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Bullying por RLangdon

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El fin de semana fue reparador. Y la compañía de Sasuke era como un bálsamo que ayudaba a cicatrizar sus heridas, el remedio infalible para olvidar lo sucedido y añorar un día más a su lado. Y aunque en el fondo tenía miedo a enamorarse, sabía lo propenso que era a despertar ese tipo de sentimientos sin ser siquiera consciente de ello. No hasta que ya era demasiado tarde.
 
-Luces mucho mejor asi- murmuró Sasuke a su costado, alargando el brazo para revolver las hebras doradas en referencia a la ausencia del gorro negro que solía llevar Naruto. -Los colores oscuros no te sientan nada bien. Es como si...
 
"Eclipsaran tu belleza"
 
-Opacan tu aspecto- carraspeó contra su puño, arrepintiéndose de semejante pensamiento cursi y nada circunstancial. Naruto, sin embargo, sonrió, lo hizo de manera tenue y sin dejar de aferrar las correas de su nueva mochila. Otro regalo más del Uchiha.
 
-Mi color favorito es el naranja- reconoció, absteniendose de mencionar razones. -¿Cuál es el tuyo?- inquirió mientras pateaba una lata.
 
-El negro- respondió Sasuke sin apenas meditarlo. -Me hace sentir cómodo, seguro. Suelo albergar pensamientos negativos, pero dudo que eso influya en mis gustos personales.
 
Naruto asintió, conforme. Pasos más adelante los dos se detuvieron frente al cancel, vacilando por unos instantes. Por primera vez en semanas, se presentaban no solo a tiempo, sino puntuales. Aún faltaban diez minutos para que sonara el timbre de entrada.
 
Dentro, todo parecía normal. Quieto, silente. Había escaso movimiento en los jardines y los patios estaban todavía desiertos.
 
-¿Entramos?- dudó el Uchiha al notar la contradicción en el semblante del rubio. Parecía indeciso en cuanto a dar otro paso. En el fondo, Naruto quería retroceder diez y salir corriendo en la dirección opuesta, pero estaba plenamente consciente de lo inmaduro y cobarde que sería ceder a sus impulsos.
 
"Cobarde"
 
No.
 
"Mentiroso"
 
Con la mirada extraviada, Naruto no alertó en qué momento Sasuke lo atraía del brazo hacia su cuerpo, forzándolo a dar el paso faltante, aquel que lo separaba del exterior.
 
Sus labios se encontraron sin reparo alguno, sin objeciones ni reclamos. Tan solo una caricia incitante que fue aumentando la temperatura de ambos cuerpos.
 
En algun recóndito sitio de su hemisferio cerebral, Sasuke alertó que podrían ser vistos por algún profesor, asi que se obligó a apartarse lo suficiente para quitarse la sudadera. Naruto observó todo en vergonzoso silencio hasta que el Uchiha lo guió a espaldas de uno de los edificios de tercer ingreso. Deslizó la prenda sobre sus cabezas, y retomó el beso con mayor libertad que antes, delineando con su lengua el punto intermedio de los labios para posteriormente mancillar la boca ajena.
 
Y Naruto tembló de gozo, sus piernas amenazaban con doblegarse en cualquier momento, no obstante, se sostuvo, buscando un punto de apoyo al abrazarse del cuello de Sasuke. El cosquilleo en su vientre se repitió al sentir la lengua del Uchiha introducirse cada vez más, restregandose sobre la suya cada tanto.
 
Joder. Era...maravilloso.
 
Entonces Naruto reaccionó. Abrió los ojos y empujó a Sasuke del pecho. Su rostro ardía en verguenza pero supo controlarse al mirar el piso.
 
-No creo que debamos besarnos en público- lo que en realidad quiso decir era: es peligroso exponernos de esta manera. Sobre todo para Sasuke que estaba proximo a finalizar el semestre.
 
-Te doy la razón esta vez- suspiró Sasuke, reponiéndose a duras penas del excitante contacto labial. De haber seguido asi, habría tenido que hacer frente a una dolorosa erección matutina. -Te veré en el descanso- se colocó de nueva cuenta la sudadera.
 
-¡Espera!- Naruto se retractó al cabo de haberlo dicho. Se mordió los labios con desesperación y desvió la mirada hacia un lado. Era su última oportunidad para decirle a Sasuke lo del celular, para sincerarse y explicarle el penoso malentendido en el que se había visto envuelto, pero ¿Por dónde empezar?
 
Ni él mismo sabía cómo se dieron las cosas para que terminaran acusándolo de robo. Quizá sus compañeros se habían puesto de acuerdo previamente, aunque era algo complejo e inverosímil de creer.
 
-Me esperas en el lugar de siempre- bajó la voz, forzó una sonrisa y se despidió con un gesto de mano.
 
Se lo diría en el descanso. Era lo mejor.
 
***
 
Cuando llegó a su casillero, Naruto se encontró con una nota adherida. La puerta metálica había sido removida y había un juego de llaves dentro.
 
"Las bisagras estaban oxidadas. De momento tu compartimiento estará en deshuso. Traslada tus cosas al casillero número ocho del segundo corredor a la derecha"
 
"Más lejos" Fue lo primero que pensó Naruto antes de retomar su camino hacia el edificio de junto. Una leve chispa de alivio lo inundó al buscar el lado positivo de la situación. Asi estaría más alejado de sus compañeros y sería menos propenso a recibir "sorpresas inesperadas". Aún no superaba la vergúenza de saberse el blanco de burlas por lo de los preservativos.
 
-Casillero ocho, casillero ocho- canturreó mientras contaba uno a uno los lockers de cada sección. Junto al suyo, había un casillero abierto al que Naruto no prestó la menor atención. Entretenido como iba, se dedicó a acomodar cada una de sus pertenencias, probó con una de las llaves y al cerciorarse de que la cerradura estuviera en buen estado, se dio vuelta.
 
-Quiero hablar contigo.
 
La palidez trepidó por su semblante al tiempo que lo embargaba una sensación terrible. Como si estuviera enfermo y fuera a devolver el estómago en cualquier momento.
 
Pasmado, Naruto atinó a darse vuelta. Toneri cerró la puerta de su casillero en ese momento, evidenciando el bouquet de rosas que llevaba en las manos.
 
-Quería pedirte una disculpa por lo de antes. Me dejé llevar, pero créeme que nunca fue mi intención...- llegado a ese punto, Naruto dejó de escuchar. Estaba extrañamente aturdido, enajenado, pero una parte de sí le exigía que razonara y buscara respuestas a la brevedad posible.
 
-¿Qué le hiciste a mi casillero?- le increpó en voz temblorosa, distorsionada por el miedo.
 
Toneri sonrió de forma ladina.
 
-Detesto que me interrumpan mientras estoy hablando- dio un paso hacia Naruto, y este lo retrocedió enseguida. - Pero, tratándose de ti, lo dejaré pasar esta vez- le extendió el ramo con coquetería, atento a la mirada huidiza y la expresión atemorizada del rubio.
 
-No las quiero- Naruto se armó de un valor imaginario para hacerle frente. -Quiero que te alejes de mi antes de que...
 
-¿De qué?- extasiado por la amenaza, Toneri bajó el ramo al suelo y lo pisoteó con fuerza, haciendo añicos cada pétalo, retorciendo los tallos y destrozando las espinas. -¿Vas a acusarme? Porque de ser asi te recuerdo que hoy es junta sindical y por tanto, los maestros y la directora estarán ocupados la primera hora- su sonrisa se expandió lo doble al ver a Naruto tragar pesadamente. -Ah, es cierto. Puedes ir con el escándalo cuando haya finalizado, pero debes tener en cuenta tu posición en este colegio. Eres nuevo, tu solvencia económica depende de una beca que podría expirar en cualquier momento, y tu historial académico tampoco habla muy bien de ti- avanzó dos pasos. -Oí que tomaste algo que no debías.
 
-¿Por qué haces esto?- desanimado, Naruto hizo contacto visual con el albino. Sus fríos ojos azules destilaban sentimientos incomprensibles para él. Tenía una fijación desmedida hacia su persona. Solo de ese modo se podía explicar que Toneri estuviera al tanto de su expediente escolar y demás datos personales.
 
-Ya te lo había dicho- siseó Toneri, deteniéndose junto a él para inspirar su fragancia, misma que había sido contaminada por unas ruines notas almizcladas. El perfume de Naruto era fresco, tan sutil como el aroma de la brisa de verano. Y aquel perfume que manaba de él estaba mezclado con uno nauseabundo. El perfume amaderado de Sasuke Uchiha. -Quiero que me des una oportunidad. Podemos salir juntos, tú escoges el lugar- se inclinó un poco, sintiéndose tentado a besarlo en el cuello. Pero cambió de parecer en el último momento. Ascendió unos centímetros y se regocijó con el estremecimiento del cuerpo de Naruto cuando lo besó en la mejilla. -A propósito...- Naruto se quejó debilmente al sentir una quemazón en su nuca. -Me quedaré con esto- sonrió satisfecho y agitó el collar entre sus manos. -Avisame si cambias de parecer. Te ahorraras muchos problemas.
 
Naruto pestañeó un par de veces. La sensación de derrota se quedó grabada por varios minutos más. Hasta que sonó la campana.
 
***
 
Le restaba media hora libre antes de que acabara la junta. Inconscientemente se pasó los dedos por el cuello, rememorando como en apenas un parpadeo, había sido despojado de tan valioso regalo. Tendría que darle una buena excusa a Sasuke.
 
Ensimismado, cambió el rumbo de sus pasos a la cafetería. Su mente estaba saturada y vacía a la vez, había muchas preocupaciones en ella, pero Naruto no atendía ninguna, y en cambio, había decidido ausentarse un momento de la realidad en que estaba atrapado.
 
Tomó una de las charolas en un movimiento mecánico. Y sus ojos (antaño sombríos) lentamente se llenaron de vida al reparar en los murmullos que intercambiaban las cocineras del otro lado de la barra.
 
Naruto optó por hacer caso omiso, sirvió una porción de pastel y otra de galletas.
 
-A ese paso se pondrá como un cerdo- la risa estridente de Kiba le llegó como un golpe a los oídos. Naruto dejó el cucharon en su lugar, omitió las risas a sus espaldas y fue a sentarse a una de las mesas del fondo.
 
Pronto el lugar se llenó. Sus compañeros ocuparon el resto de las mesas, ansiando hacerle partícipe de sus bromas y comentarios malintencionados que Naruto no supo ignorar.
 
-Oí que se comió seis rebanadas de pizza y dos tazones de ramen en un restaurante- susurró alguien a su lado, siendo secundado por otra voz que Naruto identificó fácilmente por la de Sai.
 
-No me sorprendería que se pusiera como Chouji. Si sigue comiendo pasta en grandes cantidades, terminará asistiendo a nutrición.
 
Naruto frunció el ceño en actitud pensativa, picoteó su merienda y la hizo a un lado al ser interceptado por Ino.
 
-Aqui tienes. Te las doy de buena voluntad antes de que me las robes como hiciste con el celular- apoyó la mano sobre la mesa y golpeó el pequeño envase con los dedos, haciendolo rodar en dirección a Naruto.
 
-¿Pastillas para adelgazar?- parpadeó incrédulo, dejándolas en su sitio y sintiendo su apetito desaparecer por completo.
 
Se levantó de su lugar y decidió alejarse cuando las risas se hicieron insoportables a sus oídos.
 
***
 
Tamborileó el lápiz sobre la libreta y miró con discresión el reloj de pared. Sólo un minuto más.
 
-No olviden traer su bata para la práctica del laboratorio- señaló Orochimaru mientras terminaba de borrar la pizarra. -Y quiero la tesis terminada a más tardar mañana.
 
Por fin el timbre hizo acto de presencia, propiciando un bullicio general en el aula. Sin esperar un segundo más, Sasuke cerró el cuaderno y salió rápidamente para reunirse con el Uzumaki.
 
Cuando llegó a la terraza, Naruto ya estaba ahí, esperándolo en la solitaria mesa que frecuentaban en los descansos.
 
-¿Aún no traes tu almuerzo?
 
-Ya desayuné- mintió el rubio, sin dejar de mirar la superficie de la mesa. -Hubo junta sindical y tuvimos una hora libre- una mentira sonaba más creíble si iba acompañada de una verdad. Pero Naruto no quiso pensarlo demasiado para agregar. -Ve por tu almuerzo.
 
-De acuerdo- Sasuke se retiró a la cafeteria con aires dubitativos. Naruto había estado alegre y radiante por la mañana y ahora volvía a mostrarse decaído y lejano. Tal vez estaba estresado por los exámenes.
 
"O puede que sea por otra cosa"
 
Volvió a la mesa y colocó la bandeja en medio, esperando que Naruto tomara cualquier cosa como solía hacer siempre.
 
-Traje pastel. Seguro ya comiste, pero noté que te gustan las cosas dulces.
 
-No tengo hambre- rehusó Naruto, la nítida imagen de las pastillas reductivas seguía haciendo estragos en su memoria. Quizá si estaba comiendo demasiado.
 
-¿Pasó algo?- quiso saber el Uchiha.
 
-¿Cómo qué?
 
-No lo sé. Pareces ausente.
 
-Tengo que entregar varios trabajos- se alzó de hombros. -Además decidí hacer el ensayo solo y no he escrito una sola página.
 
-Puedo ayudarte- no era pregunta. Pero Naruto rechazó la ayuda al instante.
 
-Ya tienes suficiente tarea como para que encima te involucres en mi trabajo. No tienes que ayudarme siempre, Sasuke.
 
-Aún asi, quiero hacerlo- se limpió los labios con la servilleta y al alzar la mirada, sus ojos conectaron con los azules. Tristeza, fue lo primero que Sasuke leyó en ellos. -¿Estás bien?
 
-Si. Es solo que...
 
-¿Si?- Sasuke fijó toda su atención en él, esperando oír algo importante. Sin embargo, vio que Naruto negaba con la cabeza.
 
-No es nada.
 
***
 
El día no podía empeorar. Eso se dijo Naruto luego de enterarse que había evaluación ese día. Kakashi les había hecho un examen sorpresa y él no tuvo la menor idea de qué contestar en cada una de las diez preguntas.
 
Asi que dejó el examen en blanco. Sólo su nombre había podido garabatear en la hoja repleta de números y datos que perdían sentido cada vez que repasaba las preguntas.
 
Sin duda iba a reprobar esa materia. Y para colmo, empezaba a dolerle la cabeza. No había comido nada, ni pensaba hacerlo.
 
-Naruto...- acabada la clase y una vez que sus compañeros abandonaron el salón a pedido de Kakashi, Naruto acudió al llamado, sabiendo de antemano lo que vendría después. Un sermón de al menos media hora, quizá un citatorio. -Ven, siéntate.
 
Naruto acató la orden, tomando asiento en el pupitre junto al escritorio del desgarbado hombre que ocultaba su boca con una bufanda negra. Kakashi siempre le había parecido de lo más extraño, y en esta ocasión no fue la excepción.
 
-¿Nervioso?- preguntó el mayor, inclinandose un poco para indagar de cerca las androginas facciones de su revoltoso alumno. -No es para menos.
 
-Prometo esforzarme más en el siguiente. De veras- titubeó inseguro cuando Kakashi le acarició la rodilla.
 
-Lo que hiciste fue algo arriesgado. Pudiste darme una nota personalmente-confundido, Naruto adivinó una sonrisa bajo la bufanda.
 
-N-No sé de que habla.
 
-El examen- profirió Kakashi con seriedad. -Me refiero a lo que escribiste en el reverso- tomó el maletín de la mesa y sacó el examen para tenderselo a Naruto.
 
Al leer lo que había escrito, su rostro trigueño se tiñó de carmín, sus labios esgrimieron un mohín de desconcierto.
 
-No he sido yo- negó enérgicamente y devolvió la hoja que especificaba un acuerdo sobre una nota más alta a cambio de favores sexuales. -No fuí yo.
 
-Es tu letra y tu firma- aseveró Kakashi. -A no ser que te hayas retractado. Aún si es así, tu promedio es demasiado bajo. Necesitas al menos dos puntos para alcanzar la calificación mínima.
 
-¿Qué puedo hacer?- abrumado, se sostuvo la cabeza con ambas manos y reprimió un gesto pesaroso. No quería reprobar, le quitarían la beca de inmediato.
 
-¿Sabes hacer una felación?
 
Naruto movió la cabeza en negación. Se puso de pie, intimidado al ver a Kakashi abriendose la bragueta de los pantalones.
 
-Ponte de rodillas.
 
-Infeliz- la puerta se abrió con un golpe seco segundos antes de que Sasuke se abalanzara a los puños sobre el adulto.
 
Naruto observó la pelea en estado de shock. Lo siguiente que supo es que habían detenido a Kakashi y suspendido a Sasuke por una semana.
 
***
 
-¿Por qué lo hiciste?- frunció el entrecejo y se cruzó de brazos.
 
-No tuve opción.
 
-Pudiste haber esperado y llamar a un superior.
 
-No podía pensar nada en ese momento.
 
-Te liaste a golpes con un profesor, Sasuke.
 
-Ese idiota no merece el título.
 
Apoyado sobre el barandal superior, Naruto oía atentamente la charla que se estaba llevando a cabo entre los hermanos. Había fingido estar dormido, pero todo lo que había hecho fue repasar los sucesos del día en su mente una y otra vez.
 
-Te suspendieron una semana. Suigetsu habló conmigo y dijo que tienes varios retrasos- Itachi endureció la mirada y señaló los papeles sobre la mesa. -Te quedan pocas semanas para terminar el año, Sasuke. Te esforzaste mucho para esto.
 
-Mph- un monosílabo más.
 
-¿Es por Naruto?
 
-No- contestó enseguida. Pero un vestigio de duda brilló en sus ojos.
 
-Desde que lo conociste tus notas han bajado y tienes faltas en las primeras horas.
 
Naruto no quiso seguir escuchando nada más. Sabía que Itachi estaba en lo cierto, todo era su culpa. Por él suspendieron a Sasuke, por él sus notas habían bajado y ahora existía la posibilidad de que no fuera aceptado en la universidad que escogió meses antes.
 
Silenciosamente entró al baño. Cerró la puerta con seguro y fue al labavo para tratar de ver su reflejo. No había nada allí, solo neblina.
 
Frustrado se enjuagó el rostro y abrió uno de los cajones bajo el grifo para tomar una toalla. Entonces lo vio, un empaque plástico en tono azulado. Lo tomó en sus manos. Eran navajas de afeitar.
 
Se hizo con una de ellas, lentamente subió una de las mangas de la chamarra y acercó el filo hacia su piel.
 
Cerró los ojos al tiempo que deslizaba la cuchilla. Un ardor punzante invadió su cuerpo.
 
La sangre goteó.
 
Y el dolor interno desapareció.
 
-Lo siento. De verás lo siento- soltó la navaja y se dispuso a limpiar el desastre sobre el linóleo, usando su chamarra para dicho propósito.
 

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