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Accidentalmente. por Artemisa El Britannia

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Notas del capitulo:

Buenaaaas!!!

 

Lamento la demora, pero ya estoy terminando mi carrera (este es mi último cuatrimestre) y la cosa se pone color de hormiga, por fortuna ya puedo hacer tarea mientras lloro, así que ahora solo falta hacer mis fanfics mientras me recrimino el no estar estudiando jajajaja

 

Bromis!!

 

Bueno este capítulo está lleno de bellas emociones, así que agarren el pañuelo y prepárense, ya que a partir del siguiente capítulo será la lucha por el amor del rubio, solo quería hacerlo crecer jajajaja

 

Espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo.

Capítulo 14.

 

Al empezar la secundaria Naruto era el más bajito de la clase, su amigo Sasuke había crecido bastante y ya le sacaba una cabeza, cosa que no le agravada al sol, así que empezó a hacer más ejercicio en el parque, pasaba más tiempo en la piscina y había empezado a realizar ejercicios de atletismo, cosa que a mí en lo personal me agradaba, pero para el azabache había sido una flecha en el corazón, como Naruto estaba más tiempo en las pistas para correr había hecho más amigos y pues Sasuke ya no podía acapararlo completamente, en la clase de natación no siempre podía acompañarlo y hervía de celos al saber que Kimimaru era el que pasaba casi 3 horas con un rubio semidesnudo y bueno Kyubi había agarrado el hábito de no dejar que Sasuke se le acercara a Naruto, solo parecía querer fastidiar al menor y bueno al parecer el pelinegro ya odiaba al cachorro. Me daba risa ver como Sasuke amaba ser más alto que su rubia obsesión, pero maldecía el hecho de que Naruto quisiera retarlo en lugar de amarlo como era.

 

Al final solamente le quedó resignarse a no ser alabado por su altura sino ser un rival en la vida del rubio.

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

Gaara enfermó hace una semana y estuvo tan grave que incluso lo internaron en el hospital por 4 días, aun ahora no podía ir a clases por lo delicado que estaba, Naruto se había encargado de hacer apuntes decentes para podérselos dar a su amigo y así pudiera estudiar cuando volviera a clase, además de que se había encargado de acosar a Temari por teléfono recordándole los medicamentos que debía de tomar, asegurándose de que había comido de manera apropiada y asegurándole a la rubia que si se ponía grave de nuevo él podía hacer que su abuela la mismísima Tsunade – sama llegara a atender al pelirrojo.

Cosa que mi amiga apreciaba, pero de verdad que necesitaba un descanso de tanto estrés que había vivido en esa última semana, de la preocupación y sobre todo del acoso.

Al final para que Naruto se quedara tranquilo Temari lo invitó a quedarse a dormir en su casa, para que así dejara de sonar el teléfono cada 2 horas, demás gracias a la presencia del rubio había podido descansar un poco, ya que al final él se hacía cargo de cuidar de Gaara.

Obviamente cuando el azabache se enteró quiso cortarse las venas, él era muy sano, jamás lo había visto enfermo e incluso cuidaba de Naruto cuando el rubio se enfermaba, pero nunca había tenido la fortuna de tener un enfermero tan dedicado y tierno.

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

Estaba picando tomates en la cocina mientras murmuraba maldición y media, mi vida había sido difícil en muchos aspectos, pero desde que cuidaba de Naruto sentía que había mejorado bastante, vivía en una buena zona, había terminado la carrera sin necesidad de trabajar y había salido de viaje a muchos lugares, básicamente no me podía quejar de mi vida, pero Naruto atravesaba la terrible adolescencia y ahora con 16 años estaba con las hormonas a full, su tolerancia se había disminuido a cero y había agarrado el hábito de pelear por todo.

Generalmente le daba por su lado y hasta ese día había podido mantenerlo a raya sin llegar a un conflicto fuerte, pero en esta ocasión se había puesto intensa la cosa cuando Naruto había dicho que quería pasar un fin de semana con sus nuevos “amigos” en sabrá Dios donde y sin supervisión adulta.

 

Al principio pensé que era broma y empecé a decirle que me trajera un recuerdo de regreso y cosas similares en forma de burla, pero al ver como él de verdad parecía emocionado por salir solo me di cuenta de que no estaba leyendo el sarcasmo en mi voz.

 

-      No vas a ir solo a ningún lado con una bola de desconocidos – dije con voz sería, mi mirada clavada en sus ojos y con una postura firme.

-      No puedes hablar en serio, si todos van a ir, yo no me puedo quedar aquí en casa aburrido – respire tratando de sonar racional.

-      Va Sasuke – negó con la cabeza – va Gaara – volvió a negar – me imagino que entonces van Neji o Hinata – bufo y supe que tampoco iban, ninguna de las personas en las cuales confiaba para que cuidaran del rubio iría, así que menos saldría con una bola de desconocidos – entonces tengo mayor razón para saber que esa salida es una pésima idea, tal vez todo el mundo tenga padres liberales, pero yo si me preocupo por ti, así que no vas a salir.

-      Kakashi yo no quiero quedarme aquí, además que tiene que ver que no dejen salir a otras personas conmigo, todos son conocidos míos y ni siquiera vamos lejos, es un lago que está a 6 horas de aquí y volveré para el lunes – seguía insistiendo en querer salir, pero no iba a doblegar mi decisión.

-      No – sin mayor explicación seguí haciendo lo mío.

-      Te odio, además no tengo porque pedirte permiso a ti, no eres mi padre, hablare con alguien que si es mi familia – y así se fue hacia su cuarto, donde estaban todas las cosas raras que le regalaban.

 

De cierta manera agradecía que Naruto no se hubiera quedado a seguir peleando conmigo, ya que si no habría visto el daño que me habían hecho sus palabras, quería reclamarle el hecho de que ahora fuera tan cabezota, pero sabía que si lo seguía esa discusión no iba a terminar bien.

Así que para evitar mis sentimientos me puse a cocinar y ahora estaba preparando esos tontos tomates que a Naruto no le gustaban y yo no me iba a comer, mientras cocinaba escuchaba también como peleaba con su abuela diciéndole que no debía de influir en su vida, al final también le dijo que la odiaba y al parecer le colgó, luego lo escuche hablando con su abuelo y como también le dijo que no, le grito que era un pésimo abuelo, además de un borracho y lo llamó fenómeno, al final también le colgó. Decidí esperar un rato para poder hablar con él, ya que honestamente no sabía qué le iba a decir, estaba muy molesto porque nadie lo había dejado salir, más aparte ese enojo le había hecho pensar que al no ser familia directa yo no tenía derecho a gobernar su vida.

 

Justo cuando iba a hablar con el rubio recibí mensajes de sus abuelos y les expliqué la situación ambos parecían conmocionados por cómo les había hablado, así que me distraje mucho tiempo hablando con ellos, cuando por fin colgué la llamada me puse a pensar que también era raro que actuara así ya que, si bien había sido insufrible esa etapa de su vida, nunca había sido grosero.  

Así que me decidí investigar más sobre la supuesta fiesta y le mandé mensaje a Sasuke, él era el único que sabía que pensaba el sol, para sorpresa mía y dolor del azabache al parecer Naruto había empezado a sentir mariposas en el estómago por un chico mayor a él, que era el hermano de una de sus compañeras de clase, el sujeto tenía 22 años y se había estado mensajeando con el rubio y él era el que lo había invitado a esa mentada salida.

Mi corazón se estrujo, Naruto no entendía que esa clase de hombres solo pensaban en una sola cosa y era obvio que no había sido invitado para divertirse de una manera sana, sino para que le robaran su tesorito, esa era una fiesta de perdición total, seguro habría alcohol, hombres mayores, con casa sola habría incluso orgias y estaba casi seguro de que ese hombre después de aprovecharse del rubio lo botaría como basura.

Así que entré a su cuarto para poder hablar con él y explicarle un poco sobre la diferencia entre amor y atracción sexual, pero al tocar la puerta y no recibir respuesta mi estómago se fue hasta el primero piso de un solo golpe, estaba deseando que al abrir la puerta y ver que él estuviera dormido, pero no, en efecto había escapado y no estaba su maleta… ¿en qué momento había pasado?

 

Tomé las llaves del auto, subí a Kyubi y conduje como loco al mentado lago a donde irían, no sabía cómo lo iba a encontrar en un terreno tan grande, pero debía asegurarme de que ese chico no abusara de mi pequeño sol.

Al llegar al lugar solté a Kyubi de la correa y por primera vez le hablé de manera fría “encuéntralo” y así el perro salió corriendo a encontrar a su dueño, ese perro astuto sabía lo que pasaba y estaba seguro de que también se sentía ofendido de haber perdido de vista a su protegido, además él era el único perro que podría encontrar a Naruto en un lugar tan grande y no me equivoque después de caminar por 2 horas en el bosque encontramos una cabaña donde se oía la música a todo volumen, había un montón de universitarios ebrios bailando de maneras indecentes, podía verse en los lugares obscuros como había parejas teniendo sexo y se podía oler que en definitiva estaban consumiendo drogas, estaba bastante preocupado Naruto me tenía horas de ventaja y temía haber llegado tarde, así que me acerque a la puerta y la tiré de una patada, todos los presentes que aún estaban consientes me voltearon a ver asustados, lo que ya estaban perdidos estaban tirados en el piso tratando de levantarse y creo que vi a un chico vomitando en una esquina.

Uno de los que aún parecían cuerdos se me iba a acercar, pero entonces Kyubi levantó su cola y se mostró hostil, era obvio que parecía demonio reencarnado, así que nadie se atrevió a detenerme.

 

-      Busco un niño, de aproximadamente 16 años, cabello rubio y no combina en nada con este ambiente – un tipo sonrió obviamente sabía que por su mente pasaban cosas sucias.

-      La princesa rubia esta en las habitaciones de arriba, estaba haciendo berrinche y su macho se lo llevó para darle una lección de adultos – dijo mientras seguía tomando.

 

No perdí más tiempo y corrí a la parte superior de la cabaña mientras Kyubi me abría paso, la gente por muy drogada que estaba no se atrevía a encarar al enorme animal, abrí puerta por puerta y en todas había una pareja o varias personas teniendo sexo, así que al no encontrar al rubio me preocupé más, jamás me perdonaría si algo malo le pasara, abrí la primera puerta del segundo piso y vi a un tipo pateando la puerta del baño, ya la había roto de algunas zonas y solo gritaba: “Abre la maldita puerta carajo”, Kyubi señalo el lugar y supe que mi sol estaba en ese baño, así que tomé al tipo de la garganta y lo levanté en el aire.

 

-      ¿Qué le hiciste a mi hijo? – el sujeto se veía asustado por la presencia del perro infernal y por la forma tan tosca en la cual lo estaba levantando.

-      ¿Quién rayos eres tú? – vi que el tipo también estaba perdido por lo que había estado tomando y pensé que no valía ni mi tiempo, así que lo aventé fuera de la habitación y Kyubi se encargó de que no entrara.

-      Naruto, sal de ahí soy yo – escuche como varias cosas dentro se caía y entonces salía el rubio para abrazarme, estaba en paños menores y tenía unas marcas rojas en los brazos como si lo hubieran jaloneado.

-      ¡PERDÓN!, DEBÍ DE HABERTE HECHO CASO, FUE HORRIBLE, PENSÉ QUE ERA BUENO Y ATENTO, PERO CUANDO LE DIJE QUE ME SENTÍA INCÓMODO ME EMPEZÓ A ZANGOLOTEAR, PENSÉ POR UN MOMENTO QUE IBA A GOLPEARME Y CUANDO ME ENCERRÉ AQUÍ TUVE MIEDO DE QUE TIRARA LA PUERTA – el rubio estaba llorando en mis brazos mientras temblaba de miedo, en mi interior un enojo que jamás había experimentado crecía a cada lágrima que derramaba y adicional crecía la culpa por no haber podido evitar esto.

-      Tranquilo, vamos a casa – le ayudé a encontrar su ropa y a vestirse, vi que tenía varios golpes en los brazos y piernas, así que me sentí más molesto que antes, por esas horas de diferencia había puesto en peligro al sol, Tsunade – sama no me lo iba a perdonar, con qué cara le iba a decir que lo había descuidado, cómo le iba a explicar a Nagato que su sobrino tenía un trauma, cómo le diría a Sasuke que posiblemente Naruto no lo amaría en un tiempo, esa y más preguntas me cursaban por la mente.

-      No quiero salir, tengo miedo – el rubio se detuvo justo en el portal de la puerta y aún con más lagrimas veía con terror las escaleras.

-      Yo vengo contigo y Kyubi está para defenderte, así que no tengas miedo, debemos salir de aquí para poder llegar a casa – seguía sin querer avanzar, así que lo cargue como costal de papas y salimos siendo custodiados por el infernal perro, para variar los tipos estaban abucheándome por llevármelo y muchos hacía comentarios impertinentes como “Yo era el segundo en la fila” y cosas que hacían temblar a mi protegido.

 

Ya en el auto empezó a contarme como había pasado todo, como había decidido huir, como había logrado escapar de la sigilosa vigilancia de Kyubi, como había llegado hasta el lago y sobretodo, lo que había pasado cuando llegó y como había sido tratado por las personas de la fiesta, tenía ganas de volver y prenderles fuego, pero al final no valía la pena, debía de ayudar a Naruto y a pesar de que incendiarlos a todos sonaba increíble, no podía terminar en la cárcel por culpa de unos borrachos.

 

-      Naruto, me alegra que estés a salvo y sobre todo que hayas entendido porque no queríamos que vinieras a esta clase de lugares, pero me siento decepcionado de ti, no solo fuiste grosero conmigo, sino también con tus abuelos y además, has perdido mi confianza – el rubio se veía más triste con mis palabras, pero él debía de entender que en la vida las malas decisiones se pagan – no creas que con esto quiero que te sientas mal, pero es importante que cuando lleguemos a casa te disculpes de manera adecuada con Tsunade y Jiraiya – sama, que fueron los más afectados…

-      Perdón Kakashi – no había terminado de hablar y él me interrumpió – mis abuelos no fueron los más afectados, ellos no saben que me fui a la mitad de la nada a seguir a un chico mayor que yo, tampoco me encontraron en una fiesta bastante peligrosa, mucho menos me defendieron de un abusivo y no me están llevando a casa sano y salvo – sus palabras eran firmes, pero se podía escuchar cómo le costaba mantener la calma, las lágrimas salían a raudales – aunque te dije que no eras nada mío para detenerme o para darme ordenes, viniste a buscarme y antepones los sentimientos de mis abuelos a los tuyos… - se puso a llorar más fuerte frené el auto y entonces lo abrace, ya había entendido que había querido decir, no necesitaba que terminara para poder entender sus sentimientos – gracias por verme como un hijo.

 

Y ahí terminamos los dos llorando por horas, él había descargado todo el dolor que le había causado esta experiencia y el sentimiento de que yo lo viera como un hijo había terminado por romperlo, al final no quise seguir manejando y nos quedamos dormidos en ese lugar, afortunadamente la cola de Kyubi era lo suficientemente calientita para poder mantenernos vivos en ese bosque tan frio.

 

Continuara…

Notas finales:

Dicen que nadie muere por dejar un RW.


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