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Dulce venganza. por RLangdon

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Nervioso, se mira una vez más en el espejo. De alguna manera el atuendo no termina de convencerle pero decide dejárselo, ¿Qué importa como vaya vestido?
 
Solo es una fiesta infantil, ni siquiera piensa quedarse mucho tiempo. Quizá una hora sea suficiente para aclarar el asunto relacionado con sus calificaciones. Y en caso de que "él" en realidad se presente…
 
La curiosidad lo invade al reparar en el tenue cardenal sobre su mejilla. La hinchazón ha disminuido bastante en los últimos días gracias a las compresas de hielo, casi no duele ya. Una cicatriz invisible que reposara en su memoria por algún tiempo. Si tan solo lograra recordar
 
Decide no darle más vueltas al asunto. Se había sentido un poco desilusionado al escuchar la contundente negativa de Sasuke para hacerle compañía en el cumpleaños
 
"Tengo trabajo" la misma excusa, los mismos pretextos para evadirlo, tal como lo ha estado haciendo desde que Naruto dejara el hospital
 
Con sus dedos, alborota un poco más los mechones rubios. Revisa con cuidado no haberse olvidado de nada
 
-Regalo- musita, volviéndose hacia la mesa, donde una gran caja envuelta en colorido papel yace. –Invitación- hurga dentro de los bolsillos del pantalón, verificando la respuesta cuando sus dedos rozan el acartonado sobre. Todo parece estar en orden. Naruto suspira mientras se encamina hacia la puerta pero una vibración lo detiene. –Sasuke- no puede contener la emoción al responder la llamada. Sasuke le había obsequiado aquel celular para mantenerse en contacto en todo momento. Al menos hasta que el mayor saliera del trabajo. Cualquier cosa que Naruto necesitara, solo tenía que marcar. Aunque en realidad era viceversa, era Sasuke quien llamaba a todas horas para cerciorarse de que estuviera bien y no le hiciera falta nada
 
-Creí que ibas a venir- la sonrisa se esfuma al escuchar el simple recordatorio de su pareja. La medicina, lo había olvidado. Siempre era tan despistado, pero no le hacía falta ya. El dolor era casi imperceptible y los golpes estaban borrándose de su cuerpo gracias a las pomadas que le recetaron
 
-Tómalas- la petición se transforma casi en un ruego. Naruto devuelve la mirada hacia la mesa. Una gran bolsa plástica se encuentra junto al frutero
 
-No quiero. Ya no las necesito Sasuke, me siento…- calla al escuchar la voz alterarse. Quizá fue una confusión pero Naruto había interpretado una orden del otro lado de la línea
 
-Podrías recaer…
 
-Está bien- finalmente accede, retrocediendo sobre sus pasos para tomar el frasco azulado. Son solo pastillas. Diminutas píldoras que le irritan el estomago en ocasiones
 
No importa. Sirve un vaso con jugo de la nevera e ingiere rápidamente la dosis. Tras anunciar lo recién hecho, corta la llamada
 
-Se hace tarde- corre hacia la salida y toma el juego de llaves. La copia que le diera Sasuke días antes, en caso de que llegara a necesitarlas. Extrañamente, Naruto no sentía temor al salir y recorrer las calles. Su rutina seguía siendo la misma, pese al incidente
 
La oficina estaba en mullido silencio. Sasori no dejaba de mirar el reloj cada cinco minutos. Se estaba atrasando y lo sabía pero no habia nada que pudiera hacer al respecto. Era de esperarse que sus asfixiantes horarios lo dejaran sin un espacio disponible para una simple salida al cumpleaños de un niño que, encima de todo, era un perfecto desconocido para él
 
Tratar de abordar dos empleos no le había sido tan complicado hasta ese momento. En la juguetería no tenía que preocuparse por el estrés que le generaba el empleo de la oficina. Y es que trabajar en una empresa exigía mas ingenio, astucia, disposición. Debía centrarse tanto física como mentalmente para evitar recaer nuevamente. Le había costado bastante posicionarse en su puesto actual, sabía que la competencia era reñida pero no era ningun conformista. A pesar de que contaba ahora con un empleo fijo, le gustaba visualizar mas allá de lo que sus propias expectativas podían abarcar
 
Aburrido, lee otra vez los objetivos de la compañía. Había sido gracias a ello que accedieron a su sugerencia en la junta administrativa
 
-Obtener beneficios, producir bienes y servicios, mantener un crecimiento- sin duda era monumentalmente aburrido pero le entusiasmaba un poco poder salir por esta vez para reencontrarse con aquel lindo chico
 
Sus dedos recorren la superficie lisa de la invitación y sin darse cuenta, una sonrisa se forma en sus labios
 
-¿Qué opinas?- oye que le llaman a sus espaldas. La voz más detestable de todas
 
-¿Qué opino de qué, Hidan?- escupe con arrogancia, girándose sobre la silla mientras apoya los codos en el respaldo de la misma. El aludido extiende el periódico frente al pelirrojo, sin poder contener ya la sonrisa socarrona
 
-El matrimonio homosexual se legalizó en el país
 
-Me parece bien
 
-¡No jodas!- molesto, Hidan arruga el diario. –Esto va en contra de mi dogma, ¡no pueden amarse dos personas del mismo sexo!, tú…homosexual reprimido- lo apunta en el pecho con el dedo índice. Sasori chasquea la lengua, sin saber si tomar aquello como un insulto o una broma estúpida. Hidan ya estaba enterado de su orientación sexual pero en ocasiones lograba sacarlo de sus casillas. Eso había ocurrido la primera semana de conocerse, cuando el fanático religioso optó por "mantener su distancia" al conocer que su amigo bateaba para el otro lado…
 
-¿Ya terminaste?, tengo un compromiso que atender
 
-¿Qué es?- sonriente, Hidan le arrebata la invitación de las manos. Sasori entorna la mirada más que fastidiado, a ese paso llegaría al anochecer y definitivamente no eran esos sus planes. Necesitaba usar el primer acercamiento para otro posible encuentro con Naruto, una cita oficial, quizá
 
-Dame eso- sin reparos, recupera el sobre. Sus labios emiten un prolongado suspiro al darse cuenta de la hora
 
-¿Tengo que firmarlo?- Naruto duda al tener el documento frente a él. Se trataba ni más ni menos que de un acuerdo en el que daba su palabra de mantener su promedio para evitar perder la beca que le había sido otorgada. No que estuviera en desacuerdo pero no creía posible pasar todas las materias de ese curso, había estado faltando mucho últimamente y por más que trataba, no lograba ponerse al corriente con las materias
 
El anciano deja escapar un suspiro. Ha dejado de masajearse las sienes al escuchar el bullicio de los niños en derredor. Su nieto recién había dejado de molestarlo para ir a comer algunas golosinas
 
-No tienes alternativa- informa sosteniéndole la mirada al rubio. –Necesito que certifiques que te comprometerás de ahora en adelante, de lo contrario…
 
-Ya entendí- no hace falta que lo diga, Naruto garabatea a prisa su firma. Se sentía tan cansado de pronto que ni siquiera se decepcionó al no ver a Sasori por ningun lado. Interiormente sabía que no iba a asistir pero una parte de él se había aferrado a lo contrario. Aquel joven era extraño sin lugar a dudas
 
-Espero puedas cumplir esta vez, Naruto- masculla el adulto, poniéndose lentamente de pie para abandonar la mesa. Naruto hace un ademan de despedida antes de recostarse un poco. Sus parpados pesan mucho de nuevo, se siente incluso más fatigado que antes. Tal vez si debería ir al hospital…
 
-Lo lamento- despacio, Naruto alza la mirada. Por unos segundos le cuesta enfocar al apuesto joven pelirrojo. Quizá por el traje oscuro que lleva puesto. –Soy un idiota, se me hizo tarde y…- se sienta y deposita un ramo de rosas en la mesa. Por un efímero instante, Sasori logra entrever cierta tristeza en los ojos azules, es solo un momento antes de que la hermosa sonrisa haga acto de presencia, sobresaliendo sobre cualquier otro sentimiento
 
-Pensé que no vendrías- comenta Naruto, tomando algo extrañado el obsequio. Ya no le entusiasma ver las flores, las ha vinculado erróneamente con las disculpas. Sasuke suele dárselas cuando quiere que lo perdone también
 
-En realidad no deje de pensar en ti todo el día, estaba esperando este momento y…- la impulsividad lo ha dominado una vez más. Sasori cierra los ojos al meditar sus propias palabras. Poniéndose en el lugar de Naruto, aquello seguramente sonaría como a una clase de acosador. –Me alegra verte de nuevo- se limita a admitir, ignorando las risas infantiles y el alboroto que se suscita dentro del casino
 
-¿Cuántos años tienes?- es turno de Naruto por preguntar, omitiendo deliberadamente todo lo que ha escuchado. Estaba segurísimo de que el muchacho tenía la edad de Sasuke pero quería escucharlo directamente de él
 
La encrucijada tenía que llegar tarde o temprano. Sasori desvía la mirada y se recorre hacia atrás al notar la mirada incomoda de Naruto. Hasta ese momento no se dio cuenta de estar literalmente sobre la mesa, a escasos centímetros del rostro del otro. No era un buen comienzo, para nada
 
-Veinticinco- confiesa en voz apenas audible. Naruto parpadea incrédulo por la respuesta. – ¿Y tú?
 
-Quince
 
-Eres muy chico-el pelirrojo tironea un poco de la corbata, sintiéndose mas incomodo que antes. Pese a todo, Naruto niega divertido
 
-Más bien…tu eres muy grande- sonríe en broma, mirando esta vez con atención las facciones del pelirrojo. Ahora que podía apreciarlo mejor, se daba cuenta de lo extremadamente joven que lucia
 
-Oh, vamos- Sasori disimula una sonrisa al percatarse de que el ambiente se ha vuelto menos tenso que antes. –Solo son diez…está bien, si soy algo mayor- reconoce con un ligero asentimiento, preguntándose si aquello representaría una cuestión negativa en el rubio
 
-Pero te ves de la edad de Sasuke- Naruto se cubre la boca al observar al pelirrojo arquear una ceja
 
-Es cierto, nunca me dijiste quien era ese tal Sasuke- da las gracias cuando uno de los niños le ofrece un vaso con refresco. La situación se estaba tornando extraña pero eso no le impidió inmiscuirse una vez más
 
-Sasuke es…
 
-¡Naruto ni chan!- grita uno de los menores, agitando su brazo sobre el trampolín. Naruto sonríe, volviéndose sobre su lugar para observar al niño. –Ven a jugar con nosotros, puedes ser nuestro líder si quieres
 
-Parece tenerte afecto- reconoce Sasori, sin darse cuenta del brusco cambio de tema que acaba de propiciar. Naruto asiente, dándole la razón
 
Ambos beben un largo trago de sus respectivos vasos. Naruto trata fallidamente de no cerrar los ojos. En verdad lo intenta pero siente mucho sueño
 
Mientras tanto, Sasori busca en el bolsillo interno del saco. La PSP queda al descubierto. Naruto abre los ojos al percibir el brillo de la pantalla
 
-¿Qué es?- emocionado corre a sentarse al lado del pelirrojo
 
-Es…- Sasori deja de hablar al reparar en la cercanía de Naruto, muy cerca, demasiado. Los ojos azules lo miran expectantes de una respuesta. –El prototipo de un videojuego- contesta al fin, encendiendo el aparato y entregándoselo al chico
 
-Que bien- Naruto lo toma con una mano mientras con la otra se frota los parpados para evitar que el sueño lo venza. No entiende porque está tan fatigado pero no descarta la idea de ir al hospital. Tampoco quiere preocupar a Sasuke. Ira él solo más tarde
 
-Aun no está terminado, hace falta reacomodar los comandos. El personaje solo tiene tres tipos de armadura y lo establecí hasta el nivel quince
 
Naruto mueve la cabeza afirmativamente, sus dedos presionan una y otra tecla del videojuego. Se sorprende al ver el escenario del juego
 
-¿Ninjas?
 
-Algo así- responde el pelirrojo, sorprendido al notar la habilidad de Naruto en el juego. No transcurren cinco minutos antes de que el chico logre pasar de nivel
 
-Me gusta- admite Naruto, enfocado en la pantalla. Procura esquivar algunos obstáculos y mientras lo hace, un pensamiento insignificante hace acto de presencia. -¿Por qué no le añades más escenarios?- pregunta sin retirar la mirada del PSP. Sasori se lleva los brazos tras de la nuca, sopesando con seriedad aquella sugerencia
 
-¿Cómo cuales?
 
-Mmh…uno acuático- Naruto sonríe al pasar el segundo nivel, cada vez es más complicado
 
-No suena tan mal- susurra Sasori para sí mismo
 
Naruto apaga el juego cuando la fatiga se vuelve más insoportable. Si permanece más tiempo allí, terminara durmiéndose y no quiere eso. Ignora la expresión confusa de Sasori al entregarle el videojuego y mira una vez más el ramo de flores sobre la mesa
 
-Las flores- señala sin animarse a tomarlas. -¿Por qué me las diste?- era estúpido por preguntar pero quería saberlo de todas formas, escuchar lo que ya intuía él
 
Sasori duda unos segundos en responder. Guarda el aparato y se inquieta al mirar el oscurecido cielo. Pronto lloverá
 
-Porque me agradas y me gustaría tener una oportunidad para conocerte mejor- simple y directo. Naruto siente su rostro encenderse ante aquella respuesta, definitivamente no esperaba eso. Creía que las flores significaban disculpas, no un intento de conquista
 
-Ah…- opta por tomarlas esta vez. El muchacho había sido muy amable con él para rechazarlas sin más. –Podríamos ser amigos- sugiere, arrepentido al notar como la sutil sonrisa en los labios ajenos comienza a desvanecerse por completo, dejando en su lugar una mirada interrogante y un gesto apático
 
-¿Tienes pareja?- Sasori se fuerza a preguntar. La decepción lo consume cual fuego a una vela cuando Naruto afirma positivamente con la cabeza. Ve sus oportunidades reducirse a nada en cuestión de segundos pero procura no demostrarlo. Era lógico que alguien como Naruto tuviera a alguien más, se estaba ilusionando falsamente. –Entonces tiene suerte de tenerte como pareja- añade introduciendo las manos en los bolsillos. Naruto esboza un gesto de arrepentimiento, un par de pétalos caen al suelo cuando una fuerte brisa pasa cerca de ellos
 
-¿Amigos?- le apena preguntar pero ya no hay vuelta atrás. Sasori deja escapar un suspiro de derrota antes de tomar la mano que Naruto gentilmente le ofrece. En verdad era un imposible ver a tan precioso muchacho como a una simple amistad. Sin embargo decide aceptar porque… no le queda de otra
 
Tras estrechar la cálida mano, Naruto vuelve a recargar su cabeza sobre la mesa. Su cuerpo se ha entumecido y su mente parece sumergirse en un perpetuo letargo que no lo deja analizar nada más. Solo desea estar en casa y poder descansar un poco para reponerse
 
-Creo que va a…- es tarde cuando Sasori advierte el estado del rubio
 
Se ha quedado dormido y en un momento tan inoportuno como ese
 
-Naruto-lo mueve levemente de los hombros y al no recibir respuesta opta por desistir. Seguro que el chico tiene quien lo lleve, además, no era de su incumbencia
 
Gruesas gotas comienzan a descender, empapando todo a su paso. Sasori se maldice una y otra vez por no haber abordado aquel tema de inmediato. Tampoco le agrada la idea de tener que despertar a Naruto
 
Así que, sumido en un dilema, se quita el saco para colocarlo sobre los hombros del menor. No le sorprende en lo absoluto comprobar lo liviano que es al tomarlo en brazos para acomodarlo sobre su espalda. Era irónico que esas cosas le sucedieran a él. No tenía mayores problemas en el ámbito laboral, su círculo de amistades, pese a ser reducido, parecía ser suficiente de momento. En su casa las cosas seguían igual que siempre. Solo su abuela Chiyo solía visitarlo los fines de semana, el resto de los días se mantenía abstracto en diseñar algunas marionetas para la juguetería. Entre más pudiera evadir la soledad, tanto mejor. Por ello no le molestaba saturarse con el trabajo, laborar en dos lugares a la vez, fabricar videojuegos para la empresa, y marionetas para la juguetería
 
Los primeros años había sido más duro enfrentar la pérdida de sus padres. Ahora entendía perfectamente que, sin importar cuánto esperara, ellos no iban a volver. Pero el engaño de su abuela, lejos de disgustarle, le dio una lección valiosa. Por eso se sintió pésimo al llegar tarde a aquella fiesta
 
No le gustaba que lo hicieran esperar, así como tampoco le gustaba hacer esperar a la gente
 
-¿Tan aburrido soy?- pregunta en voz baja mientras se dispone a correr hacia el interior del lugar. En silencio, ve la lluvia caer, las nubes grisáceas persisten y el cielo se tiñe con esporádicos relámpagos que alumbran el negro y esponjoso lienzo
 
La respiración acompasada de Naruto es suficiente incentivo para quedarse en su sitio. Inconscientemente, Naruto pasa ambos brazos sobre los hombros del pelirrojo, esta tan cansado que nada más le importa. Ni siquiera está al tanto de que la lluvia se ha desatado
 
-Sasuke…
 
La lámpara de la mesa se encarga de alumbrar el húmedo rostro trigueño. Sasori mira fastidiado la oscuridad que ahora reina su estancia. No le molestaría quedarse sin luz cualquier día de la semana, excepto ese. No era una idea muy atrayente, tomando en cuenta que acababa de llevar a un chico consigo y precisamente el que le gustaba
 
A tientas, logra dirigirse hacia su recamara. Podría llevar la lámpara consigo pero no quiere que Naruto se asuste en caso de que despierte. Después de todo, lo habían asaltado, ¿Qué le impediría pensar entonces que acababan de secuestrarlo?
 
Aunque visto desde otra retrospectiva la respuesta no distaba mucho de ello. Podía escudarse con que no tenía más alternativa, y era verdad. Había intentado despertar a Naruto cuando la lluvia cesó. Solo unas veces lo había movido pero el chico no reaccionaba y él realmente no creía que fuera una buena idea dejarlo ir solo. Pudo llevarlo pero desconocía las intersecciones del lado sur de la ciudad. Incluso llegar a la fiesta fue un obstáculo representativo para quien no acostumbra salir de la rutina del trabajo
 
Lentamente, Sasori consigue extraer algunas prendas del armario. Cauteloso, se dirige hacia la sala, donde Naruto yace dormido sobre el sofá/cama
 
-Naruto- lo toca con suavidad para levantarlo, a sabiendas de que era terreno peligroso interferir más allá. Seguro el chico lo malinterpretaría si legaba a despertarse y se daba cuenta de que estaba en una casa ajena, a oscuras y con un desconocido desvistiéndolo. Bueno, ya no era un desconocido en realidad, eran amigos ¿cierto? Y la amargura que le generaba aquella palabra dolía más que un golpe en…
 
-¿Dónde estoy?- tras pestañear un par de veces, sin conseguir habituarse a la mortecina luz de la lámpara, Naruto trata de ponerse de pie. Sus esfuerzos son en vano y sus piernas flaquean, devolviéndolo al sofá. -¿Sasuke?
 
-Sasori- aclara el susodicho, carraspeando para atraer la atención del chico. –Escucha, es tarde y no sé dónde vives. Tengo una habitación de sobra así que no me molesta que pases aquí la noche
 
Estaba convencido de que Naruto se mostraría reticente al saber que se encontraba en su casa, lo repudiaría y en el mejor o peor de los casos, dejarían de ser amigos. Sin duda alguna Naruto lo odiaría por semejante atrevimiento
 
-Gracias- pero sus suposiciones fueron erradas. Naruto se incorpora con cuidado para abrazar con delicadeza al pelirrojo. No habría podido llegar a ningun sitio él solo. Sasori permanece estático ante el caluroso agradecimiento, porque a pesar de que Naruto tiene la ropa empapada, el abrazo se siente cálido, agradable. Y él no tarda en corresponder al gesto, envolviendo la cintura del menor de igual forma, sin importarle mojarse aun más o resfriarse. Era un masoquista pero aquella tortura no lo agobiaba ni mucho menos, era reconfortante tener a un chico tan bello y además afectuoso, y era también una lástima que no pudieran conocerse más. En cierto modo dolía saber que no habría ninguna oportunidad
 
-Puedes vestirte con esto mientras tanto- reacciona al cabo de unos segundos, apartándose para entregarle a Naruto algunas de sus prendas. –Yo…- estaba por despedirse cuando el sonido de un móvil lo interrumpe
 
A prisa, Naruto busca entre sus empapados bolsillos. No necesita mirar la pantalla para saber que se trata de Sasuke, aunque no lo considera un buen momento para hablar con él. Posiblemente estuviera preocupado por su ausencia
 
-Adelante- lo anima Sasori, retrocediendo algunos pasos. Naruto duda en responder. El celular continúa sonando y él no tiene ninguna excusa convincente. No podía simplemente decirle a Sasuke que estaba en una casa ajena porque se sentía mal y se quedo dormido en la fiesta justo antes de que empezara a llover. No sonaba muy convincente ni mucho menos
 
-No es importante- dice dejando el teléfono a un lado. Sasori sonríe satisfecho, aunque en el fondo sabe que…está mintiendo
 
-¿Te gustaría tomar un café?- en cualquier otro momento se reiría por aquella hilarante situación pero no ahora. Días atrás quería invitar al chico a un café para conocerse más y dialogar. Actualmente podía conformarse con esa cercanía, la invitación a una relación de amistad
 
-Si, por favor- Naruto agacha un poco la cabeza, sin poder evitar sentirse incomodo al mirar la ropa de Sasori sobre el sofá. Hasta ese instante no había reparado en que los pelirrojos le resultaban atractivos. Gaara era su amigo pero cuando su amistad inició, Naruto estaba seguro de sentir más que simple afecto por él. Esperaba que no sucediera lo mismo ahora
 
El celular vuelve a sonar, moviéndose ligeramente a causa de la vibración. Naruto toma la resolución de enviar un mensaje más tarde para informarle a su pareja que está bien. Pero a pesar de todo no puede evitar sentirse ansioso, quiere responder y al mismo tiempo no quiere hacerlo…
 
Había sido una buena noche después de todo pero eso no ayudó a menguar su nerviosismo, ni un poco
 
La sala de espera se encuentra repleta y Naruto mira con cierta decepción el número excesivo de llamadas en el móvil. Sasori había sido muy bueno con él, incluso accedió a acompañarlo fuera de la enfermería cuando tenía que ir a trabajar
 
Le había insistido hasta el cansancio que no era nada grave. Solo se sentía un poco cansado y ya. Seguramente le recetarían algunas vitaminas. Sasuke tenia razón, no se estaba alimentando bien últimamente
 
Solo un mensaje le envió a su pareja para informarle que estaba bien pero esperaba que fuera suficiente con eso. Aun así, las llamadas no cesaban y él sentía cierto temor de atender. Quizá porque no tenía ninguna buena mentira en mente
 
-Pase- no supo en qué momento la sala se vació. Solo hasta que oye la voz de una anciana a su lado, diciéndole que es su turno, Naruto se levanta de su lugar
 
Rápidamente se dirige al consultorio, accediendo a una serie de exámenes para determinar la causa de su fatiga
 
Los exámenes estarían listos en un par de horas. Esa confirmación fue suficiente para que Naruto decidiera quedarse. Solo esperaba que Sasuke entendiera que se había ausentado a la comida por un asunto importante. Tampoco quería preocuparlo, por eso necesitaba saber de qué se trataba todo. Más tarde lo recompensaría de alguna manera
 
Estaba por quedarse dormido cuando volvieron a llamarle. Naruto pidió que le entregaran los resultados y después volvería para informarse. Pese a todo, la enfermera le entregó un pequeño bolso con algunos medicamentos dentro que, Naruto no pudo rechazar. Aunque estuviera asqueado de la medicina, decidió aceptarla, deseando interiormente que la mitad de todo ese medicamento fueran vitaminas
 
Sonriente, sale del edificio. La brisa matutina mece su cabello y él decide abrir de una vez el sobre con los resultados, dispuesto a reír mas tarde cuando se diera cuenta de que todo se debía a una mala alimentación de su parte
 
Sus pasos pierden intensidad cuando repasa fugazmente lo enunciado en el papel
 
"Clamidia"
 
Al principio Naruto no entiende nada pero al final de la hoja se leen perfectamente las iníciales: ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual)
 
Sus labios se tensan al tiempo que aprieta el papel entre sus manos. Una vez más, el móvil dentro de su bolsillo empieza a sonar
 

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