Kaiba había buscado toda la tarde y la noche hasta que sus manos le sangraban, pero no había hallado a su rubio, Mokuba tuvo que alejarlo de los escombros ya que la ayuda había llegado, Serenity trataba de tener fe mientras soportaba el haber perdido a su madre y posiblemente a su hermano mayor, dejo que Mokuba se hiciera cargo de todo y ella se acercó al castaño que estaba aún con la mirada pensando en las posibilidades de en dónde estaría Wheeler? En dónde no había buscado? Sin embargo esa atención se desvío a su pequeño hijo quien aún lloraba por no ver a su madre
-Dámelo...por favor
-Pero Kaiba...tus manos están...
-No importa, por favor , déjame cargar a mi hijo
Ella se lo entrego sabiendo que quizás, ese bebe podría calmar un poco la angustia del castaño y este la de su pequeño, los dejo a solas y el CEO puso a su hijo contra su pecho
-Seth...se que estás preocupado por mamá pero...tu mami es muy testarudo, al grado que sería capaz de...bajar del mismo cielo para cerrarme la boca y mostrarme que sigue aquí
El bebé comenzaba a calmar su llanto mientras se aferraba a la ropa casi deshecha de su padre mientras su cabeza reposaba en el hombro del castaño
-Ten fe en que tú madre está bien y...que sin importar cuánto tarde, yo lo traeré y volveremos a reírnos como hace algunas horas atrás
Levanto un poco al bebe rubio y ambos pares ojiazul es se miraron con mucha ternura y esperanza mientras el bebé colocaba sus manitas en las mejillas de su padre y se calmaba al verlo
-Lo prometo hijo, tal vez sea un Kaiba pero...gracias a tu madre también admito que a veces actuó como un Wheeler y...un Wheeler jamás rompe su palabra y siempre cumple sus promesas
El bebé después de tantas horas llorando volvió a sonreír para su padre quien de igual forma le sonrió, sin duda alguna Seth tenía la misma sonrisa celestial de Joey y por eso mismo se prometió que jamás dejaría a nadie apagar tal bella sonrisa
-No pequeño cachorro...
Acurrucó a su pequeño de nuevo contra su cuerpo y soltó lágrimas en silencio para no volver a quitarle esa sonrisa a su bebe, Serenity, quien los veía desde lejos no pudo más que volver a llorar viendo esa escena, sin duda su hermano era sumamente feliz y el destino se ensañaba por arrebatarle el amor y la felicidad que con tanto esfuerzo había logrado alcanzar
-Por favor Joey...regresa con nosotros ...
En ese momento las máquinas se detuvieron por un instante y los trabajadores comenzaron a quitar escombros con sus manos, no le habían dicho nada a la familia por no destrozar las esperanzas que tenían pero en aquella montaña de escombros comenzaba a drenar un líquido carmesí del interior, el único en notar esto fue el pequeño Mokuba quien pensó igual que los trabajadores por lo cual decidió callar y rezar a cuánto dios conociera
-Por favor Joey...no