CAPITULO 4. Tener una actividad al aire libre. Primera parte.
Septiembre pintaba los árboles con una paleta de rojos, amarillos y naranjas. Una vista inolvidable para los habitantes de aquel pueblo que siempre se detenían, aunque sea, unos minutos durante el día para admirar la belleza de otoño.
Sasuke no era la excepción. Transcurrían los minutos de las 6 am, mientras el Uchiha observaba a Naruko. La chica se encontraba adelantando un negocio de su padre, tenían un taller muy conocido entre los pueblos vecinos, siempre tenían trabajo y colaboraba toda la familia.
-Naruto no tardará en bajar Sasuke-kun –La de cabello rubio le dedicó una cálida sonrisa aún sin estarle mirando a los ojos. –¿Qué te has hecho todo este tiempo?
La rubia curiosa sobre aquella relación, cuestionó el hecho de que Sasuke había dejado de recoger al rubio como siempre lo hacía, pese a que vivían al lado, desde aquel suceso detrás del gimnasio, Sasuke siempre salía más temprano y Naruto unos minutos después… Como si ambos se estuvieran poniendo de acuerdo para no coincidir.
-He tenido que llegar más temprano al instituto –Se limitó a mentir, sin remordimiento.
-Estoy listo –Con un pan tostado prensado entre sus dientes, Naruto, salió por la puerta del taller, acomodando un poco su mochila y su uniforme, cuando supo que Sasuke le estaba esperando había bajado de su habitación a toda prisa. Sabía que Naruko estaba abajo y temía que ella abriera la boca con alguno de sus típicos comentarios imprudentes, sabía que su hermana tenía una obsesión con el Boys Love y desde que se enteró de su orientación se había vuelto una maniática.
Sasuke se despidió de la hermana mayor de su mejor amigo y ambos en completo silencio se dispusieron a caminar por aquel sendero. A sus izquierdas algunas casitas de los habitantes, separadas entre sí pues en aquel pueblo todos tenían un buen espacio de terreno y la mayoría de las señoras se dedicaban a crear hermosos jardines o sembrar vegetales.
A la derecha un riachuelo que los vio crecer, era el lugar favorito de ambos por aquellas épocas en las que aún estaban en primaria, cuando no existía preocupación alguna y ambos creían que vivirían en aquella fantasía por siempre.
Los días posteriores a la confesión, parecía que ambos habían decidido omitir aquel día. Sasuke comenzó a irse más temprano y Naruto siempre más tarde con tal de no coincidir en el camino. En el instituto actuaban con total normalidad, los dos pudieron disimular muy bien el peso que cargaban sobre sus hombros durante todos esos días, pero fue Sasuke quien flaqueó primero y decidió, luego de muchos días, esperar al rubio como lo había hecho desde la niñez.
-¿Seguiremos actuando de esta manera? –Interrogó Sasuke. Miró de reojo al más bajo, quien a paso firma caminaba a su lado.
Naruto no cambió su gesto, por dentro estaba siendo un manojo de nervios pero no quería que el Uchiha se percatara –Yo solo no quiero incomodarte.
-¿Lo que sientes por mi tendría que incomodarme Naruto? Entonces… ¿Te incomoda lo que yo siento por ti?
- ¡No! – Exclamó automáticamente el blondo, lo menos que quería era que Sasuke se sintiera mal –No me refiero a eso… Es solo que todos están tan ocupados con el examen de admisión de las universidades a las que irán que… Creí que pedirte hablar sobre el tema iba a ser una molestia para ti –Sus ojos llenos de sinceridad enternecieron al de cabellos oscuros, quien en su interior reafirmó sus sentimientos.
-¿Sabes qué? –Uchiha siempre era caracterizado por ser una persona seria, de pocas expresiones pero cuando estaba Naruto ese Uchiha Sasuke podía cambiar completamente, sorprendiendo a cualquiera; entre ellos a su enamorado –Aprovecharé los meses que me quedan de instituto…No me importa si está mal, o lo que vayan a decir.
Naruto no entendió a lo que se refería hasta que pudo sentir una mano tibia acercarse a la propia. Ambos caminaban por el sendero que pronto les llevaría a las puertas del instituto. Sin poder reaccionar, Uzumaki, ya se encontraba con su mano entrelazada con la del azabache ¿Qué quería decir aquel gesto? ¿Acaso estaban omitiendo la charla que tendrían que haber tenido acerca de aquella situación? Sasuke estaba saltándose un paso, pero ¿Por qué eso no le disgustaba?
Un rubor adornó sus mejillas y por instituto tiernamente apretó aquel agarre. Se sentía feliz, correspondido… Pero ¿Qué dirían los demás?
Tan pronto llegaron automáticamente llamaron la atención, era un pueblo chiquito y pese a ser un edificio, de instituto, grande no todos sus pisos estaban ocupados ya que era suficiente con los dos primeros pisos, los próximos 3 pisos eran ocupados por los clubes que formaban los alumnos o incluso se habían atrapado a algunos adolescentes haciendo cosas indebidas.
Algunas personas ya se veían venir aquella sorpresa, el rumor de que los dos amigos tenían una relación más cercana, de lo acostumbrado, rondaba entre los pasillos del instituto. Pero siempre estaban los que se lo tomaban con gran sorpresa.
-¡Ese es mi Sasuke! – Se dejó escuchar Sai, quien en un movimiento brusco se abalanzó sobre él azabache pasando su brazo sobre los hombros ajenos, detrás de él venía Shikamaru, acompañado de Neji, este segundo miraba con un poco de celo aquella escena, nunca había sido tomado de la mano por parte del Nara, aún así en el fondo se encontraba feliz por su amigo.
- ¡Naruto! –Kiba se unió al encuentro.
Los jóvenes terminaron por llegar juntos al salón, riendo, compartiendo aquel grato momento entre bromas y felicitaciones, ni Sasuke ni Naruto lo hicieron oficial en ese momento pero sabían que algo había entre ellos, algo distinto, algo especial… Algo que por el momento no querían nombrar pero disfrutarían el tiempo que pudieran.
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Hojas rojas paseaban por el lago, octubre estaba finalizando y ellos habían decidió hacer algo distinto aquel fin de semana. Era sábado por la tarde y el grupo peculiar de amigos optó por alejarse un poco del pueblo y detenerse a los pies de un hermoso lago que reposaba en medio de las montañas rojizas. El padre de Shikamaru había ido a Tokio hacía unos meses atrás y había comprado tiendas de acampar para su hijo, sabía que les gustaba alejarse a veces un poco del pueblo y tenían que quedarse incluso bajo algunos árboles, lo cual tampoco estaba mal con una fogata y unos futones, pero quería que su hijo tuviera mejores experiencias junto a sus amigos, quería que hiciera los mejores recuerdos antes de abandonar el pueblo a finales de marzo del año siguiente.
Tenían aproximadamente 3 horas de luz y mientras tanto Gaara discutía con Sai, pues quería compartir la tienda con Kiba pero el de tez pálida insistió en que Kiba debía dormir con Akamaru, quien siempre andaba con ellos; alegaba que le parecía injusto que el animal durmiera sin su dueño; lo cual le parecía ilógico al de cabellos rojizos, sabía que el de cabello oscuro podría convertirse en Sai Tentáculos durante la noche.
-Sosten esto y deja de quejarte –El más alto le entregó algunas varillas que irían incrustadas en la tierra para poder sostener por si hubiese corrientes de viento.
-Deja que te ayude a ponerlas –Pese a saber la respuesta, quiso intentarlo.
-Yo lo hago, tú solo sostenlos y pásamelos cuando te lo diga.
Gaara no pudo evitar aprovechar estar fuera del ángulo visual de Sai, para así poder disfrutar a gusto de la pequeña sonrisilla que se cruzaba en sus labios, siempre que estaban juntos el de cabello oscuro era muy caballeroso pese a su personalidad tan extrovertida e insoportable en algunas ocasiones. Le daba una pequeña sensación de estar construyendo un nidito de amor junto con su amado… Quiso golpearse a si mismo ante aquellos pensamientos.
Mientras tanto Sasuke y Shikamaru, quienes hacía unos minutos habían terminado sus tiendas y habían mandado a Neji y Naruto a ayudarle a Kiba, ellos se dispusieron a buscar leña para encender la fogata, entre una amena charla Sasuke dejó saber algo que tomó por sorpresa al de coleta, quien como era de costumbre… Gritó.
-¡¿Cómo putas me vas a decir que Naruto y tú ni siquiera se han besado?! –Incluso se detuvo de su labor, mirando a Sasuke como si se tratase de un loco recién escapado del manicomio. –Te juro que hasta Neji y yo apostamos sobre en cual casa estaban cogiendo.
-Imbécil-Murmuró Uchiha, increíblemente irritado ante aquel descaro de lengua que tenía su amigo –Si sigues diciendo estupideces te partiré la cabeza con un tronco, le diré a tus padres que te comió un oso.
-Lo siento –Shikamaru continuó con su labor, aún sin poder creerlo –Pero es que ustedes llevan casi dos meses siendo lo que sea que son… ¿Cómo es que siquiera se han besado? ¿Qué diablos hacen cuando están juntos? ¿Juegan a las muñecas?
-Es complicado, Naruto es demasiado inocente –Sasuke se veía un poco desilusionado – Casi nunca estamos solos, él le tiene pavor a eso y siempre busca la manera de que alguien más esté con nosotros… De hecho –Una pequeña sonrisa distorsionó los labios de Uchiha-Por eso te dije que ya venía siendo hora de utilizar las tiendas.
-Aaaah, Eres un maldito pervertido Uchiha –Terminó de colocar el último pedazo de tronco, sobre aquella pequeña pila que tenía entre sus brazos - ¿Piensas violar a tu pequeño e inocente Naruto.
-No seas imbécil… No pienso hacer nada que Naruto no quiera… -Suspiró, sabía que había una posibilidad muy alta de que Naruto huyera a los brazos de Kiba durante la noche. –Pero quiero intentarlo… Sería la primera vez que dormimos juntos, quizá consiga algo más que un beso.
Shikamaru solo se dignó a reír, estaba emocionado por el plan de su amigo pero en el fondo también sabía las posibilidades de que todo saliese mal. Aún así le apoyaba…
Sasuke por su parte… Haría su mejor esfuerzo.