Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lovers. por RLangdon

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 
Naruto observó sumiso el cuidado que se le daba a sus cachorros. Estaba recostado sobre un cojín, enroscado y descansando después de la labor de parto. Iban nuevamente en tren, hacía pocas horas que habían salido de la casa de Itachi para retornar al bosque. Le habían dado un relajante baño y algo de comida antes de partir, y Mikoto había insistido en acompañar a su hijo en aquella corta travesía para cerciorarse de que todos (Naruto supo que se refería a sus nietos) llegaran a salvo.
 
Actualmente Itachi se concentraba en alimentar con una mamila a uno de los pequeños. Mientras que Mikoto hacía lo mismo con otra de las crías. Solo Sasuke permanecía ajeno a la actividad de ambos, cruzado de brazos y viendo enfurruñado por la ventana de su lado.
 
Naruto lo vio fijamente.
 
"De nuevo actúa raro, dattebayo"
 
Se incorporó con cuidado y tras estirarse, tomó al cachorro que dormitaba junto a él, lo sujetó suave pero firme de la nuca y lo llevo hasta Sasuke, situándose frente a él para evitar ser ignorado.
 
-¿Eh?- Mikoto parpadeó curiosa al notar las acciones de Naruto. Había una tercer mamila en la mesa, pero como Sasuke se había rehusado a ayudar en la alimentación del último cachorro, había quedado relegada.
 
-No- bufó Sasuke ante la insistencia del Kitsune.
 
Naruto en cambio no se dejó amedrentar, empujó a su cachorro y luego hizo lo mismo con la mamila, acercandosela para facilitarle la labor.
 
Al cabo de unos minutos, Sasuke cedió con su reticencia. Sabía que Naruto estaba aún muy débil para transformarse, y era menester alimentar a las crías cada dos horas.
 
-Bien- exhaló molesto, haciendose con el utensilio y tomando al cachorrito en su otra mano. Se trataba de la cría más pequeña de todas, era un diminuto zorro con enmarañado pelaje oscuro. A diferencia de Naruto, solo tenía dos colas, y el hocico era ligeramente más hosco, como el de los lobos.
 
-Oh, Sasuke- lo felicitó Mikoto al percatarse de la situación. Esperó a que el cachorrito cobrizo dejara de succionar la mamila para depositarlo en el cojín. Inmeditamente después Naruto se recostó para cuidarlo, enroscandose y cubriendolo con sus esponjosas colas para abrigarlo.
 
Itachi estaba tan embelesado con su propio cachorro que no se dio por enterado de en qué momento se terminaba la leche tibia. De los tres cachorros hibridos, ese era el que más se le asemejaba, era un poco más grande que el resto, de pelaje negro y orejas caídas, poseía únicamente una cola.
 
-Creo que ya ha terminado- mencionó Mikoto, señalando al cachorro. Itachi parpadeó, saliendo de su ensoñación para acercar a su hijo al cojín. Acarició suavemente a Naruto y poco después Sasuke hizo entrega de la tercera cría.
 
-¿Hace cuanto...?
 
-Un par de meses, a lo mucho- se anticipó Itachi a la pregunta de su madre. Lo cierto era que seguía anonadado con la primicia. Le costaba asimilar los hechos, pero no por ello iba a deslindarse de sus nuevas responsabilidades. Había decidido volver al bosque por temor a que los cachorros no sobrevivieran al pesado y tóxico ambiente urbano. Necesitaban aire fresco y un hogar para subsistir adecuadamente.
 
Mikoto asintió lentamente, dirigiendo una rápida mirada al cojín.
 
-No puedo creer que soy abuela- murmuró nostalgica. A decir verdad, Naruto le había agradado demasiado, aunque jamás imaginó que Itachi le ocultara ese tipo de cosas. Había visto a Naruto como otro de sus hijos, y en cierto modo ahora lo era, formaba parte de su familia. -Pero- su expresión se tornó reflexiva. -Fugaku, ¿Qué dirá tu padre de todo esto?
 
Itachi se mordió el interior de las mejillas. Era el asunto que más le preocupaba, pero se las apañaría para resolver cualquier conflicto. Y si no resultaba, entonces tendría que...
 
-No me importa lo que padre opine. Incluso si soy desterrado de la manada, no pienso abandonar a Naruto.
 
Sasuke alzó ambas cejas en señal de asombro. Jamás había oído a Itachi hablar con aquella determinación, lo que era peor, nunca lo había visto de ese modo, como si quisiera retar deliberadamente a Fugaku. Era una escena digna de ser recordada.
 
"No sabes cuanto te envidio, Itachi" reflexionó, apartando la vista de Naruto para mirar nuevamente por la ventana.
***
 
Nada más llegar, Itachi supo que algo andaba mal. Lo percibía en el ambiente, en el aroma a muerte que eclipsaba una parte considerable del entorno. Sintió nauseas, pero procuró no demostrarlo, y en cambio, despidió a su madre y hermano, prometiendo reunirse de nueva cuenta con ellos, quizá dentro de unos meses.
 
La cabaña estaba limpia y ordenada, tal y como Itachi la había dejado al partir. Ello lo alivió un poco, al menos asi no preocuparía innecesariamente a Naruto, asi como tampoco tendría que dar excusas banales sobre el posible desastre.
 
-¿Dormiras con nosotros, Itachi?- bostezó Naruto, manteniendo un parpado abierto para vigilar cada movimiento del lobo. Itachi caminaba de un extremo a otro, parecía inquieto y contrariado.
 
-Lo haré. Solo necesito hacer una rápida visita a mi padre- y vaya que lo necesitaba. Si las palabras no servían, tendría que recurrir a la violencia. Podría rebelarse en caso de que algo malo ocurriera, pero era menester poner sobre aviso a Shisui, él tambien podía ayudarlo en su propósito. -Este es el único lugar seguro. El clan no se acercaría bajo ninguna circunstancia a no ser que padre lo dictamine antes.
 
-¿Qué vas a hacer?- cuestionó el Kitsune, alerta. Sus pequeños dormitaban pegados a su cuerpo y no quería dejarlos, sin embargo, empezaba a sopesar un gran riesgo tras la perorata del Alfa.
 
-Hablaré con el clan, principalmente con mi padre- esclareció Itachi, yendo hasta la puerta con una firme resolución en la mirada. -Prometo no demorar. Solo no te muevas de aqui.
 
-Pero Itachi...- ya era tarde, el aludido había partido hacia las montañas.
***
 
Tras dos horas de espera, Naruto empezó a preocuparse seriamente. Itachi había dejado comida de sobra en unos contenedores de fácil acceso, aun en su forma animal, Naruto había aprendido a hacer uso de ellos. Eran unos simples recipientes plásticos conectados a unas diminutas mangueras, era cuestión de sorber para obtener el alimento. Sus crías habían tenido su ración y él mismo había tomado un poco de leche tibia. Pero ya estaba aburrido y desesperado de estar allí encerrado. Quería salir, correr y estirarse un poco.
 
-Itachi, ¿dónde estás?- gimió, y acto seguido, se dispuso a acomodar a su último cachorro en el improvisado lecho junto al sofá. Hasta que unos golpes contra la ventana lo alertaron. -¡Naruko!- saltó al sofá y de allí a la hendidura próxima al cristal. La susodicha estaba arañando el vitral con sus garras.
 
-No llores hermano, venimos a rescatarte- Naruto se emocionó en demasía cuando, al asomarse, vio tambien a su madre aguardando en el suelo.
 
Tuvo que tomar impulso para lanzarse sobre la pequeña palanca que abría una ranura, separando el cristal en dos. Ya había visto a Itachi tirar de ella en su forma humana.
 
-¡Pronto, vámonos!- sin embargo, Naruko no entró como Naruto tenía previsto, sino que tironeó del pelaje de su cuello para sacarlo.
 
-No, Naruko- se opuso firmemente y la instó a entrar. Terriblemente angustiada por el comportamiento de su hermano, Naruko obedeció. Kushina se unió a ellos poco después y ambas se congelaron cuando vieron la pequeña cama junto al sofá.
 
-¿Son...?
 
-Míos- respondió Naruto, dando una suave lamida a la cabeza de uno de los cachorros.
 
-Naruto, mi bebé- Kushina rompió en llanto, rodeó a Naruto con su cuerpo y restregó su rostro incontables veces en una afectuosa caricia que Naruto correspondió al instante.
 
-¿En dónde están papá y Menma?- preguntó al apartarse
 
Naruko agachó las orejas en son de tristeza.
 
-Menma está atrapado en una trampa- Naruto se puso a la defensiva. -Papá intentó liberarlo pero nos pidió que siguieramos adelante hasta encontrarte. Han matado a varios de los nuestros, esos lobos psicopatas.
 
-Tengo que ayudarlos. Además Itachi tampoco ha regresado.
 
-Naruto, no hay tiempo para nada más- Kushina intentó hacerle recapacitar. No quería apartarse de su cachorro ahora que recién lo recuperaba. -Tenemos que movernos a otro sitio.
 
-No- negó Naruto. -Este lugar es seguro. Necesito que se queden y los cuiden- miró de soslayo a sus cachorros. -Mientras buscaré a Itachi, él sabrá que hacer.
 
-¡Naruto!- gritó Naruko, viendolo salir por la ventana. Èl y Menma eran tan idiotas e impulsivos. -Mis...sobrinos- se volvió al cojín, Kushina acababa de echarse a un lado de las crías y no dejaba de olfatearlas.
 
-Son...
 
-Hibrídos- completó Naruko la frase.
***
 
-Déjame aqui papá- se rindió, tendiendose de bruces sobre la hierba. Había sido tan tonto al no ver la cuerda anudada a una roca. Había tropezado con ella. Tenían dos días buscando a Naruto sin resultado alguno. No quiso avisar a Shisui de sus acciones porque sabía que intentaría desalentarlo, pero ya no soportaba vivir en la incertidumbre de no saber cómo estaba Naruto, ni siquiera tenía la certeza de que siguiera con vida.
 
-No digas eso, hijo, solo tengo que encontrar la manera de trozarla- Minato se angustió al pensar qué sucedería si no lo sacaba a tiempo. Menma había quedado atrapado en una caja metálica caída del árbol y no tenía forma alguna de escapar. Corrían el riesgo de ser atrapados por algún cazador furtivo.
 
-A un lado- el graznido hizo que Minato se alejara un poco. Un cuervo descendió en picada poco después.
 
-¡Shisui!- por vez primera, a Menma le alegró verlo.
 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).