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Azkaban por Liss83

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Con el cuerpo temblando Fred giro lentamente sobre sus talones para encarar al hombre que lo miraba con una sonrisa en los labios recostado en la pared de la ducha estaba nada más ni nada menos que Fenrir Greyback, el reo más peligroso de Azkaban  

 

 

 

-          No puede ser – susurro el pelirrojo

-          Tan linda como siempre mi hermosa cachorrita – dijo Fenrir sin perder la sonrisa mientras Fred miraba de reojo hacia todos lados – ¿estás buscando la cama para ponernos al día? – pero con un ágil movimiento se deslizo entre sus piernas y  salió del baño – pero que escurridiza resultaste

-          No te muevas – dijo Fred apuntándolo con un arma sentado en el suelo junto a la mesita de noche

-          Fred. Fred. Fred – dijo Fenrir metiendo las manos en los bolsillos mientras se giraba para mirarlo – no te hagas esto. No quiero que la primera caricia que te dé después de meses sin vernos sea una correctiva – y empezó a caminar lentamente hacia él –. Suelta eso

-          ¡No te muevas, maldito bastardo! – grito Fred pero Fenrir seguía acercándose – ¡Detente! – y tiro del gatillo pero nada salió. Lo intento varias veces pero nunca se disparo

-          ¿Acaso mi cachorrita intento matarme? – pero una bofetada cruzo su rostro tirándolo al piso haciéndolo perder el arma

-          No por favor – suplico Fenrir llorando desde el suelo –. No lo hagas

-          Un par de semanas sin vernos y ya se olvidó tu lugar – dijo Fenrir moviendo la cabeza negativamente – niña mala. Tendré que volverte a educar

-          Fenrir detente por favor – suplicaba Fred arrinconado  entre la cama de noche y la cama – ya se acabó

-          Sabe lo que pasa mi querido detective – dijo Fenrir sentándose en la cama para cerrarle el paso – que en cuanto lo vi supe cuál era su talento innato, y no voy a permitir que el hecho de ya no estar en Azkaban desperdicie ese don  – y Fred cerro los ojos al sentir como su rostro era acariciado –. Pero para que veas que no vine con las manos vacías… – saco su celular y marco un numero – ponlo en pantalla – dijo antes ofrecerle el celular al pelirrojo – es para ti – sin embargo Fred miro con desconfianza el celular satelital – la llamada al otro lado del planeta es un poco cara, así que contesta rápido

 

 

 

En la pantalla se veía a un hombre fornido y de piel oscura penetrando a otro hombre sin contemplaciones mientras el segundo aullaba de dolor amarrado a una cama vieja mientras lloraba desesperadamente. Se escuchaban carcajadas, música alta, brindis. La cámara giro y el ángulo no dejaba lugar a dudas, era una especie de club nocturno. La cámara volvió a girar y esta vez giro arrojando el alma de suelo

 

 

 

-          George – susurro llorando el ex presidiario

-          Ya no más por favor – este imploraba llorando

-          Lee la fecha del diario y el título principal – dijo el hombre que lo violaba y este obedeció de prisa para no recibir un nuevo castigo – muy bien maldita zorra

-          Haz que se detenga – suplico Fred desesperado – por favor. Él no

-          Mi gente se lo llevo hace casi dos años de un callejón de los suburbios de Londres – dijo Fenrir –. Fue tan fácil hacerlo pasar por muerto. Nuestros cuerpo policial está sumamente sobrevalorado – he hizo una mueca – Al principio dio mucha lata pero en cuanto la metieron en cintura fue una sensación ¿te suena? Ahora es la ramera más exitosa de mi establecimiento. Los hombres hacen cola por él desde las seis de la tarde hasta la madrugada solo para darle… algo de cariño – Fred se hizo un ovillo sin dejar de llorar – ven aquí hermoso – dijo tocándose su muslo – no seas tímida. Ven – lentamente Fred se arrastró hasta hincarse entre sus piernas y Fenrir le acaricio el rostro – ¿De verdad creíste que podrías escapar de mí? Tú eres mío. Solo mío. Mi juguete privado. Y no porque yo lo hubiera decidido, sino porque a ti te encanta eso. Te encanta tener a un hombre entre las piernas. Te fascina que te tome. Que te someta. Incluso compraste un consolador que te recuerda a mí – le beso suavemente los labios – yo se tu mejor secreto. Ese que nadie imagina. Ni siquiera George – y lo contemplo unos segundos, se veía tan hermoso y sumiso –. Acepta tu destino y yo te lo cumpliré

-          ¿Y si no lo acepto? – dijo Fred

-          Puedes ser una buena cachorra – dijo Fenrir quitándole el polo – y te tratare como a una diosa. Nadie te tocara

-          ¿Cómo en Azkaban? – gimió Fred mientras le mordisqueaban el cuello

-          Como en Azkaban – dijo Fenrir tomándolo del brazo bruscamente para ponerlo de pie y arrojarlo a la cama mientras se abría el pantalón –. O puedes ponerte difícil, te llevo a la fuerza y cuando me aburra de que me entretengas pasas a ser de dominio popular de mis clientes

-          No me dejaras ¿verdad? – dijo Fred mientras Fenrir se acostaba sobre él acariciándole los muslos

-          Tú eres solo mío – dijo Fenrir –, tú solo puedes decidir si por la buena o por la mala. Ahora dilo – y le da una bofetada –. Te quiero escuchar

-          Lo extrañe mucho… – dijo Fred con una sonrisa muy parecida a la de Fenrir – Alfa – y lo beso desesperadamente –. No tiene idea cuanto

 

 

 

­___________________________________

 

 

 

Llevaba más de un año encerrado en aquel lugar. Abusos sexuales, físicos y psicológicos eran su pan de cada día. Un plato de comida al día y un coctel de drogas que le impedían huir de ese lugar. Acostado en es cama sucia y destartalada aun recordaba aquella noche en ese callejón

 

 

 

***FLASBACK***

 

 

 

-          Esto no está funcionando – dijo George –,será mejor hablar con el jefe

-          No lo entiendo – dijo Fred –. La pista era solida

-          La pista solida era la de la penitenciaria – dijo George– pero te empeñaste en mudarte aquí a oler flores

-          Pero ya es tarde para… – dijo Fred cuando escucho un ruido en la oscuridad

-          Escóndete – ordeno George

-          Pero… – dijo Fred

-          Pase lo que pase no salgas – dijo George mientras ayudaba a su hermano a entrar a un contenedor de basura – mejor ni respiras – y bajo la tapa de este

 

 

 

A los pocos segundos escucho pasos que se acercaban, cuadro los hombros y lo decidió, protegería a su hermano con su vida de ser necesario

 

 

 

-          Pero mira que belleza tenemos aquí – dijo Alecto

-          Yo… – dijo George – solo estoy de paso. No quiero molestar a nadie

-          Una preciosura como tú nunca molestaría – dijo Alecto

-          Mire – dijo George –, enserio ya me voy

-          ¿No te gustaría tener comida tres veces al día? – pregunto Alecto

-          ¡Y que comida! – dijo Amycus

-          ¿y qué tengo que hacer? – pregunto George

-          Te lo explicaremos – dijo Amycus

-          Acompáñanos – dijo le susurro Alecto al oído izquierdo mientras sentía un pinchazo al lado derecho del cuello – tranquilo

 

 

 

George sintió como su cuerpo se relajaba y su mente se desconectaba. Unos brazos lo tomaron y lo subieron a una camioneta que apareció de la nada. Alecto subió a la parte delantera, mientras que Amycus subió a George en la parte trasera

 

 

 

-          Esta sucio pero puede que sirva – dijo Alecto

-          ¿Qué si sirva? – pregunto Amycus – no puedo esperar a llegar para probarlo

-          Adelante – dijo Alecto sonriendo – sabes que me encanta ver. Además que así lo disfrutaras más. Escucha, entiende, pero no puede gritar ni llorar. Sabes que es nuestro deber hacer control de calidad a la mercancía

-          Veamos que tesoros escondes – dijo Amycus acostándolo completamente en el asiento y empezó a quitarle el pantalón junto a la ropa íntima – por Dios – es prácticamente una señorita de tan pequeña que es esta cosita

-          Ya me lo imagino enmanillado en el escenario con un baby doll rosa que apena y le llegue a la mitad de los muslos con una muñeca en su brazo – dijo su hermana

-          La sola idea ya me encendió – dijo Amycus acomodándose entre sus piernas mientras lamia sus tetillas – una delicia – y Alecto sonrió – ¿Será virgen?

-          Supongo que si lo es  dejara de serlo antes que llegar a la casa de  la diversión – dijo Alecto

-          Veamos si sabes también como te ves – dijo  Amycus y se fue enterrando lentamente en el pelirrojo – ¡oh por Dios! Esta muñeca sí que… ¡Ah! – cerro los ojos

-          Tu cara lo dice todo – respondió Alecto sonriendo

 

 

 

Las lágrimas de George cayeron sin que él siquiera se las pedirá limpiar

 

 

 

***FIN DEL FLASBACK***

 

 

 

Las heridas que le provocaban lo grilletes en sus tobillos estaban al rojo vivo dolían, aunque no tanto como su orgullo. Era solo un juguete y cada día sus esperanzas de escapar morían un poco más

Hacia un par de meses se había armado un gran revuelo cuando una noche había llegado aquel al que llamaban Alfa había llegado. Esa noche, todos se esforzaron por que fuera el mejor de los show. Sin embargo  en cuanto subió al escenario la música se detuvo y a él lo bajaron de inmediato. Lo llevaron a una habitación lujosa

 

 

 

-          Buenas noches cachorrita – dijo un hombre alto y fornido pero por experiencia propia opto por no contestar

-          Te saludaron – dijo lo hombre que lo había llevado zamarroneandolo

-          Buenas noches – dijo mirando el suelo

-          ¿Qué te llamas? – le preguntaron

-          George – dijo este

-          Eres hermano de Fred ¿cierto? – dijo el hombre

-          No sé de quién habla – dijo Fred tratando de disimular su sorpresa

-          Claro que lo sabes – dijo el hombre caminando a su alrededor y parándose detrás suyo – tu hermano y yo nos conocemos muy bien – rodea su cintura y su mano derecha empieza a masturbarlo suavemente

-          No, por favor – suplico el pelirrojo cerrando los ojos – no

-          Tranquila pequeña – dijo el hombre – desde hoy nadie te tocara. Nadie que no sea yo

-          Déjeme ir – suplico George

-          ¿Para ir a decirle a tus amigos del Scotland Yard donde encontrarme? – pregunto el hombre – no señorita. Usted se ve muy bonita ahí, en mi cama. Desde hoy es donde despertaras el resto de tu vida o al menos hasta que me aburra – y lo arrojo a la cama boca abajo

-          No quiero – suplicaba llorando George mientras el hombre le abría su pantalón – por favor no

-          Fenrir – le susurró al oído el hombre de atrás mientras apoyaba todo su cuerpo en la espalda del detective – no lo olvides gritarlo alto cuando te hagas tocar el cielo. Fenrir – susurró arrancándole el pantalón

 

 

 

Gritos desgarradores se escucharon en todo la habitación

 

 

 

 


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