Capítulo 10.
A la mañana siguiente desperté gracias a un porrazo en la puerta el brinco hizo que casi callera al piso y ahí asustada estaba Tsunade – sama con la cara pálida al punto del colapso
- ¡Naruto desapareció! – gritó tan fuerte que se oyó en toda la casa y se escuchaba el llanto de varios niños a lo lejos.
- Tsunade – sama él está aquí – le mostré al chico que estaba asustado entre las sabanas.
La mujer se calmó de inmediato, pero me metió tremendo golpe que me dejó sin aire por una hora completa, para sorpresa de todos Kyubi era el único que sabía dónde estaba Naruto, ya que durmió en la alcoba con nosotros, solo que, escondido debajo de la cama, al final el mal trago solo duro breves momentos y logramos desayunar tranquilos en el jardín, a las 10 de la mañana ya todos los niños se habían ido y al fin era libre, que igual no había hecho nada, pero verlos me cansaba.
- No sabía que Naruto dormía contigo – la poderosa abuela aun no me perdonaba y me veía con cierto rencor, espero no dure mucho.
- Cuando nos conocimos no tenía más que una cama y al llegar al departamento Naruto no tenía una habitación para dormir, además en esos momentos aun… tenía pesadillas – lo último lo dije en voz baja, ya que aún son tiempos difíciles para el sol y no quería que recordara lo que soñaba.
- Entiendo – la mujer seguía molesta, pero al parecer no me iba a hacer más pancho por no avisar que Naruto había dormido.
Después de la gran fiesta llegó el lunes y al recoger a Naruto vi más hostilidad de la normal en sus amigos, si bien ninguno parecía feliz de que viviéramos juntos el hecho de que se enteraran de que dormíamos en la misma cama había sido una bomba que no iban a superar tan pronto, la verdad no me importa si les agrado o no, pero me molestaba que hicieran sentir mal al pequeño sol, en el trayecto los comentarios “ofensivos” hacía mí no se hicieron esperar, cosa que Temari e Itachi no estaban prestando atención, pero yo iba bastante divertido.
- Bueno nos vemos mañana – se despidió Temari y Gaara estaba listo para abrazar a Naruto, pero él se escondió detrás de mí y solo movió su mano en señal de despedida.
- Nosotros también nos vamos – Itachi vio que tampoco se despidió de su hermano y quedó impactado, ya que por más enojado que estuviera Sasuke, Naruto siempre procuraba despedirse bien de él.
- ¿Por qué estás enojado? – le pregunté al pequeño al alejarnos de los demás miembros del grupo.
- Todo el día han hablado mal de ti y les dije que ya no iba a quererlos si continuaban, pero no les importo – dijo enojado – ya no seré su amigo, llevaré a Kyubi a la escuela y solo le hablaré a él – me sorprendí que desde la mañana llevaran molestando al rubio con eso, pensé que solo sería conmigo.
- Vaya, que mal – no sabía que decir y explicarle a Naruto que ellos estaban enamorados era un tema que no pensaba tocar a su corta edad de 6 años, prefería que los menores lo arreglaran.
- ¿Está mal que esté contigo? – esa pregunta me sorprendió.
- ¿Cómo?
- Ellos dicen que no es normal que estemos juntos, que yo debería estar en otra cama o con mi familia – se le salían pequeñas lagrimitas y eso hizo que se me estrujara el corazón, no pensé que el hecho de que le recalcarán que no éramos familia le doliera tanto.
- Bueno supongo que no es normal, pero no por eso está mal – me vio sorprendido, así que lo cargue para que habláramos a la par y tratar de darle una explicación simple, pero que lo ayudara a sentir mayor seguridad – muchas personas cuando mueren tienen hermanos, hermanas o padres que se hacen cargo de sus hijos, porque son familia, en el caso de tu papá decidió que lo mejor era que tú y yo nos quedáramos juntos, lo cual para las demás personas es raro, pero eso no implica que no podamos formar una familia – el chico parecía empezar a entender – ahorita estamos formando lazos, nos empezamos a conocer y nos empezamos a querer, después tendremos más confianza entre nosotros y después seremos una familia, no seremos normales, pero eso no implica que no nos queramos, son cosas que la gente no entiende, pero mientras tu estés seguro de tus sentimientos y de que estás en el lugar indicado debes de ser fuerte y mantenerte firme, aunque a los demás no les guste – el chico parecía más tranquilo, pero aun así se veía triste.
- No entiendo porque les molesta que tenga una familia – esta caminata será más larga de lo que pensé.
- No creo que les moleste eso, ellos no son malos como para desear algo tan frío, solo que no entienden, seguro si les explicas tus sentimientos y que te gusta como es tu familia actual será más sencillo para ellos entenderte – definitivamente no voy a tocar el tema del amor, si yo no lo entiendo entonces es imposible que pueda explicarlo.
Habíamos regresado a casa y en la parte de afuera del departamento había 3 personas, lo cual era raro tomando en cuenta la zona y que los inquilinos no se quedaban viendo los botones de acceso, así que decidí espera a que se fueran por seguridad de Naruto, pero ya llevaban más de 20 minutos y seguían parados ahí pensando.
- ¿Les puedo ayudar en algo? – me voltearon a ver y vaya que se veían con problemas los chicos, una mujer con maquillaje gótico y una rosa en su molote (chongo, cebolla, no sé cómo conozcan el peinado), un chico de cabello naranja con muchas, pero muchas perforaciones y un chico de cabello rojo que tenía pinta de seguir las tendencias emo.
- ¿Tío Nagato? – Naruto lo reconoció y entonces casi me dio un infarto, ¿él era el hermano de Kushina?
- Hola Naruto – saludó de manera amable el chico y los otros dos le sonrieron al menor, al parecer los conocía a todos, aun algo desconfiado los dejé entrar al departamento, pero bueno si el abuelo de Naruto era el escritor más aclamado y parecía pordiosero, a ellos no podía juzgarlos.
- Perdón por llegar de improvisto – la chica amablemente me ofreció un pastel y la verdad no supe cómo reaccionar, la familia por parte de mi maestro era más extrovertida, pero al parecer por el lado de Kushina eran menos llamativos.
- No te preocupes, gracias por el pastel – vi como Naruto se portaba de manera bastante distante con su tío, pero se llevaba bien con Yahiko, que por cierto le había regalado un peluche de un pez gigante, lo cual me hace preguntarme ¿por qué le regalan animales exóticos?, serví el pastel con el café y Nagato se quedó en silencio viendo de reojo a su sobrino jugar con su amigo y Konan, se dedicó a tomar su café junto al pastel… que silencio tan incómodo.
- ¿Así que tú cuidas de él? – le pregunta salió en un tono muy bajo si no hubiéramos estado en silencio no lo hubiera escuchado.
- Sí, mi maestro dejó estipulado que yo lo cuidara – ni me veía a los ojos, solamente observaba a Naruto, parecía uno de esos pedófilos que denunciabas por actuar raro en el parque.
- No me agradas – me recorrió un escalofrío por la forma tan fría que lo había dicho y al parecer no fui el único que lo notó, ya que Kyubi se puso agresivo con Yahiko y no dejó que se le acercara más a Naruto, de verdad que ese perro es la mejor inversión del mundo.
- Perdón, Kyubi es el encargado de proteger a Naruto de los que considera que son hostiles – todos se quedaron quietos y el pequeño sol no entendió nada de lo que pasaba – Naruto ve al cuarto a jugar con Kyubi, ahorita es tiempo de conversación adulta – el pequeño me vio sin entender, pero aun así obedeció, una vez solos me dispuse a escuchar lo que seguramente sería el mismo berrinche que hizo Tsunade – sama, pero esté hombre se veía menos amistoso.
- No es normal que mi sobrino se quede con un completó desconocido, mucho menos con un hombre de tu edad, mi cuñado seguro tenía sus razones para no dejarlo con su familia, pero debió pensar en mí de inmediato cuando él faltara – me quede callado ahora entendía a qué se refería Naruto cuando decía que dolía que dijeran que no era normal o que no debíamos de estar juntos – ustedes no deben de estar juntos.
- Claro, tanto te molesta que yo lo cuide que apareciste 9 meses después de la muerte de Minato para reclamar su custodia, me parece muy razonable de tu parte – mi sarcasmo hizo su increíble aparición, ya que de verdad me había molestado su comentario.
- Tú no sabes por lo que tuve que pasar para llegar aquí hoy – se levantó molesto, pero sé que mis palabras habían dolido.
- No, en eso tienes razón, pero dime si te cuesta 9 meses venir en auxilio de tu sobrino en caso de una emergencia, ¿qué clase de vida vas a darle si yo te lo entrego? – el chico me vio sorprendido, supongo que jamás pensó en la vida que le daría al sol, solamente pensaba en llevarse al niño y ya después vería que hacer con él.
- No deberías juzgar su interés de cuidar a Naruto, es el último familiar que le queda – Yahiko intervino por fin y la chica asintió dándole la razón a su amigo.
- Vaya, que mal, pero no puede entregarte a Naruto, al igual que a ti es mi única familia – miré a los ojos del chico, le demostré que no iba a darle al pequeño sol, no solo me había acostumbrado a él, sino que ya lo quería y no se lo iba a ceder a nadie.
Al final Nagato acepto que me quedara con Naruto, pero dijo que ahora que vivía cerca lo iba a estar visitando seguido, por mí no había problema, pero a pesar de eso no sentí que realmente tuvieran una buena relación, espero que no venga solo como acosador, los tres me dijeron que estaban estudiando en mi universidad, pero en los grados que iban cursando de manera normal, así que les informé que Naruto iba los jueves por si querían acompañarnos y cosas así.
Cuando se fueron me puse a levantar las cosas y escuché los pasitos del sol corriendo hacia mí, me sorprendía como se habían agudizado todos mis sentidos para poder cuidar del menor, ya escuchaba hasta el menor ruido que hacía e incluso podía detectar su silencio.
- El tío Nagato también cree que está mal que me quede contigo – iba caminando a la cocina con Naruto colgando de mi pierna y me sorprendí que a su corta edad oyera detrás de las puertas.
- Sí, como muchos más lo van a creer, pero siempre debes ser honesto con tus sentimientos, yo le dije que no me quería separar de ti – lo senté en la barra para que me viera mientras seguía limpiando – igual que tú, cuando ya no quieras estar conmigo lo tienes que decir también, mientras estemos juntos nada es obligatorio – se veía más tranquilo.
- Siempre voy a querer estar contigo Kakashi – me sonrió como si nada del día de hoy hubiera pasado y continuó viéndome trabajar – ¿podemos cenar ramen? – pensé que se había olvidado de ese alimento.
- Supongo que sí, hoy es un día bastante especial – no solo porque ya conocí a toda la familia de mi rubio rumié, sino porque descubrí que ya lo quiero lo suficiente como para ser un egoísta y no cedérselo a nadie.
- Yeeey.
Continuara…