Donny vio como Brody corría a su edificio y deseó poder seguirlo, intentó mentalizarse para estar sobrio lo cual solo lo hizo sentir más borracho. La puerta se abrió con sus dos padres vociferando a la vez en italiano.
-¡¿Te crees que esto es un hotel, que puedes ir y venir como te plazca!?-comenzó su padre.
-¡¿Te das cuenta de la hora que es?!-siguió su madre.-¡Podría haberte pasado cualquier cosa!¿Estuviste bebiendo?
-Solo un par de cervezas, estábamos celebrando-intentó defenderse Donny. Cómo le jodía el escándalo que siempre lo esperaba al volver a casa, sobre todo porque de todos sus hermanos, eran cuatro en total, él era el único que tenía esas reglas. Sus hermanos mayores a su edad entraban y salían cuando querían. Pero no Donny, porque Donny era rápido, capitán del equipo de futbol, estudiante sobresaliente. Donny, el hermano menor, tenía que ser todo lo que sus hermanos no habían conseguido,
-Vamos, solo salió a divertirse un poco-dijo Guido, su segundo hermano, era el que se había quedado en casa a ayudar a sus padres con el local, el mayor se había casado y vivía en Leeds, el tercero estaría en la cárcel por un buen tiempo.
-¡Tú no te metas!-saltó su padre.-¿Acaso crees que vas a poder estudiar y entrenar como se debe si andas bebiendo entre semana?
-Mañana no entreno…-intentó argumentar Donny.
-¡Donatello, no interrumpas a tu padre!-dijo su madre, tenía las mejillas encendidas y unas fuertes cuerdas vocales.
La mayor parte del tiempo Donny lo entendía, bajaba la cabeza y se tragaba los gritos. Lo entendía porque sus padres eran inmigrantes, que habían llegado a Inglaterra con las manos vacías y sueños para sus hijos, lo entendía porque él era la última esperanza de cumplir esos sueños. Pero le cansaba, le cansaba estresarse cuando sus notas bajaban un poco, o cada vez que tenían un partido y se sabía observado por algún reclutador. Era demasiado, él lo sabía, Guido lo sabía, probablemente sus padres también lo sabían, pero lo preferían estresado que en la cárcel.
Pero aquella noche estaba especialmente cansado, la primera semana de clases había sido dura, ser el capitán de un equipo con apenas 16 años era difícil, estaba demasiado borracho para los gritos que no paraban y su cabeza no lograba mantenerse baja.
-¡SUFICIENTE!-vociferó Donny agarrándose la cabeza.-¡No he matado a nadie, estoy bien, mañana volveré a ser el hijo perfecto o lo que sea que quieran, pero ahora déjenme tranquilo!
Hubo un momento de silencio generado por la sorpresa, Donny no solía gritar, al menos no de enojo. Pero fue solo un momento hasta que los gritos de sus padres volvieron a alzarse aun más furiosos, Guido intentaba calmarlos, pero Donny no podía más, estaba harto. Sin decir una sola palabra giró sobre sus talones y se largó, alguien, probablemente su padre, le lanzó un zapato, pero Donny siguió caminando como en trance. Por primera vez deseaba un trago estando ya completamente borracho.
Caminó lánguidamente hacia el centro, entró en un almacén atendido por un anciano de mirada agria, compró un six pack de cerveza y se sentó fuera del negocio a beber una lata tras otra. Le hubiera gustado largarse a casa de Brody, pero se sentía avergonzado de haber gritado así, no quería que Brody lo supiera, al menos no por ahora. Se quedó mirando la borrosa noche con los ojos fijos en una figura menuda que se acercaba a paso rápido.
-¡Oye!-gritó Donny a la figura.-Tu eres ese chico de mi escuela…Izzie...algo?
-No estoy trabajando ahora, búscame mañana-soltó Izzie con tono seco. Donny se sonrojó hasta las orejas.
-¡No me refería a eso!-se apresuró a decir. Izzie lo miró, no le gustaban los borrachos, eran impredecibles, a menudo violentos. Aunque había algo curiosamente cálido en aquel chico.
-¿En serio?-dijo Izzie arqueando las cejas divertido.-¿Si no era para eso entonces para qué?-le espetó dejando a Donny confundido.-No es como si alguien me hablara para otra cosa.
Donny se fijó que, al decir la última frase, su rostro se ensombreció, abrió la boca para decir algo, pero sus pensamientos se agolparon en su ebria cabeza. Izzie no esperó a que hablara, paso a su lado y entró en la tienda sin decir nada y Donny, sin saber muy bien por qué, le siguió.
Izzie fue directo al rincón de las ofertas, a veces podías comprar una lata abollada o a punto de caducar casi a mitad de precio y eso era justo lo que necesitaba si quería salir de allí con una para su padre. Entre el pago de la señora Pierson y las cuentas apenas les quedaba para comer, sobre todo porque ni él ni su padre eran muy buenos ahorrando en cigarrillos, y porque a su padre le gustaba apostar desde que no podía hacer casi nada más.
Pero el rincón de las ofertas había sido atacado, vendido. No quedaba nada más que una lata ya caducada de duraznos en conserva. Izzie sabía que no encontraría nada más abierto, se dirigió al pasillo de las latas esperando encontrar una lo suficientemente defectuoso para que le saliera barata.
-¿Por qué lo haces?-le preguntó Donny apareciendo de repente junto a él mientras estaba en cuatro patas intentando llegar al fondo de la estantería.
-¿Por qué hago qué exactamente?-gruñó Izzie impaciente.-¿Comprar comida? Supongo que porque igual algún día la necesito ¿no?
-Ya sabes lo que te pregunto-dijo Donny bajando la mirada. Izzie tenía ojos rabiosos, fieros incluso.
-¿Y quién te crees para preguntarme eso chismoso de mierda?-dijo Izzie de forma violenta pero en voz muy baja.-Cree lo que te parezca, vale.
-¿Estás buscando latas defectuosas?-vio como el rubio enrojecía y se apresuró en aclararse.-Oye que no hay que tener vergüenza, todos lo hacemos a finales de mes…o a principios-vio como el rostro de Izzie comenzaba a tornarse impaciente.-Lo que intento decir es que te puedo echar una mano.
-No necesito tu ayuda-dijo Izzie volviendo a sus latas.
-Puedo ayudarte con la estantería de arriba…-se ofreció Donny que medía más de veinte centímetros que Izzie. El rubio miró con impotencia el montón de latas en la estantería superior, era verdad que no tenia chances de llegar ahí sin una silla o algo, se limitó a asentir levemente con la cabeza pero Donny no necesito más respuesta para comenzar su búsqueda.-¿Te vale una de sopa?-dijo luego de un rato agitando una lata de sopa de tomate.
-Demasiado poco.-se limitó a decir Izzie.
-Pero si eres bastante pequeño y una lata de sopa es bastante para una persona. Además, mira lo abollada que está…
-Necesito alimentar a dos personas.
-¿Qué? ¿estas embarazado o algo?-dijo Donny sin pensar, la clase de chiste que solía soltarle a Brody.
-Vete a la mierda-dijo Izzie en un tono calmado, lento y gélido, como si saboreara distantemente cada palabra.
-¡Lo siento! Fue una broma estúpida, no quería decir…yo no…-Donny odio su cabezota borracha.-Lo que quiero decir es que soy un imbécil, pero solo ahora, mañana seré listo, lo juro.
La risa de Izzie los sorprendió a ambos, se le había escapado, no era algo común. Donny se lo quedo mirando embobado, su risa era dulce y sonora, delicada como campanitas y la sonrisa suavizaban su delicado rostro haciéndolo…hermoso. Sí, se dijo Donny, absolutamente hermoso.
*****
-Lamento mucho todo esto-dijo el hombre luego de su segunda taza de té, bastante más compuesto.
-Supongo que fue una noche dura-dijo Brody tranquilamente mientras le servía un sándwich.-No tienes que contarme nada si no quieres, aunque me agradaría saber el nombre de mi problemático vecino de arriba.
-Me llamo Jake, Jake Donovan, trabajo en la mina…bueno, trabajaba allí-dijo el hombre con rostro sombrío.
-¿Siguen echando gente, eh?-suspiró Brody.-¿Por eso tu esposa se largó?
-¿¡Y tú como vas y sabes eso?!-bramó Jake incrédulo.
-¡Por qué tú vas y me lo cuentas!-le respondió Brody riéndose. Vio como el mayor se sonrojaba y hundía la cabeza entre los brazos.-Oye, no te apenes. Esas cosas pasan, estoy seguro de que volverá…
-Ya va un mes desde que se fue-lo interrumpió Jake.
-¡¿Y qué haces borracho ahora?!
-No sé, supongo que no terminaba de procesarlo…ya sabes mi vida yéndose a la mierda y todo eso-Jake suspiró.-Trabajé para esa mina por doce años, hace diez años que me casé con mi mujer. Y todo eso se va de la noche a la mañana…así de fácil…sin anestesia…universo cabrón.
-Vale, que lo perdiste todo-dijo Brody con tono despreocupado mientras empujaba el sándwich hacia Jake, era mejor que tuviera algo en el estomago.-Pero es posible que solo sea tu vida cambiando ¿no?-Jake lo miró extrañado mientras daba un mordisco.-¿Quién sabe? Quizás se vengan cosas mejores…
-¿Tú crees?-dijo Jake ansioso agarrándole las manos. Brody miro sus manos entre las del mayor, que eran grandes y llenas de las huellas del trabajo duro, ásperas al tacto. Había algo enternecedor en aquel hombre que era aun más grandote que Donny, aquella forma de mirarlo con expectación, como si tuviese las respuestas. Nada más lejos de la puta realidad.
-Claro-dijo Brody acariciándole el cabello sin siquiera darse cuenta.-Todo estará genial.
-Eres lindo cuando sonríes-murmuró Jake acariciando su rostro.-Y tu piel es muuuy suave ¿usas crema o algo?
-¿Bloqueador?-dijo Brody algo confundido mientras veía como la mano de Jake se trasladaba de su rostro hacia su pecho.-Oye viejo ¿Qué haces?
-Lo siento-dijo Jake apartándose, como si saliera de un estado de hipnosis.-No sé que me pasó, hacía rato que nadie me trataba así.
-¿Así cómo?-preguntó Brody acercándose de nuevo, no supo por qué lo hizo, solo sabía que quería hacerlo.
-Como si importara-dijo Jake. Brody pudo adivinar una pena honda e insalvable viviendo dentro del mayor y sintió como sus propios ojos se llenaban de lágrimas.
-Ven aquí-susurró Brody atrayéndolo hacia él, dejando que aquel completo desconocido se acurrucara como una criatura en su pecho.-¿Mejor?
-No tienes idea-dijo Jake mientras le rodeaba con sus fuertes brazos, Brody pudo sentir como las manos del mayor recorrían su espalda y dibujaban su cintura. No supo por cuanto rato, seguía borracho y antes de darse cuenta el tímido abrazo se había convertido en otra cosa.
La poca sobriedad que había logrado recuperar en la casa del pelirrojo se esfumó por completo, lo único que Jake sabía era que tenía un cuerpo cálido y suave a su lado del que provenía la risa más ligera y juguetona que hubiese escuchado jamás, que su espalda tenía una curva deliciosa y que quería más, mucho más.
Antes de darse cuenta Brody estaba en el piso con el pesado cuerpo de Jake encima, le arrancó la raída camiseta manchada de cerveza con impaciencia rasgándola un poco en el proceso, Brody abrió la boca para protestar pero la expresión en el rostro del mayor lo frenó, parecía tan necesitado, tan solo, tan jodidamente guapo…
Jake hundió la cabeza en el delicado cuello del pelirrojo, aspirando su aroma a sudor y tierra. Brody sintió como una mano acariciaba su pecho mientras los labios del mayor le derretían el cuello, pudo sentir como dientes y uñas comenzaban a clavarse en él, sintió una ola de calor, aquel hombre era diferente, intenso como una bestia, desorientado como un niño. Brody lo tomó de los cabellos y acercó su rostro al de él iniciando un beso ávido donde sus dientes chocaron torpemente y sus lenguas se enredaron con deseo.
-Vamos a mi cuarto-susurró Brody.-Si lo hacemos en el piso, mañana no habrá quién me levante.
Jake se lo quedó mirando confundido. Los ojos de Brody eran burlones pero llenos de deseo, su color ambarino brillaba de una forma especial. Quizás al principio había sido una mezcla de lástima y curiosidad, pero ahora, después de aquel beso torpe pero completamente entregado, de haber sentido el agarre de sus fuertes manos y el peso de su cuerpo…Brody no podía parar, no quería parar. Todo su instinto le decía que aquello era algo diferente, exquisito, emocionante.
Pero Jake se apartó y no le siguió cuando Brody se levantó para ir a su cuarto, el pelirrojo le miró extrañado, pero Jake tenía ahora los ojos clavados en el suelo.
-Yo…lo siento. Por todo-masculló mientras se levantaba.-Me voy a casa.
-¿Qué? ¿Por qué?-Brody estaba completamente perdido-¿Hice algo..?
-Él único que hizo algo aquí soy yo-Jake se frotó la cabeza con impaciencia.-Me estoy aprovechando de ti, solo eres un crío.
-Oye no seas dramático, que yo lo quería más que tu-intentó bromear Brody, pero Jake ya había agarrado su chaqueta y dirigido hacia la puerta.-¿Al menos vas a saludarme si nos vemos en las escaleras?
Jake no dijo nada, abrió la puerta y se largó lo más rápido que pudo. Brody agarró el resto del sándwich y se lo comió de pura rabia.
*****
-¡Mira una de frijoles!-gritó Donny emocionado mientras blandía su descubrimiento ante Izzie, como si de un tesoro se tratase.
-¡Y está abolladisíma!-dijo Izzie.-Joder, que se ha hecho tarde, me la llevo.
-¿Te vas?-masculló Donny contrariado.
-Claro, me esperan con hambre-dijo Izzie resuelto mientras le arrebataba la lata.-Mira..-dijo algo más incómodo.-Yo no tengo idea de lo que haya pasado, pero tu igual deberías ir volviendo también. Ser un borracho bueno para nada no te pega.
-Si tu lo dices-respondió Donny mientras una sonrisa bobalicona inundaba su rostro, era lo más parecido a un cumplido que había logrado conseguir del rubio. Aunque si había logrado hacerlo reír un par de veces más. Aquella risa era como un bálsamo en su ego herido, una energía luminosa y adictiva.-Te acompaño a la caja.
El anciano agrio los miró a través de su mostrador mientras Izzie colocaba su lata de frijoles y tres libras sobre la mesa.
-No alcanza-graznó el hombre.
-¿Cómo que no?-saltaron los dos al mismo tiempo.
-Pues eso, que no alcanza. Una lata, seis libras.-gruñó el anciano.
-¡Pero mira esta!¡Está tan abollada que podría venderla al museo de arte moderno!-chilló Izzie indignado mientras agitaba la lata frente a las narices del anciano.
-Si no está con las oferta son seis libras la lata-dijo el hombre casi con aburrimiento.
-¿Entonces porque dejó que nos pasaramos casi una hora buscando una defectuosa?-preguntó Izzie exasperado.
-Lo que hagan con su tiempo es cosa suya-dijo el hombre encogiéndose de hombros. Donny se fijó en como la mano de Izzie que sostenía la lata comenzaba a temblar, no supo si de rabia o de pura desesperación.
-Anda, tengo tres libras. No te preocupes-dijo Donny poniéndole una mano sobre el hombro. Izzie se giró y le miró con una expresión extraña antes de apartar bruscamente la mano del italiano.
-Vale-dijo con sequedad. Donny se extrañó por su reacción, pero se limitó a pagar la diferencia y ambos abandonaron la tienda. Una vez fuera Izzie le miró con rostro serio.
-¿Quieres hacerlo enseguida?-dijo con voz atona.-Podemos encontrar un callejón o algo así.
-¿De qué me hablas?-musitó Donny confundido.
-De pagarte lo que te debo, una mamada esta bien ¿no?-dijo Izzie cruzando los brazos.-Te saldrá dos libras más si quieres el servicio completo.
-Oye, es un regalo. No quiero nada a cambio, en serio-dijo Donny cohibido.
Izzie sintió como su rostro se volvía rojo de humillación. Por supuesto que un chico como Donny, que era agradable y gracioso incluso estando borracho perdido, que había sido generoso con él, que era guapo y fuerte; por supuesto que un tipo como Donny no quería nada que ver con él ni con su cuerpo inmundo. Eso lo entendía, era un caso de caridad, a lo mucho.
-Gracias-dijo Izzie con hilo de voz antes de desaparecer apresuradamente en la noche.