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Dulce venganza. por RLangdon

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Naruto corría en círculos por la pista del parque destinada a los ejercicios, su corazón latía a mil revoluciones por minuto, su respiración semejaba a un quedo silbido emitido por la misma brisa que le azotaba el rostro con cada vuelta que daba. Siete minutos, los había contado cuatro veces consecutivas, ese era el tiempo que le tomaba dar la vuelta entera, afortunadamente por las mañanas eran pocas las personas que se dedicaban a realizar algún ejercicio rutinario
 
Y Naruto no sabía cuánto más soportaría de aquella manera. No solo ese día en particular sino también los posteriores. Llevaba cerca de dos semanas repitiendo la misma actividad matutina, todo por petición (y casi exigencia) del joven pelirrojo que actualmente yacía sentado sobre una de las bancas de concreto del parque, hojeando un librillo y de vez en cuando dirigiendo la mirada hacia donde se encontraba él para cerciorarse de que Naruto no interrumpiera el ejercicio
 
Deseaba maldecirlo, decirle que era suficiente pero por dentro, cuando la adrenalina se acumulaba en su sistema, lo único que quería Naruto era correr, a pesar de que al término de la hora repudiaba inmensamente la actividad, sus piernas se ponían rígidas al principio y después cedían y temblaban. Naruto tenía que tomar una ducha después de ello, y tras un rápido almuerzo, tenía que presentarse a la plaza que hace poco habían inaugurado. Era él quien ahora atendía aquella enorme juguetería cuyos artículos lo mantenían embelesado por varios minutos. El resto del tiempo se pasaba mas rápido, entre el ir y venir de los clientes y su descanso obligatorio de media hora para merendar. Solo por eso, solo por lo amable que era el pelirrojo con él, se resistía las ganas de decirle lo que tanto ansiaba. Por primera vez quería darse por vencido, ni siquiera estaba al tanto de a qué se debía esa actividad física. El solo obedecía, seguía las instrucciones al pie de la letra y lo veía tomar asiento en esa solitaria banca bajo uno de los frondosos robles del parque. Entonces Sasori se sumergía en la lectura y solo cuando era momento de retirarse, hacia amago de marcharse
 
Naruto se sentía feliz de que el muchacho le diera su espacio. En las casi dos semanas que tenían viviendo juntos, Sasori jamás le había reprochado nada, salvo aquella vez que le exigió superar la depresión que comenzaba a consumirlo. Después de eso solo le pidió que ejercitara, una hora diaria era suficiente, sin olvidar el medio tiempo que Naruto ocupaba en la juguetería, después de clases y cuando se presentaba la oportunidad, hacia horas extras
 
Y cada vez que Sasori regresaba a casa, después del trabajo, se limitaba a conversar con él. Solían cenar juntos pero dormían por separado. Naruto ocupaba la habitación cerca del cobertizo, Sasori por su lado dormía en la recamara próxima, en caso de que Naruto necesitara algo, cualquier cosa
 
Pero el pelirrojo nunca le exigía algo a cambio por su hospitalidad, al contrario, lo estaba ayudando a superarse a si mismo pero manteniendo la distancia, dándole su espacio, sin hostigarlo como hacía Sasuke, no le pedía explicaciones de nada y tampoco se molestaba por cualquier trivialidad
 
El cabello rojizo se meció cuando Naruto pasó cerca de la banca, demasiado cerca. Naruto volvió la mirada al frente cuando Sasori bajó un poco el libro para mirarlo. Lo había hecho inconscientemente, no es que esperara que lo viera ni mucho menos, al contrario, le ponía nervioso cuando Sasori se le quedaba mirando fijamente
 
Se suponía que no debía distraerse pero Naruto no podía evitar mirarlo cada cierto tiempo
 
Estaba exhausto y tras el incidente perdió la noción de las vueltas que llevaba, solo sabía que estaba agotado, ya era suficiente por ese día
 
Lentamente empezó a detenerse, la inicial carrera se convirtió en trote y después en un vago y resuelto caminar. Naruto jadeó, sintiendo las piernas temblarle. Se sujetó las rodillas y cerró los ojos para regular su respiración. El nunca ejercitaba cuando salía con Sasuke, en realidad no hacia muchas cosas con él, solo cuando Sasuke tenía tiempo para ello, y últimamente no era mucho
 
-¿Por qué te detienes?- la voz grave lo hizo estremecer. Un temblor involuntario que recorrió cada recoveco de su cuerpo. Naruto se irguió de a poco, situando su mirada en los ojos chocolate. La expresión apática de Sasori no se inmutó en lo más mínimo. Naruto dudó en responder. No podía decirle que se había distraído mirándolo porque…era estúpido
 
-Estoy cansado- se justificó. Gruesas gotas de sudor le perlaban el rostro, su cabello estaba húmedo también pero nada de eso pareció importarle a Sasori
 
-Te faltan vueltas- profirió indiferente. Naruto torció los labios en una mueca de disgusto. En verdad tenía suficiente, ya no podía dar una vuelta más
 
-Ya no puedo- caminó despacio hasta la banca en la que, momentos antes estaba Sasori
 
Naruto estaba por sentarse cuando el firme agarre sobre su brazo se lo impidió
 
-No has agotado tus reservas de energía
 
-Si lo hice- musitó pausadamente, inhalando esta vez por la boca. Sasori sonrió a medias, su semblante imperturbable se suavizó lentamente
 
-Mientes
 
Naruto frunció el entrecejo
 
-¿Cómo sabes si miento o no? Tú no estás en mi lugar- su cuerpo se había relajado considerablemente, apenas si podía mantenerse de pie, era una sensación extraña pero agradable, el cansancio físico nunca le resultó tan gratificante a Naruto hasta ese momento
 
-Faltaron tres vueltas para que alcanzaras el limite- se jactó Sasori, soltándolo de a poco. Naruto apartó inmediatamente la mirada, apenado al corroborar que el pelirrojo si estaba al tanto de lo que hacía y de cuantas vueltas llevaba. El mismo había dejado de contarlas cuando se distrajo
 
-Yo…
 
-Está bien. Por hoy es suficiente- masculló Sasori, haciendo un vago ademan de despedida. Naruto se dejó caer sobre la banca, sin querer reconocer que la única razón que lo mantenía realizando aquellos ejercicios innecesarios era porque de esa forma pasaba un poco más de tiempo con el joven. Sasori ingresaba al trabajo por la mañana, al igual que él asistía a la escuela y después a la juguetería, los únicos momentos del día para verse estaban destinados a la cena y esa actividad ridícula matutina
 
Naruto hincó las uñas en sus rodillas al darse cuenta de la enorme contradicción en la que había caído. Por un lado le resultaba agradable que Sasori le diera su espacio, sin presiones, incluso había llegado a pensar que el muchacho ya había dejado atrás aquel interés que tenia por él, y eso en parte le dolió un poco. El hecho de que Sasori no demostrara mayor interés en él lo mantenía sumido en un dilema que no quería descubrir
 
No supo cuanto tiempo permaneció ensimismado hasta que los primeros rayos solares le alumbraron el rostro. Naruto parpadeó para habituarse a la luminosidad matutina. El rocío brillaba sobre el césped y el parque había quedado más solitario que antes
 
Se levantó sin mucho ánimo y se dirigió a la salida. Tenía que asistir a la escuela y después a la juguetería. No había otro espacio libre salvo la noche para conversar con…
 
No
 
Tenía que mantener su distancia con Sasori. Así estaban bien. Además, aun cargaba con cicatrices emocionales por lo de Sasuke. Seguramente el muchacho le tenía lastima y asco, y es que Naruto nunca le aclaró la verdad, nunca supo que era peor, saberse tomado por idiota o que el pelirrojo lo creyera un cualquiera
 
El frio matinal hizo estragos en su cuerpo. Naruto se frotó los brazos y se quedo de pie, con la mirada perdida. Necesitaba dejar de pensar tonterías o terminaría sufriendo de nuevo
 
-Tarde de nuevo- se mofó Hidan, ni bien hubo cruzado la puerta que daba a su despacho. Sasori dejó escapar un suspiro de frustración, cruzó ambas manos sobre el escritorio y recargó su cabeza sobre las mismas. Había tenido que recortar su siesta una hora más pero no se arrepentía de ello. Hasta el momento Naruto no daba mayores signos de ansiedad, y Sasori esperaba que se mantuviera así por más tiempo, mientras tanto podrían suplir dicha ansiedad con las actividades físicas y constantes. Solo en caso de que la situación de saliera de control, y él agotara todos los recursos a su alcance, entonces y solo entonces accedería a la petición del médico en pro de los medicamentos controlados
 
Sin embargo, su frustración no solamente derivaba a causa de ello. Naruto comenzaba a fastidiarse, lo había visto esa mañana en sus facciones. Naruto estaba dudando y si llegaba a suspender el ejercicio no le quedaría más remedio que darle esa basura
 
No podía permitir que eso pasara
 
-Tendré que añadir algo más a la rutina- bostezó, ignorado la presencia del otro
 
Hidan dejó de sonreír unos instantes. Su expresión se tornó en intriga y no vaciló en acercarse más al escritorio donde yacía su "marionetista" amigo
 
-¿El sexo común ya te enfadó?... Pobre chico, ¿tienes algún fetiche o algo similar?
 
Sasori agitó su mano en ademan de que lo dejara tranquilo. Con Hidan era un imposible así que se resignó a aclarar
 
-No somos pareja
 
Y como si aquello fuera alguna maldición, Hidan retrocedió con escepticismo
 
-Naruto no me ve de esa manera. Para él soy un compañero solamente- y a pesar de que le había costado decir aquello, Sasori no sintió la decepción misma que había experimentado antes, cuando recién se daba cuenta que no tenía caso tratar de acercarse a Naruto con intenciones que fuera mas allá de la simple camaradería. Y es que Naruto aun no estaba preparado para aceptar la compañía de alguien más en su vida. Sasori lo comprendía en ese sentido, y por ello desistió de cualquier intento. No quería alejar a Naruto ahora que finalmente el chico comenzaba adaptarse a las nuevas actividades diarias que, servirían como distracción además
 
Hidan no pudo contener la risa a esas alturas. Dejó escapar la estridente carcajada y señaló al pelirrojo con el índice. Sasori entornó la mirada con desdén, aquello no le causaba gracia en lo más mínimo pero solía olvidar que su compañero tenía cerebro de chorlito así que daba igual en realidad
 
-Por mí amado Jashin. Creí que eras un manipulador de primera- se secó una diminuta lagrimilla, producto del ataque de risa. Sasori frunció el entrecejo por lo dicho. Solo un verdadero bastardo se atrevería a lastimar a alguien deliberadamente, al menos a alguien como Naruto. Y ahora que empezaba a espabilar, tenía muchas dudas por esclarecer con él, esperaría el momento adecuado para hacerlo
 
Era hora de cerrar. Naruto miraba indeciso los altos estantes frente a él. Había estado limpiando algunos juguetes aunque dudaba que Sasori se diera cuenta. Tan solo trataba de hacer más tiempo para evitar verlo durante la cena. Realmente se sentía un estorbo a pesar de todo. Gracias a la ayuda de Sasori ahora contaba con un guardarropa nuevo, le había dado trabajo, pagado su medicina y además lo había hospedado en su casa sin esperar mayor gratificación a cambio
 
En verdad no quería ser una molestia para él
 
Naruto tomó uno de los peluches y lo abrazó fugazmente, recordando el obsequio que se había quedado de parte del pelirrojo y el cual se había olvidado en la casa de Sasuke. No importaba, los sentimientos de Sasori eran otros antes
 
Antes de que supiera la verdad. Su condición y el pateticismo que lo rodeaba
 
Si tan solo pudiera dejar de…hundirse
 
Y aunque el tratamiento para aquella enfermedad casi finalizaba, a pesar de haber dejado sus recuerdos junto a Sasuke en el pasado, aun con todo, Naruto seguía sintiéndose vacio
 
Lentamente devolvió el peluche a su lugar y se dispuso a sacar la llave. No podría evadirlo todo el tiempo
 
Las calles aun le resultaban algo desconocidas. Estaba desorientado pero no tanto como las primeras veces. Y es que vivir en el extremo opuesto de la ciudad implicaba un cambio abrupto en la rutina de Naruto. Hecho que agradecía para tomar practica, después de todo aun conservaba la idea de marcharse, de hacer su vida aparte como lo pensó anteriormente. Y ahora más que nunca consideraba posible esa opción, no quería seguir molestando a Sasori, no quería ser una carga para él y ya lo estaba siendo
 
Tras tomar el autobús y sentarse hasta el fondo del transporte, Naruto observó a través de la ventana, tal como hacía cada día que lo abordaba, el trayecto era diferente pero su destino era el mismo desde hacía dos semanas. Los mismos parques, los mismos prados. Hasta entonces Naruto no había reparado en lo lúgubre de algunos establecimientos. Objetos góticos pendían detrás de uno de los vitrales que exhibían sus productos al público
 
Suspiró y devolvió la vista en frente para evitar mirar la tienda de películas. Aquello le traía nítidos recuerdos sobre Sasuke y el como él había insistido en ver una a su lado. Un simple capricho que Sasuke no le pudo cumplir. Sasori tenia razón en eso, no tenia caso lamentarse por lo pasado
 
-Gracias- hizo un ademan de despedida y descendió lentamente los escalones. El chofer se quito la gorra, devolviendo el gesto del rubio
 
Inseguro, caminó varios minutos antes de llegar a la conocida estancia. Naruto estaba a punto de tocar la puerta cuando la conocida voz a sus espaldas lo sobresaltó
 
-Coincidimos esta vez- sonrió Sasori, pasando a un lado de Naruto para abrir la puerta
 
-Si…- su voz sonó mas apagada de lo normal. Naruto lo notó de inmediato y supuso que el pelirrojo también ya que este se volteó para mirarlo con atención. -¿Saliste temprano?- preguntó rápidamente para evadir el tema. Sasori asintió una sola vez mientras introducía la llave y giraba la perilla. No era ningun ignorante, sabía que algo andaba mal con Naruto
 
-Es fin de semana, creí que te sentirías algo…- calló al repasar mentalmente su propia imprudencia. –Pedí permiso- se limitó a agregar, carraspeando incomodo tras el inusitado silencio acaecido. Las luces iluminaron la estancia cuando presionó la serie de apagadores junto a la puerta
 
Naruto entró después, más nervioso que antes. Estaba extrañamente feliz de que Sasori le hiciera compañía pero al mismo tiempo continuaba sintiéndose una carga para él
 
-¿Quieres pedir algo para cenar?- la voz de Sasori lo sacó repentinamente de sus pensamientos. Naruto forzó una sonrisa mientras se dirigía al comedor
 
-¿Puede ser ramen?
 
-Seguro
 
Y allí estaban. Uno frente al otro. Esperando con impaciencia la llegada de la comida. Naruto desvió la mirada al notar la expresión de aburrimiento que tenía su acompañante. Sasori permanecía con la cabeza ligeramente ladeada sobre sus brazos, estaba cansado pero no quería demostrarlo. Casi por reflejo tamborileo los dedos sobre la superficie de la mesa. Mantener aquella barrera auto impuesta con Naruto se estaba volviendo cada vez más complicado. Era difícil fingir indiferencia cuando por dentro se moría por hacer algo mas, así fuera solamente conversar, sin embargo, no quería presionarlo
 
-Vi unos juguetes muy extraños en el sótano de la juguetería- comentó Naruto al ver que el silencio no desaparecía. Sasori alzó la mirada, confundido al principio, luego asintió al recordar aquellas creaciones inconclusas que todavía conservaba
 
-Marionetas
 
-¿Eh?- Naruto se inclinó otro poco hacia adelante, no había escuchado. Sasori se irguió sobre la silla, apoyando totalmente la espalda contra el respaldo. La debida postura que no había empleado hasta ese momento
 
-Esos juguetes extraños, son marionetas- aclaró con seriedad. –Solía fabricarlas pero no he logrado terminar ninguna
 
-Dan miedo- se sinceró Naruto posando su mirada en los ojos chocolate. Sasori sonrió sutilmente
 
-Es porque las empecé a fabricar cuando murieron mis padres. Tenía ocho años entonces. Mi abuela me instruyó en ese arte, algunas las confeccioné mucho después
 
-Lo siento mucho- Naruto juntó ambas manos a modo de disculpa. Entonces se dio cuenta de un detalle, ambos estaban en las mismas condiciones. El tampoco tenía padres
 
-No te angusties- lo animó Sasori en un largo suspiro. –Eso fue hace varios años. Supongo que deben dar esa impresión por los sentimientos que tenía cuando comencé a fabricarlas
 
-¿Por qué no las terminas?- le sugirió Naruto, chasqueando los dedos ante la idea. Sasori negó con suavidad
 
-No lo creo. Es algo que deje en el pasado…- "junto a mis propios sentimientos" se abstuvo de agregar
 
-Oh…- lentamente Naruto volvió a sumergirse en aquel tenso silencio. Afortunadamente duró poco. El llamado a la puerta los alertó a ambos, y al mismo tiempo se pusieron de pie
 
-Yo abro
 
Naruto tuvo que tomar asiento al ver como el pelirrojo se dirigía a la puerta. Ya no lo soportaba, quería preguntárselo pero no se atrevía. ¿Por qué tan de repente?
 
En ese momento se dio cuenta de que tal vez Sasori no estaba interesado en él como se lo había dicho anteriormente. Seguro los resultados médicos tenían que ver en eso…
 
Pero no lo culpaba. El mismo se repugnaba a sí mismo. Aun si la enfermedad no era grave y a pesar de que pronto finalizaría el tratamiento, seguía sintiéndose basura. Nunca creyó que después de todo lo que había pasado, volvería al mismo punto de partida
 
Ya no se forzó a entablar conversación. Simplemente observó al joven pelirrojo servir las porciones de cada recipiente y después ofrecerle el correspondiente a él
 
-Después de cenar, me preguntaba si podríamos conversar un poco
 
Naruto se sorprendió ante la sugerencia pero no tuvo tiempo de decir nada
 
-Necesito que me aclares unas cosas- añadió Sasori
 
Ah. Era eso
 
-Si- Naruto respondió con cierta decepción impresa en el tono de voz. Esperaba que fuera otra cosa
 
En silencio, se dispusieron a comer. Naruto encontró delicioso el sabor de su platillo, a pesar de que seguía sintiendo una ligera opresión en el pecho que no lo dejaba tranquilo desde esa mañana. Estaba acostumbrado a demostrarle a Sasuke su afecto hacia él en cada oportunidad. Siempre que estaban juntos, Naruto solía darle un simple beso en la mejilla, abrazarlo al menos, todo ello cuando no intimaban, cuando no había tiempo para hacerlo o simplemente su pareja no tenía ganas. Por eso ahora le costaba asimilar el nuevo ambiente. Vivir junto a alguien más bajo el mismo techo y nunca expresar ningun otro agradecimiento o muestra de afecto que no fueran unas simples palabras
 
Se sentía frustrado por eso pero tenía que comprender que no tenía pareja ahora
 
Ni bien terminó de comer, Naruto se levantó para lavar su plato, esa era parte de su nueva rutina, aunque Sasori siempre insistía en ser él quien lo hiciera, Naruto nunca aceptaba la propuesta porque no se sentía en confianza para hacerlo. Además, en ese instante lo último que quería era hablar sobre lo sucedido con Sasuke, porque él estaba seguro de que era eso lo que quería preguntarle Sasori
 
-Naruto…
 
El pelirrojo entrelazó las manos sobre la mesa, esperando paciente a que el chico volviera a tomar asiento. Necesitaba saberlo de una buena vez
 
Con pasos cortos, Naruto regresó a su lugar. Ambos pares de ojos se encontraron a la distancia, azul y avellana
 
-Se que no me debo entrometer- Sasori chasqueó la lengua por la obvia contradicción. –Pero quiero saberlo de ti
 
-¿Qué es lo que quieres saber?- Naruto aferró el mantel bajo la mesa, sentía los nervios carcomiéndolo de nuevo. Era un tema incomodo pero sabía que una buena forma de superarlo era aceptarlo. Ya había pasado y no volvería a ocurrir porque no pensaba permitir que lo hirieran de nuevo
 
-Tu pareja… ¿te golpeó cuando se enteró de los resultados?
 
Los labios de Naruto temblaron por el malentendido. Casi sintió deseos de mentir, de hacerle a Sasori creerse esa mentira. Que si, que le había sido infiel a Sasuke, no una sino muchas veces, pero entonces se estaría rebajando nuevamente al no ser honesto y adjudicarse toda la culpa. Jamás vio a ninguna persona que no fuera Sasuke, porque creyó que así debía de ser, porque pensó que Sasuke hacia lo mismo, que jamás lo traicionaría de aquella manera tan déspota
 
-Yo…nunca le fui infiel a Sasuke- cerró los ojos al terminar de hablar. Le dolía recordar todo
 
Sasori entrecerró los ojos. No dudaba de las palabras de Naruto, simplemente sabía que no le estaba diciendo todo y el método más eficiente para instarlo a hablar era el de culparlo indirectamente. Estaba funcionando…a medias
 
-Sí, él me golpeó- Naruto decidió terminar de una vez con esa charla incomoda. Se limitó a admitir lo que Sasori le había preguntado
 
-Así que aquella vez no te asaltaron- pronunció el pelirrojo para sí mismo. Recién reparaba en que Naruto se había escudado en otra mentira cuando lo vio por segunda ocasión en la juguetería. –Fue él quien te contagió
 
Naruto bajó la mirada, sus ojos cristalinos quedaron ocultos tras los mechones dorados
 
-Ese tal Sasuke- carraspeó para llamar una vez más su atención. -¿Qué posición tiene dentro de la empresa?
 
-No- Naruto negó con suavidad, ya sabía a dónde se dirigía el asunto y no quería. Era patético y estúpido pero lo último que quería era volver a involucrarse con Sasuke de algún modo, así fuera para desquitarse. Si lo había pensado, muchas veces lo meditó cuando salió de la casa del Uchiha sin rumbo fijo, sin un lugar a donde ir ni a donde regresar. Entonces se sintió totalmente perdido y ansiaba devolverle a Sasuke esa sensación tan deprimente y asfixiante…pero no ahora. No le hallaba ningun sentido
 
-De acuerdo- el pelirrojo se abstuvo de continuar con el superfluo interrogatorio, ya tenía más clara la situación, no tenia caso ahondar más de lo necesario. Además, no tenía acceso a la base de datos de la empresa, él no pero conocía a alguien que si los tenia
 
La conversación había llegado a su fin. Naruto suspiró en medio del silencio, no le pareció tan tranquilizador hasta ese momento
 
-Sasori- le llamó, indeciso de preguntar. El susodicho detuvo sus pasos hacia su recamara y se dio la vuelta, un tanto desconcertado de que Naruto quisiera seguir hablando tras lo aclarado. -¿Tienes películas?
 
-Sí. En la sala, segundo compartimiento del sofá
 
-Gracias- Naruto se puso de pie pero se quedo quieto, dudando en agregar lo último o no. -¿Verías una conmigo?
 
Él no lo dudo. Ni por un efímero segundo lo hizo
 
-Por supuesto
 
-¿Y bien?
 
Karin negó de nuevo, temiendo enfrentar otro arranque de ira de parte del apuesto moreno. Realmente lo intentaba pero no había ningun dato de Naruto. Casi dos semanas en las mismas condiciones, estaban en ceros, evidentemente perdidos respecto a Naruto. Ni siquiera la última alternativa de Sasuke había dado resultados
 
Aquel muchacho, Sabaku no Gaara ya no se encontraba dentro del país, desde hace casi tres semanas que se había ido, por lo tanto era imposible que Naruto se fuera con él. Pero Sasuke aun mantenía la duda de si habrían tenido comunicación después. La teoría de Sasuke no era tan errada posiblemente, había la mínima probabilidad de que Naruto accediera a irse con Gaara
 
Pero ahora las conjeturas se desbarataban. Naruto no portaba con pasaporte y ningun vuelo había registrado a ningun pasajero con el apellido Uzumaki. Todo estaba mal. Al menos para Sasuke quien dormía muy poco y comía aun menos. Karin se preocupaba en todo momento por él pero sus esfuerzos eran nulos por animar al Uchiha, simplemente tenían que encontrar a Naruto o la situación empeoraría, y ella no quería que Sasuke enfermara, sería fatal
 
-No ha tomado ningun vuelo, autobús u otro medio de transporte- masculló entre dientes, acomodándose las gafas con fingida seriedad
 
-¡Maldita sea!- el estruendo provocado por el escritorio volcado no se hizo esperar. Sasuke se frotó el cabello con mayor desesperación, viendo perdidas sus oportunidades por encontrar a Naruto. Al menos ahora estaba seguro de una cosa, Naruto seguía dentro de la ciudad…
 
-Adjúntale una denuncia por robo, Karin
 
La aludida dejó de teclear para pasar a mirar con suma confusión al Uchiha. Sabía de antemano que el chico no había robado nada
 
-De esa forma lo encontraremos más rápido- anunció Sasuke, entornando la mirada. Karin asintió, sin ganas de compadecer por el muchacho
 
Naruto no dejaba de cubrirse los ojos con ambas manos, miraba apenas entre la escasa separación de sus dedos. La pantalla iluminaba ligeramente la sección de la casa pero Sasori había dicho que era mucho más emocionante ver la película de esa manera. Y Naruto le había creído, irremediablemente. Ahora se arrepentía de no haber preguntado el género de esa película…
 
-Deberías mirar- le aconsejó Sasori, tomando un nuevo puñado de palomitas. Naruto tragó pesado cuando un grito desgarrador salió de las bocinas
 
-Lo estoy haciendo- y volvió a cubrirse los ojos. Sasori tomó el mando de la televisión, convenciéndose de que lo mejor era quitarla. Afuera se escuchaba la lluvia que se había desatado minutos antes. Era por eso que intuyó apropiado mirar esa clase de películas, no sabía que a Naruto no le gustaban aunque debió suponerlo después del minuto 10
 
-Solo restan quince minutos pero podemos mirar algo mas- estaba por oprimir el botón cuando sintió la temblorosa mano sobre la suya. Sasori sonrió a medias y dejo el mando en su lugar. Naruto lo miró solo unos segundos antes de tomar valor y dirigir la mirada hacia la pantalla. Aquellos pequeños muñecos le aterrorizaban pero casi terminaba, quería verla hasta el final
 
-¿Cómo dijiste que se llamaba?- pasó saliva y aferró la almohada sobre el sofá. Sasori se quedo mirando unos instantes la temblorosa mano, dudando en que fuera buena idea hacer lo que tenía en mente
 
-El amo de las marionetas- respondió apartando la mirada de la almohada. -Es un clásico
 
-De terror- agregó Naruto, llevándose las manos al rostro cuando previó otra escena fuerte cargada con exceso de violencia y sangre. Sasori se encogió de hombros, aquello no le asustaba en lo mas mínimo, solo le divertía, era interesante ver por segunda ocasión como esas ridículas y escalofriantes marionetas cobraban vida. Siempre pensó que el verdadero arte tenía que ser eterno y aquella película lo representaba a la perfección
 
Cuando la película terminó, Sasori casi se había quedado dormido. Había pestañeado un par de veces cuando solo restaban cinco minutos. Ahora la pantalla anunciaba los créditos y él se giro hacia su derecha para contemplar al chico rubio que seguía aferrando la almohada sobre su rostro
 
-Naruto- lo movió un poco, creyendo que se había quedado dormido también, sin embargo, Naruto respondió con un quedo "¿ya terminó? A modo de respuesta. –Sí, me iré a dormir ahora, que descanses- Sasori se desperezó estirando los brazos y se encaminó hacia su habitación
 
Naruto en cambio permaneció estático, con el ruego atorado en su garganta. No quería dormir solo, no después de tener aun presentes esos gritos ensordecedores. Tenía miedo pero le apenaba admitirlo, por eso no se movió de su lugar hasta escuchar la puerta cerrarse. Aspiró profundo y obligó a sus piernas moverse, en verdad odiaba esa clase de películas, no sabía porque había detenido a Sasori de quitarla, quizá porque no quería estar solo…
 
Se encerró en su propia recamara, temiendo que alguno de esos muñecos saliera de pronto de debajo de la cama para atacarlo. Naruto sacudió la cabeza para apartar rápidamente esas ideas
 
Dio un par de pasos y optó por saltar hasta el colchón, la cama crujió bajo su propio peso pero después el silencio se hizo palpable. Solo el sonido de la lluvia era audible
 
Naruto se cubrió con las mantas, maldiciéndose por ser tan idiota y no encender la luz. Ya era tarde para lamentarse por eso. Sus manos temblaron un poco pero decidió dejar de cubrirse los ojos al darse cuenta de su propia cobardía
 
"Solo es una película" se repitió varias veces para convencerse de ello
 
Sus latidos aun eran frenéticos pero con todo, consiguió serenarse. Entonces se dio la vuelta, dispuesto a dormir cuando el sonido de un objeto al caer lo sobresaltó de pronto
 
-¿Qué fue eso?- Naruto se sentó de golpe, mirando hacia todas direcciones. Un rayo iluminó las cortinas que cubrían la ventana y Naruto pudo apreciar mejor el armario de caoba
 
De ahí había venido el ruido, estaba seguro. Pero también estaba muy seguro de no querer levantarse a averiguarlo
 
¿Por qué era tan cobarde?, solo había sido una película, y muy tonta además, los muñecos no cobraban vida porque si, era estúpido
 
Suspiró aliviado y se levantó para convencerse aun más de que se estaba alterando por nada
 
Solo seis pasos y Naruto ya se hallaba frente al armario. Abrió despacio la puerta, el estruendo de un rayo volvió a iluminar la recamara y junto a ella, el muñeco que yacía tirado cerca de los pies de Naruto
 
El grito se atoró en su garganta. Naruto retrocedió aterrado. Entonces hizo lo más prudente que podía hacer en ese momento…correr
 
Salió deprisa de la habitación y sin pensarlo por un segundo se adentró a la de Sasori
 
-Mmm, ¿Qué pasa?- el pelirrojo abrió los ojos al sentir el colchón hundiéndose de su lado. Se incorporó de a poco y vio a Naruto cubierto con las mantas. -¿Naruto?
 
-Armario, muñeco, película….- Naruto habló tan rápido que Sasori apenas logró entender lo que decía. Se puso de pie y encendió la luz para tratar de calmar a Naruto
 
-Debí haberla quitado- murmuró, acercándose nuevamente hacia donde el chico para abrazarlo. –Todo está bien, solo fue una pesadilla
 
Pero Naruto negó firmemente con la cabeza mientras se asía a su cuerpo con todas sus fuerzas
 
-Muñeco, armario…
 
Esta vez Sasori comprendió todo
 
-Es solo una marioneta, la guardé ahí hace unos días para hacer espacio en el cobertizo
 
Naruto se separó lentamente, sin terminar de creerle. Seguía sintiendo los escalofríos recorrerle el cuerpo y sin importar cuánto intentara ocultarlo, estaba convencido de que Sasori ya lo había dado por un asustadizo de primera, y era verdad…
 
-Puedes dormir conmigo esta noche- la cercanía de Naruto lo alteraba definitivamente. Aspirar el olor de su cabello, sentirlo estremecer en sus brazos, aunque Sasori deseaba que Naruto se estremeciera por otras razones
 
-Gracias- Naruto pestañeó ruborizado, se acomodó en el lado izquierdo de la cama y puso una almohada como separación. Sasori casi quiso reír por aquello…casi
 
El pelirrojo suspiró resignado y optó por apagar las luces de nuevo. Cuando estuvo en su lugar, decidió voltearse boca arriba en caso de que Naruto volviera a tener miedo
 
Los minutos pasaron y la lluvia menguó totalmente. Sasori ya estaba dormido pero Naruto aun conservaba el vago temor
 
Inconscientemente, Sasori se dio la vuelta, dándole la espalda al rubio
 
Naruto miró hacia la ventana, recordó el incidente y se acercó aun más al pelirrojo. Al principio dudó pero después no pudo detenerse
 
Abrazó lentamente a Sasori de la espalda y recargó su cabeza sobre la misma
 

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