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Accidentalmente. por Artemisa El Britannia

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Notas del capitulo:

Holi, quería informarles que voy a tratar de actualizar super rápido esta semana, ya que a partir del 25 tengo un concurso de Fanfics así que no le prestare atención a este por el momento.

El concurso es de una pareja de Yu Gi Oh, así que si les interesa pueden pasar a leerlos.

 

Como ya es costumbre en mi, espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo.

Capítulo 8.

 

Ya habían pasado exactamente 8 meses desde que me había convertido en el tutor legal de Naruto, nuestro día a día se había vuelto más natural y ya platicábamos más cuando convivíamos a solas, el pequeño ya no tenía tantas pesadillas como al inicio, salíamos a jugar los fines de semana y ya habíamos conocido varios lugares divertidos como el zoológico, el acuario, fuimos de campamento a un bosque cercano y estábamos planeando subirnos a un globo aerostático, pero ese viaje lo teníamos planeado para su cumpleaños como un regalo especial.

También seguía acompañándome a la escuela los días jueves, pero ahora sin Sasuke, desde la última metida de pata que había tenido, Itachi se negó a llevarlo de nuevo, para suerte mía y de Temari el club de fans acosador del pelinegro cuidaba de los niños y los alimentaban, jugaban con ellos y los llenaban de mimos, lo cual hacía que me sintiera menos culpable de tenerlo encerrado en un salón escuchando cosas aburridas y que tampoco le interesaban, además las chicas eran muy buenas con ellos, así que no había problema en dejarlos solos.

 

Tsunade – sama se había vuelto parte de la rutina mensual, un fin de semana al mes iba de manera sorpresiva a mi departamento a verificar que siguiera cuidando bien de su nieto, cosa que no me molestaba, pero si me ponía nervioso, ya que no sabía en qué momento la haría enojar y me sacaría volando de un puñetazo por la ventana, básicamente sólo me preocupaba su explosivo carácter.

Ese fin de semana me comentó que el abuelo de Naruto pronto volvería a la ciudad, la verdad pensé que también estaba muerto, pero no, el hombre era escritor y salía de viaje por mucho tiempo, incluso me comentó que en una ocasión mientras el profesor Minato era pequeño su papá desapareció por 3 años completos, claro que después de sus desapariciones se ganaba un increíble Bestseller y prácticamente su esposa trabajaba por mero placer, ya que su esposo era millonario.

Al saber que su abuelo volvía Naruto se emocionó mucho, ya que siempre le traía un regalo, claro que siempre era una rana, todas las ranas que tenía el rubio en su arsenal eran regalo de su abuelo, no entendía porque le regalaba un animal tan feo, pero al parecer al niño le encantaban. Al final estaba ansioso de saber cómo era el papá de mi maestro, me lo imaginaba como un hombre sereno pulcro y con actitud calmada, igual que mi profesor, digo se parecía a su mamá en el físico, pero seguramente el carácter lo había heredado de su padre.

Era un viernes por la tarde cuando se escuchó el timbre de la puerta a las 9 de la noche, si soy honesto me asuste, nadie me visitaba a esa hora y solamente las malas noticias llegaban de improvisto, así que al ver por el interfon (es el timbre con cámara incluida, no sé cómo se llama en cada país, en México así se le dice) quien era, me sorprendió ver a un hombre vestido como vagabundo con el cabello blanco largo y con una botella de sake en la mano, no sabía que por esta zona hubiera vagabundos

 

-      ¿Está Naruto? – grande fue mi sorpresa al ver que el hombre preguntaba por el rubio, pero eso me hacía desconfiar más, ¿Qué clase de depravado era?

-      ¡Abuelo! – ¿no hablaba en serio?

-      Un momento por favor – le abrí la puerta y el hombre entro con la mayor confianza del mundo, me entregó la botella de alcohol como regalo y a su nieto le entregó una rana gigante que traía consigo, se podía saltar literalmente sobre ella y Naruto parecía feliz de estar sobre la rana.

-      Vaya Tsunade me dijo que eras un chiquillo curioso, pero no pensé que de verdad fueras un niño – se quitó los zapatos y se sentó en forma de flor de loto sobre el piso – vamos sirve el sake – esto era más bizarro de lo que me había imaginado cuando me dijeron que vendría de visita, ¿por qué un hombre que tenía dinero para echar hacia arriba parecía un vagabundo? – escuche que habían abierto unos baños mixtos aquí en la ciudad y vine a visitarlos por motivos de investigación para mi siguiente libro y resulta que solo había piel colgada y arrugas por todos lados – me le quedé viendo con cara de sorpresa por cómo hablaba tan suelto sobre un tema para adultos frente a Naruto, pero al ver como el rubio jugaba con su rana nueva supuse que ni enterado estaba.

-      Me dijeron que era un aclamado escritor, pero no me dijeron que escribía – el hombre sonrió de manera perversa y de su bolsa sacó 10 tomos de un libro “Icha, Icha” y tenía la leyenda de ser para mayores de edad lo cual hizo que viera al hombre de manera sospechosa – ¿es un escritor erótico?

-      Por supuesto, es lo único que deja en esta vida – me entregó los 10 tomos y me giñó el ojo – disfruta la juventud, muchacho.

 

Lo que resta de la noche el hombre se puso borracho y empezó a jugar con su nieto, cosa que al parecer divertía a Naruto ya que podía molestar a su abuelo y no le decía nada, si soy honesto me puse a leer el libro y quede picado de inmediato que no le preste mucha atención al juego, cuando menos me di cuenta estaba amaneciendo y me había leído los primeros 2 tomos, pero que buen escritor era ese hombre, ahora entendía porque era millonario.

El hombre se había quedado dormido en el tapete de juegos junto a Naruto, así que desperté al menor y le dije que se fuera a la cama, ya que la espalda de la rana no era un lugar correcto para dormir, el niño medio drogado por el sueño camino hasta nuestro cuarto y volvió a caer dormido, después de todo era sábado y eran las 7 de la mañana.

Me dedique a preparar un levanta muertos, ya que el hombre se había emborrachado hasta quedar dormido, así que seguramente tendría resaca, en lo que cocinaba volvió a sonar el timbre y era una enojada Tsunade – sama en la puerta, supongo que el hecho de que primero haya venido a verme y no avisarle que estaba aquí haría que ese hombre durmiera en el sofá, al entrar la mujer lo regañó por llevarse su sake y bebérselo solo, lo cual me causo gracia, al final desayunamos todos juntos. Yo nunca había tenido una familia, era huérfano y mi vida en hogares adoptivos no había sido nada agradable, así que a pesar de que mi maestro creyera que ellos eran una mala influencia para Naruto, no puedo negar que son las mejores personas que existen, si sus trabajos no fueran tan absorbentes tal vez la bendición sería más feliz con ellos que conmigo.

 

-      ¿Qué harás para el cumpleaños de Naruto? – Tsunade – sama fue la primera en sacar el tema a la luz.

-      Queremos hacer un mini viaje para subirnos a un globo aerostático – ambos se quedaron sorprendidos, pero no parecía desagradarles la idea.

-      Lo que me sorprende es que Naruto no quiera una fiesta, él ama los regalos – mencionó Jiraiya que al parecer tenía más juguetes de ranas listos para ser entregados.

-      Sasuke me dijo que la mejor fiesta es una pijamada, para que los amigos podamos convivir por más tiempo, así que prefiero eso – iba a matar a ese niño, como se le ocurría darle esa información a Naruto, qué iba a hacer yo con aproximadamente 15 niños en la casa.

-      Bueno Naruto una pijamada es más complicado de lo que suena – dije tratando de insinuar que prefería una fiesta antes de que llegaran miles de niños a perturbar mi paz.

-      Nada que un organizador no arregla Kakashi – dijo la mujer, olvidaba que ella no se complicaba la vida, le pagaría a alguien para que su nieto obtuviera lo que quería – será en nuestra casa aprovechando que es más grande y cuenta con patio, mañana le diré a Shizune que busque al organizador y listo, Naruto tendrá una pijamada.

-      Si usted lo dice – al ver la felicidad del menor no pude decir que no, pero siento que todo el mundo lo consciente demasiado, aún no era un adolecente y por eso obedecía todo lo que le ordenaba, pero si seguían cumpliendo sus caprichos me las vería negras cuando creciera.

 

Al terminar el desayuno nos dedicamos a seguir platicando en la sala sobre como habíamos decidido lo de globo, hasta que sonó el timbre de nuevo, al parecer era el día de las visitas, así que al abrir me encontré con Temari y al pequeño Gaara.

 

-      Hola, disculpa que te moleste, pero Gaara vio el departamento y se puso a llorar diciendo que quería pasar a ver a Naruto – si algo no podía tolerar la rubia es que Gaara llorara, las lágrimas de ese niño podían hacer que Temari empeñara su alma de ser necesario.

-      Si lo sigues consintiendo tendrás muchos problemas – la chica se sonrojó y la deje pasar, total eran amigos y ya no me sentiría tan raro por estar entre ambos abuelos.

-      Kakashi nosotros nos vamos te dejamos – Jiraiya – sama tomó a su esposa de la mano y salió corriendo y me guiño el ojo antes de irse por el ascensor, ¿qué clase de cosas se había imaginado ese pervertido que haría con mi amiga?

-      ¿Quién era ese hombre? – la rubia lo vio con sospecha, ya que no se parecía a nadie del circulo que frecuentábamos.

-      El abuelo de Naruto – la chica se sorprendió.

-      Que… inesperado, oye no me dijiste que tenía un tío, ¿también es… peculiar? – el abogado me había dicho que el tío del rubio era solamente un par de años más grande que yo, pero no me imaginaba como sería, ya que ese tío era por parte de Kushina y de por si ella era suficientemente peculiar como para pensar que su hermano era igual.

-      No lo sé, esperemos que lo pueda conocer en su cumpleaños.

 

Durante el mes que faltaba para el cumpleaños del pequeño sol, tuve que soportar las acosadoras llamadas de la organizadora de fiestas que Shizune se había esforzado en encontrar, la mujer se había pasado el domingo completo hablando con Naruto bajo la excusa de que debía de conocerlo y así saber en qué entorno se sentiría cómodo y feliz, cosa que hizo que el pequeño retoño se cohibiera un poco, no le molestaban los adultos, pero sí que invadieran su espacio personal y esa mujer no sabía respetarlo.

Habíamos ido en 3 ocasiones a la mansión a confirmar los juegos que se habían contratado, como se habían acomodado y Naruto había puesto su mano pintada en la invitación para que fuera aún más personalizadas, eso le había divertido al principio, pero cuando llevaba 15 invitaciones se sentía fastidiado de solo poner la mano y no hacer más figuras con la pintura.

Dos semanas antes de la fiesta había llevado las invitaciones a su salón y con toda la emoción del mundo las había repartido entre sus amigos y compañeros, le había rogado a Neji que fuera, incluso se había puesto a llorar cuando el castaño le comento que posiblemente no podría ir y bueno el papá del menor se veía hasta cierto punto molesto por el chantaje del rubio sobre su hijo.

 

-      No va a calmarlo – en realidad era una orden disfrazada de pregunta por parte del padre y quería contestarle a mi manera, pero el punto era convencerlo de que Neji fuera a la fiesta y no que lo cambiara de escuela.

-      Lo siento, es que le tiene especial afecto a su hijo, entonces le duele saber que no puede ir – hice la expresión más desgarradora que tenía en mi reparto de expresiones cínicas y el hombre rodo los ojos a modo de molestia.

-      Si Hinata – sama va, mi hijo estará presente en la fiesta – la chica de ojos perla ya había confirmado su asistencia, así que estaba más que asegurado que el castaño iría.

-      Naruto, deja a Neji, si se presentara en la fiesta – el castaño se sorprendió por saber que si iría y el rubio le saltó encima para festejar que pasarían juntos toda la noche como amigos.

 

Bueno las primeras bases estaban cubiertas, los preparativos estaban listos, los invitados ya habían sido confirmados y ahora solo faltaba que le comprara un regalo, la salida en globo era un regalo para tenerlo siempre en la memoria y generar nuestro álbum de fotos, pero quería darle algo que pudiera tener, tal vez no algo tan raro como una rana, pero si algo significativo que le recordara el nuevo lazo que se estaba formando entre nosotros.

Así que me dispuse a dedicar el domingo completo a conseguir el regalo perfecto, obviamente le pregunté a Itachi si podían cuidarlo y acepto, así que fui a dejar a un rubio triste para que se quedara con Sasuke, me sentía mal por no llevarlo, siempre estábamos juntos o al menos eso intentaba, pero no podía enseñarle el regalo, así no sería sorpresa, así que con todo el dolor de mi corazón lo deje solo con su amigo.

 

Continuara…

Notas finales:

Dicen que nadie muere por dejar un RW.


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