Capítulo 5.
Estaba sentado a la mitad de un enorme salón que fungía como la sala de espera de la mansión principal de la familia Namikaze, Naruto corría por todos lados jugando como cualquier niño normal usando sus juguetes y el abogado y yo estábamos sentados esperando a la poderosa matriarca de la familia, al parecer el abogado también la conocía, ya que había estado murmurando diferentes tipos de respuesta para cualquier pregunta que se le ocurriera a la mujer.
- Perdón por la tardanza, tuve que atender a un paciente de emergencia – al parecer ella era doctora y no cualquiera, sino la más importante del país y la más reconocida a nivel mundial, la gente rica pagaba millones con tal de que los revisara.
- Buenas tardes Tsunade – sama – el abogado rápidamente tomo una posición de sumisión ante la poderosa mujer e inclinó la cabeza, este tipo era un cobarde de primer nivel.
- ¡Abu! – Naruto saltó sobre la mujer casi de inmediato cuando la vio, ya que eran raras las veces que podía verla y en menos de una semana ya había podido verla en dos ocasiones, era un nuevo record.
- Bien al grano, quiero que me muestres todo lo que mi estúpido hijo dejó estipulado en caso de muerte – el hombre a mi costado parecía un robot que necesitaba aceite, ya que de los nervios estaba temblando y tartamudeando, cosa que estaba sacando de las casillas a la rubia mujer y se veía a leguas que iba a empezar a maldecir o a golpear al pobre sujeto.
- Y bueno con la entrega del departamento y el fondo para su manutención se cumplieron todos los deseos de Minato – sama – dijo finalmente tranquilo y feliz de no haber sido golpeado en ningún momento.
- Se me hacía extraño que mi hijo no me dejara a Naruto, pero más extraño se me hacía que un completo desconocido decidiera hacerse cargo de él, es obvio que este niño tiene intereses monetarios, él solamente quiera a mi nieto porque es una mina de oro – quede impactado por las palabras que había dicho, pero poco me importaba que pensara mal de mí, lo que me había hecho enojar es que sus palabras habían herido a Naruto, el quedó con los ojos abiertos como si algo le hubiera robado el alma – con mucha más razón debo apelar para que te quiten su custodia, solo eres un vago vividor y abusas de la última voluntad de mi hijo – y esa fue la gota que derramó el vaso.
- No me importa si me llama vago y vividor, me da igual lo que piense de mí, pero no voy a permitirle que hable mal de los últimos deseos de mi maestro, ni yo sé por qué me dejo a su hijo, pero no me quede con él para sacarle el dinero o para ser una sanguijuela, si acepte el departamento fue porque la escuela de Naruto me quedaba demasiado lejos y no quería torturarlo con recorridos enormes por la ciudad, pero si a usted le preocupa que le saque el dinero a un niño, por mí se puede quedar el departamento, el dinero y todo lo demás, pero Naruto se queda conmigo y si no le parece ya le dije que me lo quitara de mis manos muertas – la mujer se me levantó del sofá de manera desafiante y lanzó la mesa de centro por los aires para pararse frente a mí, pensé que iba a morir justo en ese momento, pero en lugar de golpearme me abrazó y se empezó a reír.
- Ahora entiendo por qué dejo a mi nieto a tu cuidado – dejó de abrazarme y me vio a los ojos con cierto aire de nostalgia – a veces como padres cometemos errores que ni la muerte los perdona, me hubiera gustado tener tu valor cuando era madre – se veía bastante triste en ese momento y hasta me hacía sentir culpable de haberle gritado – yo nunca estuve para Minato, siempre lo cuidaron los sirvientes y aún ahora no pude estar en su funeral, tarde una semana en poder ver a mi nieto y estoy segura de que mañana no podré quedarme aquí mucho tiempo por mi trabajo, me duele saber que mi hijo siempre pensó que yo no sería buena cuidando de Naruto, más porque actualmente necesita atención y yo no sé la puedo dar – vaya la vida de doctor es demasiado solitaria, que bueno que no estudie eso.
- Lamento si la ofendí, pero… - me le quedé viendo a Naruto que parecía más aliviado ahora que sabía que si me interesaba por él y no por su dinero.
- No te arrepientas sigue defendiendo lo que crees, así como lo haces ahora – me dio una palmada en la espalda y después de eso nos quedamos platicando un poco más, al abogado se le pasó el miedo y se dio cuenta de que Tsunade no era tan mala cuando se abría a los demás, así que al final nos hicimos “amigos”.
De regreso a casa Naruto se veía feliz de la vida, estaba sonriendo como pocas veces lo había visto desde que lo había conocido, no quería preguntarle el motivo de esa felicidad, ya que si se daba cuenta de que estaba sonriendo seguramente volvería a caer en su realidad, si bien jugaba normal con los otros niños y sus amigos seguían consintiéndolo, el rubio no había expresado todos sus sentimientos que tenía, aún se quedaba callado por horas, veía la ventana de manera nostálgica y seguía llorando en las madrugadas, así que no le iba a robar ese pequeño lapso de felicidad, dejaría que su corazón se llenara de momentos alegres a partir de ese momento.
- ¿Verdad que estuvimos todo el tiempo juntos agarrados de la mano en la universidad? – Gaara había hecho esa pregunta exactamente 10 veces durante todo el camino de regreso a casa, todo con la finalidad de molestar al pelinegro que no podía con sus celos.
- Si, además fue súper emocionante, estuvimos recorriendo los asientos vacíos y encontramos muchas cosas que jamás habíamos visto – Naruto no había soltado la mano de Gaara y ambos seguían presumiendo su gran hazaña en la universidad, de milagro nadie le había encontrado parecido a Naruto y como había llegado tarde por pelear con Tsunade se había sentado hasta atrás evitando que los demás vieran al rubio.
- Creo que la universidad es aburrida – el pelinegro se defendía como podía de los ataques que le soltaba Gaara y sobre todo trataba de no perder su lado “cool” frente al rubio, pero estoy seguro que en el camino Itachi iba a sufrir el látigo de su desprecio.
- Ya quiero que sea jueves de nuevo – añoraba Gaara como si fuera lo más genial del mundo, tomando en cuenta de que ese día le tomaba ventaja al pelinegro seguramente era como un oasis en el desierto.
- Yo también, amo pasar la tarde con Kakashi – tan inocente que sonaba el comentario, pero a oídos de los otros dos eran como puñaladas que los dejaban en el camino de la desolación – es día saliendo fuimos por helado y me enseño un lugar increíble llamado papelería, donde hay un sinfín de cosas coloridas y una máquina que tiene rayos láser – dibujo la fotocopiadora con sus manos, bien oficialmente era el enemigo público de esos dos pequeños, ya que ahora aparte de verme con fastidio me vieron con odio.
Naruto se despidió de ambos amigos solamente con un abrazo, al parecer no tenía ganas de besar al pelinegro, cosa que hizo que el humor del mismo empeorara, no quería ser Itachi en esos momentos.
- ¿Estás enojado con Sasuke? – la verdad me carcomía la duda, Naruto le tenía especial afecto a ese niño y ahora parecía ser uno más del monto.
- Nopi, él está enojado conmigo – mi cara no se veía, pero es de completo asombro, ¿Sasuke enojado con Naruto?
- ¿Por qué? – no lo voy a negar me carcome la duda, el chisme me llama.
- No lo sé, el viernes le contamos todo lo que habíamos hecho en la universidad y se fue sin despedirse – la mamá de Sasuke fue la que lo recogió, por eso no nos fuimos juntos – y hoy no se juntó con nosotros – puso cara de verdadera tristeza, ese niño se estaba ganando mi odio – pero no importa – eso me sorprendió en teoría esos niños deberían de ser lo más valioso que Naruto tenía y por eso debía de cuidarlos.
- ¿Por qué dices eso? – esto de tener hijos era más complicado de lo que se veía.
- Porque ahora tengo a Kakashi, mientras tu estés conmigo no hay problema – su sonrisa volvió a ser como la del sábado, cuando fuimos a ver a su abuela, me alegraba ser parte de su entorno, pero el pelinegro acabaría suicidándose si Naruto no le hablaba.
- Supongo que aun así debes de seguir siendo amistoso con Sasuke, recuerda que él te quiere – por el momento no le voy a explicar que significa la palabra amor, pero no pienso torturar a Itachi más de lo que ya seguramente lo están torturando.
Continuara…