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Hades' Lover [Pausado] por Blacky_Swann

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Notas del capitulo:

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— ¿Y ya pensaste con qué iniciar? —el castaño comenzó a ordenar sus cosas, mientras esperaba las indicaciones del humano. —Recuerdas... ¿la última canción que estuve ensayando? —los ojos de WookJin se abrieron con sorpresa ante la pregunta del rubio. — ¿Estás seguro? —Jimin asintió en silencio, mordiendo suavemente su labio ante los nervios que su elección le provocaba. Pero quería mostrarle a YoonGi lo que había logrado hacer; que se jodieran toda esa bola de mirones, su baile y su voz, eran exclusivos para YoonGi. —Bueno... si te sientes listo para ello, no soy quien para negarme —habló WookJin, buscando la pista deseada antes de tomar el violonchelo para afinarlo a como deseaba.

El rubio esbozó una sonrisa ante el apoyo de su amigo, antes de girar hacia su público. No esperaban a nadie más, y los oscuros ojos de EunWoo le miraban fijamente con la sonrisa plasmada en los labios. Era hora. Respiró hondo de nuevo, sintiendo su cuerpo temblar ligeramente por debajo de su ropa. Una última mirada a WookJin, y le dio la espalda comenzando a caminar al centro de la sala. Basto un ligero movimiento de la mano, para que las luces atenuaran lo suficiente para que su silueta apenas fuera visible. Palmeó un poco el bolsillo trasero de su pantalón, sintiendo la suavidad de la tela que precisaba.

Agachó la cabeza, respirando hondo, esperando por las notas de la canción resonar en la sala y en su propio cuerpo. Los ojos cerrados, dejó que la oscuridad engullera su presencia por completo calmando sus nervios, ahogándolo en el silencio total que invadía la estancia. Sus latidos golpeteaban contra sus costillas, sin llegar a retumbar en sus oídos. Las cuerdas empezaron a sonar por la sala, su respiración calmándose; sintiendo la confianza apoderarse de su ser, su cabeza giró suavemente, antes de dejar que la música guiara su cuerpo como si fuera un simple títere. La fuerza y precisión de sus movimientos armonizaban a la perfección con la delicadeza de su cuerpo; todo rastro del tímido chico había sido reemplazado por la confianza y coquetería que dominaba a Jimin en el escenario.

Los oscuros ojos de YoonGi no se apartaban de la figura de su amado, paseando la lengua por sus labios sin notarlo. De nuevo la oscuridad invadió al humano por unos segundos, antes de mostrarlo de nuevo, ahora con una venda de seda cubriendo su rostro. El corazón de YoonGi se detuvo en su pecho ante aquella imagen; su diestra se aferró con fuerza al reposabrazos de su trono, conteniendo las ganas de correr hacia el chico y poseerlo. Por su parte, EunWoo sonreía ante las reacciones que aquel muchacho creaba en su hermano. Kai se inclinaba de vez en cuando hacia su hermana, susurrando, sin quitarle la mirada de encima a Jimin. La venda fue removida, y YoonGi notó la fiereza en aquellos angelicales ojos. La voz de Jimin se había adueñado de cada fibra de su ser, hipnotizándolo con su baile y su presencia; la coquetería que exudaba por cada uno de sus poros, no concordaba con la letra que salía de sus bellos labios.

Un escalofrío recorrió la espalda de YoonGi, haciéndole removerse incómodo en su lugar. Y por primera vez en esos minutos, sus ojos recorrieron al resto de los presentes, deteniéndose en el moreno a su derecha. EunWoo devolvió la mirada, con una sonrisa de satisfacción. El pie de YoonGi comenzó a moverse incesante, antes de concentrarse de nuevo en su amado. La sensación de que algo iba mal no lo dejaba, ni siquiera con la aterciopelada voz haciendo eco en cada rincón de la sala. Una vez más, las ganas de correr hacia Jimin y sacarlo de ahí le invadieron, apretando su corazón y crispando sus nervios. Con dificultad, se obligó a respirar hondo para calmar sus pensamientos.

La música se esfumó suavemente, dejando a Jimin en medio de la pista, mirando fijamente a YoonGi. Su pecho subiendo y bajando con fuerza en un intento de empatar con el frenético ritmo de su corazón. Los sonrosados labios se curvearon lentamente en una sonrisa, dando un dudoso paso hacia el dueño de aquel lugar. Hasta que un sonoro aplauso resonó por la estancia. La realidad golpeó de lleno a Jimin, haciéndole girar hacia la fuente de la solitaria ovación. —Maravilloso —un escalofrío recorrió el cuerpo de Jimin ante aquella voz, mientras un joven de cabello oscuro se ponía de pie, esbozando una gran sonrisa. NamJoon se tensó en su lugar al notar como Kai caminaba hacia el rubio.

—Nunca había visto a nadie bailar de una forma tan sublime —a cada paso que daba, Jimin retrocedía uno. Hasta que sintió la mano de Nam posarse en su hombro. — ¿Algún problema? —el tono del moreno cambió, arqueando una ceja al tiempo que miraba con desdén al demonio. —Eso debería preguntarlo yo —murmuró NamJoon, colocándose delante de Jimin. —Joon —llamó YoonGi, mirando al aludido con una calma perfectamente actuada. El demonio dudó un momento, bajando la mirada hacia el rubio, quien se había erguido con una confianza infundada, antes de dar un paso hacia un lado, dejando al descubierto al bailarín.

—Demasiada protección para un simple mortal —soltó Lea más alto de lo que pretendía, ignorando la mirada de EunWoo y SooHyang. —Oh, hermana, créeme que vale la pena —soltó Kai con renovada alegría. Alargó una mano, con intención de tocar la mejilla de Jimin; sin embargo, se llevó una enorme sorpresa al notar como el mortal rehuía a su toque. —Me alegra que le haya gustado mi interpretación —habló con cierta frialdad el menor, regalándole una ligera reverencia al castaño frente a él.

Por su parte, YoonGi reprimió una carcajada ante la reacción de su amado. En su lugar, esbozó una sonrisa ladina, orgulloso del rubio. Los oscuros ojos atentos a la reacción de su "sobrino" ante el rechazo del bello humano; ¿acaso debió advertir que a pesar de su apariencia, Jimin era capaz de "morder" con fuerza? A veces, incluso él mismo se cuestionaba su decisión de poner a WookJin y NamJoon como guardaespaldas del pequeño humano. Por su parte, Kai hizo a un lado su molestia ante semejante rechazo, recuperándose y ladeando la sonrisa. —No deberías estar en este lugar olvidado por el sol. ¿Por qué no vienes conmigo? En mi palacio sabrán admirar tu belleza, tu canto y tu baile —está de más decir que la sonrisa en el pálido rostro de YoonGi se esfumó al escuchar la descarada propuesta cargada con coquetería.

Sonrisa que ahora adornaba el rostro de EunWoo. Su hijo estaba siendo demasiado directo y desvergonzado; pero no podía culparlo, no sabía la verdadera naturaleza de aquel muchacho. Su rostro se tornó serio una vez sus ojos pasaron de su hijo a Jimin. Ese humano no debería estar ahí, mucho menos haberse encontrado con YoonGi. Los oscuros ojos se posaron esta vez en TaeHyung, quien se removía en su sitio con cierta molestia, regalando efímeras miradas de desprecio a Kai, cuidando desde su lugar cada movimiento dirigido hacia el humano. Por su parte, HoSeok analizaba las reacciones del rubio antes de espiar a su señor, sonriendo con cordialidad a EunWoo cuando sus ojos se encontraban. —Espero que no nos hayas traído aquí, solo para ver eso —la voz de SooHyang llamó la atención de los presentes, siendo WookJin, Jackson y Jimin los únicos en mostrar cierta incomodidad ante el tono usado por la mujer.

—Por mucho que lo haya disfrutado, concuerdo con nuestra hermana. Esto es demasiado, incluso para ti —añadió Aron, mirando a Jimin por un breve segundo, antes de dirigirse a EunWoo. El moreno ignoró el gruñido que soltó YoonGi al percatarse de las intenciones del menor. — ¿Estaremos aquí todo el día? —preguntó JungKook a SeokJin en un susurro, aunque no tan bajo como él creía, pues se ganó la mirada de los "invitados" y un golpe por parte de Jin y Jackson. —Tómenlo como un descanso —habló finalmente EunWoo, sin dejar de mirar a Jimin, quien apenas si podía respirar por la atención recibida en esos momentos. —Y tal como dijo Kai, apreciemos un poco de buena danza... estoy seguro de que a Jimin no le importará tenernos como público, ¿cierto? —el aludido a duras penas logró tragarse el nudo que se había formado en su garganta. Como niño perdido entre la multitud, su desesperada mirada buscó a YoonGi, pidiendo un poco de ayuda, o mejor aún, una salvación.

—Pues yo no los quiero aquí. Así que largo.

— ¿Así pagas mi amabilidad? Recuerda, hermano, que ya te quité una vez lo que deseabas... puedo hacerlo de nuevo —la voz de EunWoo era fría y tajante y no dejaba lugar a reclamo alguno. Los músculos de YoonGi se tensaron bajo la mirada achocolatada del moreno, y derrotado, lanzó una mirada de disculpa al humano.


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