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Lovers. por RLangdon

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En menos de un minuto, Menma se vio liberado. Shisui había adoptado su forma de lobo para sacarle la jaula de encima, usando sus poderosas mandíbulas para dicho propósito.
 
-Shisui- sin detenerse a pensarlo un segundo, Menma corrió hacia él y restregó su rostro en el pecho del susodicho como sinónimo de agradecimiento.
 
Minato vio esto con malos ojos, gruñó amenazante.
 
-Menma- lo instó a volver a su lado mientras escudriñaba al lobo que tan serenamente estaba allí junto a ellos, como si fuera un aliado y no la especie sanguinaria que había exterminado a tantos de los suyos.
 
-No es malo, papá- Menma intentó hacerle entrar en razón. Había sido muy impulsivo en demostrar su afecto, pero ciertamente ahora confiaba mucho más en Shisui. -Ya nos hemos visto antes y en ningún momento me ha atacado. Fue él quien me avisó del ataque para que nos pusieramos a salvo.
 
-¡Ellos secuestraron a Naruto- estalló Minato ante la prepotencia de su hijo. -Todos nuestros problemas han sido culpa de los lobos. No trates de defender a un asesino.
 
Menma farfulló una maldición, molesto por el agravio verbal que se le estaba dando a Shisui.
 
-Si es un asesino, ¿por qué no me mató?- cuestionó, retándolo. -Acaba de ayudarme y no lo estás tomando en cuenta.
 
-Es suficiente- fue turno de Shisui por replicar. -No debemos perder más tiempo, vine a ayudarles y eso voy a hacer, asi que siganme.
 
Minato apretó la mandíbula con rabia, pero pronto se tranquilizó. Su familia estaba en peligro, y haría lo que fuera por ponerla a salvo.
 
-De acuerdo, pero si nos traicionas, no dudaré en matarte- amenazó.
***
 
El cuerpo ensangrentado se sacudió por última vez entre sus fauces, luego quedo inmóvil.
 
Con los ojos empañados en lágrimas, Itachi soltó poco a poco el cuello de su padre.
 
-Hiciste lo correcto- farfulló el Alfa a sus espaldas. Itachi no contestó. Había intentado dialogar con su padre, hacerle entender que no tenía ningún sentido seguir con la matanza hacia los zorros, pero su padre era testarudo y había estado a favor de la violencia, al grado de haberse enzarzado en una lucha con él. En ningún momento Fugaku escuchó lo que tenía para decirle, lo había catalogado de traidor y amenazado con matar a cuanta especie se atravesara en su objetivo de hacerse con el dominio del territorio del remolino.
 
Las ideas de Fugaku eran claras, e Itachi supo que no podría atentar contra él estando solo, no había encontrado a Shisui pero si a Obito, uno de los pocos Alfas que se oponían al estricto mandato del patriarca Uchiha.
 
-Eso espero- musitó al fin, irguiendose imponente. -Ayudame como prometiste y cumpliré mi parte del trato.
 
Obito, atento a las palabras de Itachi, miró en derredor. Accedió a ayudarle únicamente porque quería hacerse con el título de líder, estaba harto de servir a Fugaku en todo momento. Habiendo muerto el actual líder, Itachi pasaba a ser el sucesor, y el cargo le sería otorgado a él, siempre y cuando lo apoyara en matar a todo aquel que permaneciera reacio a abandonar los lineamientos de Fugaku.
 
-Andando- sonrió al ver a Itachi cabizbajo, triste por no haber podido cambiar la ideología de su difunto progenitor.
***
 
Naruto retrocedió, lleno de miedo al saberse rodeado por dos hembras, grandes, fuertes y de mirada penetrante.
 
-¿Lo matas tú o lo hago yo, Izumi?- inquirió una de ellas, saboreándose a su presa mientras daba vueltas a su alrededor. Naruto pensó en pelear, quizá no tuviera oportunidad contra ellas, pero no quería ser vencido tan rápido, sería muy patético.
 
"Mis cachorros" pensó con tristeza. No podía dejarlos solos, tenía que luchar hasta las últimas. Fue un estúpido por haber ido solo, debió haberse quedado, pero ya no había forma de cambiar el rumbo de las cosas.
 
-Yo he matado a varios ya, Naori, creo que es tu turno por divertirte- Izumi dejó de acorralar al Kitsune, se tendió sobre la hierba y miró atenta como su compañera se relamía extasiada del privilegio por matarlo ella sola.
 
"Uno contra uno" en su lapsus de desesperación, Naruto se alegró un poco de que la otra loba cediera con su cometido, tal vez podría defenderse, tal vez podría salvarse.
 
-Será rápido- Naori tomó impulso para saltar. -Una mordida en la yugular y acompañaras a tus parientes.
 
Naruto se arrinconó en el hueco de un tronco, mostró sus colmillos de forma amenazante, sin inmutarse por la estruendosa risa de la fémina.
 
-Eres tan insignificante que disfrutaré de trozarte los huesos- antes de que pudiera abalanzarse, otro lobo se interpuso, acorralándola contra el suelo, inmovilizándola en apenas un parpadeo.
 
-¡Itachi!- el leve vestigio de emoción, no duró mucho tiempo en el Kitsune. Itachi estaba lleno de heridas, sangraba y lucía mucho más débil de lo que era en realidad.
 
Todo acabó tan rápido, que Naruto ni siquiera se percató de la presencia del otro lobo que acompañaba a Itachi.
***
 
Todo había terminado. Itachi estaba inconsciente, tendido sobre la hierba, tratando de reponerse de las múltiples heridas en su cuerpo que, tan constantemente, Naruto lamía y lamía, no como obligación, sino por voluntad propia. Sabía que no era bueno tratar de sanar varias heridas a la vez, ya que la sangre contaminada iba a parar a su propio cuerpo, pero Naruto no podía ni quería detenerse, no hasta verlo curado y recuperado, hasta que supiera que se encontraba en mejor estado.
 
-¿Na...ruto?- poco a poco Itachi fue abriendo los ojos. Y Naruto lanzó un chillido al aire, conmovido por la fortaleza de su pareja.
 
Aquel lobo llamado Obito le había explicado un poco la situación momentos antes de marcharse. Le dijo como Itachi había tenido que asesinar a su propio padre, asi como a varios miembros de la manada que se oponían a seguir un nuevo régimen autoritario. Claramente Obito le había ayudado en su cometido, pero eso no quitaba lo triste de todo. En algún momento Naruto se había soñado a sí mismo conociendo al papá de Itachi y al resto de la manada, había deseado ser aceptado por ellos como fue aceptado por Sasuke y Mikoto.
 
-¿Puedes levantarte?- Naruto gimió al verlo tambalearse. Obito había dicho que las heridas no eran graves y que se recuperaría con algo de reposo.
 
-Estoy bien- repuso Itachi, inspeccionando las heridas que había lamido Naruto. Igual que la primera vez, la saliva escocía en su piel, pero era cuestión de tiempo para que el ardor menguara y se sanara. -Volvamos a casa.
 
-Si- sonrió Naruto, agitando sus colas con renovada alegría.
 
-¡Naruto!
 
A lo lejos, Naruto vio a su padre, a Menma y a otro lobo que, supuso, amigo de Itachi. Sonrió con brío y corrió hacia ellos.
 

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