Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hades' Lover [Pausado] por Blacky_Swann

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

El sonido de los autos se escuchaba aún lejano, y las pocas aves comenzaban a piar copiosamente, intentando hacerse escuchar sobre el bullicio de la ciudad. Jimin se removió entre sus sábanas, negándose a abrir los ojos hasta que la insufrible alarma comenzó a sonar en un claro intento de acabar con su sueño. Logró levantarse luego de tirar el celular y fallar tres veces en apagar el endemoniado sonido. Tallando sus ojos, logró llegar hasta el baño sin estrellarse con los muebles, la pared o la puerta, lavarse el rostro con el agua casi helada logró despertarlo por completo así como congelarle hasta las ideas por un momento. Revisaba sus mensajes, esperando por la cafetera y preparando lentamente su desayuno.

 

Tae hyung

Hey, Minnie. ¿Todo bien?

No mandaste mensaje anoche

 

Moonie

¡Es cierto, mocoso! Saliste del teatro corriendo, y luego nos ignoras

 

Empezó a reír, tecleando rápidamente su respuesta.

 

Lo siento, hyungs.

Solo... quería algo de tiempo para desestresarme

 

Dejó el celular en la barra, enfocándose en preparar de una vez por todas su desayuno e ignorar el incesante pitido del aparato. Terminó de picar algo de fruta, se sirvió un vaso de jugo de frutas, una taza de café, y terminó por verter granola sobre un tazón de yogurt. Demasiado extranjero para su gusto, pero ligero y saludable. Tomó asiento en uno de los bancos de la cocina, volviendo a tomar su celular.

 

SungWoon

¿Estás seguro que te encuentras bien, Minnie?

 

JongInnie

¡No le hagas caso a ese viejo amargado!

Estoy seguro de que lo haces fenomenal

Su esposa lo ha de tener en abstinencia, y por eso se desquita contigo

 

Moonie

¡JongIn!

 

Tuvo que cubrir su boca con la mano, para que el bocado de fruta no saliera disparada y manchara la pantalla. Estuvo unos minutos mensajeando con sus amigos, realmente conmovido por sus ánimos. Hasta que algo frío tocó la piel de su pecho, sobresaltándolo, y casi tirándolo del asiento. Bajó la mirada, apartando un poco el cuello de su playera para poder ver dentro de ella; el oro blanco brilló suavemente por debajo de la tela, hipnotizando con su belleza al chico. Con sumo cuidado, tomó el bello dije de zafiro hasta tenerlo frente a sus ojos. La yema de su pulgar apenas si lograba rozar la brillosa superficie, y los recuerdos de la tarde anterior invadieron sus pensamientos con violencia.

 

La imagen de aquellos bellos ojos achocolatados los dejó sin aliento por un instante, ignorante del rubor en sus abultadas mejillas. Cuando se dio cuenta, su labio inferior era presa de sus dientes, y su corazón repiqueteaba desbocado contra su caja torácica. Una vez más, volvía a sentirse un adolescente enamorado por primera vez. La sonrisa no se apartaba de su bello rostro, augurándole un maravilloso día. Con parsimonia, la fruta y granola fueron reduciéndose entre los tarareos que el joven dejaba escapar de vez en cuando, soñando despierto. Al menos, hasta que el estruendoso timbre resonó por la casa, haciendo que Jimin estuviera a punto de caer al suelo por segunda vez en el corto transcurso de la mañana.

 

Con la mano en el pecho, se dirigió a la puerta, asomándose a la mirilla. — ¡Hyung! ¡Casi me mata de un infarto! —reprochó el castaño, haciéndose a un lado para que el mayor entrara a su departamento. MoonKyu entró casi corriendo al hogar de su amigo, con el ceño fruncido; los oscuros ojos se pasearon por el lugar, deteniéndose en el desayuno a medias que descansaba en la mesita de la cocina. —Aún sigues en pijama, y no has desayunado. ¿Acaso quieres llegar tarde y darle más razones ridículas al director para cambiarte? —el pelinegro se cruzó de brazos, mirando con cierto enfado al castaño, quien le miraba confundido aún frente a la puerta.

 

—No sé de qué habla, hyung —habló bajito Jimin, caminando hacia la cocina a terminar de comer.

 

— ¡Ash! De veras con este niño —se quejó en voz alta mirando al techo. — ¿Acaso no has visto la hora, mocoso? —imitando el gesto de su amigo, Jimin tomó el celular, abriendo los ojos como platos al ver la hora. Como pudo, comenzó a devorar lo que quedaba de fruta y yogurt, el café y el jugo más de una vez estuvieron a punto de irse por el camino viejo, haciendo que el joven golpeara más de una vez su pecho. Tan cuidadosamente como pudo, lanzó los trastes al fregadero, y corrió como alma que lleva el diablo hasta su habitación.

 

Haciendo malabares, logró vestirse, y mientras cepillaba sus dientes, terminó de arreglar su maleta para el ensayo. — ¡Estoy listo! —anunció casi sin aliento llegando donde MoonKyu. El mayor rodó los ojos, soltando un bufido ante el despiste del castaño; ignorando a Jimin, comenzó a caminar fuera del pequeño departamento. Agradecía estar en la misma producción que uno de sus amigos, pues tener a MoonKyu cerca le daba esa sensación de seguridad y confianza que necesitaba. Además de los viajes gratis que el mayor le proporcionaba.

 

— ¿Seguro que estás bien, Minnie? —habló el moreno luego de encender el auto y poner marcha hacia el teatro. Los dedos de Jimin se crisparon sobre el pestillo del cinturón de seguridad, el sonido del click lo devolvió en sí. —Estoy bien, hyung. ¿Por qué preguntas? —mantuvo la mirada baja, admirando el bolso sobre sus pies, antes de apoyar la frente en el vidrio. Los gritos del director comenzaron a resonar en su mente, subiendo gradualmente el volumen. —Jimin —llamó el mayor luego de un momento en silencio; aprovechando la luz roja, dejó caer una mano en la rodilla de su amigo, intentando llamar su atención y reconfortarlo al mismo tiempo. —No pretendo excusar al director o a los demás, pero el estreno está cerca, y el estrés nos anda rondando sin excepción —el castaño suspiró, empañando una parte del cristal. —Y eso evita que el director vea lo bien que lo estás haciendo —añadió con una sonrisa, apartando la mano de la pierna de Jimin; —y al parecer, también evita que tú lo veas.

 

—Eres mi amigo, no cuenta.

 

—Por eso mismo te lo digo; ¿quién si no yo va a abrirte los ojos y decirte la verdad? —por primera vez desde que salieron del departamento, Jimin giró para poder ver a su amigo, regalándole una pequeña sonrisa.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).