Mi vida y la de Kiseki pasaron en dos segundos frente a mis ojos, ver los platos de las parejas que se acercaban al podio siendo felicitados por el trabajo en equipo comprendiendo las diferentes señales y pistas que propusieron en el instante de hacer los relevos sin pronunciar palabra, indicaban que podían ser contratados en cualquier restaurante.
Al escuchar nuestros nombres, cogí lo que estaba en el mesón dando pasos detrás de Yuudai que caminó delante mío expeliendo un olor amargo que demostraba su disgusto, mi mandíbula dolía de la fuerza que hacía para no gritarle delante de los evaluadores, pero me la estaba colocando demasiado difícil con los comentarios que realizó tan pronto como los jueces se negaron a siquiera llevar un cubierto a ese desastre.
Tetsu-sama esperó que Furogawa terminara sus explicaciones para preguntarme por lo sucedido, las feromonas de mi compañero fueron liberadas con sutileza para como Omega asentir con sumisión a lo expuesto por él.
Desgraciadamente, la rabia que tenía era tal que poco me importó irme en contra del Alpha; sin embargo, los ojos azules del jurado lograron transmitir la calma que mi carácter necesitaba para controlarme.
—No hay excusa para lo que presentamos, pedimos disculpas por el error cometido.
La voz de Kayama-chan se escuchó en lo que nos retiramos a la estación, los jueces no se movieron de su sitio, parecía que la decisión era evidente.
—Participantes esta es la quinta semana de eliminación, a partir del próximo reto estarán los diez mejores finalistas del concurso.
Todos aplaudimos, habíamos llegado lejos y quedábamos a un paso de ingresar al cuadro de honor, en mi mente significaba poder asegurar la custodia de mi cachorro.
—Este desafío de presión tiene un premio especial para los ganadores, por favor pasen al frente...
La rubia cedió el turno a los jueces que con beneplácito mencionaron a Aniki y la señora Yong, los dos antes de recibir su premio me abrazaron transmitiendo el calor de haber logrado forjar una buena amistad en tan corto tiempo.
Eishi-kun hizo los honores pasando a ambos unas filipinas blancas con bordes y puños dorados.
—Un aplauso para los primeros finalistas del equipo rojo —de inmediato sentí la mirada de Yuudai sobre mi culpándome de no estar en su lugar.
Su ira aumentó al escuchar nuestros nombres y la petición de pasar adelante.
—La vida da muchas sorpresas —habló Midori-san en la medida que la presentadora traía con ella dos delantales negros—. Los perdedores son los primeros amenazados, chicos ustedes irán directo al desafío de eliminación.
¿Alguna vez has sentido las ganas incontenibles de matar conociendo y aceptando las consecuencias?
Tan pronto como dijeron «Corte», Furogawa me tomó del brazo para gritar cualquier cantidad de insultos por estar a portas de salir.
—¿Mi culpa?¿Quién fue el estúpido Alpha que no quiso rebajarse a seguir lo propuesto por un Omega?
—¡No me hagas reír! En ningún momento te vi bajar el maldito orgullo que te gastas culipronto.
—¿Acaso te consta que lo soy?
—¡El color rojo de tu collar! ¡A ver!, cuéntanos con quien te acuestas para que hayas podido llegar tan lejos y sin gota de tal...
—¡SUFICIENTE!
La voz a nuestra espalda era del CEO de la compañía, la siguiente orden fue dura para ambos, sin oponernos salimos del lugar siendo conducidos a una sala de reuniones donde esperaríamos por el señor Asahina que reportaría si continuábamos o no en el concurso.
Las reglas fueron claras desde que firmamos el contrato, y la principal era el respeto por el otro, aunque frente a cámaras Yuudai logró controlarse, tuve que aceptar que acertó al hablar de mi orgullo, así que la culpa de perder el reto era de ambos.
Los minutos ahí encerrados se hicieron eternos, no quería irme y por lo visto el Alpha tampoco, su olor demostraba miedo y comenzaba a alterarme. Observé la hora no era bueno seguir inhalando sus feromonas, Dios gracias la puerta se abrió y Henmi ingresó con dos ayudantes más trayendo un televisor que nos mostraría lo que ocurría en el estudio.
Kazuma abrió las ventanas para que la estancia se ventilará observando la tensión en el ambiente. Encendió el aparato donde escuchamos las indicaciones para los que seguían en el concurso.
En pantalla apareció Kirishima Zen, el castaño sin brillar tanto como los hermanos Yukina tenía la capacidad de manipular con sus gestos y tono de voz aterciopelado, lo que practicamente invitaba a perderse en su esencia. No obstante, al verlo con calma por primera vez noté en sus gestos muchas de las manías de Kiseki, la manera como su sonrisa no llegaba a sus ojos cuando Kayama le tocaba, la picardía como observaba a la cámara al hacer una broma, y ese puchero que mostró a Momo-chan al negarle probar el postre que debían replicar los concursantes.
Mi cuerpo se movió sólo con dirección al electrodoméstico para estirar la mano y rozar con tristeza la pantalla.
—Ni en sus sueños más locos ese hombre te elegiría —pronunció quien parecía disfrutar amargándome la existencia—. Un Alpha Dominante, con una hija y con renombre y fortuna no estaría con un "fácil" como tú.
—Furogawa-san le sugiero evitar esos comentarios, recuerde que puede ser eliminado de inmediato por incumplimiento del contrato.
El Alpha caminó hacia el pelinegro que demostró no temerle, incluso cuando colocó su mano en la nuca de Henmi atrayéndolo para con descaro olfatear su cuello.
—Piense muy bien su siguiente movimiento.
Yuudai lo soltó, riendo por la autoridad que demostraba Kazuma, pero sobre todo porque Katou y Asahina ingresaron cuestionando qué sucedía.
—Algo que se pudo solucionar por el momento —respondió enfrentando a Furogawa en lo que recibía el documento enviado por Isaka-san, y pedía permiso para salir del lugar.
Asahina Kaoru nos pidió tomar asiento, quedando intercalados con el Beta que parecía un guardaespaldas, pero que en verdad era la mano derecha de Kirishima-san.
La situación se resumía a que no seríamos expulsados debido a que los psicólogos habían predicho que tarde o temprano el desafío de presión podría generar ese tipo de problemas, pero si se restringía nuestro ingreso a las grabaciones del reto de salvación y tendríamos como castigo menos tiempo que los otros participantes en la prueba de eliminación.
El suspiro de alivio de Yuudai fue la clara muestra de que habíamos superado el impase.
—Yo de ustedes aprovecharía el tiempo, tienen dos días para repasar todo lo aprendido porque lo van a necesitar —aconsejó con frialdad Asahina-san, nos vio levantarnos, pero antes de salir me invitó a quedarme, Yuudai se detuvo al lado mío tomándome del brazo, era claro que si algo iban a decirme él quería saber qué.
Extendiendo un sobre puede ver el sello de Servicios Sociales, extrajo la carta y comenzó su lectura.
Anata me acababa de dar un ultimátum apoyado en el testimonio de alguien que aseguró que mi embarazo había sido planeado para poder atrapar a un Alpha con el que vivía en la Universidad.
—¿Cuánto tiempo? —cuestioné sin demostrar mi enojo.
—Cuatro semanas a partir de hoy que recibimos el oficio.
—¡Eso es imposible! —exclamó Furogawa sorprendiéndome—, lo más seguro es que Yokozawa estará en la final para esa época, así que deben buscar una solución.
Puedo jurar que vi una sonrisa en Asahina-san, por instinto ante la sincera preocupación hice lo que nunca pensé.
—Gracias Yuudai-san —abrazando al Alpha que hasta el momento me había hecho la vida imposible.