Ethan temblaba de frío junto al director, ambos de pie en mitad del patio, cuando, de repente, una de las puertas de servicio del Hogar de Conversión se abrió, dejando salir a Tom. No obstante, la cara de confusión que traía, mutó en un gesto de asombro al ver el estado en el que se encontraba Ethan.
- Eth...- susurró para sí, dirigiendo posteriormente la mirada hacia su padre. - ¡hijo de puta! ¿¡Qué le hiciste!?- Tom se disponía a increpar al director, cuando éste sujetó a Ethan del cabello y apoyó el cañón de un arma en la sien del muchacho.
- No des un paso más, Thomas. O no dudaré en dispararle.-
- Tom… Lo siento... - La voz quebrada del castaño delataba el agotamiento y la angustia que estaba experimentado.
Tom se detuvo de inmediato, aterrado por la imagen que tenía frente a sus ojos. No podía perder a alguien más a manos de su padre. Zack había muerto sólo porque él lo amaba... y su querido Ethan ya había sufrido demasiado por su culpa, incluso antes de que el rubio se fijase en él.
- Padre, aguarda... por favor... sabes que haré lo que sea para mantenerlo a salvo.- dijo el rubio alzando las manos.- ...así que baja el arma... y déjalo ir...-
- Si me obedeces y vienes conmigo, tal vez considere dejarlo vivir.-
- ¿ir contigo? ¿a dónde?-
- ...atacarán este lugar, Thomas. Los rebeldes no dudarán en asesinarnos. Debemos irnos cuanto antes...-
- ... Tom...- Dijo el castaño entre lágrimas. - ...ve con él, por favor...-
- No, ¡no me iré sin ti!-
- te lo suplico... ve con tu padre...-
El director sacó unas esposas de su bolsillo, para dárselas a Ethan, sin dejar de apuntarle con el arma.
- ...acércate a Thomas y espósalo.-
Ethan caminó unos cuantos pasos hasta estar frente a Tom, quien no dudó en abrazarlo.
- No voy a dejarte, Eth...-
De repente, el sonido del seguro del arma siendo desactivado, los hizo romper el contacto.
- Manos hacia atrás, Thomas. Y tú, imbécil, date prisa...- El director disparó al aire, demostrando que hablaba en serio.
El castaño se ubicó rápidamente detrás de Tom, y, temblando, le puso las esposas.
- Perdóname, pero sólo así estarás a salvo...- susurró cerca del oído del rubio.- ...te amo, Tom...-
- ¡Despídete de una vez de esta basura, Thomas!...- le habló el director a su hijo.
Ethan simplemente asintió con un movimiento de cabeza, llorando desconsolado, para luego fijar la vista en el suelo.
- ¿Despedirme? ¡Hice todo lo que pediste! ¡mírame! ¡acepté ponerme estas malditas esposas! ¡ahora déjalo ir! ¡ese era el trato!-
- No prometí nada... y tú, marica, de rodillas.-
- Un beso más... déjeme besarlo una última vez... por favor... - suplicó finalmente Ethan.
- Tienes cinco segundos.- Escupió el Director con fastidio.
Y sin dudar, Ethan se acercó y besó al rubio.
- Te amo tanto, Tom…-
- ¡Suficiente! Aléjate, Thomas. Y tú, de rodillas, maricón… Acabemos con esto...-
- ...ve con tu padre, Tom... por favor...- Susurró el castaño sobre los labios de su amado
- ¡no! ¡no me iré sin ti! ¡Eth, no hagas esto! ¡sabes que no podré seguir sin ti!-
- Si podrás, eres fuerte.-
El castaño se arrodilló tal como el director le había ordenado.
-¡Papá! ¡no lo mates, te lo suplico!- Tom gritaba desesperado, pues sabía que su padre no dudaría en jalar el gatillo.
Pero de pronto, la fría sensación del cañón de un arma posándose en su nuca, paralizó completamente al director Greylord.
- Baja el arma, vejestorio... O te fusilaré como tú lo hiciste con mi padre.-
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