Capitulo 2.
Regalos simbólicos.
-Que rápido pasa el tiempo- Sin mirar a Shikamaru, Neji, mantenía su mirada fija al libro que sostenía en sus manos, mientras que su pie izquierdo paseaba sutilmente sobre la pierna de su amigo, viajando desde su tobillo hasta pocos centímetros antes de llegar a la entrepierna.
Ambos estaban acostados en la cama del de coleta, uno a cada extremo.
-Estamos a mitad de Julio ya… -Musitó Shikamaru, mirando de reojo a su contrario – Sentimos que el tiempo pasa rápido porque no queremos que así sea.
Neji había llegado hacía 4 horas, había almorzado en casa de los Nara y luego subieron a la habitación del hijo único, en donde habían pasado en silencio la mayoría de ese tiempo, desde que dio inicio el último curso lectivo y ambos se enteraron de sus futuros, los dos se habían mostrado un poco más distante de lo que normalmente ya eran, sin embargo continuaban reuniéndose todos los fines de semana como de costumbre.
-¿Quieres hacerlo?- La pregunta de Shikamaru retumbó en el silencio de aquella habitación, su desfachatez era ya costumbre para el de cabello largo. Ambos se conocían tan bien que no hacía falta ocultar ningún pensamiento.
-Siempre quiero hacerlo.
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Era el inicio de la cuarta y última semana de Julio, en el transcurso de los meses los lazos entre aquel salón se habían estrechado incluso con sus profesores, se les veía más unidos y esto daba una sensación agradable, incluso el mismo Sasuke hablaba más con sus compañeros fuera del su círculo de amistad cercana y las chicas del club de fotografías se encargaban de captar cada momento especial para el álbum que estaban planeando para fin de año.
Naruto y Sasuke continuaban siendo los mismos, continuaban caminando juntos, estudiando juntos, divirtiéndose juntos… Pero nada cambiaba, no había avances por parte de ninguno.
-¿Por qué diablos me gusta tanto?- Sasuke frotaba su sien con moderada fuerza mientras observaba al revoltoso rubio posar para las fotografías de Hinata quien era miembro del Club de fotografías, celos eran los que se revolvían entre su garganta al verle tan cerca de la pelinegra quien claramente se estaba aprovechando de la posición que mantenía y de que el rubio era el ser más ingenuo que conocía.
- ¿Por qué diablos no se lo dices? –Shikamaru bebía un jugo de uva mientras se encontraba acostado en uno de los bancos del jardín, observando con nostalgia el pasar de las nube, daba la sensación de estar flotando.
- Ya es muy tarde –Sasuke por su parte estaba recostado contra uno de los árboles, disfrutando de la sombra que este le proporcionaba. –Estamos a meses de terminar el instituto… Aún ni siquiera me he atrevido a contarle los planes que tienen mis padres…
-Creo que te odiará –Intervino Sai que, al igual que el Uchiha, disfrutaba de una increíble sombra en aquel cálido Lunes de Julio –Yo le confesé mis sentimientos a Gaara el año pasado, pese a que sabía que también se me estaba haciendo tarde.
-No sirvió de nada –Comentó Sasuke con mofa, era costumbre en la relación que tenía con el de tez pálida –Te rechazó de todos modos… Mínimo espero irme con mi dignidad intacta de este pueblo.
-No me rechazó idiota –Se defendió automáticamente el pelinegro –Me dijo que lo dejara pensarlo,
-Pues lleva ya casi un año pensándolo –Shikamaru decidió ingresar a la conversación. –Aunque todos sabemos que mínimo se ven detrás del instituto para estarse manoseando y besuqueando.
Sai con orgullo de aquel comentario asintió con firmeza, como si fuese un hecho histórico –Pues sí… La verdad hemos avanzado un poco, pero igual no quiero presionarle… Después de todo ambos iremos a Tokio a la misma universidad y posiblemente vayamos a compartir dormitorio.
No pudieron continuar con la conversación pues pronto se escuchó la campana que les indicaba el inicio del segundo bloque.
La clase de Iruka siempre era la más ordenada, era el profesor al cual más respeto le tenían, por ello aquella tarde cuando estaban a 40 minutos de finalizar la jornada, Iruka, decidió que debían hacer una actividad.
Explicó a sus alumnos que iban a hacer un intercambio de regalos simbólicos, simplemente necesitaban una hoja y un sobre, repartió los materiales y procedió a explicarles que un regaño simbólico podía llegar a ser más importante que un regalo físico, pues tenían que saber exactamente qué querían sus compañeros y escribirlo en aquella hoja, así sabrían que tanto se conocían entre ellos.
Hizo un par de advertencias, entre ellas que por favor no escribieran ‘’Naruto’’ en la hoja que pondrían dentro del sobre de Hinata, lo cual desconcertó a la mitad del salón pues era lo único que sabían de la azabache.
Entre risas, susurros y comentarios pasaron 30 minutos. Iruka disfrutaba ver como sus alumnos aceptaban las actividades que los profesores les brindaban con tanto cariño para hacer de aquel último año uno inolvidable, algunos se quejaban reclamando que ya eran ‘’adultos’’ pero a final de cuentas siempre terminaban participando.
-Naruto… -Neji dejó la comodidad de su espacio para acercarse al rubio. –Estoy recogiendo las hojas para Uchiha… ¿Tienes lista la tuya?
-Aquí está… -Rebuscó entre todas las hojas que tenía en su escritorio y entregó la que pertenecía a su mejor amigo. Neji tuvo que disimular la maldad en su mirada y rápidamente se alejó del rubio, sin que este sospechara lo mínimo, después de todo era un chico confiado.
Al final de la clase algunas chicas compartían sus regalos simbólicos, dándose cuenta que se conocían muy bien entre todos. Hinata no recibió el nombre ‘’Naruto’’ en sus hojas sin embargo si recibió ‘’Número de Naruto’’ ‘’Fotos de Naruto’’ ‘’Amor de Naruto’’ entre otros. La chica realmente estaba apenada pero al mismo tiempo contenta de saber que sus amigos sabían muy bien sus gustos.
-Álbum fotográfico de nuestra excursión al pueblo vecino- Shikamaru mordió su labio inferior al leer lo que decía en una de las hojas que habían en el sobre, en la esquina inferior yacía la firma del de ojos claros y en su interior yacía un cosquilleo increíble. Recordaba claramente haberle comentado a Neji que se arrepentía muchísimo de no tener los recuerdos que vivieron en aquella excursión pues había sido un día importante para ambos ya que fue cuando ambos tuvieron el valor de aceptar lo que sentían. Habían pasado 3 años desde aquel día y le emocionaba saber que el menor aún recordaba sus palabras. –Joder… -Murmuró al darse cuenta que el Hyuga conseguía quebrantarlo con solo unas palabras.
-¿Qué pasa contigo Sasuke? –Cuestionó Sai. Los tres amigos se encontraban a punto de dar inicio a un partido amistoso así que después de la emotiva clase se habían quedado en el salón para cambiarse. Sasuke había decido no abrir su sobre hasta estar en la casa pero no pudo contenerse y revisó la hoja que marcaba ‘’Naruto’’ en uno de sus bordes.
Shikamaru y Sai le observaban algo confundidos, el azabache parecía haber leído algo que le dejó perplejo. Volvieron a consultarle si todo estaba en orden pero la reacción del de ojos oscuros fue dejarlo todo y abandonar aquel salón.
-¿Qué fue eso? –Shikamaru y Sai se miraron mutuamente sin comprender lo que había sucedido. Mientras que Sasuke corría a toda prisa por los pasillos de aquel largo edificio…
-Una verdadera confesión detrás del gimnasio…..-
Naruto Uzumaki