Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bullying por RLangdon

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

El sopor de la inconsciencia le había ayudado a aminorar el molesto calambre en sus piernas, lo mismo que el resto de malestares que lo habían estado aquejando desde antes de la carrera. A pesar de estar tendido boca arriba sobre la camilla y oír el molesto goteo del suero a su costado, Naruto no quería abrir los ojos. Temía por las represalias que le aguardaban cuando diera la más mínima muestra de hallarse despierto, consciente y mortificado por lo bajo que había caído en los últimos meses.
 
Quizá de estar sus padres vivos, las cosas serían muy diferentes. Lo mismo que si sus tutores estuvieran ocupando su lugar como habían hecho año tras año.
 
Sin duda debía ser una persona muy molesta, un parásito, un ser odioso y una carga con la que nadie quiere lidiar en ningún momento de su vida.
 
Un hipido se le escapó de los labios. Apretó más fuerte los ojos cuando el aroma a alcohol y anséptico le inundó las fosas nasales.
 
-Naruto.
 
Conocía de sobra al dueño de aquella voz profunda y lacónica. Y por ello se rehusó a movese un solo centímetro, conservando en todo momento la esperanza de que lo creyera dormido y se fuera.
 
Una lágrima terminó por traicionarlo cuando sintió la tibia y reconfortante caricia en su mejilla, después vino una sobre el dorso de su mano. Los fríos dedos se entrelazaron firmemente con los suyos. Naruto tensó el cuerpo y gimió bajito ante los suaves toques en su cabello. Nunca se había sentido más vulnerable y a la vez más miserable.
 
Un bueno para nada, eso era.
 
-Lo hiciste.
 
Naruto apretó aún más los ojos, haciendo que sus párpados se movieran un poco en el proceso.
 
-Ganaste la carrera- lo felicitó Sasuke, repartiendo delicadas caricias en sus nudillos. -Sé que estas despierto. Nadie es capaz de soportar el aroma a alcohol tanto tiempo.
 
Lo había pillado in fraganti. Aún asi, Naruto demoró varios segundos en abrir los ojos, pestañeó repetitivamente para aclararse los ojos y torció sus labios en evidente frustración.
 
-¿Hace cuánto que no comes?- Sasuke fue directo al preguntar, irse por las ramas no le había ayudado en lo más mínimo a esclarecer sus dudas, así que sería directo de ahora en más. -La enfermera dijo que tuviste una descompensación, por si fuera poco estabas deshidratado...- frunció el ceño y endureció su expresión.
 
Tragando grueso, Naruto bajó discretamente la mirada hasta sus muñecas. Al instante cerró los ojos. Estaban vendadas.
 
-No conforme con ello, te autolesionas. ¿Qué sigue, romperte un brazo o una pierna?- no esperó a oír la contestación para agregar. -No entiendo qué ganas lastimandote de este modo, pero no permitiré que lo sigas haciendo.
 
-Lo dices como si fuera a pedirte permiso, de veras- trató de sonar firme, más todo quedó en un patetico intento. Su voz sonaba como si fuera a quebrarse en cualquier momento.
 
-¿Me dirás ahora qué te pasa?
 
-No me pasa nada.
 
Sasuke entornó los ojos, irritado, pero al cabo volvió a suspirar y procuró serenarse. Había visto como Naruto perdía el conocimiento luego de traspasar la línea amarilla. Aunque lo había atribuido a simple cansancio físico. Cuando supo el diagnóstico, no pudo más que sentirse estúpido. No debió haber esperado para salir a buscarlo. Supuso erradamente que hacía lo correcto al no presionarlo, sin embargo, las cosas no habían hecho más que empeorar.
 
-¿Qué beneficio obtienes con esto?- lo tomó del brazo, cerrando su mano en torno a la venda, sosteniendo el contacto visual en todo momento. Como Naruto se pusiera a la defensiva...
 
-Me hace sentir mejor- musitó. -Me ayuda a...
 
-Tienes al menos una docena de cicatrices en cada brazo- lo silenció Sasuke en tono mordaz, su voz estaba cargada de desdén pero lo que realmente sentía era impotencia por no poder hacerse cargo de la situación. Había hablado con la directora y el único acuerdo establecido fue el de que Naruto recibiera terapias psicológicas tres veces a la semana, además de tener un orientador en caso de que se presentara alguna anomalía como antaño.
 
-Sasuke, quiero que te vayas- solicitó mientras se acomodaba nuevamente en la camilla, recostandose de costado, aferrando la almohada contra su pecho y sopesando las escasas probabilidades de evadir sus labores estudiantiles el resto de la semana. -Quiero estar sólo.
 
-Ese es el problema. Todo el tiempo estás solo- argumentó Sasuke, notó que el suero se vaciaba y tras apartar unos mechones rebeldes del rostro del Uzumaki, partió a informar a la enfermera en turno.
 
Por casi una hora lo vio dormir plácidamente. Su pecho elevandose al ritmo de su respiración, su rostro tranquilo, calmo. Eran sus pestañas las que delataban sentimientos escondidos y tóxicos. Había lágrimas silenciosas en ellas, y por si fuera poco, Naruto se quejaba en sueños de una amenaza imaginaria, incomprensible a oídos del Uchiha. Toda perorata inconsciente del menor se limitaba a una retahíla de suplicas.
 
"Por favor...", "A él no..." y otras frases entrecortadas, ocuparon su sentido auditivo por varios minutos consecutivos.
 
Con semblante serio, Sasuke observó el pronto reemplazo del tercer suero. Tomó uno de los periódicos y esperó.
 
Naruto despertó diez minutos más tarde, tenía los párpados ligeramente hinchados y la vista opaca. En un movimiento silencioso y mecánico se arrancó la sonda del brazo. La sangre fluyó libremente por la hendidura del pinchazo, solo era un tenue escozor acompañado de una punzada soportable.
 
Deslizó los pies fuera de la cama y se apoyó en la base metálica del suero para impulsarse.
 
-¿Qué demonios haces?- para su infortunio, Sasuke lo interceptó antes de que lograra su propósito de levantarse. El impávido Uchiha lo forzó a recostarse nuevamente mientras hacía presión en su brazo con la sábana para evitar que la sangre siguiera escurriendo, luego llamó a una enfermera para que limpiara el desastre del impulsivo rubio.
 
Media hora más transcurrió. Pronto sonaría la campana para anunciar el término de las clases y, entretanto, Sasuke parpadeó, sintiendose cansado y extremadamente aburrido.
 
-Quiero irme a mi casa- fueron las primeras palabras que le dirigía el Uzumaki desde su petición porque se marchara. Sasuke hizo amago de sonreír, pero cambió de parecer al reparar en el estado físico y emocional del menor.
 
-Tienes dos opciones- se arrepintió de haberlo dicho porque, ante tales palabras, el rostro de Naruto perdió color y sus labios dibujaron un esbozo de auténtico miedo. -Puedes...- esta vez vaciló. -Quedarte en mi casa para que pueda cuidar de ti. Tambien podría hacerte compañía en tu casa- no entendía por qué rayos Naruto había reaccionado así por sus sugerencias. ¿Qué podía ocultar que fuera tan importante para querer mantenerlo a raya en todo lo concerniente a su persona?
 
Estaba a nada de averiguarlo...
 
***
 
Nada lo regocijó más que ver a Naruto comer con renovado apetito. Un tazón con fruta fresca, gelatina de fresa y un par de galletas, formaron parte de la cena del enigmático rubio que no había hecho más que balbucear las gracias camino a casa. Parecía estar un poco más animado, pero al mismo tiempo se leía la contrariedad impresa en su semblante, como si meditara constantemente en qué hacer a continuación.
 
-Muchas gracias- terminó el último bocado y se retiró a lavar su plato, sin importarle en lo más mínimo que Sasuke se haya ofrecido a hacerlo más tarde. Necesitaba poner sus pensamientos en orden y le era imposible al saberse observado por él. Además no podía increparle nada, era la casa de Sasuke al fin y al cabo. Había querido volver a su domicilio pero al recordar la ausencia de alimentos acabó retractandose.
 
Más relajado, se dio a la tarea de lavar los platos. Sus múltiples tropiezos no eran ninguna novedad. El problema radicaba en que no era capaz de salir del agujero negro en el que se había estado sumergiendo los últimos meses.
 
Dubitativo, se hizo con la botella de jabón y vertió un pequeño chorro en la esponja para seguir tallando los residuos de su plato. Empezaba a arrepentirse de haber comido tanto.
 
"Se pondrá como un cerdo"
 
Su labio inferior tembló.
 
-¿Naruto?
 
Se recobró en el acto, irguiendo la espalda y obligando a sus músculos faciales a formar una sonrisa convincente.
 
-Casi termino- sin darse vuelta, abrió el grifo para enjuagar los platos.
 
Sasuke siguió cada movimiento con la mirada. La indesición por abordar el tema lo estaba matando. Asi que encendió un cigarrillo y se lo llevó a los labios.
 
Dos caladas. La nicotina invadió prontamente su sistema, aplacando sus nervios, sustituyendolos por una efimera dosis de confort y dicha.
 
-¿Quién es Toneri?
 
El plato tocó el suelo, haciendose trizas al instante. Naruto abrió grandes los ojos, se sostuvo a tiempo de los bordes del lavabo para no caer y se aferró con más fuerza al sentir al Uchiha a su lado.
 
-Lo siento- se disculpó y trató de mostrarse más calmado. -Tuve un mareo- hizo amago de agacharse para recoger los trozos de cerámica, pero Sasuke lo frenó en el acto, tomándolo del brazo para conducirlo al sofá, instándolo a sentarse.
 
-Todavía estás débil- hizo notar al acomodarse junto al rubio. -¿Quieres ir al hospital?
 
-No- dudó. -Me pondré bien, solo estoy cansado.
 
Lentamente, Sasuke asintió a sus palabras.
 
-¿Podría tomar una siesta?- Naruto hincó las uñas en la tela de sus pantalones para mantenerse calmo en todo momento. No esperaba que Sasuke hiciera semejante pregunta. De hecho ignoraba qué tanto sabía al respecto. No estaba preparado para hablar de eso, definitivamente no lo estaba.
 
-Claro- accedió Sasuke, impertérrito. Naruto se puso de pie. -En cuanto me digas quien es Toneri- introdujo la colilla del cilindro en el cenicero y exhaló la última inspiración del tabaco.
 
-Es...
 
-No dejabas de decir su nombre mientras estabas inconsciente- lo estudió visualmente. Naruto no hizo más que encogerse de hombros, aparentemente cohibido.
 
-Es un amigo.
 
-Haz dicho que no tenías amigos- Sasuke resopló ante el nuevo encogimiento de hombros. Realmente quería llegar al fondo del asunto y Naruto no cooperaba.
 
-Era mi amigo- se corrigió el Uzumaki en un intento desesperado por enmendar su fallo. -Salimos algunas veces.
 
-¿Y?
 
-He vuelto a verlo hace poco.
 
A Sasuke no le faltaron ganas para levantarse de su lugar y zarandearlo de los hombros una y otra vez para que continuara. Su orgullo seguía mandándole serias advertencias sobre su postura. No obstante, odiaba las evasivas.
 
-Por eso terminaste conmigo- teorizó, molesto. Naruto hizo una leve inclinación con la cabeza en respuesta afirmativa. -¿Vas a regresar con él?- contra todo pronóstico, Sasuke sintió un alivio inmenso al verle negar esta vez. Puede que todo se tratara de una mentira, pero, aunque fuera egoísta, quería aferrarse a ella.
 
-Tengo que pensar algunas cosas- repuso el Uzumaki, ansiando dar por terminada la conversación.
 
-¿Cómo lo conociste?- insistió Sasuke, y en esta ocasión lo encaró directamente. Acortó la distancia que los separaba y escudriñó con atención las facciones de Naruto. -¿Cuánto tiempo salieron?...¿Por qué te quedas callado?
 
-Yo...- palideció. -Creo que voy a vomitar- y tal como predijo, una arcada lo hizo devolver el estómago sobre la alfombrilla.
 
***
 
No dejaba de repasar el contorno de su rostro con la yema de los dedos. Naruto lucía tan indefenso aún estando dormido que, Sasuke no quiso apartarse de su lado.
 
Toneri...
 
El nombre le resultaba inmensamente familiar, pero...¿En dónde lo había escuchado?
 
-Sasuke- de un momento a otro, Naruto despertó, sacándolo de sus cavilaciones para pasar a mirarlo con inusitada timidez. -¿Me abrazas?
 
Sasuke no rehusó el inocente pedido. Se recostó y lo rodeó con ambos brazos, apoyando la barbilla sobre la cabeza de Naruto. Las muestras de afecto nunca se le habían dado a él, pero estaba consciente de lo mucho que el menor necesitaba algo asi en esos momentos.
 
-¿A dónde te gustaría ir mañana?- preguntó, dando por sentado que Naruto no se presentaría al colegio por lo menos en un par de días. No estaba en estado de retomar sus deberes escolares. Le hacía falta aire fresco, un confidente y algo de atención.
 
-A mi casa- susurró en un hilo de voz mientras se acurrucaba en el pecho del mayor. -Tengo que hacer el ensayo de Ebisu sensei, también debo llamar a Iruka sensei.
 
-Puedes hacer ambas cosas aqui- Sasuke se irguió lo suficiente para ver la hora en el despertador. Faltaba un cuarto para las siete. Muy tarde para salir, y demasiado pronto para dormir. -Además...- calló, no quería presionar a Naruto, solo conseguiría que se pusiera mal de nuevo. -Tengo varias películas y videojuegos que podemos estrenar.
 
-¿De veras?- el rubio se apartó para verlo a los ojos, una chispa de emoción se encendió en sus irises azules por la confirmación.
 
***
 
-Maldición- volcó el buró y en medio de su frutración repitió el proceso con la repisa y la mesa. Todos los retratos de Naruto cayeron al suelo, y Toneri estuvo a punto de pisotearlos en un arranque de rabia.
 
¿Cómo se atrevía?
 
Justo cuando estaba a punto de tenerlo, le pasaban estas cosas. No, pero su bello e ingenuo ángel no tenía la culpa de todo. Era el incordio Uchiha el que había osado entrometerse de nueva cuenta en sus planes.
 
Normalizó su respiración poco a poco y se dirigió al escritorio para tomar la computadora portátil. Conocía al derecho y al revés la rutina de Naruto, sabía detalles de su vida que el mismo Uzumaki ignoraba, pero de Sasuke Uchiha no sabía mucho. Solo lo básico, apenas la carcasa que envolvía una espiral de secretos y posiblemente de mentiras.
 
Ah...
 
¿Por dónde empezar?
 
Arrugó la nariz y esperó a que los datos fueran procesados. Si Sasuke Uchiha quería jugar sucio, él se encargaría de darle la peor partida de su vida.
 
Una sonrisa despectiva jugó en sus labios al ver la información desplegada en la pantalla.
 
-Esto servirá de algo- imprimió los datos y copió el resto para anexarlo en diversos formatos que se encargó de enviar a la larga lista de contactos de cada sala de chat. En cuestión de horas, todos estarían enterados. Ahora solo tenía que buscar la forma abordar la encomienda.
 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).