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Hades' Lover [Pausado] por Blacky_Swann

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Notas del capitulo:

Para mejor experiencia, reproduzcan Spring Day

El sol empezaba a descender perezosamente por el horizonte. Pero ninguno de los hombres en las ruinas de aquel olvidado templo, parecían notarlo. Jimin continuaba con su presentación, los nervios lentamente se drenaron de su cuerpo, dejando que la perfección se asomara gradualmente en su interpretación. Una vez más, estaba completamente solo, dejándose llevar por las emociones de su personaje, hundiéndose a cada segundo en la historia que contaba con todo su ser. El sudor corriendo por su piel, ignorando el vaho creado por el contacto de su cálido interior con el cada vez más frío aire que comenzaba a rodearlo. Estaba tan sumido en su interpretación, que incluso ignoraba el constante eco que sus propios pies y voz creaban en las ruinas.

 

YoonGi estaba hipnotizado por aquel apuesto joven.

 

Sus oscuros ojos no se apartaban de la grácil figura delante de él, como si al apartar un solo momento la mirada, todo aquello se desvanecería como una mera ilusión. Porque para YoonGi, Jimin era un sueño, tan perfecto, que se le hacía increíble tenerlo al alcance de su mano. Ni siquiera el mismo Zeus podría imaginar a un ser tan bello y delicado como el castaño que se había robado su corazón. El frío viento intentaba imponer su presencia, pero la pareja seguía ensimismada con sus pensamientos. Jimin cayó al suelo, mirando el cielo oscurecido, intentando recuperar la respiración, luego de fingir unos momentos estar muerto. Su antebrazo subió hasta posarse en sus ojos; una sonrisa colgada en sus labios.

 

Los aplausos volvieron a resonar por el claro, recordándole que no estaba solo en aquel lugar. Con dificultad logró levantarse, quedando sentado al centro del improvisado escenario. Sus ojos fijos en la delgada silueta de YoonGi acercándose a él, en completo silencio. La idea de que aquel hombre fuera un ninja, cruzó por su mente, haciéndolo reír. Al momento de alzar la cabeza, se encontró con el rostro del moreno a pocos centímetros del suyo, con aquella seria expresión; dio un pequeño brinco, cayendo de espaldas por el susto, y el corazón latiéndole con fuerza en el pecho.

 

— ¡No hagas eso! ¡Casi me da un infarto! —recriminó aún en el suelo.

 

—Lo siento... pero te veías muy lindo.

 

La mano que descansaba en su pecho, encerró parte de su camisa en un puño. Demasiado directo, era muy peligroso para su corazón. Los nervios volvieron a cubrirlo de pies a cabeza, haciéndole reír, paseando los ojos por cualquier lugar que no fuera a su acompañante de esa noche. Luego de un par de minutos, logró calmarse un poco, rodando en las losas de piedra, para poder ponerse de pie y sacudir todo el polvo de su ropa y cabello. Una vez listo, volteó a ver a YoonGi, quien estuvo en silencio todo ese tiempo. De un modo un tanto infantil, dio un largo paso hacia el moreno, plantándose frente a él en casi nada de tiempo, pegando dramáticamente sus brazos a los costados de su cuerpo.

 

—No me has dicho que te pareció todo.

 

—Maravilloso.

 

— ¿Solo eso?

 

— ¿Acaso debo utilizar todos los sinónimos de la palabra?

 

—No, pero-...

 

—Además, de nada sirve darle de vueltas a lo mismo. Te salió perfecto; y aunque no me agrade tanto decirlo, fue mejor que la primera vez. Sabía que eras perfecto en todo sentido.

 

Las mejillas de Jimin no tardaron en encenderse con un suave tono cereza, haciendo que bajara el rostro con la enorme sonrisa plasmada en el rostro. Las manos tras su espalda, meneándose suavemente de lado a lado; la imagen era demasiado adorable para YoonGi. Los blanquecinos dedos se atrevieron a deslizarse por los castaños mechones, peinándolos tras la oreja del menor, siguiendo su camino, hasta detenerse en la mejilla de Jimin, sosteniéndole con suavidad, obligándolo a levantar la cabeza y verlo a los ojos. El frío toque en su piel, envió pequeñas descargas por todo su cuerpo, y una vez más, la sensación de familiaridad se incrustó en su corazón. Cerró los ojos, apoyando más su rostro contra aquella palma, su diestra se enredó dulcemente en el brazo de YoonGi, al tiempo que su mano izquierda se posaba en el dorso ajeno.

 

La mano libre del moreno, se deslizó por la cintura del menor, acercándose lentamente al castaño; sutilmente, pegó sus frentes, sintiendo el respirar del humano contra sus labios. Por su parte, Jimin no dejaba de aspirar el dulce aroma que emanaba de aquel desconocido frente a él; con pereza, volvió a abrir los ojos, topándose con la oscura mirada de YoonGi atento a cada uno de sus movimientos. La sonrisa se ensanchó, provocando que sus ojos se achicaran; sus manos se soltaron, para cambiar de posición, y deslizarse por el pecho del moreno, subiendo suavemente hasta sus hombros, abrazándolo por el cuello. Pudo sentir la mano de YoonGi apartarse de su rostro, para poder abrazarlo por la cintura; ni siquiera le importó que un extraño invadiera su espacio personal, el simple hecho de estar abrazando al moreno, le hacía sentir que estaba en el lugar correcto. Que su lugar era entre los brazos de YoonGi, permanecer a su lado; las preocupaciones, hasta la más pequeña, habían dejado su corazón, y en su lugar, la sensación de estar seguro, invadió por completo su pecho. Era como si... estuviera en casa.

 

El silencio se ciñó entre ellos, y mientras más se miraban fijamente, la sonrisa de Jimin se iba disolviendo lentamente. El cálido sentimiento ardiendo en su pecho, se fue transformando a una molesta sensación de nostalgia. Sus ojos no tardaron en empañarse de lágrimas, mientras escondía el rostro en el cuello de YoonGi. Ahogó sus sollozos contra la blanca piel, al tiempo que aquellos brazos lo sostenían con fuerza, asegurándole en silencio que nunca más le abandonaría, que desde ese día en adelante, siempre cuidaría de él. El nudo en su garganta le impedía decir palabra alguna; quería desahogarse, rogarle que no lo soltara nunca más, pero no podía. Simplemente dejó que el llanto se apoderara de él, mirando de vez en cuando sobre el hombro del moreno, como si en cualquier momento, apareciera alguien para llevarse al misterioso chico.

 

—Te extraño tanto —su voz salió en un quebradizo susurro debido al llanto. Las manos le temblaban, mientras intentaba aferrarse a la espalda de YoonGi. El moreno soltó un poco el agarre, apartando al humano, para tomar entre sus manos el algo regordete rostro, limpiando con los pulgares, el arroyo de lágrimas que surcaba sus mejillas. Un suave beso en su frente, los mimos fueron bajando hasta llegar a sus labios. Un beso corto, lleno de ternura.

 

—Y yo a ti, mi bello ángel.

 

Esta vez fue Jimin quien tomó la iniciativa, inclinándose hacia el moreno, uniendo sus labios con cierta desesperación en su actuar. Las manos nuevamente alrededor de su cintura, devolviéndole la sensación de seguridad. El roce tomó un tono más calmado, lento, tan dulce como el mismo humano. El tiempo se deslizó entre sus dedos como la arena, y con gran renuencia, ambos se apartaron, lo suficiente para poder mirarse a los ojos.

 

—Te amo, Jimin.

 

—Te amo... YoonGi.


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