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Cuidame de mi por simpledudewithnohope

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Notas del fanfic:

Mi primer historia original publicada espero les guste

No se nada de cosas mafiosas y esta informacion probablemente la saque de breaking bad asi que eso lo lamento


Notas del capitulo:

Este es mi primer fic publicado de una historia original, espero les guste n.n

Tomó el vaso de cristal entre sus dedos, apreciando de cerca el reflejo de su rostro, las oscuras ojeras enmarcaron el cansancio de su mirada. Se sentía drenado, tal vez de emociones, tiempo o misma incertidumbre, pues una muchedumbre de pensamientos vacíos resonaba en su cabeza cual estática televisiva. Reposando el vaso en el mueble de caoba procedió a echar una mirada a sus delgados y danzantes dedos. Perdido, esa era la palabra que resonaba y abrazaba su tenue piel. Hoy Damian se encontraba a solas en un mundo donde debería demostrar a cada segundo la grandeza de su nombre, la pesadez de sus pasos, y la estabilidad de una mente enferma. Una fría brisa recorría la habitación aun con persianas completamente cerradas, brisa que aliviaba un poco el malestar, ¿malestar? Tal vez era un malestar lo que él sentía, desconocido del que y del dónde, pero consciente del ahora. 

Echando una mirada a su cómoda sintió el gran vacío que tanto solía evadir, un vacío que encarcelaba aquella libertad por la que Damian había luchado tanto. Pues se sentía ingrato, infeliz, y malagradecido ante una situación perfecta para su situación. 

Encendió un cigarrillo y dejándose envolver en el humo del mismo pudo sentir una lágrima recorrer su mejilla, sin embargo, al tratar de limpiarla pudo notar la apatía de sus sentimientos, pues su mejilla se encontraba seca. 

Minutos, horas, días pasaron, posando frente al espejo, moviendo su rostro de izquierda a derecha en diferentes tipos de pose que contrastaban con la tenue luz de la habitación. Le agradaba la línea de su barbilla, y el firme pero delicado perfil de su rostro, le agradaba su seductora mirada, y cabello agriante, eso por unos minutos al menos, tratando de evitar la mirada devuelta de su reflejo que le causaba la terrible inseguridad de su peor enemigo que pronto torcería su idealización e historia. 

 

La borrosa imagen de la habitación envuelta por el humo de cigarro revelaba a un chico sentado de mala manera a la orilla de su cama, pasando la yema del pugar en linea recta por debajo de su pecho. Rasco su barbilla y dejó caer la cabeza en su hombro. 

Un amanecer se asomaba por la ventana, llenando de melodía el oscuro ambiente. Y en sus hombros se liberó por otro dia la pesadez de la incertidumbre, la culpabilidad, la exigencia, la soledad, la melancolía, la frustración, la decadencia y la apatía, dejando salir un suspiro y una sonrisa a medias que pronto emparejaría mirando hacia el cielo, tal vez en busca de esperanza, o de escucha, tal vez sabiendo perfectamente algo, alguien más estaría ahí, recordandole. 

Cerro sus ojos. 

 

Ajustando su corbata, abrochando sus botones, lustrando sus zapatos, peinando entre sus dedos su cabello oscuro, echo un último suspiro en la puerta de su habitación. Mirando fijamente la madera, alzó la barbilla, y apretó los puños, preparándose para el afuera, y tomando una última bocanada de aire, abrió la puerta. 

 

 

 

 

 

Capítulo 1 

Los pasos resonaban en el brillante piso de madera anunciando la  elegante y temible caminata de un chico de tan solo 25 años. Damian era el nombre con el que decidió bautizar su misteriosa persona. Criado desde muy crío dentro de una familia de mafiosos pues su padre, Hugo, siendo el respetado cabecilla de aquél negocio desde hace muchos años, y posiblemente el precursor de la mejor distribución de opio en Estados Unidos, Francia y China, se veía obligado al drenante trabajo de la vida criminal. 

 

Damian no tuvo una infancia normal, por supuesto, viéndose criado por tíos que después de algunas semanas no volvería a ver en casa, o cenas familiares en donde el principal tema de discusión eran cifras exageradamente altas de plata. Sin embargo no puede negar el privilegio que la vida ilegal de su padre le pudo haber brindado al siempre verse rodeado  con los mejores juguetes en el mercado, una habitación de ensueño que tan solo hollywood podría acercarse a representar, aunque con escenas un poco oscuras, como su abuelo tendido a tiros en la cama de su padre, o su madre años después abandonando la familia ante la presión de la agitada vida de los Ferrer. 

Tal vez la terapeuta que consultó por dos días tenía razón, y tal vez Damian era un chico con problemas de ira y emociones reprimidas ante el trauma que, por razones ilegales, por supuesto la terapeuta desconocía. Sin embargo, para Damian aquellas pomposas palabras se traducían en una sola frase que resonaba en su cabeza como zumbido cada que sus emociones dominaban su delgado cuerpo “se hombre”. 

El chico pelinegro detuvo sus pasos ante dos grandes puertas de madera oscura, y mirándola fijamente aclaró su garganta. El día de hoy su padre había muerto, un tiro en la cabeza, y dos al corazón, era una herida limpia, hecha sin duda alguna por un profesional, alguien tan capaz que aún a dos horas del crimen, continuaban sin conocerle el rostro, algo nada sorprendente al tener Hugo tantos enemigos. A razón de esto, hoy Damian debía heredar la compañía de su padre, algo a lo que se negó rotundamente, pero siendo ordenes de testamento y al confiar tan poco en las supuestas manos derechas de su padre, por supuesto terminaría aceptando. 

Sus zapatos de porte daban pasos pesados conforme entro a la sala, donde inmediatamente todos los presentes le dirigirían la mirada. Damian caminaba de manera funebre con la mirada al frente y la barbilla en alto, frunciendo la ceja de manera retadora a cualquiera que si quiera se cruzará frente a su recorrido hacia  una pequeña urna de oro donde yacerían las cenizas de su padre. 

.-Lo lamentamos mucho joven Damian- exclamó en voz baja Tomas, el mejor amigo desde hace 20 años de su difunto padre. 

Damian vio fijamente la hurna y conteniendo las emociones alzó la mirada, para después dirigirla a los presentes. 

.-Los lamentos suceden en las sorpresas, y esta mierda de vida nos dejó a todos en claro que acabaríamos aquí pronto- dijo alzando la hurna frente a su pecho a manera de ejemplificación-Pero si algo se perfectamente, es que ganamos tanta pasta, para retar a la vida, y asegurarnos cada maldito pelo de nuestro destino ¿No creen?-preguntó dirigiendo una pesada mirada, llena de furía que trataba de esconder con una media sonrisa.-Entonces yo me pregunto, si mi padre siendo un puto amo en este negocio, cubriendose los talones hasta en Indonesia, China, Japón, hasta en putas Filipinas-exclamó alzando la voz- ¡¿Por qué esta muerto?!-Gritó a los presentes dejando la hurna de un solo golpe devuelta en la mesa. El silencio apoderó la sala. 

 

.-Hugo, tu padre, fue asesinado por un mafioso Damian, no se podía hacer nada-explicó Paco, segundo a mando de su padre. 

 

.-Y una mierda-expresó con una risilla por debajo de su incontrolable ira.-Nadie era más grande que mi padre, y me estas diciendo que lo mataron a tiro limpio, 3 tiros limpios,una mierda, ¿Tu donde estabas cuando todo esto sucedió?-preguntó el pelinegro, a lo que Paco frunció el ceño ante la acusación. 

 

.-Por supuesto en España, como su padre había ordenado, no me sorprende no tenga conocimiento de esa información, pues la verdadera pregunta joven Damian es, ¿Qué hacía en una fiesta en Venecia mientras su desahuciado padre luchaba por su vida acá?-pregunto a manera retadora dando un paso al frente, haciendo que Damian apretaba el puño, ceño que capturó rápidamente Tomas, tomándolo del hombro para contenerlo. 

 

.-Damian, debemos tomar la decisión de quien se -sugería Tomas antes de ser interrumpido por la impulsividad de Damian. 

.-Estas fuera-exclamó a Paco. 

.-Tu no tienes mando de nada niño-exclamó. 

.-Por ordenes de mi padre, quedó al mando, estás fuera- expresó. 

El cuerpo de Pablo tensó ante aquella oración. 

.-¿Tu piensas que puedes hacer lo que quieras y llevar nuestra fortuna contigo? El consejo debe- 

Damian desenfundó el arma, dando eco a la sala al recargar el arma, y después apuntarla hacia paco.

.-Estas fuera Paquito, puedes irte en dos piernas, o arrastrando ¿Qué prefieres?-preguntó arqueando la ceja y mostrando una media sonrisa que a aquellos que no se veían atentos, esta cada vez se ampliaba más conforme cada segundo pasaba.

 

.-Damian-susurro Fernando al menor, el, lider del consejo, tensaba el entrecejo mientras miraba fijamente al pelinegro, rogando recuperara la cordura, pues el asesinato a alguien del consejo se consideraría traición.

 

Pronto el conflicto se interrumpiría con la entrada de un hombre de espalda ancha e intimidante estatura, que con pasos pesados, tomó asiento. Su mirada se guiaba hacía Damian, quien sin pensarlo dos veces se la devolvería además de arquearle la ceja.

 

.-¿Quién eres?-preguntó sin rodeos.

 

.-El hombre que te hará entrar en razón, guarda el arma Damian, y podremos hablar sobre el asesino de tu padre- le pidió en tono calmado, las miradas se centraron en la apretada muñeca de Damian sobre la pistola, que al mínimo esfuerzo podría presionar el gatillo, sin embargo, este en medio de un conflicto con su ira y cordura, finalmente la inteligencia le ganaría, y procedería a bajar el arma,

Paco ante el alivio, apretó la quijada y salió de la habitación.

Fernando haciendo un simple gesto con la mano invitó a todos los presentes a salir del cuarto, y una vez evacuada la zona, cerró las puertas tras de sí.

 

.-Habla, ¿Qué sabes de la muerte de mi padre?-preguntó el peligro dejando caer su peso sobre las manos que se sostenían en la mesa de caoba.

.-Lo que usted ya  supone, que esa muerte no fue hecha por ningún novato- explicó.

.-Si sabes lo mismo que yo¿De qué utilidad me es tu información?-preguntó Damian indignado.

.-De mucha señor Damian- dijo entre risas mientras sacaba un puro del bolsillo, a la vez que ofrecía uno al menor, quién negaría la oferta con la mano- El día en que su padre fue asesinado nuestro equipo de trabajo se encontraba divulgado por todo el mundo, imposible que se cubriera a su padre-explicó.

 

.-Ya lo sé, la manera sublime en la que fallaron a Hugo-respondió Damian.

.-Más bien, la manera sublime en que se encargaron que áquel día su padre se encontrará desprotegido-explicó- Pues la seguridad más débil quedaría a su lado y sus manos derechas se encontraría del otro lado del país atendiendo misiones de vida o muerte, al igual que su único hijo, quién vacacionaría en Venecia-explicó.

 

.-¿Me culpas de algo?-preguntó.

 

.-Al contrarío, lo exhorto de su culpa joven Damian, recalcando lo que se encuentra ante nuestras narices- explicaba inhalando una bocanada de su puro y soltó sus palabras entre figuras de humo- a su padre, lo mató alguien de la organización-exclamó.

 

Damian alzó la ceja, analizando con detalle la oración que acababa de brotar de aquel hombre.

 

.-Te acabo de conocer hace dos segundos, pareces un hombre de carácter fuerte y tal vez un poco mandón, además de orgulloso, tu palabra no es más importante que la de cualquiera de mis empleados. ¿Por qué debería de escuchar lo que dices?-preguntó Damian sentándose sobre el escritorio de madera mientras aflojaba su corbata.

 

.-Porque yo conocí a su padre, soy Haruki, estoy seguro usted ya ha escuchado de mí- explicó tomando otra bocanada a su puro.

 

.-El pequeño proyecto social de mi padre, Haruki, abandonado de pequeño desde los 7 años encontrado en un callejón de mala muerte vendiendo droga a vagabundos por apenas unos centavos. Mi padre te alimentó y cuidó de ti hasta el dia que mi madre se embarazará de mi, claro que se de ti-explicó el menor peinando su cabello y mirando retadoramente al hombre que se encontraba frente a él- ¿Te gustaría te llame hermanito? o que tal ¿primo? ¿familia? ¿No es así?, no me sorprende que un callejero apenas fallezca mi padre venga a reclamar su fortuna. Haruki-explicó.

 

-Se equivoca-

 

.-No- interrumpió- Conozco a la gente de tu clase, conozco la manera en la que me ven, pensando que con un arma en mi cabeza mis piernas temblaran, y que mi edad es la suficiente para tratarme como mierda- explicó-¿Quieres dinero? Pues ganalo rata de mierda-dijo Damian apretando los dientes.

 

Haruki echó un suspiro y apagó el puro con la suela del zapato llenando la habitación con aquel olor tan característico del puro apagado.

 

.-Tenga-dijo metiendo una mano al bolsillo para después entregarle una nota a Damian, este la vería de reojo para después mirar al rostro a Haruki- Si usted decide que me vaya, lo haré, pero antes necesita ver la carta que me dejó su padre-explicó, haciendo vibrar la curiosidad de Damian, quien pronto decidiría tomar la nota y guardarla en su bolsillo.

 

.-¿Para quién trabajas?-preguntó el joven.

 

.-A partir de este día, para usted-explicó-si después de leer la nota, decide que me marche lo haré, pero no dejaré de luchar por hacer pagar a los asesinos de Hugo- dijo acercándose retadoramente a Damian- soy una simple rata callejera, que se encuentra agradecido con tu padre, no necesito el dinero de tu familia, jamas lo he pedido, pero si le puedo pagar lo que hizo por mí de alguna manera, lo haré-explicó quedando tan cerca de Damian que su aliento a puro cubriría su pálido rostro.

 

Damian alzaría delicadamente sus dedos para colocarlos en el cuello  de la camisa de Haruki, acomodandolo de manera suave, y una vez logrando tomar su atención, tomaría de un tirón su corbata, forzandolo a agacharse hacia su rostro.

 

.-Me molesta tu aliento a puro- susurro en su oído haciendo a Haruki recorrer esas palabras por su cuerpo, para después empujarlo con una sola mano y proceder a caminar hacia la salida.- No quiero ver tu cara mañana-soltó al aire mientras salía de la habitación.

 

 

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El golpeteo de las gotas de lluvia recorrían el cristal de la sala dando ambientación a un
aislado chico pelinegro, que al fín encontrándose a solas, rompió en llanto por la muerte de su padre.

 

Tal vez era desesperación al perder su última familia, frustración al jamás haber recibido un “estoy orgulloso de ti”, o tal vez la frustración era consigo mismo al ser arrebatado de sus manos la posibilidad de algún día demostrarle de lo que era capaz. Hoy se encontraba destrozado, abrazando sus piernas en un sofa con aroma a humedad, cada segundo con más fuerza.

Si de algo estaba seguro, era que se sentía vacío, que este amargo sentimiento apoderaba su pecho recorriendo hacia el estomago para después invadir sus temblorosas manos haciéndolo golpear el antebrazo del sofa. Dolía.

 

Hoy se encontraba, nuevamente solo, en una cómoda larga de temperatura fría y poca iluminación, siendo acompañado por las gotas de lluvia y el crujir de la madera. Pasaron unos minutos hasta que sin notarlo su llanto paro, dejándolo en el estado que siempre se veía después de dejar de derramar unas cuantas lágrimas, vacío. Miró hacia la pared por un rato con la mirada perdida y el cuerpo quieto, pensando en todo y en la nada, se sentía ligero, y a pesar de ahora verse con un semblante serio, su corazón pesaba.

Echó una mirada a la ventana, mirando atentamente el recorrido de cada gota, dándose cuenta de la competencia entre ellas con la gravedad, algunas cayendo más rápidas que otras y sin notarlo, apreciar este ridículo detalle se volvió en un acto que realizó por horas, notándolo al sentir el hormigueo de su pierna por mantenerse en aquél posición por tanto tiempo. Pronto su reloj inteligente soltaría una alarma recordando que, para su desgracia, el tiempo no se había detenido, y aunque sería una delicia mantenerse en aquel oscuro sitio apreciando aquellas gotas por unas horas más, era hora de partir.

 

Se levantó de su cómodo lugar dejando caer una pieza de papel del bolsillo, mirándolo atentamente recordó su extraño encuentro con Haruki. Claro que había escuchado del tan mencionado Haruki, el supuesto hijo adoptivo de Hugo, y el “verdadero heredero del negocio” de acuerdo a muchas bocas sueltas. Un hombre verdadero, fornido, conocedor de artes marciales mixtas, elegante, atractivo y de gran inteligencia, por supuesto que sabía quien era el bochornoso y detestable Haruki.

Miro la nota atentamente, con notable ira que hacía fruncir sus enmarcadas cejas negras ¿Quién se creía para hablarle de tal manera al verdadero hijo de Hugo? Un arrogante hombre a su parecer, creyendo que sería el héroe del día como estaba acostumbrado, y resolvería un caso imposible de resolver incluso para él mismo.

.-Imbécil- susurró para sí mismo recordando aquel aliento puro que le hacía tensar el estómago. Sin embargo, en algo tenía razón, su padre había sido asesinado por alguien lo suficientemente experimentado y cercano a él. Y al final del día, por más hijo de puta que Hugo fuera con él, por supuesto que tomaría la primera oportunidad posible para vengar su muerte, y condenar al despiadado responsable que le arrebatara de sus manos a su única familia.

Con esto en mente, prosiguió a desdoblar aquella hoja con bordes en amarillo, posiblemente por antiguedad de la nota, o talvez se encontraba manchada de café.

 

“Haruki, si estas viendo esto, lo más posible es que haya muerto, no debería ser una sorpresa para tí así como tampoco lo será para mi el día que conozca a la dama de negro, pues este negocio me condenó a la adrenalina y el peligro de que se me arrebate la vida en cualquier segundo. El miedo a la muerte ha quedado en el pasado desde hace mucho tiempo, pues yo he muerto ya desde los 15 años, al entregarme a las drogas y al mercado de las mismas. así que no te compadezcas de mí como si fuera de verdad un pobre diablo. Sin embargo, Haruki, te escribo esta carta por dos razones, pues si bien eres mi casi segundo hijo, al haber sido criado por mi durante tanto tiempo, además de no dejarte de auxiliar durante todos estos años, también me veo angustiado por Damian. En este trabajo hemos perdido a nuestra familia y cualquier posible vínculo de confianza, pues a pesar de ser unos hijos de puta, yo lo tengo a él, y él me tiene a mí, el día en que finalmente mi arrugado cuerpo parta, él se encontrará solo en un mundo que tan solo ha visto como espectador, él se encontrará solo. Damian es diferente a ti y a mi Haruki, y detrás de tan terrible ira se esconde un débil hombre abandonado por sí mismo. Por eso, al verme obligado en esta disyuntiva, te pido como último deseo, cuidar de él, pues eres la única persona en la que podría confiar.
Recibirás una parte de la herencia como es debido, y apoyo en lo que necesites, solo pido cuides del maldito.

Y cuidate tú.
Atte: Hugo Ferrer”

 

Damian miró atentamente la nota, releyendo esta una y otra vez, sorprendido del último deseo de su padre ante un supuesto desconocido. Debería sentirse querido, agradecido, conmovido quizá, pero para él no fue así, pues arrugando la nota furiosamente la lanzó contra la alfombra echando un grito después de aquél acto. Su padre sabía incluso después de la muerte que Damian jamás sería capaz de cuidarse  así mismo, sabía que un desconocido tenía una mayor capacidad en ver por él, nuevamente, como todos estos años, lo veía como un insecto, pues a simple vista cualquiera podría traducir a un padre misericordioso, pero Damian conocía perfectamente a Hugo, y podía leer entre líneas el delgado insulto al mencionarlo como diferente a los demás y un perdido de sí mísmo. Sintió náuseas, de haber derramado lágrimas ante un hombre que aún en su tumba lo seguiría viendo como un insecto mientras que a un extranjero como el líder y sucesor confiable, sintió ira, pues las últimas palabras que recibiría de él sería “Se hombre” mientras que un callejero se le dedicaría una carta entera, sintió rabía al saber que un hombre que le arrebató la oportunidad de una vida normal ni siquiera podría ofrecerle un perdón en su lecho de muerte.

.-Eres un viejo de mierda- susurró para sí mismo apretando la mandíbula- Eres un viejo de mierda- repitió soltando una exagerada exhalación de sus fosas- Eres un viejo de mierda- dijo de manera entrecortada sonriendo para sí mismo, una sonrisa llena de frustración y gran coraje que no podría jamás dedicarle a la cara.

Pudo escuchar a lo lejos pisadas acercándose a su puerta para después acompañarlo de tres ligeros golpes en la madera.

.-Damian, llegó una visita para tí, es un joven asiático que dice ser contratado como guardaespaldas ¿Sabes algo de eso?-preguntaba la mucama.

Damian aflojo lentamente su sonrisa para entonces quedar con un serio semblante y una mirada perdida. Y después de un largo rato de reflexión, pudo notar la esperanza de la situación. Su padre se había ido, pero Haruki, hoy fuera de la puerta de su casa, se encontraba paciente esperando encontrar a un chico temeroso, novato e impulsivo incapaz de cuidar de sí, y por supuesto se encargaría que la última conexión con su padre, Haruki, pensará diferente, no tenía que ser condenado por nadie, y mucho menos por su competencia, tal vez aún podía demostrar, no solo a él, al comité, sino a sí mismo, que es capaz.

.-Déjalo pasar- contestó a la mucama-Y dile que bienvenido.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

PRIMER CAPITULO WUUU
espero les haya gustado y sientan algo interesante en esta pareja, al ser  un chico trans esta historia significa mucho para mi y se ha vuelto en mi area feliz escribir esta historia, espero les guste a ustedes tambien


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