabra “Yo” y “Beso” pronunciadas con llanto, pero la mujer parecía cada vez más furiosa, una fuerte bofetada callo en la mejilla de Yawhi, los ojos del pequeño se llenaron de lágrimas, entonces Caín comenzó a forcejar con la mujer.

— ¡Yo lo bese! ¡Señora yo lo bese! ¡No le pegue por favor! — Su voz sonaba desesperada, no sabía que habían hecho mal.

— ¡No vuelva a tocar a mi hijo! — Su madre apareció al instante y le abrazo evitando que pudiera salvar a Yawhi, al momento en que la madre del pelinegro vio a su esposo comenzó a decir cosas y este enrojeció de la furia con cada palabra pronunciada.

— ¿Qué está pasando? — Su padre entro después, confundido.

— Estas despedido — El jefe le respondió con un inglés perfecto, con gritos y el malestar en su cara — Tú y tu hijo homosexual pueden largarse de mi casa.

 Los gritos de Caín cesaron en ese momento, ¿había sido su culpa? Recuerda a su madre alzar su mochila y su bolso mientras le cargaba acurrucándolo entre su pecho, recuerda que levanto el mentón muy alto.

— Siento lastima por tu hijo — Dijo su madre, no le importo si la otra mujer le había entendido, o no, ella solo se retiró, su padre sonrió y se levantó junto a ella, la familia salió con orgullo de ese lugar.

Nadie le culpo, sus padres le abrazaron y le pidieron perdón por haberle metido en esa casa.

— Mama, yo no lo bese — Su madre que aún lo arrullaba en los asientos traseros de coche permaneció en silencio — Pero me gusto que lo hiciera.

Sus lágrimas salieron en ese instante, fuerte y claro, su madre le sentó y le miro a los ojos.

— Lo sé, Yawhi es un niño muy lindo ¿Verdad? — Vio a su hijo asentir — Lo que sentiste es amor, el más puro amor que un niño puede sentir, inocente y bonito, no te sientas jamás culpable por lo que sientes, pero debes entender que hay personas que odian el amor.

— ¿Por qué?

— Porque ellos no lo recibieron de nadie, y ahora quieren arrebatárselos a las personas que lo tienen, debes ser muy fuerte, mi bebe.

— ¿Lo volveré a ver? — Sus ojos fueron limpiados por su madre, tenía miedo, quería ver a Yawhi, quería abrazarlo y besarlo también, quería seguir a su lado.

— Si tu amor es tan puro y bueno y si el siente lo mismo, definitivamente lo veras…

Recuerda que su padre tuvo dificultades para encontrar otro trabajo, recuerda que incluso se tuvieron que mudar a una casa más pequeña, diez años después el comenzó a trabajar y a estudiar, su amor por corea había crecido aun que realmente era malo para aprenderlo, aquello no le impidió visitarlo después de ahorros interminables y dificultades, tenía la esperanza de encontrar a Yawhi por las calles de corea, sin embargo a quien encontró fue a un joven castaño, amable y sonriente, Jooin había llamado su atención, no va a fingir que no le cautivo, su piel de marfil que solo los asiáticos tenían y sus bonitos ojos, el realmente no sabía que era algo cercano a Yawhi, eso fue pura coincidencia, algo que él llamaba “Destino” porque de no haber conocido a Jooin, jamás hubiese podido encontrar al pelinegro.

 

 

Notas finales:

Si, yo también quiero matar a la mama de Yawhi ????


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