Amor Yaoi
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Lovers. por RLangdon
-¡Hikaru, Itaro, Akemi, vuelvan aquí!- gritó, viéndolos correr sin precaución alguna sobre el inestable tronco que atravesaba el denso hierbajo. Los cachorros reían divertidos mientras se perseguían entre si, ajenos al mundo, al llamado y las cuestiones nimias que osaran querer estropear su juego. -Estos niños- suspiró Minato, resignandose a la desobediencia de sus nietos.
Kushina, que se hallaba tendida a pocos metros de él, rompió a reír.
-Minato, no seas amargado, ttebane. Dejalos explorar un poco- siempre era lo mismo con Minato, se preocupaba en demasía y estaba alerta en todo momento, pese a que ya había transcurrido un año desde la sangrienta cacería que los lobos desataron dentro de su territorio. Ahora los únicos lobos visibles en el entorno, formaban parte de la familia.
-Si, papá, déjalos jugar agusto- expuso Naruko desde su lugar en el tronco, acompañada por otra Omega de pelaje dorado.
Minato refunfuñó. A lo largo de un año había visto crecer a las crías de su cachorro consentido, tuvo que aceptar además la relación de este con una especie ajena, y por si fuera poco, el otro lobo rufián había hecho lo mismo con su último descendiente varón. Solo Naruko se había emparejado con una de su especie ¡Y Omega además!
Más nietos no podría tener, pero al menos le enorgullecía que sus pequeños fueran felices. Casi había pérdido a Naruto, y siendo el padre sobreprotector que era, no toleraría que sus tres retoños le dieran la espalda. Si ellos estaban bien, él también lo estaba.
-De acuerdo- se recostó junto a Kushina y analizó cada movimiento de los cachorros a la distancia. En verdad que eran hiperactivos los tres, podían jugar por horas sin cansarse.
***
Se transformaron a la par, corriendo uno al lado del otro, deshaciendose de las molestas e innecesarias prendas mientras se adentraban en el bosque
-¡Alcanzame, Itachi!- Naruto bordeó el claro, se escondió bajo un arbusto de heliconias y vio al lobo pasar frente a él. Segundos más tarde, el Alfa se abalanzó en su dirección, tumbándolo boca arriba sobre el prado.
Recién llegaban de visitar a Sasuke y Mikoto. Había sido una estadía corta, pero significativa. Naruto había querido llevar a sus cachorros consigo, pero estaba consciente de que no soportarían el largo y aburrido viaje, eran aún muy pequeños para controlarse. Asi que dejó a sus padres a cargo. Había sido una semana maravillosa para solidarizar lazos y tener algo de intimidad con su pareja, pero ya era hora de regresar. Ambos extrañaban a los pequeños.
-Te daré otra oportunidad- jadeó Itachi mientras le lamía provocativamente las orejas. Naruto rió en su fuero interno, se levantó y corrió a toda carrera en tanto el Alfa se disponía a contar una serie corta para luego alcanzarlo.
-¡Papá!- en menos de cinco minutos llegaron a la pendiente. Los tres cachorros hibridos abandonaron todo juego para ir a recibirlos afectuosamente, saltando uno sobre el otro para llegar antes.
Naruto los recibió a base de lamidas, e Itachi no se opuso a que uno de ellos trepara por su lomo y se recostara encima suyo.
-Los extrañamos mucho- dijo Itaro, jugueteando con Akemi, que se hallaba tumbado encima de Naruto.
-Nosotros tambien- respondió Naruto, agachando la cabeza para que su cachorro se deslizara a tierra firme. -Abuela Mikoto y tío Sasuke les mandan saludos.
-Yo quiero ver al tío y a la abuela- rezongó Itaro, agitando su par de colas de lado a lado, inquieto como su padre.
Itachi rió por el comentario, dejó de lamer el estomago de Hikaru para ir con el resto de la camada.
-Cuando sean un poco más grandes- aseguró, permitiendo a Naruto colarse bajo su mentón. -Quizá para entonces ya dominen su transformación.
Aquello fue suficiente para desatar una guerra de ladridos, aullidos y gruñidos entre los cachorros.
-¡Enseñanos papá!
-¡Aprenderemos rápido!
-¡Quiero convertirme en humano!
-Todo a su debido tiempo- los tranquilizó Itachi, inclinandose un poco hacia el frente para instarlos a correr. Había sido duro afrontar el pasado, pero había valido la pena. Ahora había recuperado a su familia (Sasuke y Mikoto),y había formado una nueva (Naruto y los cachorros). Aquella había sido una aventura digna de recordarse.
-¡Cuidado, allí viene!- rieron los tres, viendo correr a Itachi y Naruto hacia ellos.
***
-¿Irás a la ciudad?
Ya era de noche. El claro junto al lago del remolino estaba silencioso, solitario. Desde la matanza de los zorros, el sitio había quedado más desolado y lugubre.
-Posiblemente- Shisui respondió en voz baja, notando los brillantes ojos del Kitsune puestos en él. Tenía responsabilidades en ambos entornos, pero Menma ya estaba al tanto de ello. Lo estaba tras salir un año juntos como pareja. Ninguno tenía grandes expectativas del futuro, y los dos estaban conscientes de que no podrían tener descendencia, pero lo preferían así.
-Me gustaría convertirme en humano- susurró Menma, sentándose en el prado, viendo directamente hacia la luna. Shisui se acercó aún más a él.
-Yo podría enseñarte- era irónica la propuesta ya que, meses atrás, se lo había sugerido. Sin embargo, Menma aseguraba ser feliz viviendo como Kitsune. Aparentemente había cambiado de parecer.
-Enseñame y así podré acompañarte esta vez- emocionado con la idea, Menma corrió en círculos. Shisui no pudo evitar soltar una risa suave.
-Mañana a primera hora- una nueva historia estaba por suscitarse en el territorio del remolino.
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