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Bad Death por MorganaDark

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El ambiente se puso tenso que hasta se podía sentir en el aire, muy pesado. 

 

Me aclare la garganta y conteste – Nadie me cortejo cuando no estabas, menos ahora – 

 

-¿Nunca te han cortejado? – Sasuke se sorprendió, con los ojos abiertos y los labios apretados. Negué con la cabeza ligeramente avergonzado – No lo sabia ¿Soy el primero? – 

 

Sentí mi rostro arder; podía notar el aire calentándose en contacto con mi piel.

 

-No lo sé – dije, agarre mi copa para beber y ganar tiempo -¿Me estas cortejando? –

 

-Si quisiera ¿Me dejas? – 

 

Solté una carcajada. 

 

-¿Qué es lo gracioso? – 

 

-Que me estés preguntando, dormimos juntos – no aparte mi mirada en sus ojos negros – Sería estúpido que no te dejase –

 

-Entiendo – parecía tan satisfecho consigo mismo que note mariposas en mi estómago. 

 

Comimos en silencio un buen rato, hasta que ya no pude aguantar más, sentía que mi estómago iba a explotar. 

 

-¿Alguna vez te enamoraste de Sakura? – me atreví a preguntar al final. El negó con la cabeza -¿Aunque sea inteligente, bonita y...? – 

 

-Naruto – me interrumpió con suavidad – Hay muchas mujeres como ella. Mi padre me había presentado muchas como Sakura y ninguna me atrajo la atención – 

 

Sonreí despacio. 

 

-¿Y yo que? – me atreví a preguntar con tono desafiante - ¿Crees que yo no quiero dinero y vivir bien? Porque mataría para poder pagar mis deudas, dormir tranquilo y ver feliz a mi madre y... pararlo todo – 

 

Sasuke sonrió. 

 

-Pero no me has matado y duermes en mi cama ¿Cuándo planeas asesinarme? 

 

-Eh – fruncí el ceño – En primera si quisiera matarte, no te diría el cuándo y aparte no quiero mancharme las manos de sangre –

 

-Entonces ¿Qué harías? – Sasuke se reclino en su silla; parecía encantado y divertido, como si acabase de encontrar su película favorita al cambiar de canal en la televisión. 

 

Hui de su mirada intensa y deslicé la yema de mi dedo índice por el borde de la copa, que resplandecía bajo las lámparas de cristal. 

 

-Bueno...- empecé despacio – Si quisiera tu dinero...supongo que te robaría –

 

-¿Dinero? –

 

-No – La verdad es que no había visto ni un solo billete en todo el tiempo que llevaba con él, pero no hacía falta; todo hablaba por si solo y la riqueza se respiraba en el aire como un perfume. Las tarjetas, los coches, la ropa, las joyas... - Robaría las joyas – dije en voz alta – Me llevaría todas las joyas y las vendería y mandaría el dinero a mi madre – 

 

-¿Y como piensas escapar? – Sasuke alzo una ceja burlona. Se veía perfecto allí reclinado, con las manos relajadas sobre la mesa y la picardía chispeando en sus ojos negros. El traje le quedaba perfecto como si se lo hubieran cosido sobre el cuerpo y los anillos en sus manos solo resaltaban los grandes y bonitas que eran. Parecía un modelo experimentado posando para una sesión de fotos profesional, rezumando confianza y seguridad por cada poro de su piel, digno de un alfa. 

 

Respire hondo. Se me había olvidado de que hablábamos. 

 

-Eh... no me voy a escapar – dije al final, algo confuso. El ladeo la cabeza. 

 

-Si me doy cuenta de que me faltan joyas, tendré que matarte – señalo de forma casual, como si me estuviera hablando del tiempo. 

 

-No – negué con la cabeza con expresión seria, como si sus palabras no me hubieran turbado – No te vas a dar cuenta. No voy a agarrar todas las joyas de una vez, voy a robar una que dejaste en el lavabo y luego voy a fingir que otra se a perdido en el viaje – 

 

-Vaya – su sonrisa se amplió – Eres listo. Eres más listo que Sakura –

 

Casi solté una carcajada; me cubrí la boca con una mano. 

 

-Lo aprendí todo yo solo – 

 

Ahora fue el turno de Sasuke de reír. 

 

-Entonces – dijo al final – Si estas muy bien preparado ¿Por qué no lo haces? ¿O ya empezaste y no me he dado cuenta? –

 

Sonreí, pero un camarero apareció en la mesa antes de que pudiese contestar. Tartamudeo ligeramente los postres que estaban en el menú, Sasuke frunció el ceño y pidió algo que no pude entender. 

 

-¿Qué pediste? – pregunte cuando el camarero se marchó. 

 

-Lo especial de la casa – 

 

Solo bastaron minutos para que el camarero regresara con dos pequeños pastelitos de chocolate. Sasuke levanto la vista. 

 

-"Troppo dolce"-

 

-¿Hm? –

 

-Demasiado dulce – me contesto al ver la confusión en mi rostro – Puedes pedir los pasteles que quieras – arrimo el pastel hacia mí.

 

Una pizca de culpabilidad me invadió. 

 

-No puedo robarte – dijo al recordar la platica anterior. 

 

-¿Disculpa? –

 

-No puedo robarte – repetí casi con vergüenza y sus ojos se suavizaron – Eres demasiado amable conmigo. Eres el primer alfa amable que ha habido en toda mi vida –

 

Sasuke se mordió el labio inferior, al parecer quería seguir con la broma, pero acabo sonriendo y cediendo. Parecía que mi respuesta le había gustado a su cuerpo entero; sus músculos se relajaron y sus manos juguetearon con la cucharilla. 

 

-Me compraste como si fuera una simple mercancía – insistí – Pensé que me ibas a tratar como un objeto con lo cual satisfacerse, pero eres amable conmigo, mataste a alguien por mi culpa, eres el único que no me ve como un fenómeno y eso...eso me da miedo – 

 

-¿Por qué te da miedo? –

 

Respire hondo. Tenia que decírselo, no podía andar de cobarde el resto mi vida. 

 

-De que se acabe todo esto – confesé – Cuando veas que tu extraño experimento no tenga éxito – 

 

Sasuke respiro hondo. Vi en su expresión que lo había entendido, así que enmudecí y desvié la mirada. No debí haber dicho eso. Íbamos muy bien. Estaba siendo una cena muy agradable ¿Por qué dije algo tan desconfiado y desagradecido? ¿Por qué lo estropeé y lo convertí en un...?

 

-Cuando era niño, mi padre me entreno para matar – dijo despacio poniendo una mano en el pecho – Era cansado y doloroso, lo único que quería era salir y divertirme como los demás niños. Así que una vez escapé sin que nadie se diera cuenta, corrí hasta el parque donde los demás jugaban, pero ellos al verme, corrieron cuando me supieron reconocer, excepto una persona – 

 

Sentí algo cálido brotar en mi pecho al ver sus ojos negros con un extraño brillo. 

 

-Ese niño, fue el único que quiso jugar conmigo y todos los días me esperaba en el parque, pero cuando mi padre me descubrió, me encerró en el ático y ya no supe más de el –

 

-¿Cómo se llamaba ese niño? –

 

-Eres tú, Naruto -  


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