Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bullying por RLangdon

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

No podía dormir. Las pesadillas se filtraban constantemente en su subconsciente, reviviendo temores pasados, abriendo nuevamente grietas, derrumbando cualquier vestigio de seguridad en su persona y sumiendolo en el más lóbrego pozo que la mente humana es capaz de concebir.
 
No. Naruto Uzumaki no podría dormir esa noche, y posiblemente la siguiente tampoco. Solo conciliaría el sueño cuando su cuerpo y mente sucumbieran al más extremo de los cansancios, de otra manera, le sería imposible cerrar los ojos y no verlos a ellos.
 
Riéndose.
 
Señalándolo.
 
Máscaras de mármol, sonrisas perversas. Miradas de desprecio.
 
Y él...
 
Él era un mounstruo. El ser repugnante al que todos temen y rechazan, al que quieren erradicar a toda costa.
 
Sudando copiosamente, Naruto se sentó a la orilla de la cama, esperó a que su agitada respiración se normalizara y volvió a envolverse entre las sábanas.
 
**
 
Con parsimonia, tomó asiento frente al ordenador, se hizo de la computadora y tras encenderla, deslizó suavemente los dedos sobre el teclado, sintiendo cada tecla en tanto el cursor parpadeaba una y otra vez en la pantalla de inicio, a la espera de que el nombre de usuario fuera introducido. La rutina de cada noche, la necesidad y las ansias morbosas de causar el mayor daño posible en apenas unas cuántas palabras, un par de frases bastaban para derribar la autoestima de todos aquellos subnormales, y lo que era mejor, el odio se iba acumulando hacia una sola persona.
 
-Veamos cuánto les afectan un par de verdades- sonrió a medias al lograr acceder a la misma cuenta de antaño. Al instante, la fotografía de un adolescente rubio, ocupó una cuarta parte de la pantalla. -Va a ser divertido- chasqueó la boca, hizo sonar sus dedos y con unos cuantos clicks ingresó a la sala de chat destinada para los estudiantes de primer ingreso, aquella que había sido configurada como pseudo fuente de apoyo que ayudaría a los alumnos al momento de realizar tareas en equipo o recopilar y compartir información de temas en específico.
 
Sus ojos azules centellearon en facinación al leer la lista de contactos que estaban en línea.
 
Cherry blossom (Sakura Haruno), Beautiful Kitty (Ino Yamanaka), Akamaru2.0 (Kiba Inuzuka), White-Ink (Sai Shimura).
 
-Cherry esta escribiendo- amplió su sonrisa mientras observaba los puntos intermitentes junto a la ventana de conversaciones.
 
Cherry Blossom: Me traicionaste...
 
Pensó detenidamente su respuesta, tamborileando los dedos sobre el teclado, reteniendo apenas el impulso por oprimir las teclas al azar.
 
Kyuubi/03: ¿Crees que eso es traicionar?, que débil eres, Sakura chan. ¿Qué harías si te dijera que tu adorado Uchiha me metió la lengua hasta la garganta?- contempló satisfecho la respuesta y esperó
 
-Beautiful Kitty esta pidiendo unirse a la conversación...Son tan predescibles- oprimió aceptar y se reclinó sobre la silla.
 
Beautiful Kitty: ¿Qué ocurre contigo, idiota?
 
Cherry Blossom: No entiendo que pretendes lograr con esto, Naruto, pero quiero que sepas que no es divertido.
 
-¿Qué no?- rió. -Para ustedes no, para Naruto tampoco, pero para mi es de lo más entretenido.
 
Kyuubi/03: Si es por Sasuke, no te preocupes. De cualquier modo no eres su tipo. Él me lo dijo. No le gustan tan planas.
 
Cherry Blossom: ¡Naruto!, maldito idiota, has cruzado la línea. Te juro que te arrepentirás.
 
Beautiful Kitty: Eres tan estúpido.
 
Kyuuby/03: ¿Es por qué soy rubio?, mira quien habla entonces- aguardó, se mordió el labio inferior y añadió. -Ino, Ino, Ino, no deberías criticar a las personas en tu patético afán por sentirte mejor contigo misma. Tú misma lo sabes, eres tan hueca como un cascarón, la belleza no es más que un burdo disfraz para encubrir la falta de neuronas, ¿Me equívoco?
 
-Beautiful Kitty abandonó la conversación.
 
Cherry Blossom: Eres un imbecil, Naruto. No quiero saber nada de ti nunca más.
 
-Que pesada- suspiró. -Ya veremos qué opina Naruto sobre esto- cerró sesión, se levantó y tomó su saco de la silla. Moría de ganas por ver el espectáculo del día.
 
La pregunta primordial era ¿Cuánto más habría que presionar para volver a encararlo?
 
-T-Toneri San- la tímida vocecilla le llamó del otro lado de la puerta.
 
-Ya salgo- anunció, devolviendose para guardar el retrato de Naruto en uno de los cajones junto a la cómoda. -Habrá que hacer algo con Uchiha tambien- acarició el rostro trigueño sobre el cristal. -Todo a su tiempo. Todo a su tiempo...
 
***
 
-¿Sasuke?
 
Sasuke dejó de mirar el techo al oír la voz de su hermano. Separó los labios para exhalar el humo que había estado reteniendo y apagó el cigarrillo en la suela de su zapato.
 
Itachi entró casi sin hacer ruido, esquivando las múltiples colillas de cigarro y frunciendo el ceño por ello.
 
-¿Todo bien?- quiso saber. Sasuke apenas hizo contacto visual con él.
 
-Si. Solo...pensaba- se abstuvo de reñirlo por invadir su privacidad. Realmente no entendía qué había de malo con su persona para que aquel chico raro lo evadiera en cada oportunidad. La última vez que había visto a Naruto, este le había indicado dónde vivía, y él se limitó a acompañarlo a su casa. No hablaron, no tocaron ningún tema en específico, y Naruto ni siquiera se atrevió a verlo a los ojos cuando llegaron a su departamento. Todo el tiempo había estado ausente, como si le molestara su simple presencia.
 
Y Sasuke sabía que lo mejor era dejarlo en paz, dejar de entrometerse e incomodarlo con sus fútiles intentos de acercarse.
 
Pero no podía. No quería alejarse de Naruto.
 
-Has estado actuando extraño desde el viernes- comentó Itachi mientras recogía las colillas y la ceniza. -Si hay algo que te moleste...
 
Sasuke sacudió la cabeza en una negativa contundente.
 
-Estoy bien.
 
-De acuerdo- suspiró el mayor, y en su expresión de angustia se leyó claramente, que no se había tragado la mentira.
 
**
 
Al atravesar el portón, las miradas se clavaron en él como filosas dagas que ansiaban rasgarlo. Naruto hizo caso omiso. Oyó que susurraban, algunos lo señalaban, otros lo encaraban con desdén, mientras que la minoría se abría paso cuando él avanzaba, como si fuera una amenaza latente o un incordio.
 
-Que insolente.
 
Naruto cerró los ojos unos segundos. Miró sus desgastadas zapatillas deportivas y, por un instante, deseó retroceder, desbaratar el último gramo de impulso que lo llevó a entrar en primer lugar.
 
Pero al darse vuelta, sucedió lo impensable, lo inimaginable, un hecho surrealista al que Naruto no daría credito ni pasados varios minutos. Sasuke Uchiha estaba inmóvil a sus espaldas, se notaba en su semblante impasible que acababa de entrar, y sin embargo, esta vez no dijo nada. Tan solo le quito los libros e inclinó la cabeza hacia su costado, instandolo a seguir rumbo al corredor correspondiente de los de primer ingreso.
 
Naruto abrió los labios, volvió a cerrarlos, y al mirar hacia adelante, se percató de que los pocos estudiantes que quedaban, estaban entretenidos en otras actividades, tales como cotillear, intercambiar papeletas con el itinerario y mirando en otras direcciones. Como si no existiera más, como si nunca hubiesen notado su presencia.
 
-Andando- murmuró Sasuke, que ya se hallaba varios metros delante. Naruto se extrañó de que no le preguntara por la ausencia del maletín, pero al mismo tiempo agradeció la ayuda.
 
Y sin pretenderlo...
 
Sonrió.
 
**
 
-Vaya, vaya, pero si es el marica al que le gusta vestirse de mujer- soltando una estruendosa carcajada, Kiba estampó su mano con la de Sai, este último rodeó el pupitre del rubio, relamiéndose los labios. Arrastró otro banco y lo situó frente al de Naruto. La clase ya había terminado, pero el profesor se demoraría al menos quince minutos más en llegar. Después de todo, Kakashi Hatake nunca había sido un fiel adepto a la puntualidad.
 
-¿Al menos posees aquello que te define como hombre?- se mofó Sai, alargando su brazo hacia la rodilla de Naruto en una descarada caricia, ascendiendo poco a poco hasta su entrepierna. Al momento, Naruto juntó las piernas, dio un rapingo y se sonrojó fuertemente al escuchar las risas en derredor. -Lo sabía, la tienes pequeña- sonrió con hipocresía y le cedió el lugar a Kiba.
 
-¿Con qué aliento de perro, eh?- hizo sonar sus nudillos, vio que Naruto cerraba los ojos, y cambió de parecer. -Juguemos algo divertido...Sai- el interpelado le extendió un compás. -De esto estaba hablando.
 
Naruto, confundido, abrió los ojos. Sai lo había inmovilizado por la espalda en tanto Kiba lo obligaba a colocar su mano sobre la paleta del pupitre.
 
-Si te mueves, pierdes- Kiba ensanchó su sonrisa, dejando sus afilados dientes al descubierto, disfrutando de la confusión grabada en la faz del rubio. -Separa los dedos.
 
Naruto se resistió, pero todo fue inútil. En menos de un minuto, Kiba ya había cumplido su cometido.
 
-No, por favor- gimoteó asustado. Y una vez más se maldijo por haber acudido, por haber siquiera pensado que las cosas mejorarían, que al menos todo sería como antes.
 
El filo del compás se hincó una y otra vez entre el espacio de sus dedos a una velocidad pasmosa. De izquierda a derecha y viceversa.
 
-¡Más rápido, Kiba!- gritó Ino desde el fondo del salón. Naruto apretó los ojos para no ver más, pero entonces el filo atravesó con fuerza el recoveco entre su dedo índice y pulgar. Sus labios se contrajeron en un rictus de dolor y la sensación punzante lo llevó a doblarse sobre el pupitre.
 
-¡Mierda!- Kiba retrocedió, entre sorprendido y temeroso al ver la sangre brotar de la herida.
 
-Fue su culpa- farfulló Sai al oír los balbuceos de Naruto. -Se movió.
 
**
 
El flujo de agua fría se deslizó libremente por la piel de su muñeca, tiñendose de un sutil carmín al entrar en contacto con la herida. Pasados unos minutos, el dolor menguó, lo suficiente para que Naruto pudiera atar un trozo de su camiseta a modo de venda. Había llevado las tijeras consigo para ese propósito.
 
Pausadamente, se apartó del labavo. Quiso contemplar su reflejo, pero no pudo.
 
El sonido de la campana atravesó cada rincón del colegio, alertando sobre la hora del almuerzo. Actividad que Naruto quería evitar a toda costa.
 
-Podría irme...- susurró, advirtiendo que los bordes de la herida se tornaban purpureos.
 
¿Y si contraía una infección?
 
Tenía medicamento en casa.
 
"Solo buscas una excusa para huir. Eres un cobarde"
 
Cabizbajo, se mostró de acuerdo con su subconsciente. Quería irse, lo necesitaba con urgencia. Pero, para poder salir, tendría que pasar inadvertido, rodear el estacionamiento ubicado tras la sala de profesores, y usar su carnet estudiantil en el verificador de la puerta. De esa manera solo tendría inasistencia en las últimas horas. Podría alegar que se sentía enfermo. Aunque no estaba seguro de que funcionara si es que llegaban a pillarlo.
 
Indeciso, se dirigió de vuelta al salón de clases, sin sorprenderle en lo más minimo los índices que lo apuntaban al paso, sin reparar en nada más que en su destino.
 
Y el pasillo se le antojó terriblemente interminable. Era incomodo, era sofocante, era...una pesadilla. Pero esta vez estaba despierto.
 
-No- Naruto se petrificó al ver sus libros rezagados en el suelo. Se puso de rodillas para buscar bajo su pupitre la bolsa plástica que contenía sus lapiceros y la credencial que le facilitaría su escape por ese día.
 
-Parece que alguien extravió algo- se rió Ino, siguiendo cada movimiento del Uzumaki con la mirada. Sai, que se encontraba sentado a su lado, dibujó una sonrisa inexpresiva en sus pálidos labios.
 
-Busca en el lugar equivocado- señaló. -Se dice que los carnet estudiantiles vagan por la basura cuando uno se descuida.
 
Atento por la mención, salió corriendo rumbo al contenedor de basura. El enorme, sucio y maloliente contenedor de basura que, no era otra cosa que un cubo plástico de unos tres metros de longitud por dos de altura, fuente de microbios que albergaba todo tipo de desperdicios, desde alimentos en estado de descomposición, hasta vidrios y material inservible.
 
Naruto se quedo largo rato mirándolo, como si sopesara la idea de ceder con su huída. Caminó de un lado al otro, se frotó el rostro con desesperación, se mordió el labio con fuerza, y tomó impulso para entrar.
 
**
 
La hora del descanso estaba por terminar, faltaban escasos diez minutos para que las clases se reanudaran. Y, entretanto, Sasuke Uchiha buscó con la mirada por la cafetería. Indagó visualmente entre los rostros de los alumnos de primer ingreso, sin hallar novedad alguna, sin encontrar aquello que tan ansiosamente buscaba.
 
-Faltaste la primera hora.
 
Sasuke emitió un monosílabo por respuesta. Y ni siquiera se volteó cuando Suigetsu apoyó un brazo sobre su hombro mientras sorbía ruidosamente el contenido de su cartón con jugo de naranja.
 
La chica de larga cabellera pelirroja que iba acompañando al albino, juntó ambas manos en actitud de súplica y, sin previo aviso, enganchó su brazo con el del Uchiha en un gesto por demás posesivo.
 
-¡Sasuke kun! ¿Por qué no estas con nosotros?- lloriqueó con su característico timbre agudo, restregando su mejilla en el costoso saco de terciopelo negro que despedía un penetrante aroma a almizcle y cedro. -Te extrañé tanto.
 
Con la mirada pérdida entre la muchedumbre, Sasuke atinó a mover apenas los labios.
 
-Hmp.
 
-Juugo tampoco vino hoy- comenzó Suigetsu la conversación unilateral. -Quizá este de nuevo en esas terapias de control de la ira. El muy idiota se cabreó porque alguien pisó su mochila y...bueno, ya conoces el resto.
 
-¿Has oído hablar de Naruto Uzumaki?- inquirió Sasuke de repente, cortando abruptamente el hilo de la plática, captando al instante la atención de sus compañeros, especialmente de la fémina que se había embriagado hasta el cansancio con su fragancia varonil.
 
-Me suena ese nombre- dijo Karin, ajustándose las gafas con un dedo. -Pero no recuerdo de donde ¿por qué, es importante?
 
Sasuke iba a contestar que si, maldita sea, era muy importante. Pero entonces notó que una pequeña multitud de estudiantes se alejaban hacia otro de los patios, susurrando frases ininteligibles, riendo con diversión por algún descubrimiento ridículo pero entretenido.
 
Sus pies se movieron por automático. Su mente se desconectó de todo lo demás, simplemente siguió su recorrido, deslindandose de sus compañeros para seguir al tumulto.
 
Segundos más tarde, Sasuke se sorprendió a sí mismo mirando la cabellera rubia sobresalir por el contenedor de basura. Sus parpados se cerraron en un intento de procesar la imagen que destilaba humillación.
 
Con un demonio. ¿Ahora qué estaba pasando?
 
-Naruto- tuvo que repetir el nombre dos veces más antes de hacerse notar al alzar su voz unos decibeles. Naruto, que tenía las mejillas cubiertas de hollín, y el uniforme cubierto de papeles y cáscaras de frutas, permaneció estático ante el llamado. -¿Qué diablos haces?
 
Tardó en reaccionar, sin embargo, cuando finalmente lo hizo, un sentimiento de lo más extraño lo invadió. Era verguenza, pena de verse envuelto en aquella situación incómoda de nuevo. Una y otra vez.
 
-Busco mi credencial- contuvo las lágrimas y continuó con su labor de hurgar entre la basura.
 
-¿Por qué allí?- volvió indagar el Uchiha
 
-Porque...- Naruto titubeó, se limpió la nariz con el antebrazo y pensó en alguna mentira rápida que lo liberara de más preguntas. -Tiré unos papeles y no me fijé que mi credencial iba entre ellos, de ve...- la muletilla murió en el aire. Naruto se tensó totalmente al ver a Sasuke a su lado.
 
¿En qué momento había entrado?, ¿Por qué?
 
-Entre los dos será más rápido- se explicó el Uchiha, quitándose el saco y arrojándolo fuera del contenedor.
 
Los pocos presentes que se encontraban allí reunidos, miraron con incredulidad la escena.
 
Naruto en cambió, sintió más ganas de llorar.
 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).